miércoles, 27 de noviembre de 2019


Una democracia arrebatada a sus dueños

Por JESÚS SOSA CASTRO

El punto que hoy se discute en Morena tiene que ver con la recuperación del partido. La audacia y la decisión del pueblo de acabar con el régimen de privilegios suponía la creación de un partido que atendiera las necesidades de la gente. En eso consistió la rebelión social abiertamente apoyada por más de treinta millones de electores. Sin embargo, del 1º de julio del 2018 a la fecha, la estructura y la política de Morena han desfigurado su rostro porque sus dirigentes no fueron capaces de entender la importancia de contar con un partido al servicio de la ciudadanía, lo que si hicieron fue convertir a los ciudadanos en instrumentos del partido
Esto, por sí mismo representa un hecho lamentable. Mas cuando los dirigentes se refugiaron en el autismo político y las tareas que tenían que ver con la construcción del partido, con su fortalecimiento y con sus funciones, fueron abandonadas, dando pie al desencanto y al debilitamiento de la organización. En un año Morena se olvidó de los movimientos sociales, no construyó estructura ni hizo política. El CEN se dedicó a colocar sus apoyos en espacios de poder y hoy tenemos un partido que ni huele ni hiede. La Secretaria General en funciones de presidenta encabeza al grupo de mafiosos que quieren revertir el Proyecto de Nación que votamos en julio del año pasado. Ya hace la apología de que se oye mejor PRIMOR que Morena y ya actúa en esa línea en el Edo de Nuevo León
Es tal el enredo en el que nos ha metido la señora presidenta que ha llevado al TEPJF a meter las manos en las decisiones internas de Morena. Acusa a Gabriel García del desmadre que hay en el padrón de militantes cuando en su calidad de cabeza del CEN, debió atender y resolver todas las irregularidades cometidas por él o por otros. La confrontación que vivimos en el partido es generada por sus devaneos derechosos, por su soberbia y por la defensa que hace de sus intereses personales. Quiere seguir manejando a su arbitrio los recursos financieros y quedarse en la dirección para servir a un proyecto ajeno al proyecto de la gente. Hoy esta señora tiene paralizado al partido y de paso le ha abierto las puertas al Tribunal Electoral para que decida sobre nuestra vida interna
Por fortuna las cosas empiezan a cambiar. De la misma manera en que la gente está apoyando conscientemente las políticas del gobierno federal, la militancia está rechazando el hartazgo que nos ha impuesto la dirección. Por eso ya estamos dando los pasos para recuperar el partido para bien del pueblo y del país. Ya no queremos que los problemas principales nos sean indiferentes. La dirección nunca entendió lo que significa ser el intelectual colectivo, por eso no defiende ni habla de la 4T, no hizo nunca un pronunciamiento en contra del NAIM en Texcoco, no dijo nada cuando el presidente enfrentó el huachicol, no apoyó el aumento a los  salarios mínimos, no se pronunció a favor de las demandas de los trabajadores de las maquiladoras, no ha dicho nada respecto de la corrupción en el  poder judicial, no ha pronunciado una sola palabra en contra de los 147 amparos que varios grupos de interés plantaron en la Corte para impedir la construcción del aeropuerto de Santa Lucía,  nada respecto de los altos salarios de la burocracia dorada en los organismos autónomos, no se ha pronunciado contra el manejo y corrupción de empresas privadas respecto de los gasoductos, nada sobre las facturas falsas, no confronta las posiciones políticas de la oposición. ¿Qué hace el partido? ¡Nada! Esto es lo que queremos corregir
En el Foro Nacional de los militantes de Morena realizado en la CD MX el sábado 23 de noviembre acordamos exigir la renuncia de los integrantes del CEN por inútiles y controversiales, que una comisión especial trabaje en un padrón confiable para todos, que el Congreso extraordinario del 30 de noviembre se mantenga y re3suelva las urgencias, que no se le haga más el juego a las trácalas de la señora Polensky, se nombre un Comité provisional que prepare, organice y convoque al congreso ordinario en el que se nombren democráticamente los órganos de dirección, dijimos no a las encuestas y hacer una auditoría externa a las finanzas manejadas por la todavía presidenta. Esto es lo mínimo que debe hacerse en el período que resta del fijado por el TEPJF ¡No más concesiones a los infiltrados, fuera Yeidchol de Morena!     

miércoles, 20 de noviembre de 2019

El partido y los dirigentes que necesitamos

Por JESÚS SOSA CASTRO

Trataré de poner en blanco y negro lo que veo que está sucediendo en Morena. Tomo nota de que hay otros asuntos que tienen que ver con el gobierno, con la corrupción, con el asilo al presidente Evo Morales, con los complots contra AMLO.  No paso por alto las provocaciones de los policías federales, de los panistas en el Senado, los encapuchados en la UNAM. También podría hablar de la campaña del comandante Borolas, del drogadicto de Fox, de José Narro, de los chuchos, de Gilberto Lozano o del Gral. Gaytán llamando a derrocar al gobierno. Pero el tema sobre lo que pasa en Morena no es un asunto menor. Sobre esto voy a dar mi opinión, por ahora
Algunas reflexiones sobre lo que veo que pasa en el país, en el gobierno y en el partido, me parecen pertinentes. México está viviendo un sacudimiento político y social muy importante, en el centro están asuntos como: ¿por qué la parte conservadora de nuestra sociedad se está conduciendo como una secta provocadora, frívola y golpista?  El avance del gobierno federal contra la corrupción, las necesidades de la gente, la atención a los pueblos originarios y el cambio del régimen político, ¿son los detonantes de este comportamiento? Un partido que al lado de amplios sectores del pueblo llevaron a AMLO a la presidencia ¿por qué ahora ese partido vive una crisis que pone en entredicho su propia viabilidad? Estos son, desde mi perspectiva, los puntos más urgentes del debate
El 1o de diciembre el presidente dice que va a informar acerca del cumplimiento de sus propuestas de campaña. A los ojos de amplios sectores del pueblo, ya ha cumplido con la mayor parte de sus compromisos. Pero entonces ¿cuál es la causa de que los que él llama los conservadores y un creciente número de resentidos sociales estén haciendo lo inimaginable para intentar desacreditar su gobierno?
Es un secreto a voces que la reacción está conspirando. El gobierno y en especial el presidente apuestan al apoyo del pueblo. Más del 70% de los mexicanos han hecho crecer su aceptación a pesar de las provocaciones montadas exprofeso en Culiacán, el asesinato de los Lebarón, los crímenes contra civiles. Hay grupos y personas ligados al PAN, al PRI, al PRD y a sectores del ejército, que están meciendo la cuna para desestabilizar el gobierno y cometer un golpe de Estado como el ocurrido en Bolivia
Si asumimos que el país y el presidente están respondiendo a lo que necesita la mayoría de la gente, ¿cuál es entonces la principal debilidad que estamos viviendo como alternativa política? Sin duda es la inmovilidad y las broncas en el interior de Morena. ¿Qué clase de políticos necesitamos para dar a una clase social conciencia de su lugar y función en la sociedad? Para Gramsci, el partido “es el organismo intelectual por excelencia, el que concreta más ampliamente el sentido del intelectual colectivo. Es la fuerza unificadora de la clase, el ámbito de formación del núcleo dirigente, la que desarrolla el espíritu innovador, la que organiza el ataque práctico a la clase dirigente tradicional, la que va tras la elaboración de una conciencia cuestionadora, la que activa su dominación” (*) Necesitamos un partido que tenga estas cualidades, una nueva visión sobre el país, con sensibilidad, capaz de entender los momentos que se viven, defender las causas populares y estar en la política
Todo esto le ha pasado de noche al partido y a los dirigentes. Hoy deberían estar encabezando la defensa del Nuevo Proyecto de Nación y generando conciencia de clase en los actores políticos defensores de la democracia. Deberían estar al frente de las luchas sociales, cohesionando sus fuerzas y desarrollando un proyecto de acercamiento con los distintos sectores de la población. Pero nada de eso hay. Los dirigentes están en la disputa por los puestos, por el poder, generando divisiones, exhibiendo su pobreza intelectual. La tarea histórica del partido es la formación de una voluntad colectiva que sirva para cambiar las cosas no para empeorarlas. Las encuestas acordadas son una chingadera de las cúpulas. Ojalá el Congreso que convocan para el 30 de noviembre corrija las cosas e impida que los acuerdos los sigan tomando los esquizofrénicos. Porque aquí entre nos, la militancia no se merece tanta mediocridad y oportunismo en la conducción de su partido
(*) El partido político en Gransci. Artículo de Antonio Olivé y subido a internet en el 2013

miércoles, 13 de noviembre de 2019


Autoritarismo y encuestas, el rostro siniestro de Yeidckol

Por JESÚS SOSA CASTRO

Desde el doce de octubre empezaron las asambleas distritales de Morena para elegir tres mil consejeros al Congreso Nacional. En decenas de ellas aparecieron las manotas de Polensky, de sus seguidores y de los caciquillos locales. Muchos de estos “operadores” se dedicaron a estorbar, impedir o a sabotear las reuniones donde la militancia acudía para nombrar a sus representantes. Estos malandrines fueron encaramados por los caciques en los órganos del partido y del gobierno para agrandar su poder. El proyecto político no les importó ni entonces ni ahora. Los que impulsan estos actos escandalosos y fuera de las normas son los que temen a la democracia porque, si esta funcionara, ellos serán echados de los puestos por mediocres y corruptos. Por eso convocan a un “congreso” que modifique los Estatutos, le abra paso a las encuestas y se generen las condiciones para que se mantengan en el poder
Los estrategas de estas políticas pensaron que habían hecho una jugada brillante que golpearía la democracia partidista. En diez meses esa estrategia está llevando al partido a un estado crítico y a una ausencia política en todo el país. La presidenta del CEN y sus seguidores no entendieron nunca su papel de dirigentes. Se dedicaron a mostrar su pobreza intelectual, su falta de capacidad para conducir el partido, sacaron a flote sus intereses de clase, no percibieron el significado de la 4T y concluyeron haciendo de Morena un adefesio electoral que ni huele ni hiede. Este conjunto de hechos está dividiendo a la militancia y lo peor, está dejando solo al presidente en su decisión de transformar para bien la vida pública de México. La señora Polensky solo se ocupa de enhebrar sus redes políticas para seguirse manteniendo en el poder
Hay personas y grupos que esta situación les genera felicidad. Cuando hablan de que están apoyando la 4T es solo una manera de camuflar sus verdaderos propósitos. Las coincidencias que tienen con el viejo régimen las expresan al través de las conductas del PAN, de la COPARMEX, el INE y el TEPJF. Todos están en el intento de descarrilar el partido y el programa que impulsa el presidente. Los “dirigentes” actuales del CEN no sólo se hicieron de un poder que no merecían, lo obtuvieron en detrimento de quienes querían un partido para la transformación de México y para el afianzamiento de un nuevo proyecto de gobierno. Lo lamentable está en que perdieron la oportunidad para construir la fuerza capaz de darle organización, defensa y persistencia al Nuevo Proyecto de Nación que votamos más de treinta millones de electores
Hoy el partido Morena está atascado en una penosa plataforma de dimes y diretes. La presidenta en funciones se ha convertido en la imagen del desacierto y la desunión. En lugar de atender la vida orgánica, la unidad y la defensa de los intereses del pueblo, se ha dedicado a decir una serie de tonterías hoy, para contradecirlas y echarlas por tierra el día de mañana. Los órganos representativos nombrados para alentar la democracia y fiscalizar el cumplimiento de las normas internas, simplemente se las ha pasado por el arco del triunfo poniendo en juego no su autoridad sino su autoritarismo
Rechazamos esta ineficiencia y la pertinaz violación a las normas que debieran regir en el partido. Exigimos parar las inercias del agandalle, del arribismo, la antidemocracia y el clientelismo electoral, o pronto vamos a perder a Morena. Al CEN le ha pasado lo que hoy vive la oposición reaccionaria y golpista, han perdido el consenso social y para lavar su desprestigio se siguen montando en la manipulación y en los atropellos a  los derechos de los militantes. Se la ha pasado mirándose el ombligo en lugar de elaborar un discurso en el que se contemplen la organización y la lucha contra los intentos golpistas de la derecha fascista. Estamos en la última oportunidad para salvar a Morena de los gandallas, de los oportunistas y de los emboscados. La movilización, el respeto a las bases, la democracia y la unidad del partido, deben ser hoy los elementos que deben ponerse en el centro de cualquier discusión. Si no lo hacemos en esta coyuntura, se va a profundizar el desencanto y la inactividad de la gente. Hay que tomar cartas en el asunto, de lo contrario, la transformación de México puede quedar sepultada por un montón de frases demagógicas o por una retórica que ya le está calentando los tompiates a los miembros de Morena   
                                                                                                                                                  


miércoles, 6 de noviembre de 2019


La otra parte de mi sangre

Por JESÚS SOSA CASTRO

Permítaseme ampliar un poco la historia de las últimas horas que vivió mi madre y de cómo fueron dándose las cosas en la vida de mi familia. Una vez que los médicos del hospital 20 de noviembre me informaron de su gravedad, de inmediato entré en contacto con mi padre para decidir lo procedente. Al visitarla al pie de su cama de hospital, casi en susurros, me dijo que quería regresar a su casa. No quería morir lejos del resto de sus hijos. Enterado mi progenitor de este requerimiento, decidió venirse a México para llevárnosla trescientos veinte kilómetros tierra adentro, de la mixteca poblana. En una ambulancia nos encaminamos por la vieja carretera México-Oaxaca y en Río frío, mi madre falleció
Pasaron cinco años en los que mi padre vivió las de Caín. No solo se enfrentaba a la pobreza y a la ausencia de su compañera, sino que ahora, aparte de seguir trabajando, tenía que atender al resto de su prole que era bastante crecida. Su hija, la mayor de las mujeres, era su única ayuda en los quehaceres de la casa. En un puente de día de muertos fui a visitarlo. En su rostro había soledad y desánimo, sus ojos siempre alertas, hoy estaban apagados y hundidos en no se sabe qué pensamientos. Una madrugada, camino al monte donde pastaban los bueyes con los que araba la tierra, me preguntó si yo estaría de acuerdo en que rehiciera su vida al lado de otra mujer. Le dije que no solo tenía derecho, sino que era justo y necesario
De esa relación nacieron cuatro hermanos más. Dos mujeres y dos hombres. Entre todos hicimos el trece cabalístico. Los cuatro crecieron en medio de un ciclo que se repetía. No se alejaron del campo, se dedicaron al cultivo de la tierra y al cuidado de sus semovientes. Pero la mala suerte los perseguía, pues entre otros sucedidos, el poco ganado que tenía murió a consecuencia de la fiebre aftosa. Otra vez se quedaron con el mínimo de todo y mis hermanos volvieron al trabajo y a la pobreza. Parecía que mi padre estaba condenado a ser perseguido por la mala ventura
Sus cuatro retoños crecieron y los padres miraban en sus hijos un futuro sin perspectivas. No podían vivir de lo que hasta esos momentos les proporcionaba la tierra. Querían para ellos educación, cultura, una vida más decorosa y como familia, acercarse a la “civilización” Hablamos de la necesidad de que se vinieran al entonces Distrito Federal para conquistar esos derechos. Hubo resistencias, especialmente de mi padre, porque eso implicaba abandonar su tierra, su casa y sus pocos animales de corral. Significaba cambiar una forma de vida y pasar por una experiencia que nada tenía que ver con el campo, con la tranquilidad. Llegarían a una ciudad en la que desaparecía el tequio, la comunidad y el contacto con la naturaleza
¡Por fin se vinieron a la capital! En los primeros meses mi padre se levantaba a las cinco de la mañana, se sentía aprisionado en un ambiente que no era el suyo. Las costumbres de los campesinos no cuadraban con las rutinas de la ciudad. Le conseguimos un trabajo en la UNAM, allí laboró varios años, se ligó al movimiento cultural y a las actividades sindicales. Cursó una nueva experiencia, disfrutó su trabajo, encontró nuevos amigos y a su vida le introdujo un aliciente más que se llevó hasta la tumba
Antes de morir, Alejandro, el hijo mayor de su segunda esposa, ya era el pivote principal de esa parte de la familia. Mi padre sembró en él, como en todos, el amor al trabajo y a la honestidad. De niño también fue su peón. Sus pies dejaron huella en esos surcos roturados por un arado y una yunta de bueyes. De joven se fue de bracero a los EU, vivió las vejaciones de la migra. Tiempo después regresó a su país. Hoy es él quien está cerca de su madre y de sus hermanos. La relación que une a los trece es normal, nos reconocemos como una familia y punto. En este puente, Alejandro y yo hablamos de nuestros muertos, de la vida y del trabajo. Confirmamos nuestros lazos. Pusimos más soldadura a nuestra existencia porque él como yo, sabemos lo que esta significa. Dijimos que nuestra hermandad no tiene regreso, que somos parte de la misma sangre