lunes, 28 de junio de 2021

 La ley de la realidad es la lay del poder

Por JESÚS SOSA CASTRO

El poder burocrático, dice Arkadi Rajkin “hace que en política no sean fácil explicarse los hechos, las palabras y las ideas. Las nuevas generaciones han aprendido mucho de los camaleones: Se considera inteligente a quien no lo es, se reverencia a la cultura del disfraz, se habla el doble lenguaje de los artistas del disimulo. Para hacerse rico se lleva una doble contabilidad, hay una moral para decir y otra para hacer. La moral para hacer se llama realismo. La ley de la realidad es la ley del poder. Para que la realidad no sea irreal, nos dicen los que mandan, la moral tiene que ser inmoral” Estos son los principios de los políticos sistémicos, Eduardo Galeano los clasificó bien en El libro de los abrazos (1)

Por eso es corriente decir que la mayoría de los viejos políticos mexicanos son como esos reptiles saurios. Cambian de color según las circunstancias. Dicen hacer leyes para beneficiar a los ciudadanos y en la realidad le afectan sus derechos. Se portan como pavorreales y son una bola de incultos. Entregan nuestros recursos naturales y dicen que es para bien del país. Son traidores a la Patria, pero afirman que lo que hacen es por patriotismo. ¡Su moral es la inmoralidad! Si seguimos haciendo política bajo estos principios, violatorios de la ética y de la honorabilidad, entonces, seguimos chapoteando en las vetustas prácticas que asquean a la gente y convierten la política en una caricatura

Existe la percepción de que hay un número creciente de personas que empezamos a dar los pasos necesarios para construir una sociedad diferente. Lograrlo, requiere de ideales y de ideas, de trabajo, de organización. Entre los ideales, valen aquellos que en 1942 planteó Palmiro Togliati sobre las cualidades que deben tener los que luchan por transformar su país. “En la política -dijo- está contenida toda la filosofía real de cada persona, está la sustancia de la historia. Y para el individuo que ha alcanzado la conciencia crítica de la realidad y de la tarea que le espera en la lucha para transformarla, está toda la sabia de su vida moral” (2) Los comportamientos de los políticos que harto conocemos y que mal dirigieron el país, los que estamos haciendo una revolución desde el 1º de julio del 2018, encontramos una gruesa costra de inconsecuencias y desvíos de estos políticos corruptos. En ellos están sustancialmente, las partes visibles de sus miserias humanas, sus deformaciones, los genes de su doble lenguaje y la consiguiente contradicción entre los dichos y los hechos

Vivimos una degradación política, es verdad. Estudios hechos por la Revista Veredas, de la Universidad Autónoma Metropolitana, señalan que existe “una crisis de los Partidos políticos. Desde el 2008, el 71.1 % de los ciudadanos les había retirado su confianza y aceptación y sólo el 28.9 % los siguen considerando como necesarios.  Las propias dirigencias de esos partidos aceptaban entonces, que se había erosionado su credibilidad, y que esto tenía graves repercusiones en la falta de confianza y de legitimidad en sus convocatorias políticas” (3) Trece años después la mayoría de esos partidos sufren el desprecio de la inmensa mayoría de la sociedad

Morena no es ajena a estos hechos. Si no fuera por las políticas públicas y la autoridad creciente que ha venido desarrollando el presidente López Obrador, Morena no hubiera alcanzado los resultados obtenidos en el rediente proceso electoral. Desde fuera y desde dentro del partido se observan debilidades ideológicas, políticas y organizativas que no sólo se olvidaron de la militancia, sino que han lastimado su dignidad. Su cuerpo de dirección ha resultado completamente incapaz de ligar su proyecto y su política con los líderes y movimientos sociales que se expresan y luchan en el país. Es importante observar que a pesar de todo empiezan a caminar ideas y propuestas para recuperar política y organizativamente al partido. Hay señales de que empieza a ponerse en práctica la autocrítica, se muestra interés en superar los errores cometidos en la reciente contienda electoral y se perciben indicios de que, por primera vez, los tatas mandones de las cúpulas del partido y de los distintos niveles de gobierno se están dando cuenta de que no han estado a la altura de lo que requiere el proyecto de transformación que apoyamos millones de mexicanos

Lo que está por venir requiere no solo del apoyo de la inmensa mayoría de la gente para que salga a votar por el SI al enjuiciamiento a los expresidentes y exigirles que devuelvan al pueblo lo que le robaron. Necesitamos un partido con un liderazgo que deje de lado su modorra y su mediocridad y se ponga a trabajar, a entrar en contacto con el pueblo y con los liderazgos naturales, para sacar adelante, también, la no revocación del mandato en contra del presidente, ganar las elecciones de los seis gobernadores que habrán de terminar su período el año que viene y, por supuesto, ganar de manera aplastante la elección presidencial del añ0 2024

(1)  En el libro de los abrazos, Eduardo Galeano hace mención a la sátira política de A. Rajkin (2) Ensayos marxistas sobre historia y política.  Adolfo Sánchez Vázquez (3) Veredas. Revista del pensamiento Sociológico. Universidad Autónoma M

domingo, 20 de junio de 2021

 

Morena, un partido vivo o un instrumento de gandayas

Por JESÚS SOSA CASTRO

A lo largo del siglo XX, el problema del partido revolucionario fue un tema central para los movimientos de emancipación. Se afirmaba que éste, debía estar abocado a desaparecer en la misma medida en que su lucha principal era la desaparición de las clases sociales. Antonio Gramsci en sus cuadernos desde la cárcel decía que el fin último del partido era su propia desaparición, pues si su objetivo era hacer una revolución para fundar un nuevo Estado, entonces la conclusión lógica era, también, luchar contra el partido existente. Esto requería, según su tesis, contar con una organización centralizada, disciplinada, incluso militarizada, que lo acercara a lo que combatía

Subrayo estas opiniones de Gramsci porque algunos de nuestros teóricos exigen desde la banqueta de sus domicilios, que un partido inexistente en la vida pública de México, haga una revolución socialista, acabe con el capitalismo salvaje y liquide las clases sociales, cuando el partido en el gobierno, ni nadie de sus aliados, se han declarado representativos de la clase obrera ni han tenido como divisa principal acabar con las clases sociales y con la desaparición del Estado. El partido en el poder, en sentido estricto es un partido multiclasista. Su composición y su programa apenas son la expresión democrática de distintos sectores que representan a distintas clases sociales que se habían hastiado de la corrupción, la exclusión, la impunidad y los privilegios que las élites habían convertido en su modus operandi contra la mayoría de la gente que siempre había estado en la pobreza y en la marginación

Hablo de estas cuestiones porque tienen que ver con una visión maniquea y dogmática de críticos por sistema que ningún chile les embona. Sus críticas abonan a la mirada que la derecha conservadora tiene tanto del proyecto de la cuarta transformación como del resultado obtenido por las fuerzas democráticas en el reciente proceso electoral. Los que afirman que el triunfo de Morena y de sus aliados, no contribuyen a darles claridad sobre el sentido de clase a los obreros y trabajadores del país, el triunfo reciente de Morena y de sus aliados solo han generado confusión y engaño contra los sectores empobrecidos del país. Reforzaron el contenido del sistema capitalista y, por lo tanto, su éxito no contribuye en nada a favor de la liberación política de la gente, más bien la ata con mayor fuerza a un capitalismo salvaje que impulsa la cuarta transformación

Esta falta de verdad y de pudor políticos de nuestros analistas que miran desde lejos lo que hace la mayoría de la población es sumamente lamentable. Son ese tipo de gente que les falta autocrítica, que están fuera de todo movimiento social, que se la pasan elaborando teorías en el aire, no ven la realidad porque están fuera de ella. No es casual que lo que opinan no impacta en ninguno de los sectores en lucha. Se quedaron varados en un pasado que no tuvo la capacidad de entender los nuevos tiempos y la actual recomposición política y laboral de los trabajadores y de la sociedad  Lo que pasa actualmente en varios países de América Latina, incluyendo México, es digno de estudio por parte de los marxistas y de todos aquellos que se quejan de que los líderes de los cambios democráticos que ocurren en esta región, solo le están haciendo el juego al capitalismo

Quienes quieren que Morena y el presidente López Obrador lleven el país al socialismo, acaben con el capitalismo salvaje, dejen de engañar a los pobres y derroquen las clases sociales, francamente se están orinando fuera de la bacinica. Los cambios sociales no se dan a partir de caprichos o deseos personales. Son resultado de factores objetivos y subjetivos que se van generando a partir de la organización y del desarrollo de la conciencia de la gente. Los defectos y los errores que muchos hemos criticado en Morena, lo hemos hecho a partir de nuestra propia experiencia. Porque hemos estado construyendo con todo y sus equivocaciones y defectos, un partido y un movimiento que han sido pilares fundamentales en el impulso y defensa de un nuevo proyecto de nación

Lo que les falta a estos instrumentos de lucha, es poner por delante la inteligencia, la capacidad política, organizativa e ideológica para que cumplan con su papel de organizadores colectivos de todos los que andamos en busca de nuevas formas de hacer política y de vivir. Que sean capaces de defender el proyecto de transformación, que sepan conectarse con todos los sectores que luchan por demandas específicas, que defiendan nuestra soberanía energética y nuestra independencia nacional. Requerimos un partido organizado, preparado, con dirigentes democráticamente electos, capacitados política e ideológicamente para construir otro sistema social. Necesitamos un partido VIVO políticamente. No un partido lleno de vivales y de oportunistas que ya nos tienen hasta la madre

 

 

lunes, 14 de junio de 2021

Un mensaje a los amargados, a los defraudadores y a los ineptos

Por JESUS SOSA CASTRO

Debo decir que no soy un profesional en el arte de escribir. Más bien, la manía de relatar lo que siento y lo que veo, me nació después de leer lo que José María Pérez Gay dejara para siempre en su espléndido libro El imperio perdido. “El valor de los hombres -señaló- se mide no sólo por sus capacidades intelectuales sino también por la tolerancia de los errores ajenos” Y yo, sabido de mis debilidades para escribir, sólo doy cuenta de algunos de los decires que muchos amargados, defraudadores e ineptos, andan cacareando por todas partes porque el seis de junio perdimos varias alcaldías en la ciudad de México y algunas diputaciones federales porque los aspirantes resultaron unos buenos para nada. Es verdad que cada quien le da un sentido determinado a su pensamiento, pero en mi caso, afirmo que he hecho un esfuerzo importante para llegar a conclusiones que explican la complejidad del proceso electoral que acabamos de pasar

Siguiendo las líneas de José María, decidí salir del estercolero en que varios políticos y teóricos balines han intentado ensuciar los resultados del reciente proceso electoral hablando de que fue un reforzamiento del proyecto burgués en el que el diablo anduvo buscando alianzas con el PRIAN para seguir engañando a los más pobres. Me costó mucho trabajo entender lo que estos políticos de pacotilla intentan convertir en verdad.  El veneno y la frustración de no representar nada ni a nadie se les desborda por todos los poros. Su ceguera política y su dogmatismo ideológico no solo los han marginado de las luchas que está librando la gente. Se han convertido en los voceros de la derecha al comportarse como los intelectuales orgánicos vergonzantes que suspiran por el pasado porque en esa cuna estaban sus intereses y sus posiciones políticas. La palabra y las ideas las convirtieron en herramientas para decir sandeces que no solo confunden a ciertos sectores de la sociedad, sino que, en la práctica, contribuyen al mantenimiento de aquellos que vivían de la corrupción, los moches y los privilegios

Preocupado por estos comentarios sin mayor sentido, me puse a buscar las raíces que me llevaran hacia una explicación coherente con la realidad política que estamos viviendo. La curiosidad, dicen, es la madre de todos los despropósitos que circulan sin ningún control. Fue así que empecé a introducirme en el pensamiento, en las ideas y en la personalidad de estos teóricos del desastre y conserjes de la política. Lo hice, porque me picaba la curiosidad de saber por qué la ironía, el despecho y la frustración de muchos que, sin salir de sus zonas de confort, no fueron ni son capaces de asomarse, siquiera, a los espacios donde millones de personas siguen pujando por cambiar las antiguas prácticas políticas que vivíamos en el país

Le ganamos a Morena, la gente nos quiere, se desgañitaban Kenia López, Marco Cortés y el siempre despreciable Chucho Zambrano. Seguimos siendo mayoría en la Cámara de Diputados, nos quedamos con once de quince gubernaturas y ganamos 19 congresos locales, festejaban los dirigentes y miembros de Morena. Las partes hablaban para calmar a sus huestes sin la elemental autocrítica de los errores y ausencias que estuvieron presentes en su trabajo. Sus estrategias pueriles y sus “programas” no impactaron seriamente en los electores. La derrota de los conservadores se la deben a la falta de liderazgos y de propuestas y la izquierda agrupada en la Coalición Juntos hacemos historia ganó lo que ganó gracias al trabajo del presidente. Porque el partido y sus “líderes” simplemente no supieron estar a la altura de las circunstancias

Ahora que el proceso electoral ha pasado, ¿cuáles son las tareas que urge planear y aceitar las partes y herramientas del partido? No podremos sacar adelante la consulta ciudadana de agosto próximo  para enjuiciar y llevar a proceso a los ex mandatarios, garantizar que el presidente López Obrador salga airoso de la revocación del mandato en el 2022 y ganar rotundamente las elecciones del 2024 si no hacemos un trabajo de autocrítica, cambiamos los órganos de dirección que funcionaron mal o no funcionaron durante el reciente proceso, si no organizamos el trabajo y las bases del partido, sino no trabajamos bajo una dirección política planificada, discutida y aprobada por la militancia, si no hacemos los máximos esfuerzos por unificar al partido y sobre todo, si no atendemos de inmediato las heridas que tanto lastimaron a nuestra organización