miércoles, 28 de marzo de 2018


La izquierda agazapada

Por JESÚS SOSA CASTRO

Mientras la atrabiliaria e impertinente palabrería de los “intelectuales” de la derecha se enredaban el día 21 de marzo en Milenio TV haciendo el papel de enjuiciadores de las propuestas del candidato de “Juntos haremos historia”, Andrés Manuel López Obrador ponía por delante en el debate la sabiduría y la entereza del Estadista, para enfrentar solo y con éxito, la jauría que, con el siniestro conductor de Milenio, le puso enfrente para golpearlo. ¡Fue sin duda un debate fuerte, sin contemplaciones! Los periodistas que llevó Milenio iban con la idea de confrontar a AMLO y de ser posible exhibir las debilidades de sus propuestas que, según ellos, están causando desasosiego en amplios sectores de la sociedad

La reacción de la derecha encabezada por Peña Nieto no se hizo esperar. Al día siguiente del debate la mayoría de la jauría estaba rabiosa exigiendo parar a López Obrador pues sus cálculos le salieron mal, el tiro dio en la culata. Tres propuestas de AMLO les quitan el sueño a los mafiosos y corruptos: Parar la construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México y echar para atrás las reformas educativa y energética por lesionar los intereses de los trabajadores y de la nación

Les dolió el resultado del debate. Pensaron que iban a golpear al candidato de Morena y se equivocaron. Andrés Manuel salió airoso de esta celada y tuvo la capacidad de exhibir la ignorancia política, histórica y administrativa de aquellos que han venido presumiendo de ser la voz y la conciencia del modernismo neoliberal tan codicioso y usurero como ellos. Si antes del debate López Obrador ya traía casi los 45 puntos de intención del voto, muy arriba de los dos contendientes de la derecha, hay que imaginar a dónde anda en estos momentos el crédito político del candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia. Por eso los derechosos andan desaforados gritando, amarren al tigre, amárrenlo. Pero esta nueva embestida les puede volver a fallar. El CCE y no pocos sectores de la clase media se están acercando a AMLO para encontrar soluciones en las que estén de por medio los intereses de la Nación

Hoy en día México y Morena están en los ojos y en los oídos de los mexicanos y de una buena parte del mundo. Gusten o no sus propuestas y su liderazgo, es este partido y su dirigente los que están fijando diariamente la agenda política nacional. Los candidatos de la derecha y Enrique Peña Nieto están en una defensiva cuyo basamento político se está cayendo a pedazos. La falsa argumentación de que ellos son los que tienen la experiencia y la capacidad para gobernar el país, está provocando hilaridad en amplios sectores pensantes de nuestra sociedad. Nadie les cree que ellos representen la capacidad y la honorabilidad para que la gente siga entregándoles su voto y su confianza. Ya no engañan a nadie porque en casi ochenta años de estar al frente del gobierno, lo único que han logrado es el empobrecimiento exponencial de la mayoría de los mexicanos y la entrega masiva de nuestras riquezas naturales

El pueblo quiere el cambio y lo va a defender. En su tiempo el filósofo inglés Tomás Hobbes afirmaba que, si las “grandes verdades hubieran tenido que esperar el voto favorable de las mayorías, nunca se hubieran conocido” ¡En México ya somos mayoría! Hemos decidido poner en práctica lo que este escritor también escribía “cuando los hombres construyen sobre falsos cimientos, cuanto más construyan mayor será su ruina” López Obrador ha repetido hasta el cansancio que él no quiere recibir un país destrozado, el pueblo tampoco. Queremos que en seis años de gobierno se atiendan y resuelvan los principales problemas que hoy enfrentamos como país

Para alcanzar estos objetivos históricos es necesario que los actores políticos, todos, apunten sus baterías en la misma dirección. Si hay razones para criticar conductas y políticas que no van con lo que prometió el Partido Morena, hagamos la crítica para ir corrigiendo las deformaciones de muchos líderes cuya cultura y formación priista son un activo a favor de las tranzas y oportunismos. En esto y en todo lo demás que tiene que ver con el proceso electoral en curso, la izquierda revolucionaria no puede permanecer agazapada con el pretexto de que el esfuerzo de millones de mexicanos está encabezado por un demócrata liberal reformador cuyo trabajo los llevaría a reforzar al sistema en lugar de construir con ellos la fuerza proletario-popular

Sin olvidar este objetivo de clase, el triunfo que podría significar cambiar el régimen político el 1º de julio “provocaría un rompimiento en la vida política nacional que colocaría al movimiento popular en condiciones muy favorables para profundizar la lucha por un México libre de las actuales condiciones de explotación y de opresión” Permitir “la continuidad de las políticas antipopulares de la casta neoliberal llevará al país a una etapa de mayor violencia, mayor pobreza y mayor agudización de las contradicciones que enfrenta el régimen actual”  La izquierda tiene una gran responsabilidad: Dejar su pasividad y confrontar con sus ideas y propuestas a los que hoy, impunemente están atacando al principal opositor del régimen depredador que padecemos con la idea de que nadie cambie en este país



   


miércoles, 21 de marzo de 2018


Los atracos de Graco

Por JESUS SOSA CASTRO

Agobiado por el smog, la politiquería de lidercillos y del tedio que impone la Ciudad de México gobernada por el inepto Miguel Ángel Mancera, me fui  a dar una vuelta por el Estado de Morelos en busca de otros aires. Lo que encontré fue el abandono, los latrocinios y la inseguridad que Graco Ramírez le ha infligido al Estado, ahora el más inseguro y violento de todo el país. Ya andando en esas seguí la ruta del sur oriente donde el sismo del 19 de septiembre último se cebó en contra de los pobres. Graco, un chucho de abolengo, le ha dado el golpe de gracia a este pueblo heroico sin la más mínima mesura política. Como quien no quiere la cosa puso a su esposa y a su hijastro a llenar las bodegas del DIF con los apoyos que el pueblo y el mundo donaron a los damnificados y que ahora, con “buen tino” este engendro de la política quiere poner esos recursos al servicio de su entenado  que aspira a ser gobernador. Ya estando en Jojutla me llamó la atención el caminar sonambólico de un montón de niños, que en su rostro se juntaban las lágrimas, la mugre y la orfandad
Me paré a la orilla de la calle y procuré acercarme a ellos sin generar actitudes que inhibieran la pequeñez emocional de estos niños tan solos y olvidados  por la sociedad y por los funcionarios públicos, cada vez más entretenidos en buscar las formas de legalizar sus fortunas amasadas con nuestros impuestos. Una vez que los chiquillos entraron en confianza conmigo pude observarlos y vi que de sus caras se desprendían sin mayor esfuerzo las lágrimas de esos ojos infantiles tan llenos de miedo y horror que la sociedad los ha obligado a vivir
A medida que la plática se iba haciendo larga y profunda, las lágrimas de  una pequeña se escurrían rostro abajo sin que nadie las pudiera detener. De momento pensé que María estaba utilizando esos recursos a los que muchos niños recurren cuando un apuro se ha convertido en una simulación para sacarle ventaja a una manera obligada de existir. Pero ¿y las lágrimas? Estas no eran fingidas, brotaban de manera real, se veía que la niña sufría, que en su alma ya no había espacio para sosegar su angustia, su soledad y su dolor. ¡A esas alturas la niña me había roto el corazón! ¿Quiénes son tus padres, dónde vives? Pregunté estúpidamente, como si una niña en estas condiciones pudiera tener las respuestas que yo andaba buscado. Mis padres murieron en el temblor de septiembre y lo que era nuestra casa, se calló. Mi hermano y yo vivimos en  esos escombros. ¡Lo decía como retorciéndose como si le diera vergüenza compartir sus sentimientos con un desconocido
Se me encogió el corazón ante tamaña desgracia y ante la enorme suma de todas las dignidades que no encuentran la ruta de cómo hacerle llegar a Graco todas las mentadas de madre que se ha ganado a pulso en estos seis meses de latrocinios y desgobierno. Miré a mí alrededor con el deseo de encontrar a alguien más que me pudiera explicar la angustia y las razones para no atender a estas criaturas ¡Pero no! Nadie se paraba siquiera por curiosidad 
Me quedé patidifuso sin saber qué podía hacer. Nunca como en este día observé con tanta nitidez el surgimiento de este viejo fenómeno social. Según estudio hecho por http://institutopermacultura.wordpress.com/ en el país hay diez millones de niños y jóvenes menores de dieciocho años trabajando y viviendo de la calle. La inmensa mayoría ha perdido su identidad, ha sido expulsada de su familia, y de su entorno cultural. Son niños golpeados, abandonados por sus padres. Esto y la falta de futuro, es lo que conduce a la marginalidad y la violencia. Por eso resulta intolerable la insensibilidad de los gobiernos, el abandono en que tienen a los pobres y la méndiga conducta de los políticos rastreros y corruptos como Graco Ramírez, Peña Nieto y un  universo de gobernadores y funcionarios públicos, todos, incapaces de resolver estos problemas. ¿No se han dado cuenta estos señores de lo que está ocurriendo en los hogares de los asalariados y en las urbes de México? ¿Han visto por casualidad lo qué pasa en el campo, en los pueblos y en las carreteras nacionales? ¿Han tratado los señores del poder, de explicarse el por qué en cada pueblo, ciudad o calle crece el ejército de niños, jóvenes y adultos que viven de la mendicidad? ¿Se están dando cuenta del hartazgo que sus políticas están produciendo en las entrañas del pueblo? ¡Yo creo que no! Por eso siguen siendo tan estúpidos estos hijos de puta!



miércoles, 14 de marzo de 2018


Subimos a las len sileanchas ncio, a oscuras



Por JESÚS SOSA CASTRO

El estudio del Manifiesto Comunista, las experiencias políticas de Blas Manrique, la constitución del Movimiento de Liberación Nacional en Tijuana con la Presencia del General Lázaro Cárdenas, Ramón Danzós Palomino y Manuel Marcué Pardiñas, Director de la Revista “Política”  nos traía a muchos  con la boca llena de Revolución. Cuando el General habló de irse a Cuba a defenderla al lado de Fidel y del Che, imprimió a este grupo de profesionistas bisoños una especie de aceleración de nuestras nacientes fibras revolucionarias
Todo esto sucedió en un breve período. De noviembre de 1960, a fines de junio del 61 muchas emociones se acumularon en nuestras filas. La influencia de sesenta y tres maestros llegó a remover la modorra de los ciudadanos y  profesores de Tijuana, en ese entonces un pueblo grandote. La gran movilización a favor de la Revolución  amenazada por el imperialismo, nuestra relación con un comunista ejemplar y perseguido llamado Blas Manrique, haber participado en la constitución del MLN; ´llevaron al gobierno norteamericano a retirarnos el pasaporte local, ficharnos como agentes del comunismo internacional e impedirnos viajar a cualquier parte de su territorio
A partir del 1º de julio empezaban las vacaciones del calendario B y cinco camaradas decidimos regresar al DF donde meses atrás habíamos dejado huella de nuestro trabajo estudiantil pero donde a decir verdad, también se habían quedado nuestros  amores de juventud. Alma, quien después sería mi compañera de vida, su madre y sus hermanas, todas, habían sido cesadas en su trabajo por participar abiertamente en el  Movimiento Revolucionario del Magisterio con Othón Salazar a la cabeza. Se trataba de sacar adelante la demanda salarial de los maestros de la Sección IX y dislocar el seguimiento que, con agentes, Gobernación le había puesto al dirigente del MRM
Con la mayor discreción nos citaron en el embarcadero de Tláhuac a eso de las 11 de la noche. Había que llevar antorchas y hacerse acompañar de un chinampero que conociera la zona. Subimos a las lanchas en silencio, a oscuras. Después de un tiempo indeterminado prendimos las antorchas para  atajar la oscuridad y evitar caer en las aguas del lago. Fue una caminata inenarrable, de película. A eso de la una de la mañana llegamos a un lugar donde todo se había  dispuesto con sigilo. Los compañeros de la región de Milpa Alta, San Gregorio, Tláhuac, San Pedro Actopan y Xochimilco hicieron bien su trabajo.  Evadimos a la policía de Gobernación, realizamos el Congreso del MRM, me eligieron miembro de la Dirección y se tomaron las medidas necesarias para que la lucha continuara aun cuando fueran aprehendidos los líderes del movimiento
Todo esto había sido precedido  de grandes acciones de masas. El 30 de abril de 1958 los maestros tomaron la SEP, el 8 de septiembre, Othón fue secuestrado y encarcelado en Lecumberri. Hubo cientos de maestros cesados y el movimiento social se estiraba hasta alcanzar a los ferrocarrileros, a los médicos, a los campesinos y a los luchadores en contra del Art. 145 del Código Penal Federal
En 1959, siendo aun Secretario General del Partido Comunista Mexicano Dionisio Encina, se lanzó en contra del Movimiento Revolucionario del Magisterio. Los que formábamos parte de la Dirección de este agrupamiento, empezamos a tomar distancia del PCM y algunos hasta abjuramos de nuestra militancia. El agravio cometido por el dirigente comunista no había sido para menos. Con Othón Salazar a la cabeza, José Revueltas y algunas decenas de seguidores, empezamos a deslizarnos hacia la lucha guerrillera
Una política antipecé empezó a germinar en varios de nosotros. Por eso volvimos los ojos al movimiento de masas como una oportunidad para cooptar a los líderes más destacados  e incorporarlos a la lucha por la vía armada. Por fortuna, en 1964  surgió el Frente Electoral del Pueblo con Ramón Danzós Palomino para candidato Presidencial y decidimos apoyarlo con la idea de acercarnos a los cuadros políticos más destacados para ganarlos a nuestras posiciones. Los comunistas que rodeaban a Danzós fueron más audaces que nosotros y al término de la campaña electoral del FEP, los presuntos guerrilleros volvimos, otra vez, a las filas del Partido que queríamos encabezara nuestras luchas. Esta decisión nos abrió otras puertas que colocaron nuestro trabajo en una situación de dificultades extremas. Nuestros líderes o estaban presos o eran perseguidos. Vivimos la semi clandestinidad, la represión y la cárcel. Aún así muchos de sus cuadros seguimos de pie    



miércoles, 7 de marzo de 2018


El contacto
Por JESÚS SOSA CASTRO

Con trabajos terminé mis estudios de primaria. La  pobreza de mis padres era creciente y su economía no estaba para que yo siguiera en la escuela. Mi tío, ya para entonces mi ángel guardián, mandó preguntar mis calificaciones y encontró en ellas algún talento que le sirvió para aprontarse con mi padre y pedirle que yo siguiera estudiando. Con su intervención impidió que como a cientos de miles de mexicanos, ignorantes y plantados en los picos de las montañas, muriera sin siquiera dejar impreso  su nombre en algún dato estadístico
Por fin llegué a la ciudad de México cargando un vejestorio de Veliz y adentro un puñado de ropas mal hechas que mi madre me hiciera con todo cariño y esfuerzo. Bajo el amparo de mi tutor oficial, me quedé unos meses como “gaviota” disfrutando de un espacio compartido con él en el internado y comiendo las sobras de lo que dejaban los alumnos que disfrutaban del derecho de comedor. Presenté el examen de admisión a la secundaria anexa a la Escuela Nacional de Maestros cuyo resultado me llevó, a los pocos días, a contar con derecho a cama y a comida con cargo al presupuesto del Internado y del comedor
En esta escuela registré la excelencia de dos grandes maestros. Ambos con sobrenombres  puestos por los estudiantes. La “Gata” en la Secundaria y el “Binomio” en cuarto año de normal. Estos dos maestros me introdujeron al estudio más allá de las materias obligatorias que había que cursar. Los viernes de cada semana la Gata nos hacía explicar lo que habíamos entendido del libro que  habíamos leído. Fue la época que siendo estudiante más  libros pasaron por mis manos. Un día  y por primera vez me pasó al estrado para explicar mi interpretación sobre el Zarco, de Ignacio Manuel Altamirano. Al hacerlo, mis compañeros se empezaron a reír, sin saber yo el motivo de su hilaridad. Después supe que el motivo de sus burlas se debían a la pobreza de mi vestimenta, a una actitud inhibida resultado de mi origen y al hecho de que mis pies, partidos por la tierra del campo, apenas podían cubrirse con pedazos de llantas de desecho
Al pasar a lo que entonces era el cuarto año de normal, mi carácter se transformó de manera radical. De pronto me di cuenta que en mi alma había algo más que humildad y abandono de lo que yo significaba. A ciencia cierta no sabía qué era lo que convulsionaba mi pensamiento, pero al romper con lo que hasta ese punto había sido el cuarto oscuro de mi desarrollo cultural y de mis relaciones sociales, me di cuenta que me estaba situando en aquel mundo del que me hablara mi maestro rural Moisés Flores Guevara. A la chiquillada campesina nos tenía encantados cuando se refería a lo que  significaba la “Escuela socialista del Gral. Cárdenas, de la necesidad de luchar por un mundo distinto, de acabar con el oscurantismo clerical y de ir, siempre, en busca de la libertad y la justicia” Entonces no les di importancia a estas palabras. Pasaron más de cincuenta años para que hoy, con mucho orgullo, esté dando cuenta de lo mucho que me enseñaron estos maestros
Aun siendo estudiante empecé apoyando al Movimiento Revolucionario del Magisterio que encabezaba Othón Salazar. Este movimiento encarnaba mis sentimientos proletarios sin que yo supiera  el significado y el compromiso que representaban. En este mismo período, mis compañeros de mi corriente estudiantil me hicieron Secretario General de la Sociedad de Alumnos, pero no pude tomar posesión porque la nomenclatura de la Normal que obedecía al charrísimo sindical del SNTE, encabezado por Alfonso Lozano Bernal, me quitó el triunfo y se lo dio a un charrito apellidado Santana
En 1960 me fui a trabajar a Tijuana, Baja California. El 16 de abril de 1961 los gusanos cubanos apoyados por el imperialismo norteamericano invadieron Cuba por la región de Bahía de Cochinos. El heroísmo de Fidel, de Raúl y de otros destacados revolucionarios mostrados en la derrota aplastante de los invasores, nos  impactó a los maestros que habíamos salido unos meses antes de la Normal. Convocamos a una manifestación de solidaridad que conmovió a los ciudadanos de este lugar. A los pocos días, en nuestros espacios colectivos nos visitó un compañero para ofrecernos libros y  apoyo a nuestras decisiones políticas. Le tomamos la palabra e hicimos de su librería un Cine Club y un centro de lecturas de libros marxistas
El dueño de este centro cultural y político se llamaba Blas Manrique. El camarada que años  atrás la CIA había aventado desde un peñasco a las aguas del mar en las playas cercanas a Rosarito. Por fortuna, el costal en que lo metieron para asesinarlo reventó al caer en el agua y de esa manera se salvó. Cuando yo me enteré de esta persecución y de las convicciones revolucionarias de Blas, le pedí que me ayudara a  ingresar a su partido, al Partido Comunista Mexicano