miércoles, 25 de abril de 2018
Ni el miedo ni
la mugre, AMLO el fenómeno
Por JESÚS SOSA CASTRO
Dicen los que saben que el conflicto es el motor de la historia. Si esto
es así, resulta explicable lo que sucedió en el debate del domingo y en lo que
se da en la política nacional. Los actores que se han atribuido el derecho de querer
encabezar la gobernanza en este país nos están proporcionando lo que son, sus
debilidades y su falta de propuestas. Cuatro sólo hablaron de López Obrador
porque creen falsamente que eso les dará votos para que estén en condiciones de
competir con el candidato puntero. ¡Se equivocaron de estrategia! Los cuatro
pumas de Meade resultaron unos gatos cualquiera incapaces de proponer algo
distinto a las propuestas de AMLO. Se dedicaron a injuriarlo, a inventarle
mentiras y agravios cuando ellos no presentaron opciones distintas a las de él
porque su mediocridad va de la mano de la corrupción y porque finalmente son
títeres del sistema
Para muchos existe la creencia de que estamos participando en una
batalla que no es precisamente contra molinos de viento. En esta contienda por
la justicia, la libertad y la recuperación del país, el pueblo se está
enfrentando a una siniestra cofradía integrada por la burguesía y el resto de
los partidos paleros, construidos para defender y vivir del sistema. Desde hace
siglos la clase dominante y sus compinches, han vivido de la explotación de la
fuerza de trabajo de los asalariados y de las prebendas que el sistema paga a
los líderes de esos partidos para tenerlos sometidos. Los que hoy enfrentan al
candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia, son los peones de un sistema
podrido cuya mugre está saliendo por todos los albañales
El pueblo, sin embargo, como el Quijote de Manuel de Cervantes Saavedra,
no está dispuesto a retroceder en la defensa de sus legítimos derechos, ahora
conculcados por la mafia que gobierna el país. Los millones de mujeres y
hombres que caminan por montañas, valles y ciudades para organizar y expresar
su apoyo a López Obrador, es un fenómeno inequívoco de que algo profundo y
trascendente se está rompiendo en lo más recóndito del alma y de la conciencia
del pueblo. Millones de mexicanos queremos diseñar un país en el que haya
igualdad, derechos y libertades para todos. Un país en el que la civilidad, la
cultura, el trabajo, el descanso y la dignidad se conviertan en los valores que
enorgullezcan a las actuales y nuevas generaciones
Es verdad que nos faltan cosas importantes por construir para no volver
jamás a vivir las pesadillas que nos impone la clase dominante. Necesitamos un
partido anclado en la conciencia de la clase trabajadora que responda a los
intereses de la mayoría de la población. Un partido incluyente, democrático con
una dirección revolucionaria capaz de impedir que la burguesía y sus
achichincles nos traten como arrimados en nuestra propia casa. Los políticos,
para gobernar, decía Michael Oakeshot, “tienen que ir no a la cocina, a los
antros, o a los restaurantes, sino al lugar donde están los problemas. Es allí
donde se aprende, donde se pierden los miedos, donde se juntan y se soldan las
voluntades de la gente. Es la unión que sirve para cambiar cosas, lo que
fortalece el espíritu de las mujeres y los hombres”
Tiene razón López Obrador cuando dice que sus contendientes son todos
blanquitos porque
no les da el sol,
porque no salen de los antros, de los restaurantes, de los conciliábulos. En el
debate se reflejó quien anda por el país soportando los calores y quemándose la
cara mientras los cuatro burócratas se lavan la cara con leche de arroz para
verse brillantes y deslavados, como muestra de que no salen de los antros y de
los restaurantes. En estos lugares no están ni los problemas ni se sienten los
sudores y las penas de la gente. Los que rodean a los candidatos del sistema no
son poseedores más que de la virtud de robar. Ninguno de ellos conoce el país y
menos a sus habitantes. ¡Viven pegados al poder y a la corrupción!
El ruido que la mafia está armando con sus cuatro cachorros en contra de
Andrés Manuel, es un intento más de su fallida estrategia para bajarlo de las
preferencias electorales. Quieren paralizar la actividad política y social que
a lo largo y ancho del país se está expresando con miles de activistas y con millones
de ciudadanos que votarán por Obrador. En los candidatos sistémicos campea la
incertidumbre y no son pocos los que ya empiezan a declinar en favor de su jefe
porque siempre fueron unos simuladores y unos transas de la política. En
cambio, el entusiasmo por la victoria se multiplica a favor de AMLO como un
repudio al PRI y a sus compinches
Ejemplos luminosos los hay en todas partes y en todos los sectores
sociales. Si se tratara de acrecentar nuestros ánimos por lo que vendrá a favor
de nuestro pueblo el 1º de julio, narro un pasaje de la indígena boliviana, aimara
de raza, en el momento en que la burguesía atosigaba a la gente diciéndole que
Evo Morales iba a llevar a su país a la ruina porque él era indígena, inculto,
no hablaba inglés y no era capaz de conducir los destinos de su nación.
Domitila Chungara, nombre de esta mujer, respondió a la sesgada pregunta que
sobre este tema le hizo un chayotero boliviano: “Tengo mucho miedo, es verdad”
“Pero es un miedo a recordar, a vivir y a morir como vivimos hasta ahora. No es
el miedo de ser, de reconocernos en toda nuestra espléndida y poderosa plenitud
a partir del cambio que viene”. ¡Y Evo, llegó!
miércoles, 18 de abril de 2018
México requiere un partido con cuerpo
y alma de clase
Por JESÚS SOSA CASTRO
De norte a sur y de
este a oeste el crecimiento de la candidatura de AMLO a la Presidencia de la
República por la Coalición Juntos Haremos Historia, avanza de manera incontenible.
Franjas enormes de pueblo, de campesinos, artistas, soldados, marinos,
estudiantes, maestros, comerciantes, empresarios, cristianos, católicos e
intelectuales, están acompañando este hecho como una expresión de hartazgo en
contra de las políticas octogenarias del PRI y de dos sexenios del PAN. Explicar
este fenómeno no resulta sencillo. Más aún cuando todos los días el candidato,
personas y grupos de distintas formaciones y prácticas políticas nos están
sorprendiendo con sus propuestas y decisiones
Quedarnos en la
autocomplacencia y dar rienda suelta a las celebraciones anticipadas pensando
que ya tenemos el triunfo en nuestras manos sería un error garrafal. El
adversario de clase mueve todos los días sus truculentas campañas de lodo en contra del único candidato opositor porque ve
que sus intereses y negocios mal habidos, se encuentran en peligro. ¿Qué hacemos
la dirección y la militancia de Morena para que el empeño de millones de
personas no sufra un descalabro más que dificulte o impida el pregón que se
propaga afirmando que ahora sí el cambio vendrá para nuestro país? ¿Estamos
listos para derrotar las políticas obsoletas, autoritarias y rapaces de una
burguesía que nunca ha representado a la mayoría de los mexicanos, pero que, en
cambio, trabaja para el capitalismo transnacional, ajeno a los intereses del
pueblo y de la nación?
Para evitar sorpresas
sería conveniente entender que el objetivo de cambiar el país solo se puede
lograr con la “articulación de todas las resistencias populares más desarrolladas,
con la construcción de la fuerza popular que sea nuestra fortaleza ideológica,
política y organizativa para hacer uso de ella como contraparte a los viejos
cimientos de la fuerza de la burguesía dominante” Contar con esta fuerza
popular, dirigida por un equipo de revolucionarios competentes, podría
llevarnos a ubicar el blanco principal de nuestra lucha, lograr que todas las
resistencias unificadas impulsen una consigna única, trabaje sincrónicamente en
tiempo y lugar y, sobre todo, que esté dispuesta a poner en juego prácticas de
autodeterminación que propicien el asambleísmo, la colectivización de las ideas
y la potencialización de las acciones movilizadoras. La alegría que se
producirá cuando se luche en común, se convertirá sin duda, en la fortaleza del
partido que andamos construyendo
Hacer este ejercicio de
entrenamiento expresa una postura colectiva, masiva, en la que la decisión que
nace de la conversación fraternal es algo que atrapa a todos los participantes
para empujar un proyecto común. Sin embargo, en la adhesión del pueblo a la
candidatura de Andrés Manuel, todos estos elementos apenas muestran su rostro o
de plano se encuentran ausentes. El entusiasmo que se manifiesta en los actos
de masas que se realizan a cualquier hora del día, en cualquier lugar y en
cualquier circunstancia, no se expresa con la misma pasión cuando se trata de
acciones que tienen que ver con el trabajo de organización, con el llamado a
cuidar las casillas, con la promoción del voto o cuando se llama a crear la
organización que les amarre las manos a los mapaches cibernéticos. Construir un
partido con cuerpo y alma de clase que no lo destruya una derrota ni la
embestida bestial de nuestros enemigos de clase, implica no volver a las
prácticas antidemocráticas ni a la creación de clientelas electorales alrededor
de los operadores políticos y de sus jefes. Lo que siempre se ha requerido y a
lo que hay que volver, es abrir los espacios de discusión en las bases del
partido y respetar de manera absoluta la opinión y decisiones de quienes, desde
abajo, vienen forjando la unidad, el convencimiento y la lealtad a las
convicciones de cambiar las reglas políticas en este partido y en este país
Hay que atajar la
recurrencia de una construcción de grupos de poder que han enfermado a las
bases de Morena. Confiar la construcción de una fuerza popular a personas
ambiciosas, sin experiencia y sin cultura política, ha hecho imposible la
conexión de una identidad programática y/o partidista entre los ciudadanos y
los “dirigentes” ¡El resultado ha sido fatal! Tenemos una militancia y una
ciudadanía desencantadas, porque se han dado cuenta que ese partido no es al
que ellas habían entregado su tiempo, sus recursos y su trabajo
Tenemos tiempo aún para
acabar con este desencanto. Si queremos evitar el fraude que maquinan nuestros
adversarios con todos los recursos del Estado y con el poder del dinero, demos
cuanto antes el viraje necesario y hagamos del apoyo masivo a la candidatura de
AMLO a la Presidencia de la República, el pivote que detone la construcción de
esa fuerza proletario popular que sin duda, parará los intentos de banalizar la
esperanza, defraudar otra vez al pueblo y echar por la borda el trabajo de
millones de mexicanos
miércoles, 11 de abril de 2018
¿Los disidentes están equivocados?
Por JESÚS SOSA CASTRO
A medida que se avanza
hacia el 1º de julio, personas y grupos militantes y no de Morena, están
acomodando sus decisiones político-electorales de acuerdo con sus visiones y sus
intereses. Según el destino al que llegan, o mejor aún, del que vienen, son
calificados, unos con la crítica severa, inflexible, y otros con abrazos y
parabienes. La mayoría de ellos se han incorporado al apoyo de la candidatura
de López Obrador que no a las filas del Partido. Para un sector de éste el apoyo
es negativo, puesto que, con él, van de la mano la cultura del arribismo, las
mañas, los intereses económicos y la potencial implosión que acabaría con el
proyecto llamado Morena
¿Qué preocupa o qué
molesta a aquellos que expresan apoyo a la Organización o a sus candidatos? Lo que molesta son las formas, las razones, la
inmoralidad y las decisiones antidemocráticas. Sin embargo, quienes están
llamando al voto diferenciado o a salirse del partido aduciendo que lo anterior
lo justifica, cometen un grave error. Pasan por alto varios hechos: Si su
intención es cambiar el régimen político, fuera del partido no podrán hacer
nada. No entienden la necesidad de contar con un parlamento mayoritario que
garantice sacar adelante el programa de gobierno de la Coalición Juntos Haremos
Historia. Tampoco hay comprensión respecto de lo que viven los mexicanos, expresado
en la degradación económica, social y cultural, en la falta de perspectivas
para cerca de 45 millones de personas de entre 25 y 40 años, la violencia
desenfrenada, las desapariciones forzadas y la entrega de nuestras riquezas
naturales. No toman en cuenta que todo esto ha producido en la gente un
hartazgo y una irritación que el pueblo ya le quiere ajustar cuentas. Esta es
la razón por la cual el pueblo pone en juego su voto, aunque aún no entienda la
necesidad de una organización con sentido de clase
Los críticos de Morena
que se están expresando de manera pública, tienen toda la razón en afirmar que algunos
de los que llegan a Morena no han pasado la prueba del ácido. Que muchos de
ellos son unas verdaderas alhajitas. Que la inmensa mayoría de ellos aún lleva
en sus venas el ADN de la cultura priista. Pero… ¿es solo de ellos la culpa?
¡NO! Los revolucionarios hemos resultado incapaces de formar un partido de
clase, representativo de los intereses del proletariado y del pueblo de México.
¿Esta debilidad se refleja en las filas de Morena? ¡Claro que sí! Por eso muchos
han caído en la tentación de disfrutar de las mieles que significa ser de la
nomenclatura, de tener las ligas con los chipocludos para ser ungidos como los
candidatos a ocupar lo que eufemísticamente llaman los encargos populares
Los críticos estamos obligados
a examinar la coyuntura con mayor profundidad. Sin demérito de nuestro derecho
a mantener nuestras posiciones, es inexcusable poner en juego la parte
decisoria de nuestra fuerza, de nuestra razón y de nuestro trabajo a favor de evitar
que la polarización social que ya tenemos encima se convierta en un huracán incontrolable
que lleve a las fuerzas reaccionarias y oscurantistas del país a imponer un
desenlace violento que acabe con la esperanza de ganar la elección el 1º de
julio. En su artículo del 8 de abril, en La Jornada, José Agustín Ortiz
Pinchetti al hablar sobre estos peligros dice que “los ataques serán múltiples;
algunos abiertos otros oblicuos, por radio, televisión, Internet, en las bardas
y en los cerros, en todo el paisaje urbano, en los pueblos pequeños y en las
aldeas, habrá ataques inteligentes e histéricos, abiertos y subliminales” en
contra de AMLO y de Morena. Sólo acoto una frase: los ataques no serán, ya son.
El candidato de la Coalición Todos por México y los grupos de poder, ya están ensayando
todo, a efecto de potenciar la campaña del miedo en contra del pueblo. Y aunque
todo será inútil ante el despertar de la gente que ya hace uso de su inteligencia
y de su palabra para explicar las razones por las que esa campaña y sus
impulsores fracasarán, no votar, dispersar el voto o romper ahora con el
partido, es un error que no debiera cometerse
¿Qué es lo procedente y
lo más necesario para los militantes, a pesar de las diferencias habidas y por
haber en contra de las arbitrariedades de la nomenclatura o de aquellos pájaros
nalgones, responsables directos del desastre que vive el partido en algunos
Estados de la República? Leonardo Padura en su libro El hombre que amaba a los
perros, da cuenta del debate entre Trotski y los “ideólogos” de Stalin sobre la
democracia. Esto escribió: “Los revolucionarios pueden ser cultos o ignorantes,
inteligentes o torpes, pero no pueden existir sin voluntad, sin devoción, sin
espíritu de sacrificio” “el revolucionario verdadero empieza a serlo cuando
subordina su ambición personal a una idea, a un proyecto” Liev Davidovich cerró
su frase con una alocución retumbante que le queda a los que desde las cúpulas
se empeñan en cerrarle el paso a la crítica y a la inteligencia. “Y como para
muchos esas cualidades no existen, les agradezco que tan diligentemente se aparten
del camino” ¿Está claro,no?
miércoles, 4 de abril de 2018
El primer paso, va ¿Y el segundo?
Por JESÚS SOSA CASTRO
Nadie puede negar el
enorme crecimiento de Morena. Encuestas diversas, calificadas, nacionales y
extranjeras, están dándole a su candidato Andrés Manuel López
Obrador poco más del 45% de las preferencias
electorales. Es tal el avance, que en Estados donde en las elecciones del 2006
y el 2012 no se tenía mayor influencia, hoy una franja importante de votantes
está manifestando su primacía por el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia.
En el extranjero, los mexicanos se están manifestando por este candidato. En la
opinión pública nacional, crece la percepción de que AMLO va a ser el próximo presidente
de México. La mayoría del pueblo va a poner en juego su voto y dice estar
dispuesto a defenderlo
Sin embargo, es
conveniente señalar algo que está trabajándose en las esferas del gobierno y de
los grupos de poder. Peña Nieto y los grandes capos de la banca, la industria y
el comercio, están dando señales de que están dispuestos a impedir el triunfo
de Morena para dar continuidad a las políticas públicas del gobierno, las
cuales han sido la fuente de sus riquezas exacerbadas. Por parte de los que luchamos
por un cambio de régimen, no estamos dando muestras de trabajar en la construcción
de la fuerza que impida, derrote y garantice que, ganando o perdiendo el 1º de
julio, los millones de mexicanos que expresamos el hartazgo y el
encabronamiento contra el gobierno, mantendrán la organización requerida para
garantizar las propuestas de gobierno o impedir que la dispersión de su
esfuerzo, difieran el cambio que se busca y el priismo se alce otra vez en contra
de los intereses del pueblo y de la nación
Si hemos logrado con
éxito el primer paso convenciendo a la gente de la necesidad de derrotar al
régimen priista, ¿qué es lo que sigue y cuál o cuáles son las principales
debilidades del proyecta Morena que al final nos pueden llevar a una nueva
derrota? Lo primero que hay que registrar es que en el interior del partido
campea una irritación enorme por la forma en que se han impuesto candidaturas
que no representan mayor prestigio y trabajo en favor de las causas del pueblo.
Se ha desoído la opinión de militantes y ciudadanos que desde el principio han
entregado trabajo y recursos para hacer efectivo el proyecto partidista que
ahora es Morena
En segundo lugar, está
la enorme deficiencia organizativa que hay en la base del partido. El
nombramiento de los enlaces no construyó ni logró mejorar su organización. Los “operadores”
de la Dirección Nacional trabajaron para ellos y para sus jefes. Creció la
clientela electoral alrededor de ellos, porque en sus manos estaba el dinero
que se les dio para que hicieran fuerte al partido y no a los grupos de poder.
A la fecha, la base es un desastre. Es el gruperío lo que retrata la nefasta
experiencia de las tribus del PRD
La tercera cuestión, y
tal vez la más importante, tiene que ver con la dirección política y el papel
de los intelectuales miembros o amigos de Morena. Como nunca, hay una campaña
de lodo en todos los medios en contra de Andrés Manuel López Obrador. El único
que responde, es él, el resto de los directivos están controlando el tránsito
para que el caos que están generando las candidaturas y las imposiciones, no
terminen destruyendo la elemental participación partidista. Pero ¿y los
intelectuales que se dice apoyan a Morena en dónde están? ¿Por qué no ponen en
juego su sapiensa y el papel de la palabra para enfrentar a la jauría que se ha
desatado en contra del candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia?
Pareciera que la
dirección unipersonal que vive el partido ha terminado por nulificar el
surgimiento de nuevos dirigentes y líderes que la situación política demanda.
Una complejidad como la que representa la actual coyuntura político electoral
exige una dirección colectiva, capacitada, actuante y oportuna para confrontar a
los llamados intelectuales de la burguesía. Hoy por hoy mucho de lo que
decidirá el triunfo o derrota de cualquier candidato a la Presidencia de la
República, no está solo en el manejo y la utilización de los sentimientos y de
las emociones, está en las ideas y en las propuestas
En las discusiones con
los compañeros sobre estos asuntos hay mucho ánimo por el triunfo que parece
inevitable. Sin embargo, al lado de esta euforia aparecen estas preocupaciones
que le están pasando de noche a los dirigentes de Morena. A estos les decimos
que el primer paso consistente en poner en el 1er lugar la preferencia a favor
de Morena ya lo hemos dado. El segundo paso, el más complejo y en torno al cual
se requieren mucho trabajo y sabiduría, es lograr que se respete el triunfo y
se logre la fortaleza y la organización que hoy le falta al partido. De lo contrario
…
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