lunes, 31 de agosto de 2015

La rebelión de los colgados

Por JESUS SOSA CASTRO
Desde luego no voy hablar de Bruno Traven y de su libro “La rebelión de los colgados” Tampoco de la película que estelarizó Pedro Armendáriz Hastings bajo la Dirección de Alfredo B Crevena y el Indio Emilio Fernández. Sería un honor poder hacer una reseña de la vasta producción literaria de Traven, o bien poner ante los ojos de mis lectores la esplendidez y el contenido de una de las películas que han visto varias generaciones. La vida de los peones oprimidos de Chiapas y de otras partes del país, bien merecen varios libros no unas líneas de un artículo periodístico. También sería interesantísimo poner en conocimiento de los jóvenes del siglo XXI   las relaciones de Traven con Frida Kahlo, Diego Rivera, Tina Modoti y David Alfaro Siqueiros.
Hubiera querido hablar de cosas más interesantes. De aquellas que han dejado huella en la historia de México. ¡Pero no! Hoy las circunstancias me obligan hablar de otra rebelión y de otros colgados, de aquellos que como dijera don (etilio) Emilio González Márquez, gobernador sinarquista del PAN en el Estado de Jalisco, dan “asquito” Voy hablar de los que se cuelgan del poder, del presupuesto, de la fama ajena. De aquellos que se han formado en la intriga, en los espacios palaciegos, en las oficinas, en los partidos. De aquellos, pues, que han llevado al país, al descrédito, a la decrepitud y al vacío cultural y moral que padecemos. De esa rebelión que estamos viendo en las esferas de la política y que, sin recato alguno los trepadores de siempre se cuelgan de quien sea, con tal de hincarle el diente a los recursos públicos y hacerse de un puesto o de una representación popular sólo por el placer de seguir hinchando sus bolsillos en nombre del pueblo
El 18 de diciembre empezó su precampaña con militantes del PRD, PT y Movimiento Ciudadano Andrés Manuel López Obrador. Este inicio tuvo lugar en la GAM. La corredera de los búfalos daba pena ajena. Lidercillos como Víctor Hugo Lobo iban y venían de un lado a otro del templete hasta encimársele materialmente a AMLO. Las huestes femeninas de este señor, se desgarraban la garganta gritando Lobo, lobo, lobo, como si el acto hubiera sido organizado para él. Apretujados, jadeantes, sudorosos y sin vergüenza, querían, otros y él, estar cerca del líder, del candidato a la Presidencia. Todos estos politiquitos necesitaban de la foto, del espaldarazo, de la bendición, para seguir su carrera de trepadores y vivir del presupuesto por secula seculorun. ¡Convendría hacer un aproximado para ver cuánto le cuesta a la nación este lamentable espectáculo de arribismo y de mediocridad! Hay que tomar nota de que está surgiendo una escuela de vagos y malvivientes de la política que necesitamos erradicar. Pues siendo ésta una tarea de servicio a la sociedad,  hoy los politicastros la han llenado de mierda que impide que los ciudadanos crean en otros políticos que están convenciéndonos de que esto puede y debe cambiar. Todos los partidos tienen sus monstruos de la inmoralidad, de la corrupción y de la incompetencia. La bufalada está resultando una ofensa para la sociedad   
Es claro que este fenómeno de arribistas y corruptos ni es nuevo ni sólo se da en los viejos partidos de la derecha. Está permeando a los de izquierda y a los sindicatos de trabajadores y de los empresarios. ¡En todas partes se cuecen habas! Por lo tanto, la necesidad de extirpar este cáncer se está convirtiendo en una demanda de salud pública que debe ser llevada a rango de Ley. La anticorrupción y la lucha contra el oportunismo deben estar normadas para dar sentido a la moralidad y al ejercicio de la política que sirva al surgimiento de una moral republicana

El escenario que vemos los ciudadanos de a pie, no es nada halagador. Cada partido y cada candidato a la Presidencia de la República traen en sus alforjas un atajo de personajes, todos ellos indeseables. Desde el gober precioso en el PRI hasta su Felipito en el PAN y su chuchito en el PRD. La mayoría de los políticos les da flojera crecer. Son incultos, mediocres y por lo mismo no tienen ni para dónde hacerse. Por eso se la pasan empujándose en el insano esfuerzo de que les caiga del más acá una chambita que les permita seguir en la bonanza sin tener que ganarse el pan con el sudor de su frente. ¡Pero Aguas! Estas cosas ya están generando una rebelión ciudadana. Los colgados de los puestos públicos, de los partidos y del poder, ya nos están calentando los tompiates y como que ya no estamos para seguirlos aguantando. Vale más que se comporten y que se pongan a trabajar. ¡México merece otra suerte y otros líderes! Los que pululan por los corrillos, empujándose y gritando lobo, lobo, lobo, tienen sus minutos contados. Pronto habrá una regeneración de las conductas públicas y en el comportamiento de los políticos, desaparecerán la corrupción, las tranzas y la impunidad, habrán pasado a la  historia. ¡Nada más, pero nada menos! 

martes, 25 de agosto de 2015


 Una visión de país y un apunte sobre el futuro

Por JESÚS SOSA CASTRO

Para nadie es un secreto que el país está cayéndose en pedazos. Que el pueblo y sus trabajadores están pasando enormes dificultades para poder subsistir. Que de los ocho partidos políticos que mantuvieron su registro, siete representan los intereses del sistema. Morena está dando sus primeros pasos y no es correcto, aún, juzgar su comportamiento político. Su líder Andrés Manuel es el único que puede evaluarse positivamente por los resultados obtenidos como Jefe de gobierno del 2000 al 2005. En cambio, la dirección actual no ha podido resolver los problemas de los grupos de poder. Se siguen imponiendo decisiones arbitrarias y se afianzan las bandas corporativas. La democracia es la ausencia principal en su práctica política. Necesita remar fuerte y a contra corriente para que los oportunistas no se coman al partido que, todos, sostenemos debe ser diferente a los demás

¡Esta tarea es difícil y compleja! Las fuerzas políticas y sociales que están hartas de la pobreza, el desempleo, el caos económico, la violencia y el saqueo de nuestros recursos, están obligadas a la corrección de sus prácticas organizativas y políticas. La oligarquía trabaja con oportunidad y eficacia para impedir los cambios que se vienen exigiendo por amplios sectores de la sociedad. La izquierda está fraccionada y no se ve que Morena esté tomando las medidas para convertir sus estructuras en un bastión democrático que sea el espejo en el que se miren los ciudadanos que trabajan por una verdadera transformación. Si al final de cuentas el II Congreso Nacional del 20-21 de noviembre, no remonta lo que está sucediendo en sus filas, Morena no podrá entusiasmar a la gente que eventualmente pudiera votar por su proyecto. Necesitamos un golpe de timón a favor de la democracia, la transparencia y la conversión del trabajo electoral, en acciones que defiendan las demandas y las luchas populares

El problema fundamental que viven las fuerzas democráticas del país, tiene que ver con su dirección política. En el ejercicio de su trabajo, estas fuerzas no distinguen los espacios de la conflictividad social. Siguen usando los mismos viejos métodos de lucha, sus acciones políticas están impregnadas de un liberalismo burgués y a veces, de un jacobinismo formalmente remozado. Sus militantes estamos atrapados en el inmediatismo, en un practicismo estéril, en los que de manera arbitraria se separan la política, la ética, la convivencia revolucionaria y la práctica cívico-social. Al lado de estas cuestiones negativas, hay, sin embargo, algo que nunca podremos encomiar demasiado: la abnegación, el trabajo y la honestidad de miles y miles  de militantes, a la cabeza de los cuales se encuentra el líder Andrés Manuel López Obrador. ¡Esto es importante reconocerlo!

Expresar estos reconocimientos, no nos exime de la responsabilidad de anotar las cosas que nos faltan y/o las debilidades que aún arrastramos. Lo primero que tenemos que hacer, es definir claramente cuál es el nuevo rumbo que le estamos proponiendo al país. Hasta ahora sólo hemos hablado de un cambio verdadero pero este pronunciamiento ya no es suficiente. Es verdad que la lucha revolucionaria debe ser integral, debe implicar lo nacional y lo mundial, porque vivimos en un mundo globalizado, según lo señala el ABC de la teoría. ¡Pero todo principio que se absolutiza termina por negarse! Desde nuestra óptica, los conflictos sociales que tienen que ver con el ejercicio del poder hay que atenderlos de manera diferente como diferentes son los espacios de la conflictividad social

Uno de esos espacios es la formación, conformación y ejercicio del Estado y del gobierno. Aquí están los partidos, el parlamento, la justicia, la lucha electoral, entre otros. En él se producen y reproducen las condiciones materiales de la vida, donde se dan y se tensan las relaciones sociales de producción, distribución y consumo. La lucha es por mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la población. La dirección revolucionaria, ocupa otro espacio, en el cual se expresa la conducción despótica del poder y la autodeterminación de los pueblos. Para evitar equívocos, hay que señalar que estos distintos espacios son parte de una misma totalidad y que el trabajo revolucionario debe darse en sincronía y en una misma concurrencia, aunque los lenguajes, los contenidos de las demandas, las formas de lucha y las tareas sean distintos en cada uno de los momentos y los espacios

Con esto queremos decir que un partido político como Morena, tiene la obligación de singularizar el tipo de luchas que enfrenta y aplicar de manera diferenciada sus políticas, sus tácticas y sus estrategias. No es lo mismo luchar por demandas reivindicativo sectoriales, que proponerse la toma del poder. Si este fuera el caso, el contenido de su lucha tendría que empezar por forjar en el pueblo una nueva significación de su vida, un imaginario colectivo diferente, que subvierta la hegemonía de los poderosos y genere las condiciones para que el esfuerzo y la acción popular, conduzcan a ese gran objetivo. Estas distinciones que creo necesario hacer, nada tienen que ver con la vieja diferenciación que hacía Lenin en torno a la lucha consciente y la lucha espontánea o lucha política y lucha economicista, aunque para todos los luchadores,  no hay espacios prioritarios de por sí. Al contrario, en todos ellos tiene que desplegarse la lucha revolucionaria, porque cada lucha acumula experiencia que da cuerpo a la conciencia política de los distintos sujetos que actúan en esos espacios de conflictividad social

miércoles, 19 de agosto de 2015

Algunas reflexiones sobre el poder y la democracia
Por JESÚS SOSA CASTRO
En su discurso ante la Convención Nacional del 7 de febrero de 1794, Maximilien Robespierre dijo que “la democracia es un Estado en el que el pueblo soberano, guiado por leyes que son obra suya, puede obrar por sí mismo, si esto no fuera posible, deberá hacerlo al través de sus delegados, … porque la democracia, es el movimiento dirigido a arrebatar el poder a quienes lo acaparan, para repartirlo entre el pueblo que es el llamado a ejercerlo por sí mismo o por sus delegados”(1)
Doscientos veinticuatro años después, la lucha por la democracia en las sociedades modernas sigue siendo una demanda inaplazable. No hay partido político de izquierda o más o menos progresista, que no hable de la necesidad de democratizar la vida de sus respectivas sociedades, aunque en su actuar cotidiano, esos partidos se hayan asumido como parte de las derechas autoritarias, antidemocráticas y siempre, detentadoras del poder. Esto, entiéndase o no, conduce a que en la mayor parte de las revoluciones actuales esté planteándose la necesidad de socializar el poder, sin lo cual, no puede hablarse de democracia
Este es un problema complejo y hay que trabajarlo sistemáticamente y a fondo. No solo porque la democracia tiene que ver con el poder y el poder que hasta ahora conocemos, lo que menos le interesa es la democracia. Los que acaparan este binomio, al lado de sus intelectuales y sus burocracias políticas, argumentan e insisten en que la democracia es, cuando mucho, un proceso de selección entre élites para ejercer el control de la administración. Para ellos basta que pueda elegirse a representantes y a funcionarios entre los partidos del sistema para que se regodeen hablando de la democratización de su vida nacional
El Dr Armando Martínez Verdugo ha hecho importantes aportaciones sobre la dicotomía que a Robespierre hace más de dos siglos le preocupaban. En el capítulo tres de su libro, acepta que teóricos de gran relevancia no han resuelto a profundidad la imbricación humana entre la democracia y el poder. Aventura, sin embargo, la tesis de que en los filósofos alemanes del siglo XIX se encuentran las claves para entender lo que este concepto significa. A partir de esas claves, Martínez Verdugo afirma que “el poder es una relación social humana que finca sus raíces en la condición fundamental, exclusiva y específica, que ningún otro ser vivo, realiza” “La forma de cómo este ser humano aplica su poder, es ejerciendo una relación social de dominio, control y mando sobre los demás” (2) Por medio de estos mecanismos hace que el poder se maneje al arbitrio de las facultades propias y ajenas, trastocando el atributo esencial de los seres humanos. Estos seres poderosos son los que ponen a los otros en orden, les ponen el orden en el que deben vivir y les determinan su situación vital conveniente
Ahora bien. Robespierre señala que “la democracia es un Estado en el que el pueblo soberano, guiado por leyes que son obra suya puede obrar por sí mismo, pero si esto no fuera posible deberá hacerlo al través de sus delegados” Los poderes imperiales y las oligarquías, cualquiera que sea su origen o su nacionalidad, son los que tienen el poder y no lo van a soltar así sea por mandato del pueblo o de sus delegados. Tampoco lo van a entregar por el influjo que significa la presión política. Entregarán el poder cuando la mayoría del pueblo los confronte y los derrote. Mientras la lucha por el poder y la democracia se limite al ejercicio del voto y de la razón histórica, los poderosos seguirán montados en él haciendo de las suyas. Para que haya democracia no basta con tener acceso a los procesos electivos o de ejercer el derecho a la libre opinión, aunque esto represente un gran avance, lo que hay que hacer es disponer todas las fuerzas del pueblo para disputarle el poder a los imperios, a las oligarquías y a las clases explotadoras 
Para que haya democracia, es necesario que los más tengan el poder y que desaparezcan los privilegios de los menos” Porque cuando los privilegios se democratizan, estos se convierten en los derechos que son la base de la libertad. Por eso aquellos que atacan los derechos civiles y los derechos sociales, atacan la democracia. Ese discurso consuetudinario y radical que consiste en defender la democracia contra viento y marea, solo tiene significación si se empatan los dichos con los hechos y si se liga esta lucha con la necesidad de tomar el poder. Muchos se la pasan gritando su radicalismo por conquistar la democracia sin conectar su lucha con la transformación radical de la sociedad humana. La radicalidad de los que luchamos por la democracia sólo la podemos medir haciendo que los principios sean consecuencia de la radicalidad de los resultados. Y todo esto, valga la simplicidad, solo se consigue conquistando el poder. No hay otra salida, por lo menos, así lo percibo



(1).- Disputar la democracia, Política para tiempos de crisis. Pablo Iglesias Editorial Akal
(2).- El poder, Una aproximación teórica a su fundamento constituyente, Armando Martínez Verdugo,  Editorial Instituto Electoral del Estado de México, IEEM


miércoles, 12 de agosto de 2015

No construyamos un partido con alma de papel
Por JESÚS SOSA CASTRO
Para nadie es un secreto que la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión y la mayoría de las “Instituciones” están en un acelerado proceso de descomposición.  El INE, el TEPJF, la SCJN, la PGR y los demás tribunales, son como la carabina de Ambrosio. El gobierno es un nido de corruptos y maleantes de la política. Las instituciones dan pena ajena.  Nueve de los diez partidos que componen el Congreso, ni siquiera han intentado defender los intereses de sus “representados” Por cálculos políticos, han renunciado al papel de atender las necesidades de los  ciudadanos y se han asumido como instrumentos de abyección al servicio del sistema. Vivimos al borde de una debacle nacional.  Todos, son la afrenta que actualmente pesa sobre la nación  
Por eso en millones de mexicanos, bulle un desprecio y un desencanto hacia todo el aparato gubernamental, que se acrecienta con el modo de producir y reproducir la vida en este capitalismo salvaje, voraz, inhumano y antinacional. ¡Todo se vende y todo se compra! No es casual que otro mundo, el nuestro, esté pensando en algo que nos dé otra perspectiva, otra ilusión, otra esperanza. Ese desencanto y ese algo que deseamos, tienen larga data, como largo es el sendero de esfuerzos, de batallas que hemos librado grandes sectores de mujeres y hombres en distintos momentos de la vida nacional. Es verdad que hasta hoy, nuestros sentimientos y nuestra lucha no han tenido un jarro que reciba, guarde y potencie nuestros esfuerzos. Pero, las batallas que en distintos momentos hemos librado millones de ciudadanos, están en camino de concretarse. Ese momento puede ser el 2018. Lo aprovechamos o no tendremos la oportunidad de que éste se repita en breve tiempo
Necesitamos que la sabiduría que nos han dado esos combates sociales, esa experiencia revolucionaria, esa fuerza creciente de muchos mexicanos, encuentre un recipiente y un tiempo en el que se puedan depositar y realizar los sueños que el pueblo ha venido construyendo en estos complejos procesos de la lucha política. ¿Quién puede ser ese recipiente y cuál el momento? ¿En torno a quién y cuándo los millones de ciudadanos nos podremos agrupar para transformar la vida de México? ¿Será el Movimiento Regeneración Nacional, Morena, ese recipiente  y el 2018 lo que andamos buscando para transformar el país?  
Cualquiera que sea la decisión de la gente en las acciones del 2016 y del 2018, hay que disponernos y proponernos, al través de nuestras acciones, de nuestras propuestas, de las consecuencias y de nuestra ética; ser ese recipiente que hoy está en ciernes, formándose, para que el trabajo de Morena sea el jardín de las victorias populares y la tumba del sistema de opresión y explotación que padece nuestra sociedad. No construiremos ese espacio para un pueblo con ansias de libertad y democracia, si en nuestro comportamiento y en nuestras acciones no renunciamos a los viejos métodos de hacer política. Queremos que Morena sea el espejo donde se pueda ver un rostro distinto, fresco, seguro, democrático y libertario
Esta tarea hay que emprenderla ya, porque vamos con retraso. La sabiduría y la experiencia que han venido acumulando millones de personas, no pueden caminar por la misma ruta que han llenado de abrojos nuestras luchas. Hay un hartazgo justificable contra quienes han ensuciado la política. RADIOAMLO.ORG- dio a conocer el 10 de agosto un planteamiento en el que se afirma que “Durante el proceso electoral del 7 de junio, la selección de candidatos dejó un mal sabor de boca en muchos distritos electorales. Nombrarlos a todos sólo nos recordaría lo más podrido de la política nacional. Varios militantes, aún con trapacerías, mantuvieron la esperanza en que los resultados de este proceso, les daría a cada quien lo que merecía, con la intención de que al final del mismo, se diera un espacio para la reflexión. Pero es sorprendente que aquellos que cometieron errores no solo no reflexionaron sobre los resultados electorales, sino que ahora plantean nuevamente darle la espalda a la militancia y al movimiento social que le dio origen al partido. Nuevo León, Oaxaca, Colima” Morelos y otros Estados, son el ejemplo vergonzoso de lo que se afirma. “No vamos hacer un recuento de estas trapacerías que realizaron para poder quedar quienes quedaron. Todo lo hicieron bajo la supuesta aprobación de AMLO, escudándose además, en el manto oscuro y discrecional del llamado a la unidad”
“Ahora que se inician los trabajos rumbo al Segundo Congreso Nacional, ya se habla de acuerdos para que lleguen los mismos o para que se mantengan los “grupos” y que continúe la actual estructura bajo los mismos pretextos: La unidad y la aprobación de AMLO” Si esto que transcribo es un planteamiento oficial, debe decirse públicamente y señalar  quiénes son aquellos que están transgrediendo las normas estatutarias y los procesos democráticos que tanto se cacarean de dientes para afuera. Lo que ya no se puede ocultar es que esos “grupos” de poder, ya están en plena operación haciendo de las suyas. Quieren comités territoriales no para fortalecer al partido  sino para fortalecer su clientela electoral y seguir colgados del poder.  Quieren una organización de papel. ¡En esto radica la debilidad de Morena! Si no se corrigen las cosas, para el 2018 tendremos que decirle a los electores por tercera ocasión, ganamos, pero… volvimos a perder

Lograr la democracia interna y la construcción real del partido, es avanzar en una concepción que por sí misma, llene  de recursos humanos, de experiencias, de combatientes y de ideas a Morena. Buscamos ese espacio desde el cual se diseñe y se realicen acciones democráticas crecientes: ¡Esta es una urgente necesidad! Los que así pensamos buscamos un recipiente que albergue las inquietudes de lucha de muchos combatientes por la libertad y que sea capaz de entender el significado de la democracia. Una fuerza que provea de condiciones para el despliegue mayor de las batallas sociales de millones de compatriotas que han perdido la confianza en los gobernantes y en los partidos paleros y llenos de vicios y deformaciones. Nuestro objetivo es el de aquellos, mujeres y hombres, que han participado toda su vida por la transformación del país y siempre han sido traicionados por los que detentan el poder. Esta es nuestra lucha y esa es nuestra autodeterminación

miércoles, 5 de agosto de 2015

A esto le apuesto. ¡Ni más, ni menos!
Por JESÚS SOSA CASTRO
Estamos a tres años de la elección presidencial y ya la caballada anda desatada. Hasta hoy, once políticos han declarado que tienen intenciones de competir como candidatos a la Presidencia de la República. La mayoría de ellos no llegará a serlo. Simplemente ponen su nombre para ver si alguien se ocupa de sus prestigios perdidos y otros, quieren poner en blanco y negro sus sueños guajiros para ver si alguien, los pela. El único que trae el 42 % de la intención del voto a nivel nacional según el Grupo Reforma, es Andrés Manuel López Obrador. Su trabajo, su honestidad y el conocimiento que tiene de México, lo tienen al frente de la puja electoral. ¡Andrés Manuel va muy bien! Merece la candidatura y desde luego, México lo necesita como Presidente. Los precandidatos priistas, panistas y perredistas, simplemente no pintan, sus partidos hartaron a los electores 
Para llevar a buen puerto esta candidatura necesitamos cambios profundos en Morena. Y lo primero que debemos descubrir es en dónde están nuestras debilidades y en dónde nuestras fortalezas para convertirnos en una alternativa de poder. El partido es portador no sólo de la esperanza de un cambio sino de los principios de justicia, de solidaridad y de ese sentido común que puede hacer posible derribar el muro de lo inconcebible. Si buscamos la democracia para México, no basta tener el derecho a votar, exigimos el reparto del poder. Porque para que haya igualdad de derechos tiene que haber, también, igualdad de poderes. Este es el verdadero sentido de nuestra lucha. Si pregonamos el cambio, tenemos que dejar de parecernos a la derecha y salir de la inmovilidad para convertirnos en un gran movimiento de masas. Sólo así llevaremos a AMLO a la Presidencia de la República
Contar con un partido triunfador exige de muchas cosas y de una organización impecable. Morena debe eliminar la suma artificial de miembros. Los “líderes” no deben poner cuotas a nadie y menos traer como clientela cautiva a personas que andan en busca de apoyos o de servicios. Estamos hartos de este tipo de comportamientos. Requerimos que los miembros de Morena estén llenos de ideas y de proyectos en los que estén presentes sus convicciones políticas. No queremos a personas presionadas. Los tiempos actuales exigen de la militancia formación ideológica y política, radicalización, habilidad comunicativa, y también aspiraciones de gobierno. Se requiere determinación para cambiar lo de adentro para estar en condiciones de poder cambiar lo de afuera. ¡Necesitamos un partido que ni en sus formas de organización ni en sus acciones, se parezca a los partidos de la derecha!
En el 2006 y en el 2012 Andrés Manuel López Obrador ganó la Presidencia de la República. Esto es lo que afirmamos y ese fue el sentido del voto de los ciudadanos. ¡Solo que los que llegaron a la presidencia fueron otros vivales! Hoy, a nueve años del primer intento trascendente de las fuerzas democráticas, la gente quiere otra vez darle su voto al único líder con estatura de estadista y una ética política incuestionable. Si la gente está dispuesta a dar su voto para que triunfe la democracia en el 2018, Morena tiene la obligación de corregir cuanto antes aquellas prácticas que no incorporan el voto ciudadano
Las asambleas delegacionales, distritales, estatales, municipales y congresos para elegir a los dirigentes intermedios y nacionales, deben ser ejemplo de democracia. Si los “Jefes” vuelven otra vez sobre sus acarreos o prácticas corporativas y dejan de lado la necesaria participación de las bases, el partido se va a dividir y el resultado electoral que buscamos se va a malograr. Ya hay una fuerte corriente nacional que viene empujando contra estos vicios, contra esas prácticas, pero parece que esto no les preocupa a los actuales dirigentes. En cambio, si se abren las puertas para que el ejercicio de una política democrática sea la que se asiente en las filas de Morena, la candidatura de Andrés Manuel para el 2018 no sólo se abrirá paso ante la mediocridad de las otras, sino que el voto del pueblo lo llevará a la presidencia de la República a pesar de la oposición de las mafias
Si queremos cambiar el país, tenemos que imponer otra hegemonía. Esa hegemonía le pertenece al pueblo. A un pueblo que se sienta partícipe de las decisiones y no solo una fuerza utilitaria para fines electo-partidistas. Los que hoy detentan el poder y han llevado el país a la quiebra no son invencibles. Se han mantenido en esa preponderancia porque hay incapacidad organizativa de la gente, por sus pugnas internas y por la falta de una dirección revolucionaria. ¡Démosle un nuevo rostro a esa alternativa! La crisis y la catastrófica situación económica y social que vivimos están llevando a México a un callejón sin salida. Los actores hasta ahora dominantes no dudarán en llevarnos otra vez a una edad de piedra con tal de conservar sus intereses. La salida no está en hacerles el favor de asustarnos y quedarnos pasivos o callados. La lucha la sabremos dar aportando lo mejor de las fuerzas democráticas y recogiendo con presteza la sabiduría y el coraje que anidan en el cuerpo y el alma de los mexicanos. ¡A esto le apostamos! Ni más, ni menos




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sábado, 1 de agosto de 2015

Si algo puede cambiar en Morena, depende de su militancia

En nuestra reunión de Comités Territoriales del 28 de julio, abordamos lo de la campaña de afiliación y recogimos algunas demandas ciudadanas que habremos de hacer llegar al Jefe Delegacional entrante y a los representantes populares de Morena. Nos acompañó Paulo César Martínez López, Diputado local electo a la Asamblea Legislativa
El Colectivo “Francisco Hernández Reyes” es una instancia que en su haber, ha desarrollado una posición crítica sobre las políticas y procedimientos aplicados por dirigentes del Partido. Lo hemos hecho, porque estamos convencidos de que si algo debe cambiar a favor de la democracia interna, depende de nosotros, la militancia. Si el miedo a decir lo que sucede lo han utilizado para inhibir nuestras protestas, la esperanza y la determinación de cambiar esto, es el poder de las bases
Tenemos la intención de corregir estas prácticas. Buscamos que lo que se afirma en los documentos básicos de Morena sea concordante con la realidad, y que las palabras se reflejen en los hechos. Por eso vimos correcto reunirnos con el ex candidato a la Jefatura Delegacional de la GAM por Morena Ramón Jiménez López para el 4 de agosto a las 6 de la tarde, Creemos que se impone la necesidad de encontrar juntos los puntos finos para avanzar unitariamente en el proyecto de Morena. Esto es lo que puede justificar y hacer necesario cualquier esfuerzo por acabar con la parálisis y la división del partido en Gustavo A Madero
Respondimos a esta reunión. Nuestras diferencias políticas y los métodos utilizados para excluirnos de dos candidaturas, no nos impiden trabajar juntos para que en los procesos electivos y políticos que vienen, seamos capaces, todos, de superar los procedimientos que han llevado a que cada quien jale por su lado, cuando juntos podemos potenciar el papel que puede jugar el partido  
Desde este punto de vista, la reunión a celebrarse con Ramón Jiménez López puede ser positiva. Hablaremos con franqueza y haremos lo posible por eliminar lo inadmisible en las filas de Morena. Se trata de que en este proceso de ensayos y prácticas diferentes, todos los colectivos, comités territoriales y personalidades, seamos capaces de caminar juntos en lo básico, respetando cabalmente la Declaración de Principios y las demás normas estatutarias, con vistas al fortalecimiento del partido para convertirlo en la opción de millones de ciudadanos que luchan por un cambio verdadero
Con este espíritu nos encontraremos con Ramón Jiménez López, con Paulo César Martínez y con cualquier otro interlocutor que tenga algo que aportarle a Morena sobre su unidad y sus principios. Hemos empezado a entrar en contacto con los ciudadanos y militantes que antes no participaban en las decisiones. Lo que hoy le planteamos a quien puede ser el Jefe Delegacional y al diputado Martínez López, es resultado de una práctica ciudadana que empieza a desarrollarse con vigor. Daremos seguimiento a nuestros asuntos y no se hará nada que avergüence a sus protagonistas. Para eso es la reunión y esperamos que los pasos que siguen, sirvan para democratizar la vida política de la militancia y hacer fuerte la presencia ciudadana. Somos miles los que queremos democracia en nuestras filas y vamos a crecer. ¡La historia está aquí y nos espera! No dejemos de mirarla a los ojos. ¡Necesitamos un partido democrático para luchar por un país justo!
México, D.F., a 30 de julio del 2015

Comité Territorial de Morena en la Col.Tepeyac Insurgentes