miércoles, 26 de septiembre de 2018


Tlatelolco, dos de octubre (2)

Por JESÚS SOSA CASTRO

El movimiento estudiantil del 2 de octubre del sesenta y ocho vislumbró los efectos y defectos del capitalismo salvaje del último tercio del siglo pasado. La historia de este hecho es más profunda de lo que han dicho y escrito los apoyadores y críticos del sistema. En estos años, la explotación de los trabajadores y la pérdida de sus derechos se acentuaron, la lucha sindical tomaba impulso y la burguesía les daban aire a los sindicatos blancos, al charrismo y al corporativismo. Estas políticas se convirtieron en el referente principal de la actividad obrero patronal y de las luchas estudiantiles
El dos de octubre la juventud vio el futuro de un país que caminaba hacia una crisis política de grandes proporciones. Los antecedentes más cercanos que habían conquistado espacio en la conciencia juvenil habían sido las acciones de los ferrocarrileros, de los maestros, campesinos y médicos. Estos sectores estaban valientemente enfrentando esta crisis haciendo de la calle y del movimiento de masas una confrontación con el régimen político. Por primera vez la potencialidad de la lucha estudiantil no sólo vivía la crisis, sino que la enfrentaba con una centralidad en su discurso, en sus acciones y en su dirección, que lograron poner en jaque a la dirección política estatal
El movimiento del sesenta y ocho anunció lo que hoy queremos cambiar. Nació con el grito de los muchachos que buscaban poner los intereses de los trabajadores y de la patria en el campo del derecho a reconocer la realización de una vida auténticamente humana vivida en autodeterminación. La suma de todos esos gritos y de todas las acciones populares, pequeñas y multitudinarias, rompió la estructura del poder el 1º de julio de dos mil dieciocho con otra fuerza potencialmente más fuerte y radical que lo que se proponían los movimientos anteriores. El llamado a revelarse contra las políticas rapaces de una minoría privilegiada y unos gobernantes ineptos y corruptos, hicieron posible el alumbramiento de lo que hoy se llama Movimiento Regeneración Nacional, Morena
El dos de octubre, el Consejo Nacional de Huelga, imprimió al movimiento una dirección centralizada a la cual estaban sujetas las decisiones, el rumbo y los miles de brigadistas que recorrían el país explicando la razón de su movimiento. Morena en esta etapa de inicial construcción, ha centralizado las decisiones políticas ensayado y puesto en práctica miles de brigadas que se han desplazado por toda la República explicando y llamando al pueblo a organizarse y luchar por el cambio del régimen político
A muchos no nos gusta el centralismo político de Morena porque limita y excluye la participación democrática de la militancia. Pero reconocemos que a la suma de todas las luchas que han venido dándose a lo largo y ancho del país reivindicando derechos y libertades, debe acreditarse el hecho de que Morena y AMLO son la manifestación de los mismos gritos de rebeldía que los estudiantes de ayer y los jóvenes y el pueblo de hoy están expresando en todos los rincones del país. La cultura de envilecimiento y degradación política que aún está desarrollando la clase en el poder, pronto tiene que cambiar porque contra esa cultura votaron treinta millones de personas el 1º de julio
¡La tarea no fue ni es sencilla, pero había la necesidad de darle un nuevo rostro al país! Para lograr desenraizar las políticas rapaces de la clase burguesa contra el pueblo, tenemos que saber que, en el ejercicio del poder hasta ahora, han estado cuarenta y ocho multibillonarios, cuatrocientos multimillonarios y doce mil millonarios acaparando de manera inmoral, el 80 % de la riqueza nacional. Desde antes del dos de octubre hay una sumatoria de experiencias que debemos aprovechar, pues las batallas han sido memorables y hay que reivindicarlas para sacar al país de la crisis en que nos lo están dejando
El pueblo descubrió el 1º de julio que todas las políticas públicas se han descompuesto, que la clase gobernante ha perdido el mandato mítico-histórico y por lo tanto, las condiciones para una nueva revolución se han alcanzado. Ya el movimiento del 68 exigía que “desde el presidente hasta las demás instituciones deberían entregarse” Si esta consigna no tuvo eco en esa ocasión, cincuenta años después logramos hacerlo con el pueblo por delante. Hicimos lo que en su tiempo escribiera el escritor, poeta y diplomático ecuatoriano Benjamín Carrión: “desde Nezahualcóyotl y Atahualpa; desde Bolívar, Morelos y San Martín; desde José Martí, Eloy Alfaro y Francisco I Madero, no se había escuchado un grito de rabia y de protesta, de júbilo y canto, de justicia y esperanza” como hoy. ¿Estarán el pueblo y sus líderes en condiciones de impulsar esta epopeya?


miércoles, 19 de septiembre de 2018


Tlatelolco, dos de octubre (1)

Por JESÚS SOSA CASTRO

Eran las seis de la tarde del día dos de octubre de 1968 cuando subía el puente de Nonoalco para tomar el Ómnibus de México que me llevaría a la ciudad de Chihuahua capital. Con mis camaradas Antonio Becerra Gaytán y Jesús Orozco Mendoza, ambos dirigentes del Partido Comunista Mexicano, teníamos programadas varias actividades en la Tarahumara para organizar la resistencia de los indígenas en esa época ya víctimas de los caciques que se apropiaban de sus bosques. A la hora en que me dirigía a tomar el autobús, por la parte alta del puente, se percibía un ambiente lleno de tensión, de oscuros presagios en contra de los jóvenes que se estaban reuniendo en la Plaza de las Tres Culturas
Abordé el camión cerca de las 19 horas rumbo a Chihuahua. Después de viajar toda la noche, el transporte hizo una parada en Torreón, Coahuila, lo que me permitió bajar y comprar la prensa para enterarme del acto que se había programado para el 2 de octubre por el Consejo Nacional de Huelga. Los periódicos daban cuenta de la masacre ocurrida contra los jóvenes por parte del ejército mexicano. Se hablaba de decenas de muertos, de centenares de heridos y de un número indeterminado de estudiantes desaparecidos. De Momento pensé en regresar al DF. Me preocupaba la suerte de mis camaradas, de mis amigos y de mis familiares que, todos, estaban listos para estar presentes en esa concentración
No me regresé porque el boleto estaba pagado hasta la ciudad de Chihuahua y apenas llevaba dinero para pagar los gastos del camino. Un regreso desde Torreón significaba desembolsar un recurso que no poseía, era la época de andar a salto de mata y el trabajo de finanzas estaba dislocado. A mi llegada a Chihuahua mis camaradas ya disponían de información amplia de lo que había ocurrido en la capital del país. Nos reunimos para intercambiar opiniones sobre este hecho cuasi fascista del gobierno de Díaz Ordaz y acordamos hacer una declaración pública repudiando los acontecimientos. Ningún periódico dio cuenta de nuestra posición
Podría decir que el objetivo que perseguíamos en la Tarahumara fracasó. Al través del camarada Valentín Campa, miembro de la Comisión política del Comité Central del partido, fui requerido para regresar a la capital para participar en una reunión semi clandestina que ya se había convocado. Lo primero que acordamos fue llamar al pueblo a la unidad en contra de las políticas represivas del gobierno, participar en todas las acciones públicas que se convocaran por el Consejo Nacional de Huelga, exigir la liberación de todos los presos políticos, repudiar la participación del ejercito y de la brigada blanca, dar los nombres de quienes habían sido asesinados en la Plaza de las Tres Culturas y la desaparición del Artículo 145 Bis del Código Penal Federal sobre el delito de disolución social
De esos repudiables hechos han pasado cincuenta años. La estructura del poder que siempre ha servido a la clase dominante sigue intacta. Enrique Peña Nieto ha formado y fortalecido a un ejército clasista cuya cultura militar ha sido impuesta por las necesidades geopolíticas y expansionistas del Pentágono y del imperio que manda en buena parte del mundo. Se ha comprado equipo militar que no necesita el país por miles de millones de pesos. Se adquirieron helicópteros, aviones, tanques y misiles, como si estuviéramos preparándonos en contra de la intervención militar de una fuerza extranjera
Tenemos aprobada una Ley de Seguridad Interior que no es otra cosa que la espada de Damocles pendiendo de las cabezas de quienes luchan por la democracia y por acabar con el régimen que ha envilecido nuestra cultura, nuestras tradiciones y entregado nuestras riquezas naturales. Sin embargo, la confrontación política de los estudiantes del sesenta y ocho con el régimen priista, fue la semilla que en cincuenta años ha venido germinando en el pueblo para que aquella gesta gloriosa de los estudiantes y el pueblo sea otra vez la protagonista de una victoria merecida y la puntilla para infringirle al priismo la más aplastante derrota de la que México tenga memoria
Los jóvenes que lucharon y murieron por la libertad y la justicia el dos de octubre del sesenta y ocho, percibieron con anticipada sensibilidad que México estaba viviendo los prolegómenos de un fenómeno social en el que la suma del pluralismo político y la unidad de la mayoría de las resistencias populares, podría convertirse en el patrón de una fuerza que conduciría a los cambios que México estaba reclamando. El 1º de julio del 2018 es la concreción de estos anhelos juveniles 




miércoles, 12 de septiembre de 2018


Los delirios de la derecha

Por JESÚS SOSA CASTRO

La tenaz paciencia de la derecha para ir carcomiendo el proyecto del nuevo gobierno que el presidente López Obrador llama la CUARTA transformación no tiene desperdicio. Con una actitud sibilina, los que forman filas en los círculos del poder están ensayando distintas jugadas para lograr que el cambio que propone Morena, acabe trastocado, y si es posible, en una frustración. Los escribidores del sistema se están aplicando para inducir la opinión de que las propuestas de campaña que se hicieron, no se podrán cumplir. La carga de odio y resentimiento que traen entre pecho y espalda contra este proyecto los ha mostrado delirantes, baratos y defensores de una política que a muchos hizo ricos y a otros unos pelafustanes de la información
Los que están empeñados en generar desencanto y desilusión contra las propuestas de AMLO, no quieren entender que los tiempos son otros, que las prácticas del periodismo corrupto, pagado y sostenido por el poder ha alcanzado tal desprestigio que ahora esos medios y sus “periodistas” están entrando a la peor crisis de su historia. La idiotez de lo perfecto les había funcionado, hasta que la criatura engendrada y sostenida por el sistema devino en un Frankenstein que contribuyó al derrumbe de un régimen decrépito. La población que lo había sufrido, más la banalidad y la chabacanería que transmitían la mayoría de los medios hizo que despertara y reivindicara el derecho a pensar y a conducirse de manera autodeterminada
¿Qué se esconde en estos ensayos que está haciendo la derecha mexicana? ¿Cómo y por qué manifiestan con sigilo, pero de manera sistemática, su empeño en criticar a un gobierno que le faltan dos meses y medio para que tome en sus manos las riendas del país? Han decidido hacerlo ya porque se están dando cuenta que el cambio de régimen VA, independientemente de los escollos internos y externos que tenga que pasar. Sabe la burguesía y sus aliados que el proyecto de gobierno que propone Morena está enraizado en la conciencia del pueblo que lo avaló con su voto. Sabe también que la resistencia y defensa de ese proyecto no está en el equipo de gobierno o en los órganos de dirección del partido, sino en la enorme porción de ciudadanos que votaron por el
Sería bueno que los decididores de siempre, gacetilleros, y equipos de opinantes que se la pasan confabulándose contra las propuestas de AMLO, empezaran a tomar nota de lo que se hizo por miles y miles de ciudadanos que recorrieron calles, pueblos, ciudades y regiones hablando con la gente para que dieran su aval al cambio propuesto. Es conveniente que estos sectores reaccionarios y opositores a la transformación de la política social, económica y cultural del pueblo, sepan que millones de mexicanos defenderán casa por casa, calle por calle, ciudad por ciudad lo que se ha conquistado de manera pacífica pero que defenderá de todas las formas necesarias para impedir que la derecha delirante y sus acólitos se salgan con la suya
Los que votaron por el proyecto de gobierno propuesto por López Obrador, no lo hicieron por sólo derrotar al PRI. El voto significó la mayor expresión del hartazgo y de la necesidad de alcanzar una victoria que por años le había sido escamoteada. A partir de esta fecha las cosas ya están siendo diferentes. Los halagos, la falsa actitud de apoyo de la burguesía a los proyectos de López Obrador, son pura ficción. En el momento en que empiecen a materializarse los proyectos de cambio jamás pensados y vistos y se afecten los intereses de la burguesía, se acabarán la adulación y la tersura con las que hoy la derecha se está arrimando a las propuestas de AMLO
Los señores del dinero y del poder han puesto en todos los foros de discusión, en programas televisivos y en la mayoría de la prensa, el tema de la imposibilidad de que López Obrador cumpla con las expectativas que ha venido generando. ¡Pues no se equivoquen con sus críticas y pesimismos! La transformación de la vida nacional se hará efectiva por decisión de los que votaron por ese proyecto. Una vez que se tomen las riendas del país y el Congreso elabore las normas que darán sustento jurídico a los cambios, miles de personas recorrerán el país hablando con la gente para incorporarla a la defensa y ejecución del proyecto de gobierno
Ojalá que los que integran las cámaras de Diputados y Senadores, los que tienen decisiones de poder y los dirigentes de Morena, estén a la altura de las exigencias y circunstancias que se están viviendo. Las pugnas internas deben ceder espacio al debate, a la libre expresión de las ideas y a la unificación del pensamiento y la acción de quienes no pueden ni deben ser engañados. Queremos el cambio de régimen y esperamos que pueblo y partido, estén en condiciones de ejercer plenamente sus obligaciones, sus derechos y sus conquistas




miércoles, 5 de septiembre de 2018


Sin Peña ni gloria, simplemente se VA

Por JESÚS SOSA CASTRO

Peña Nieto y sus acólitos se hicieron su fiesta en el Palacio Nacional. Nunca se había visto la pequeñez política de un gobierno como el que está por terminar. Ante sus aplaudidores se batió en duelo verbal como si se tratara de un espectáculo circense. Rodeado de una legión de genuflexos y arrastrados, como bien los bautizara Paco Ignacio Taibo II, fue a machacar hasta el delirio, las mismas mentiras y banalidades que dieron sentido trágico a su gobierno. Como cualquier delincuente, prefirió contarle a su séquito que le cumplió al pueblo. En esta fiesta de la indignidad estuvieron las nomenclaturas de todos los signos. Ni falta hizo que fuera al Congreso a repetir su barata demagogia con la que se condujo durante todo el sexenio
Por donde quiera que se le mire el gobierno sale reprobado. Ante millones de ciudadanos que votaron en su contra, queda la triste imagen de un gobierno corrupto, mediocre, entreguista y bueno para nada. Su imagen es la vergüenza nacional. Sirvió a los dueños del dinero, se alejó de los sectores populares y por eso su aplastante derrota el 1º de julio
En su haber se lleva el repudio de la gente, la justa indignación de los que han sufrido la desaparición forzada o de plano la muerte de sus seres queridos. Peña Nieto deja el poder de manera indecorosa. La economía está desintegrada, la violencia y el crimen se pasean por todos los rincones del país, el régimen político perdió el consenso del que gozaba en otros momentos, la estafa Maestra, la casa Blanca, los socavones, la inseguridad y la corrupción, son apenas los icebergs que ocultan las enormes montañas de pus.
Los gobernantes que se van hicieron un experimento siniestro a costa de la gente. No se conformaron con desmantelar PEMEX y la CFE, las llamadas reformas estructurales las impusieron de la mano con los partidos paleros. Entre todos tejieron la urdimbre para hacer la entrega más vil y antipatriótica de las riquezas de la nación. Hoy este gobierno cierra el ciclo sin pena ni gloria porque ninguna de sus políticas las asumió el pueblo, como suyas
Durante su ejercicio, Peña Nieto pudo ser testigo de cómo amplios sectores de la población repudiaron sus políticas públicas. Los Frentes de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, denunciaron en tiempo y forma cómo las compañías extranjeras y nacionales, con el apoyo del gobierno federal, se iban apoderando crecientemente de sus riquezas naturales. Los megaproyectos como el “Gasoducto Morelos” la construcción de termoeléctricas, minas a cielo abierto y carreteras, todos instrumentos para hacer efectivos los despojos, fueron llenando importantes espacios de la geografía nacional. En la sierra norte de Puebla existen más de veinte concesiones a empresas canadienses, chinas y mexicanas. Están extrayendo oro y plata y ya construyen seis hidroeléctricas para darles energía. Las comunidades afectadas son Zautla, Tetela, Amaxtitlán. Miles de indígenas son afectados por el robo de sus tierras y de sus bienes 
Ya no hablemos de las llamadas ciudades rurales, las cuales según el gobierno, ayudan a concentrar la fuerza de trabajo aunque esto sea a costa de los malos servicios y del hacinamiento. Lo que todo mundo ve es una rapaz entrega de los recursos naturales. ¡Es la venta de México! En el interior de estas políticas está el experimento siniestro de Peña Nieto y sus mafiosos. Saben que lo que hicieron y siguen haciendo, con el país y sus riquezas, tarde o temprano va a desembocar en conflictos sociales de grandes dimensiones que habrán de atender los funcionarios y el gobierno de López Obrador. Los ánimos ya se están encrespando en todos los rincones de la Patria
A donde quiera que se mire el ciudadano se da cuenta del grado de pobreza que vive la gente y el país todo, está en ruinas. Hay una vejez en el mobiliario urbano que no se había visto en décadas. En la ciudad de México los baches y los barrotes en calles y banquetas, fueron y son el orgullo de Mancera y del peón que dejó en el poder. Millones de jóvenes y viejos llenan las calles buscando la forma de subsistir. Miles y miles están engrosando las filas del crimen organizado y desorganizado. La incompetencia de los gobiernos de todos los niveles y la corrupción de los mismos, son dos jinetes del apocalipsis que corren desbocados. En estos jinetes se montaron Porfirio Muñoz Ledo y Martí Batres. ¡Qué pena me dan!