domingo, 25 de julio de 2021

 

Las otras cárceles que hay que eliminar

Por JESÚS SOSA CASTRO

Nicolás Maquiavelo en su libro El príncipe Cap. VIII, afirma que existen “procedimientos diferentes a los de la virtud y de la maldad, conforme a los cuales, un ciudadano común puede llegar a ser príncipe. El primero de ellos se verá con mayor detenimiento si se trata de la república. Los otros llegan porque son criminales o porque son apoyados por estos. Un ciudadano se convierte en príncipe de su patria por elección de sus electores” (1) En varias partes de su texto, Maquiavelo hace uso de la ironía, acentuando, siempre, la unión que existe entre la riqueza y el poder señalando que el hecho de ser hermanos de sangre, su parte nutricia siempre será el dominio, el control y el mando

A partir de estas ideas, creo que Maquiavelo hizo un retrato exacto de lo que hoy sucede a cinco siglos de distancia. Su visión del poder sigue teniendo tanta actualidad que pareciera que muchos políticos mexicanos, conocieran a la perfección el pensamiento de Don Nicolás cuando muchos de ellos son unos reverendos ignorantes de sus ideas. Creo que lo ocurrido a partir del 1º de julio del 2018 con el triunfo de las fuerzas democráticas en nuestro país, han aparecido hechos y comportamientos que reflejan con exactitud cómo distintos sectores de clase se van acomodando en la sociedad, no en razón de intereses nacionales, sino que su ir y venir, políticamente hablando, se explica como si fuera un juego de naipes que tiene, para unos, intereses y apoyos criminales y para otros, la mayoría, intereses legítimos que representan los intereses del pueblo y de la patria

Doris Delssing, la escritora británica autora de “Las cárceles elegidas” ha estructurado un conjunto de ideas que van en la misma dirección. Nuestra época -dice- será recordada por la mucha información y por la poca capacidad de los hombres para ponerlas en práctica y desarrollar sus saberes. Al hacer un balance del comportamiento humano, habla con bastante propiedad de las “ciencias fracasadas” (2) La creatividad y el desarrollo que hemos alcanzado es tan grande, que no se explican con facilidad los errores y desviaciones que están ocurriendo en contra de los intereses y necesidades del hombre. ¿Cómo explicarse, por ejemplo, que en pleno siglo XXI poco más de setecientos millones de personas en el mundo viven en extrema pobreza, sin agua, sin medicamentos y sin techo?

¿Cómo no sentir pena cuando hay una enorme corriente social que no solo es ajena a las transformaciones humanas, sino que las desprecia y lucha en contra de ellas para seguir siendo víctima de la exclusión, la inequidad y la injusticia por parte de los dueños del poder y del dinero? Vemos con preocupación cómo muchas veces la gente se organiza en grupos para defender conductas estereotipadas aun cuando estén de por medio sus demandas y sus intereses de clase. ¡Esa gente es controlada por la sociedad cuando ésta debiera ser dirigida por aquella! ¿Por qué si la izquierda lucha por los intereses del pueblo, históricamente siempre se anda escindiendo o se aleja paulatinamente de las luchas sociales? ¿Es el poder o la ignorancia lo que determina y explica sus fracasos y la distancia cada vez más inexplicable con respecto de los proyectos de transformación y de los liderazgos naturales que están presentes en todas partes de nuestra geografía nacional?

Los retos inmediatos que tenemos dirigentes, militancia y pueblo en general empiezan el 1º de agosto con el juicio a los ex presidentes. El 22, tenemos que ratificarle el mandato al presidente López Obrador, ganar las elecciones que habrá en el 2023 y la presidencial en el 24. ¿Tenemos las herramientas, la disposición, los dirigentes y la organización para estar a la altura de la historia? ¡Basta de histerias, de simulaciones y de indiferencias! O nos ponemos a trabajar para cambiar las cosas, o perdemos la oportunidad de seguir transformando el país

Los líderes que tenemos en México tienen que prepararse y conectarse con la gente. No más dirigentes ignorantes, arribistas, centaveros, corruptos, irascibles, pagados de sí mismos y buenos para nada. Deben ser autocríticos, oír y entender lo que dicen y piensan sus representados y el pueblo. La conciencia de clase que ha encarnado en amplios sectores de la sociedad, tiene a su lado, aun, a enormes contingentes que se mantienen en la pasividad y en la ignorancia políticas. La complejidad de los tiempos que estamos viviendo requieren de mejores liderazgos. Conocedores de su materia, ser autocríticos, humildes y sobre todo cercanos a la gente. La tolerancia es parte de la grandeza que obliga a todo el que quiere servir a la patria. El ejército de mujeres y hombres que ya formamos filas en la defensa de nuestros derechos, estamos obligados a acabar con las cárceles en que nuestros adversarios han intentado encerrar nuestros ideales y nuestros sentimientos. Somos mujeres y hombres que, sin duda, lo que hagamos será juzgado por la historia

 (1). - El príncipe, Nicolás Maquiavelo, Grupo Editorial Tomo SA de CV (2) Las cárceles elegidas, Doris Lessing, Fondo de Cultura Económica

 

 

  

lunes, 19 de julio de 2021

Con Martí de vuelta, vamos a ver de qué lado masca la iguana

Por JESÚS SOSA CASTRO

En mis largos años de lucha en las filas de la izquierda, he tenido el honor de trabajar con personajes que han llenado mi vida de valores morales y espirituales. Mis referentes principales fueron Valentín Campara Salazar, Arnoldo Martínez Verdugo y Othón Salazar Ramírez. Los tres fueron para mí un ejemplo de honestidad, trabajo y congruencia políticas. Fueron líderes que enfrentaban los problemas difíciles siempre dando la cara, defendiendo los intereses del pueblo y construyendo con su ejemplo una mística revolucionaria que ha recogido la historia

En este largo período, la “izquierda” ha visto pasar, también, a un montón de gandayas, corruptos y oportunistas que le han hecho mucho daño a las fuerzas que están empeñadas en la búsqueda de una vida más humana, más libre y más democrática. Luchar contra estas personas y empujar la democratización de la vida pública de México, es hoy una tarea y un objetivo que merecen estar en la agenda de los políticos que están formando parte del equipo de gobierno, de aquellos que son representantes populares y de los dirigentes de nuestro partido

Como miles y miles de militantes, he padecido y disfrutado lo que quisimos plasmar en la 4t. La revolución que está cambiando las formas y el contenido de la política, así como el ejercicio gubernamental del ejecutivo federal, requieren políticos y militantes en los que la ambición personal, la corrupción y la antidemocracia, no sean el modos vivendi de su actividad. El presidente, la jefa de gobierno y la mayoría de los funcionarios de primer nivel son los depositarios de la esperanza de millones de mexicanos que ven en ellos la cristalización del proyecto de transformación que los ponga a la altura de la historia

No obstante, muchos hemos trabajado para impulsar la profundidad del proyecto de transformación social en el país, pero vemos que quienes tenían a su cargo la operación política en la ciudad de México y en otras entidades de la república, nos han llevado a un estado de irritación y desencanto por los resultados obtenidos en la ciudad que había sido hasta el 6 de junio, el baluarte y la insignia de los avances democráticos, culturales, sociales y políticos de la gran mayoría de la población

Para superar las causas de la derrota y corregir los errores cometidos por operadores políticos buenos para nada, Claudia Shembaun nombró a Martí Batres como secretario general de gobierno en lugar de José Alfonso Suárez del Real y Aguilera. Conozco a ambos. José Alfonso es un hombre culto, trabajador, pero no pudo con los cacicazgos políticos en la ciudad. Sobre Martí Batres también conozco su historia. Fue un hombre que siempre estuvo en las filas de la izquierda. Creció al lado de comunistas y no es poco lo que hay que reconocerles a sus padres por haberlo formado para seguir en la lucha al lado de las mejores causas. No lo señalo de inculto, de ignorante de la política o de ser un mal parlamentario. Lo que quiero dejar claro es que, junto a estos méritos, Martí Batres como Presidente de Morena en años anteriores en la CDMX no fue un dirigente democrático.

Por sus pistolas desconoció al Comité de Morena encabezado por Eduardo Cervantes Díaz Lombardo, hizo a un lado a los Consejeros legítimamente electos en asambleas distritales, saboteaba las reuniones del Consejo e impuso a operadores suyos para construir una fuerza política que sirviera a sus intereses. En el 2015 mis compañeros de la GAM, me eligieron su candidato a la diputación en el distrito 2 federal. Cubrí todos los requisitos habidos y por haber. Cuando empezó la campaña, me habían sustituido arbitrariamente por el Lic. Juan Romero. Los que se confabularon en mi contra fueron Martí Batres, Ramón Jiménez y Manuel Huerta Ladrón de Guevara, todos integrantes de la cúpula del partido. Castigaron mi trabajo y sobre todo, la crítica que hacía a los órganos de dirección por sus arbitrariedades y exclusiones

Hoy, la Jefa de gobierno nombró a Martí como Secretario General de gobierno. No tengo nada personal contra él ni contra otros actores políticos que me han puesto piedras en el camino para estorbar mi participación en puestos de representación popular. A este compañero no lo critico por inepto, corrupto o desleal al partido. Lo acuso de haber sido, como dirigente de la capital un dirigente ladino, antidemocrático, excluyente y anti unitario. En este tiempo de arribismo, de ineptitud de los dirigentes, de decisiones cupulares que han lastimado a la militancia y se han olvidado del proyecto, cuando hay un alejamiento con la militancia y con los sectores en lucha, miembros de base le concedemos a Martí el beneficio de la duda. Esperamos que enderece los entuerto, logre la unidad del partido, se abra a la democracia, ponga a trabajar a los dirigentes y se olvide de las triquiñuelas. ¡Ya veremos de qué lado masca la iguana!     

 

   

 

  

lunes, 12 de julio de 2021

 

Hablemos de democracia hoy

Por JESÚS SOSA CASTRO

La derecha ultramundana, un sector de la izquierda ciega, y no pocos descerebrados, se quejan sin razón de que en el país no hay libertad de expresión, que vivimos el autoritarismo de AMLO y, sobre todo, afirman que no hay democracia. Estos sectores y personas que afirman esto evidentemente se equivocan, En el gobierno, en el país, existen todas las libertades, absolutamente todas, hasta aquellas que los trogloditas del PRIANRD que insultan y ofenden diariamente al presidente de la Republica. Ningún presidente hasta antes de López Obrador había impulsado tanto la democracia participativa de la gente, jamás se había puesto en juego la recuperación del poder popular de manera real contenido en el artículo 39 constitucional donde el pueblo pone y el pueblo quita

El ejercicio de estos derechos corresponde a la gente. El espacio y la disposición del gobierno están abiertos para dar contenido a la participación plural de todo el pueblo para que haga uso de esa libertad. Es importante, sin embargo, tratar de explicarnos ¿por qué si hay todo tipo de libertades, los trabajadores, los campesinos, el pueblo en general, no hacen uso y las convierten en el instrumento, en la trinchera, para que su acción se ponga en juego en la lucha por la transformación del país y de si mimo? Seguramente tiene que ver con un problema de cultura política. Por décadas estuvimos sometidos a las formas y a las políticas de un sector que representaba intereses que no eran los de la gente. El pueblo no había despertado para hacer una revolución de su conciencia y activar la defensa y el ejercicio de sus derechos

Tan no se ha entendido lo que está construyéndose desde el gobierno de López Obrador que su partido, el que lo llevó a la presidencia de la República, es víctima de la antidemocracia, las imposiciones y la falta de respeto a la democracia participativa, que hoy por hoy, Morena no puede presumir. Crece la inconformidad de la militancia, pero no encuentra los espacios, las formas de expresar sus sentimientos y llevar a la práctica de manera organizada, con una idea clara qué quiere y cómo contribuye al fortalecimiento de un proyecto político con el que está de acuerdo pero que nadie le da contenido y profundidad a algo que tiene una importancia histórica como es la 4ª transformación social del país

En su discurso ante la Convención Nacional del 7 de febrero de 1794, Maximilien Robespierre dijo que “la democracia es un Estado en el que el pueblo soberano, guiado por leyes que son obra suya, puede obrar por sí mismo, si esto no fuera posible, deberá hacerlo al través de sus delegados, … porque la democracia, es el movimiento dirigido a arrebatar el poder a quienes lo acaparan, para repartirlo entre el pueblo que es el llamado a ejercerlo por sí mismo o por sus delegados” (1)

Doscientos veinticinco años después, la lucha por la democracia en las sociedades modernas sigue siendo una demanda inaplazable. No hay partido político de izquierda o más o menos progresista, que no hable de la necesidad de democratizar la vida de sus respectivas sociedades, aunque en su actuar cotidiano, esos partidos se hayan asumido como parte de las derechas autoritarias, o de las izquierdas ciegas, antidemocráticas y siempre, detentadoras del poder. Esto, entiéndase o no, conduce a que en la mayor parte de las revoluciones actuales esté planteándose la necesidad de socializar el poder, sin lo cual, no puede hablarse de democracia

Este es un problema complejo y hay que trabajarlo sistemáticamente y a fondo. No solo porque la democracia tiene que ver con el poder y el poder que hasta hace poco nos tenía sometidos, ha dejado en la gente una cultura y una forma de ser, que en mucho aún contribuye a la antidemocracia. Los que acaparan este binomio, al lado de sus intelectuales y sus burocracias políticas, argumentan e insisten en que la democracia es, cuando mucho, un proceso de selección entre élites para ejercer el control de la administración

El Dr Armando Martínez Verdugo aventura la tesis de que en los filósofos alemanes del siglo XIX se encuentran las claves para entender lo que este concepto significa y que consiste en el ejercicio de un dominio, control y mando por quien está en el pode. (2) Trastocando el atributo esencial de los seres humanos que, en nuestro caso, está expresado en el artículo 39 constitucional. Por lo tanto, La democracia participativa dentro y fuera del partido es un derecho que hay que rescatar

í(1).- Disputar la democracia, Política para tiempos de crisis. Pablo Iglesias Editorial Akal (2).- El poder, Una aproximación teórica a su fundamento constituyente, Armando Martínez Verdugo,  Editorial Instituto Electoral del Estado de México, IEEM

lunes, 5 de julio de 2021

 

¿Qué carajos está pasando en Morena?

Por JESÚS SOSA CASTRO

Conocí a López Obrador cuando en 1988 fue candidato a gobernar Tabasco a nombre del Frente Democrático Nacional. En ese entonces me ocupaba como Director de la empresa que se encargaba de la propaganda, de la impresión de libros, revistas y de la publicación del periódico “El economista” cuyo director en esa época era Luis Enrique Mercado. Con AMLO me entrevisté varias veces porque era Tipografía, Diseño e Impresión, SA de CV, empresa del entonces Partido Comunista Mexicano, la responsable de hacerle toda su propaganda. Nuestro trato de compañeros fue creciente y respetuoso. Su cordialidad, franqueza y sensibilidad, fueron elementos importantes que me llevaron a seguir de cerca sus posiciones políticas, sus ideales y su trabajo siempre a favor de los intereses del pueblo

También conocí a los chuchos. Eran los “jefes” de una de las tribus más corruptas que llevaron al PRD a la lastimosa situación de partido agonizante. Conocí de cerca lo que había en la formación política de estos sujetos que hoy, sin ningún pudor, le lamen las botas a los que entonces combatíamos con todas las de la ley. Hago este señalamiento porque me sirve para destacar el liderazgo que entonces había en ese partido y que hoy, a la luz de los hechos, López Obrador ha agigantado su liderazgo en Morena mientras los chuchos son el instrumento más deleznable de sus miserias humanas

En mi haber, han crecido mis respetos, consideraciones y apoyos al hombre que hace casi treinta años conocí. Del chuchinero sólo me queda el desprecio, especialmente por la traición a los que fuimos militantes de ese partido y por el triste papel que están jugando al aliarse con lo peorcito que ha parido este país. A partir de estos hechos, quiero destacar tres cosas que hacen ruido en mí y en importantes sectores del partido: En primer lugar, mi leal apoyo y reconocimiento al jefe del ejecutivo federal por su enorme trabajo al servicio de la gente, su honestidad a toda prueba, su enorme conocimiento de la historia de México y su fortaleza para enfrentar, todos los días, las diatribas, el odio y la mierda que sus detractores esparcen por todos los medios

Mi segunda preocupación es la incapacidad política del CEN de Morena que no ha estado a la altura ni de su militancia ni de aquellos ciudadanos que están firmes apoyando el proyecto de la 4ª transformación. Es grave que no esté encabezando la lucha en contra de la ofensiva reaccionaria que la derecha sigue desplegando en contra del presidente y de su gobierno. Orgánicamente, el partido es un desastre. No se oye a sus bases, no hay espacios para favorecer el debate, no se alienta la creatividad de los militantes. Se ha separado de los sectores populares que están librando desorganizadamente la batalla a favor de nuestro proyecto de nación y, sobre todo, está fuera del debate político e ideológico con el que hay que enfrentar a los golpistas

Mi tercera preocupación es lo que veo y siento que está ocurriendo alrededor de nuestra jefa de gobierno. No es solo la ponzoñosa campaña en su contra a raíz del accidente de la línea 12 de metro, ¡No! Su importante trabajo al frente del gobierno de la ciudad, no merece tener operadores políticos tan mediocres y tan faltos de talento para entender y resolver los problemas que estamos viviendo. Los resultados electorales del 6 de junio, no solo son consecuencia de las siniestras campañas de la derecha. La derrota en las alcaldías, se debió a la incapacidad de los operadores políticos nombrados por las cúpulas. Con tiempo, muchos militantes de Morena en esta ciudad, hicimos señalamientos de que el “trabajo “de esos dirigentes invisibles, no se estaba haciendo de manera correcta

Días después de las elecciones, se hizo correr la versión de que empezaba un proceso de corrección autocrítica. Se pensó que el acto político para hablar de estos problemas era el Monumento a la Revolución, el cual, finalmente, terminó en un evento de medio pelo en el Eje Central Lázaro Cárdenas. Los convocantes fueron los mismos que nos llevaron a la derrota. Para el 1º de julio se dejó correr el rumor de que el presidente estaría en el Auditorio Nacional en un acto político. Se invitó a funcionarios públicos, representantes populares en activo y electos y a varios de ellos no los dejaron entrar. La presencia del presidente resultó ser un engaño. El evento era de apoyo a la Jefa de gobierno. Mario Delgado desata la furia de la gente y le hizo saber públicamente los errores y desvíos de su trabajo. Lo que se creía un acto de unidad, de autocrítica, de debate y de información sobre los importantes actos del 1º de agosto, de la revocación del mandato y de otros asuntos, simplemente no se hizo presente. ¿Qué carajos está pasando? ¿Cuáles son las perspectivas que estamos abriendo con estos pasos en falso que se siguen dando?  

 

 

   

 

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