sábado, 26 de diciembre de 2015

Algunos trozos de mis lecturas

Por JESÚS SOSA CASTRO

El domingo quise descansar y me ocupé haciendo adobes. Así se dice en la jerga popular. A las doce del día me fui al Monumento a la Revolución donde se concentra la irritación y la protesta contra el frauden electoral. El acto reunió a MORENA, PRD, PT, MC y un buen número de ciudadanos sin partido. Además de la protesta y de la presentación de pruebas contra la compra del voto por la mafia de Atracomulto, hubo música, teatro, y un amplio mercado de libros y chácharas, todas referidas contra Peña Nieto. Crece exponencialmente la inconformidad por el intento de compra de la Presidencia por parte de estos cuatreros de la política. Yo, me fui a la carpa de MORENA CULTURA, en la cual, un tianguis de libros llamaba a la lectura. Todos al alcance de la gente. La lectura, al servicio del pueblo, pues. Me fui cargado de libros de Taibo II, Leñero y Miguel Bonasso
Por la tarde noche, releí El libro de los abrazos de Eduardo Galeano y casi termino 1Q84, libro tres de Haruki Murakami. En ambos, se desbordan verdades, fantasías, seducción por la escritura y un hechizo elocuente por recrear y desarrollar la imaginación. Contagiado por el contenido y lo fascinante del manejo de las letras de dos de mis autores favoritos, decidí, como primerizo en estos menesteres, escribir algo que pudiera plasmar en mi artículo para SDP. ¡Grande el propósito y poco el espacio para decir algo importante! Pues casi nada se puede decir en una cuartilla y media. Decidí irme por la fácil, como dice Haruki. Tomé El libro de los Abrazos que ya casi me sé de memoria y con agrado, les transcribo a mis amigos y lectores; la brillantez, la actualidad y lo estremecedor de las verdades que en breves textos ha escrito Eduardo Galeano. De Haruki Murakami escribiré algo, en otra ocasión.  
La pequeña muerte.- Nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo…nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor. Lo que pensándolo bien, nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta, perdiéndonos nos encuentra  y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace
Las tradiciones futuras.- Hay un único lugar donde el ayer y el hoy se encuentran, se reconocen y se abrazan, y ese lugar es el mañana. Suenan muy futuras ciertas voces del pasado, muy pasado. Las antiguas voces, pongamos por caso, que todavía nos dicen que somos hijos de la tierra, y que la madre no se vende ni se alquila. Mientras llueven pájaros muertos sobre la ciudad de México, y se convierten los ríos en cloacas, los mares en basureros, y las selvas en desiertos, esas voces porfiadamente vivas, nos anuncian otro mundo que no es este mundo envenenador del agua, el suelo, el aire y el alma
También nos anuncian otro mundo posible las voces antiguas que nos hablan de comunidad. La comunidad, el modo comunitario de producción y de vida,  es la más remota tradición de las Américas, la más americana de todas: pertenece a los primeros tiempos y a las primeras gentes, pero también pertenece a los tiempos que vienen y presiente un nuevo, Nuevo Mundo. Porque nada hay menos foráneo que el socialismo en estas tierras nuestras. Foráneo es, en cambio, el capitalismo, como la viruela, como la gripe, que vinieron de fuera.
El reino de las cucarachas.- Cuando yo visité a Cedric Belfrage en Cuernavaca, ya la ciudad de los Ángeles contenía dieciséis millones de persomòviles, gente con ruedas en lugar de piernas, así que no se parecía mucho a la ciudad que él había conocido cuando llegó a Hollywood en la época del cine mudo, y ni siquiera se parecía a la ciudad que Cedric todavía amaba cuando el Senador McCarthy lo expulsó durante la cacería de brujas
Desde la expulsión, Cedric vive en Cuernavaca. Algunos amigos, sobrevivientes de los viejos tiempos, aparecen de vez en cuando en su casa amplia y luminosa, y también aparece, de vez en cuando, una misteriosa mariposa blanca que bebe tequila.
Yo venía de los Ángeles y había estado en el barrio donde Cedric vivía, pero él no me preguntó por los Ángeles. Los Ángeles no le interesaba, o él hacía que no le interesaba. En cambio, me preguntó por mis días en Canadá, y nos pusimos a hablar de la lluvia ácida. Los gases venenosos de las fábricas, devueltos a la tierra desde las nubes, ya habían exterminado catorce mil lagos en Canadà. Ya no había vida ninguna, ni plantas, ni peces, en esos catorce mil lagos. Yo había visto una pequeña parte de esa catástrofe.
El viejo Cedric me miró con sus grandes ojos transparentes y simuló arrodillarse ante quienes van a reinar sobre la tierra: Los seres humanos hemos abdicado el planeta -proclamó- en favor de las cucarachas
Entonces arrimó la botella y llenó los vasos: ¡Un traguito, mientras se pueda! Exclamó. Palabras del SEÑOR, Eduardo Galeano  
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Yo no me quiero morir en invierno

Por JESUS SOSA CASTRO

Eran las seis treinta de la mañana del día martes 21 de enero. El frío entraba por los resquicios de mi cuerpo hasta llegar a los huesos. Los viandantes, ensimismados la mayoría, eran presas de su premura, de sus problemas. Nadie miraba a nadie, algo los llevaba de manera automática a algún lugar de trabajo. La ansiedad los empujaba, querían llegar a tiempo para no ser sancionados por el reloj checador o por un patrón explotador que siempre va por la plusvalía que genera el trabajo de los empleados o de los obreros
Confieso que en mucho tiempo no me había puesto a observar lo que pasa a partir de las cinco de la mañana en las calles de México. Miles de mujeres y hombres van y vienen llevados por el trasiego que implica vivir en una ciudad enorme que está llevando a su gente a moverse como autómata. El contexto social que le dio vida a esta ciudad hace décadas y que expresaba las costumbres del México profundo, al paso del tiempo generó indiferencia y armó una mixtura de materia muerta, omisa, con la cual no hay comunicación y sí obstáculos con los que uno se tropieza
En ese trajinar diario yo me vi envuelto esa mañana. Una cita médica me tenía acalambrado porque iba a ella pensando que otra vez podría ser diferida. Los pacientes siempre son víctimas de las políticas burocráticas de un gobierno que tiene alma privatizadora y es ajeno al dolor humano y al tratamiento eficiente que nos merecemos todos los mexicanos. Esta permanente posibilidad de ser maltratado, no introduce confianza ni ánimo para ir a un hospital. Presa de esos sentimientos y preocupaciones estaba, cuando el semáforo indicó seguir adelante. De pronto, por el lado izquierdo de mi auto, un anciano con la cara partida por las arrugas y los golpes de una vida llena de agravios, tocaba con desesperación el vidrio que impedía la entrada rafagueante de un invierno inclemente
Los automovilistas que venían atrás de mí casi me empujaban para seguir avanzando. Pero la cara del viejo taladró mis sentidos y treinta metros adelante, me di la vuelta para escuchar al anciano que casi se doblaba por el peso de sus tribulaciones. Estacioné mi carro en la calle de Lerdo esquina con Reforma y salí para encontrarme con el Sr que, en llanto continuo, se acercaba a mi persona. ¿Qué le pasa, Señor? ¡Pregunté compungido! Con sus manos al frente y temblando, me dijo: “Me estoy congelando de frío Señor y la verdad, yo no me quiero morir en invierno” ¡Me quedé estupefacto! No por la respuesta, que en sí misma expresaba el mal que padecen millones de personas en todo el país. ¡NO!
Lo que me quebró, fue la compulsión que percibí yacía en el interior de su alma. Entendí que en la estructura de ese viejo cuerpo, estaba expresa la actitud miserable de un régimen político que también mata por abandono, por hambre y por frío. Su temblor y su llanto no solo eran de pena y de dolor. El viejo quería expresar su condena a quienes abusando de nuestra paciencia, han sembrado resentimiento y muerte por toda la geografía del país. Estoy seguro que era esto lo que la parte interna de su corazón me estaba diciendo sobre el sistema y la cúpula del poder. Era esto también lo que lo estaba llevando a llorar y a vivir en la calle
Lo cubrí con mi vieja chamarra, le di algunos pesos y me abrace de él como si en sus palabras estuvieran viniendo a mí los miles y miles de viejos que caminan su vida sin ser oídos por nadie. No sé si alivié un poco las penas de este señor que ni siquiera su nombre conocí. Sus ojos y su cara, el sufrimiento que se escurría en forma de lágrimas por esa piel terrosa y vieja, son la fotografía que quise describir en estas palabras. ¡No aguantaba la pena ni entendía el sufrimiento de este hombre triste! Pero a horas de que mis ojos vivieran este drama y se estremecieran las fibras de mi alma, pensé que sería saludable poner en la mente de aquellos que aún se conmueven, la sombra de una felicidad perdida, a la que seguramente tenía derecho este señor y que, viejo ya, ni siquiera soñaba con tener el cobijo y el cariño de algún familiar
¡No sé si estas palabras sirvan para algo! Por lo pronto me están sirviendo a mí porque el dolor y las penas del anciano, que no quiere morir en invierno, me llenaron de una ternura que aún traigo pegada en la piel. Inexplicable que miles de personas estén llevando su suerte a las calles de México, me dije. Esas calles que están llenas de soledad a pesar de los que van y vienen todas las horas del día. Ojalá que mis palabras sirvan para preguntarnos por qué hemos permitido que este país, esté pariendo a tantos millones de pobres que se tuercen de hambre y de frío en todos los espacios de la nación
¡Me fui a donde iba! Llegué cuando ya había pasado mi turno. Leí el cartel de la puerta y en él estaba el aviso: “Si llega tarde a su cita, agéndela otra vez” Me retiré doblemente encabronado. A la pena del viejo lleno de frío y de abandono, sumé la mía. Ambas expresaban la irritación de miles de mujeres y hombres que viven maltrato en el país y en los nosocomios de México. ¿Será -pensé- que estamos entrando a lo que plantea el maltusiano japonés Taro Aso, que pide a los viejos que se apresuren a morir porque son una carga fiscal?   ¡Qué poca madre, carajo, en todas partes se cuecen habas!  


miércoles, 16 de diciembre de 2015

 Ningún filamento transfiere paz al corazón

Por JESUS SOSA CASTRO

Hay días en que uno siente que la vida no tiene sentido. Lees la prensa, prendes la televisión, oyes a la gente, y lo que encuentras son frivolidades y estupideces. Los espacios sociales, políticos y culturales, están llenos de tedio, desesperanza y abyección. Miras a tu alrededor y no encuentras salida a nada de lo que te preocupa. ¡En el entorno sólo hay violencia y muerte! Ningún filamento transfiere paz al corazón. Como un felino enjaulado te mueves de un lado a otro y el sosiego sigue sin aparecer. Todo gira en torno de la banalidad, la politiquería y la degradación. Tenemos un país adormecido, triste, hundido en sí mismo. No mira hacia fuera. ¡Tiene miedo de ver sus propias miserias y debilidades! Como que ha dejado de soñar y ha renunciado a esas utopías que lo hacían invencible, alegre, luchador. Hoy en mucho es dependiente de quienes lo tienen sumido en la orfandad cultural, económica y social. No quiere encontrar el espacio para asirse de una historia distinta que lo libere y lo haga trabajar por su futuro

Hastiado de ver estas cosas, me fui corriendo a refugiar en mis libros. Esos entrañables amigos que Carlos Ruiz Zafón documenta con arrogante elegancia en la Sombra del viento, hablando del cementerio de los libros olvidados. Desempolvar esas letras, es  develar historias que  bien vale la pena hacer nuestras. En esa búsqueda loca por agarrarse de algo que aliente las horas de cansancio, me topé con  Eduardo Galeano, cuyos libros siempre están llenos de sueños y apuntes culturales. “Los hijos de los días´” me llevaron libro adentro, y en sus páginas, encontré los elementos que me hacían falta para tener el pretexto de hablar sobre algunas enseñanzas de mi padre. Al ir página tras página, fue apareciendo el mundo que Alexander von Humboldt y Aimé Bomplandt empezaron a hacer suyo en 1799 cuando, navegando por las inmensidades del mar, descubrieron el camino hacia América guiados por la brillante estrella de La Cruz del Sur

Encontraron la Patria que harían suya con sus pasos y sus obras. Hombres que “no vinieron a conquistar, sino a dar” ¡Y mucho nos dieron estos científicos aventureros!
Estas notas de Galeano punzaron fuertemente mi ánimo y envolvieron mi debilitada conciencia. Revivieron mis sueños libertos y me condujeron al inacabable deseo de hurgar en aquellos viejos recuerdos de los lirismos culturales de mi progenitor. El y las noches oscuras vividas en las montañas de la Sierra Madre del Sur, tendidos sus hijos sobre petates de palma, sembraron en nosotros las formas de guiarnos hacia los encuentros futuros por la libertad. Ponía como faro conductor la refulgente luz de esa estrella que ya él conocía como la Cruz del Sur. ¡Esta será la brújula de todos, nos decía! Desde entonces, en mi caminar por el mundo la he llevado  conmigo como mi linterna principal

A la vuelta de mucho andar por estas viñas del señor, he visto caminos que quisiera recorrer, montañas que quiero subir y libros que quiero leer. Tarde, muy tarde, he empezado a entender el sentido de mis quehaceres ordinarios. Hoy vivo compartiendo con miles de compañeros, la utópica posibilidad de ver mi país en manos de líderes emergidos del pueblo. Sirviéndole a él, enseñándole a luchar por la equidad y la justicia. Ando en pos de los sueños de César Vallejo buscando hombres transparentes, sin importar que no sean “dueños de nada ni de nadie, ni siquiera de sus certezas” Quiero sentir el orgullo de mostrar mi cara al viento, para percibir el cruce incontrolable de los aires libertarios que hoy se hacen volutas en una geografía llena de corruptos e incompetentes.
El desánimo que nos corroe al ver tanta inmundicia, corrupción y decrepitud en las filas de los políticos que desgobiernan el país, no debe conducirnos a arriar nuestras banderas de lucha para lograr un cambio verdadero. A medida que el tiempo se agota, más ideas hay que desarrollar y más trabajo tenemos que hacer. La brega es larga pero siempre será importante tener la disposición de seguir caminando hasta alcanzar lo que nos falta. Si hemos  de hacerlo pocos, no importa. Los indecisos se irán sumando en el camino. Lo haremos convencidos de que en este trajinar, seguirá con nosotros el instrumento celeste con el que se orientaba el padre de la Geografía Moderna Universal y también mi padre, que mirándolo en esa oscuridad, le daba sentido a sus largas noches de insomnio. La brújula azulina que estos hombres utilizaban con cierto pudor religioso, seguirá siendo nuestra guía hasta el punto en que de manera natural y con la modestia del caso, tengamos que entregar las cuentas de nuestro trabajo

Estoy seguro que no habrá espanto ni regocijo por las luchas que vendrán. Todos los que estamos trabajando por cambiar el país, sabemos y entendemos hacia donde nos dirigimos. Vamos asidos brazo con brazo para construir otra historia. La historia que recogerá los nuevos sentimientos de la nación. Ya la estamos cultivando y procedemos a meter en sus alforjas, las pasiones y las ideas que han sido por siempre, las fuentes de nuestras locuras y de la eterna querencia por rescatar los destinos de México. Los pasos que nos faltan por andar, sabrán llevarnos a esas estrellas que descubrieron Alexander von Humboldt y Aimé Bomplandt en su camino hacia América y que las consejas empíricas de mi padre sobre la luciente estrella en forma de Cruz, hicieron posible que yo la  siga llevando, como un faro que alumbrará las negras noches de mi larga existencia

PD.- Si el cuerpo aguanta, volveré con mis lectores el segundo miércoles de enero del 2016. ¡Sean felices!

   

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Lo que no emociona no moviliza

Por JESÚS SOSA CASTRO

Dicen los que saben que la crisis que afecta al mundo es integral. Es una crisis financiera, laboral, alimentaria, ecológica y energética. Afecta la organización social, el funcionamiento de la economía y la manera de pensar. Para tantas desgarraduras, en México no hay alternativa ni probada ni pensada. Se están socavando las bases de nuestra civilización y en el horizonte no se perciben los  cambios revolucionarios. Hay una dispersión enorme de los sujetos que podrían transformar el país, los intelectuales no dicen mayor cosa, mientras enormes franjas de la población son víctimas de un miedo atroz para incorporarse a la lucha. Les pesa seguir descendiendo en la escala social. Estas franjas viven esperanzadas en que pronto les llegue el momento del disfrute que la burguesía les viene prometiendo desde tiempos inmemoriales. Quieren asistir a ese banquete y es  grande su ilusión por alcanzar la gracia del poder para que  las saque del hoyo en que las ha colocado
No obstante esta situación, la gente no cree en los sujetos sustitutos. No cree en los partidos ni en los políticos. El discurso que propalan ha probado una total ineficacia. Sus proyectos políticos y programáticos no contienen cambios que emocionen y entusiasmen a la sociedad. La mayoría de éstos no son proyectos de gobierno sencillos y coherentes que hagan evidente el sentido y la profundidad de sus propuestas. Hay una ausencia total de emoción en la política. La grisura de sus planteamientos apenas es compatible con el hartazgo que desborda a la sociedad. La atmósfera que ha generado la autollamada clase política ha tendido una capa de contaminación de la que no escapan los ciudadanos. La incultura de los funcionarios públicos, de los representantes populares y de la inmensa mayoría de la gente, son el caldo de cultivo que hace difícil el despertar de la conciencia crítica que tanto necesita la nación. ¡Todo esto conspira para retrasar el cambio revolucionario que miles de mexicanos andamos construyendo!
Calculadamente, los señores del poder promueven la desmemoria en el pueblo. Por cerca de ocho décadas se han robado la historia. La revolución de 1910-17, considerada como la más avanzada en México y el mundo, ha terminado siendo una caricatura que ha permitido la estafa de los derechos sociales que habían conquistado los campesinos y los obreros encabezados por los hermanos Flores Magón, Emiliano Zapata y Francisco Villa. Ese pueblo nuestro, apenas da muestras de volverse a despertar. Millones de mujeres y hombres de la ciudad y del campo dan visos de querer participar en la lucha por el cambio revolucionario que saque al país del atraso y de la postración en que lo han metido los mafiosos
Para lograr que todo esto avance, es necesario que se produzcan cambios radicales en la dirección política del único partido que puede darle sentido y profundidad a las luchas que vienen. En Morena no sólo falta una renovación real en las formas de hacer política. Hace falta elaborar un discurso para todos los sectores que más han resentido las políticas depredadoras del capitalismo salvaje. Los de Morena estamos obligados a ir más allá de la denuncia de la compra del voto, del comportamiento de los medios de comunicación y de las necesidades para construir un partido fuerte. Estoy convencido que sólo reconvirtiendo sus políticas podrá ganarse el derecho de ser una fuerza potencialmente ganadora en las elecciones del 2018. Con una dirección unipersonal y con un equipo que sólo repite lo que elabora Andrés Manuel, no llegaremos lejos como partido
Requerimos una renovación en las estructuras, en los liderazgos intermedios, en los comités territoriales. Los vividores y saltimbanquis de la política ya no dan para más. Se han convertido en una retranca y en una carga que paralizan las iniciativas y la creatividad de la gente. Sus maneras de hacer política castran al partido en todas sus acciones. Este tipo de liderazgos ya no responden a las necesidades de Morena. Son dirigentes sin ideas, sin peso político real en los distintos niveles de la organización partidista. Lo que los mantiene en esta organización, en su mayoría,  es  su arrimo permanente a los jefes, llenarlos de elogios sin ton ni son y pasar por alto las críticas que les hace la militancia
Los tiempos actuales y las complejidades que vive la izquierda Morena, exigen salir de esa política deshilvanada y zigzagueante que se da en muchas partes del país. Le corresponde a un partido vivo construir una historia que junte las ideas, las desarrolle y les dé contenido. Necesita darle a su política y a su proyecto de gobierno la emoción de la que hoy está careciendo. La dirección de Morena no debe propiciar el alejamiento y la exclusión de aquellos que hicieron posible su construcción. Tiene que mirar hacia atrás y buscar la incorporación de todos los desencantados y poner en juego su entusiasmo y su emoción cuando se les dijo que Morena podía ser la esperanza de México

La gente busca un liderazgo que aparte de ser competente y conocedor de la realidad nacional, sepa oír a la militancia, a los ciudadanos y especialmente a sus críticos. Hay errores que los dirigentes no quieren ver y que afectan la conducción del partido. El intercambio de las ideas que se generan a partir de la crítica, es una necesidad que debemos mantener viva. Tenemos que evitar que la distancia entre los dirigentes y la masa de militantes, impida que nos reconozcamos como hilos de un mismo tapiz y evitar que esto nos lleve a la pérdida de espacios y tiempos que a todos afectan. La politica, decía Platón, es diálogo. Es lo que da desarrollo al pensamiento, especialmente cuando se confrontan ideas y se siguen principios. El monólogo que está abriéndose paso en las filas y en las estructuras de Morena, sólo conducen a la inacción y a la anarquía. ¡Quijotes o Sanchos, buscamos con quién hablar! Necesitamos que alguien nos oiga y nos vea. El monólogo es un elemento del miedo. En cambio, el diálogo, la crítica y la autocrítica son un virtuoso brindis por la democracia y la esperanza

miércoles, 2 de diciembre de 2015

También en Morena hace aire

Por JESÚS SOSA CASTRO    
                       
Por más que los militantes de base señalamos un día sí y otro también que hay arbitrariedades en la construcción de Morena y de que éstas pueden llevarnos a una nueva derrota electoral en el 2018, los dirigentes ni sufren ni se acongojan. Están menospreciando estos constantes señalamientos. No hay nadie que muestre algún interés por superarlos. Veamos
1º.- Públicamente hemos reconocido que Andrés Manuel López Obrador ha tenido, entre otros, el mérito político de romper con aquellas organizaciones que se han pasado en cuerpo y alma al sistema. Su mayor acierto ha sido construir un partido que dice, quiere ser “La esperanza de México”
2º.- Ninguno de sus críticos en Morena, ha dejado de valorar su enorme trabajo, su incansable ir y venir por todos los rincones del país hablando con el pueblo, informándolo y creando los cimientos organizativos, necesarios y urgentes, para sacar al país del atolladero en el que lo han metido los mafiosos
3º.- Lo que sí hemos hecho muchos, es señalar sus errores, porque los tiene. La decisión de promover a personas con antecedentes directamente inversos a lo que buscan los ciudadanos, ha llevado a equívocos que afectan las políticas de Morena. La decisión de apoyar a Miguel Ángel Mancera para jefe de gobierno y Arturo Núñez como Gobernador de Tabasco, son los ejemplos más patéticos de estas decisiones
4º.- Después de casi tres años, los que nos la hemos jugado con él en la construcción del partido, ya no estamos dispuestos a que el trabajo, los recursos personales y el tiempo invertidos en esta gran expectativa política, se conviertan en una nueva frustración, resultado de una serie de prácticas que están desnaturalizando los objetivos de Morena
5º.- Con la anuencia de Andrés Manuel o con su disimulo, se ha permitido que personas, grupos de poder y/o arribistas profesionales, estén imponiendo decisiones y prácticas políticas que le debieran ser ajenas a nuestro partido. El acarreo, el amiguismo, el rasuramiento del padrón, afiliaciones de papel, postración política, tolerancia con los grupos de poder, son lo que han trastocado las propuestas originales del partido
6º.- Lo que pasó en el DF y en otros Estados del país con motivo de la elección de candidatos a  puestos de representación popular y a Consejeros Distritales, fue algo que debe avergonzar a los hacedores de estas mañas y prácticas. En el afán de construir una fuerza para la elección de Jefe de Gobierno en el 2018, se dio manga ancha a los grupos clientelares que sin recato alguno impusieron a lo peorcito de cada Distrito electoral. En el caso del D-II Federal de la GAM la señora Ana Juana Ángeles Valencia, dueña de “Patria Nueva” y hoy diputada a la Asamblea Legislativa por el D-II local, no sólo fue impuesta, sino que el 18 de octubre pasado su grupo impuso a 8 de los 10 Consejeros Distritales en el D-II Federal de GAM
7º.- Preocupados por estos hechos, distintos comités territoriales, colectivos y miembros de Morena, nos estamos reuniendo en asambleas para discutir estos problemas y buscar las formas que le den cuerpo a una construcción partidista con un basamento democrático. El hartazgo y la paralización del partido nos están obligando a buscar las formas de rescatar el proyecto original que Morena ha plasmado en su Declaración de Principios y en su Programa de Acción
8º.- Después de la discusión tenida en tres asambleas del D-II –F de GAM, el 14 de noviembre acordamos hacer llegar a los asistentes al II Congreso Nacional del Partido un pronunciamiento en el cual apoyábamos la candidatura de AMLO a la Presidencia del CEN, denunciábamos los hechos irregulares en los que están cayendo los grupos de poder y se llamaba a la militancia a construir un partido ajeno a los acarreos, a las afiliaciones de papel, a unirlo en su proyecto político y a generar las condiciones para alcanzar el triunfo electoral en el 2018 con López Obrador a la Presidencia de la República
9º.- Desde el 10 de noviembre del año en curso, hemos solicitado por escrito a Martí Batres y al través de él a los diputados federal y local de nuestro distrito para reunirnos y encontrar juntos las mejores propuestas políticas y organizativas que superen estas irregularidades. A la fecha, sólo nos hemos reunido con el Diputado Federal Juan Romero, mientras de los otros no hemos tenido ninguna respuesta. En otros momentos y también por escrito, nos hemos dirigido a Andrés Manuel López Beltrán, comisionado para construir el partido en el DF solicitándole una reunión y tampoco ha respondido a nuestra solicitud

10.- Como respuesta a todas nuestras denuncias y solicitudes, nos hemos enterado que Martí Batres ha nombrado a Ramón Jiménez López y éste a la señora Rosaura Téllez, como coordinador del partido en la GAM y a ella como coordinadora del D-II Federal. Ambos, responsables de que en el proceso electoral del 7 de junio una parte del partido no participara y que no se cubrieran 1 083 casillas, según denuncia pública hecha por compañeros en el Congreso Nacional. Resulta inexplicable que los autores de los acarreos, el clientelismo y de su probada ineficacia organizativa y política, hoy los vuelvan a imponer como coordinadores para construir el partido con vistas al 2018. La militancia de Morena y los ciudadanos, no nos merecemos estas decisiones cupulares. Pero en fin, como alguien dijo por ahí, hay se los haiga