miércoles, 31 de enero de 2018

¿Hacia dónde nos llevan los agravios?

Por JESÚS SOSA CASTRO

En mi artículo anterior señalaba que en esta coyuntura estaba en juego la dirección político estatal de la sociedad mexicana, que las condiciones objetivas y subjetivas favorecen la lucha de importantes sectores del pueblo, que las ideas y el trabajo de los revolucionarios para construir la fuerza proletario popular, tienen hoy posibilidades inmejorables para desarrollarse y convertirse en el potencial que se requiere para  lograr que este río de gente termine por sacar al PRIAN del gobierno  
Hay que decir que en este despliegue popular se contienen hechos y posiciones de clase que explican el comportamiento político de amplios sectores populares que ahora están participando en la coyuntura político- electoral. El arribo a Morena de personas y grupos otrora adversarios abiertos de las políticas de las fuerzas democráticas y de izquierda, hay que estudiarlo y disponerse a entender lo que está pasando en  su interior y en la actitud de estas personas y sectores. Algo trascendente ocurre en su conciencia que sin más, se están desprendiendo de sus organizaciones políticas y sociales para apoyar el Proyecto de Nación, que no ingresar a Morena, que encabeza López Obrador
Quien los califique solo como trepadores u oportunistas que llegan en busca de privilegios o con el interés de conservar sus espacios de poder, se equivocan de manera rotunda. Desde luego que hay quienes llegan pensando en eso, pero el paso que da la mayoría de ellos para apoyar un proyecto político que hasta hace algunos meses les era ajeno por completo, conlleva algo más que buscar un puesto de representación popular o infiltrarse en la Dirección de Morena. Creo, en cambio, que esa mayoría llegó a la conclusión de que resultado de su ineptitud, de su entreguismo y de haberse convertido en el instrumento del imperio norteamericano, el control y mando que por centurias ha mantenido la burguesía dominante han sufrido un serio desgaste y  por lo tanto, el pueblo está decidiendo salirse de su sus filas
En el actual comportamiento político, los sectores que están participando en esta justa político electoral viven el montón de agravios, las condiciones de vida que han sufrido en todos los tiempos, una conducción social y política ineficaz y el correspondiente debilitamiento de las políticas neoliberales de la burguesía dominante que le impide mantener a flote su credibilidad y sus políticas públicas. Por eso para intentar quedarse en el poder, ha desatado el más miserable golpeteo mediático, una enorme campaña de mentiras, de engaños y de odio, todo porque le asusta el creciente apoyo popular a la candidatura de AMLO. Tal es su miedo que para intentar frenar su derrota, Peña Nieto ha logrado que el Congreso apruebe la Ley de Seguridad Interior que no es otra cosa que el intento de contener por la fuerza el encabronamiento de la mayoría del pueblo mexicano
¿Nos explicamos ahora por qué sectores y personas más allá de las fuerzas democráticas y revolucionarias están disponiéndose a luchar al lado de una opción que le ha roto el espinazo a las políticas de la burguesía gobernante? Es verdad que la Dirección de Morena no está haciendo bien las cosas al interior del partido. Que no admite el debate ni la crítica a propósito de las imposiciones de candidaturas ajenas al perfil que se marca en los documentos  básicos, que en varios Estados los enlaces, en contubernio con la CNHyJ amenazan con la expulsión a los que critican las imposiciones de oportunistas de dentro y de fuera  de la organización. Pero vuelvo  a preguntar: ¿sólo los puros de Morena, los impolutos, están en condiciones de cambiar este régimen político? ¿El llamado a los mexicanos para unirnos en un solo torrente para derrotar al prianismo tiene que ver con la idea de que los que vienen a Morena  arriban con el insano propósito de producir una implosión, cuando Morena logre el casi seguro triunfo electoral?
Yo creo que todos los revolucionarios  y demócratas, estamos obligados a  observar cuidadosamente lo que está ocurriendo en esta coyuntura político electoral. Un traspié en el manejo de la táctica y de la estrategia a las que obliga el momento nos llevaría a una seria derrota y a un largo impase en las luchas del pueblo. Tenemos la ventaja de que los sectores políticamente activos han despertado y que ya no se les puede manipular fácilmente ni por la izquierda ni por la derecha. La gente ha entendido que Gramsci tenía razón cuando afirmaba que “el problema de toda organización política, no está en sus diferencias internas sino en comprender cómo puede el pueblo y su partido, hasta ahora dominados, volverse clase dirigente y ejercitar el poder político, económico y social” ¡Esto es lo que hay que tomar en cuenta y no andar gastando la pólvora en infiernitos!


miércoles, 24 de enero de 2018

Comentando algunas opiniones de mis críticos

Por JESÚS SOSA CASTRO

En el mundo de la política los reflectores están puestos en lo que pasa en Morena. Sus críticos y sus partidarios centran su atención en el crecimiento indiscutible de sus votantes y en el tipo de personas o grupos que están definiendo su preferencia electoral a favor de este partido. Hasta ahora pocos lo están haciendo poniendo por delante, lo que significa una incorporación acrítica, aunque en el fondo, su actitud  obedezca al interés de sacar del gobierno a los partidos sistémicos que han alcanzado un  descrédito total por el tratamiento y conducción de los intereses fundamentales del pueblo
Sobre estos asuntos he hecho comentarios que a muchos de mis lectores no les han gustado y me han criticado. ¿Por qué esas críticas? Creo que la molestia se da porque con motivo de la llegada a Morena de la señora Gabriela Cuevas, adversaria contumaz de las políticas de López Obrador en otros tiempos, yo he dicho que “me da mucho gusto que personas que fueron panistas  distinguidos en la política, se estén dando cuenta que su lugar no está en hacerle el caldo gordo a una derecha depredadora y antipatriótica, sino en el esfuerzo que millones de mexicanos estamos haciendo para derrocar al régimen que durante ochenta años ha llevado al hartazgo a millones de mexicanos que no tienen otra esperanza más que en el cambio que encabeza López Obrador”
Las críticas que mis lectores y camaradas me han hecho he intentado responderlas  diciéndoles que “Tienen razón en preocuparse por lo que puede significar el arribo de estas y otras personas que vienen en camino y que pronto informarán de su decisión de apoyar a AMLO. Pero también hay que entender lo que está pasando en esta coyuntura. Millones de mexicanos - no todos de pensamiento progresista - están apoyando esta candidatura porque la cultura priista, el consenso social de que gozaba el PRIAN se han roto. Ven que es el momento de un cambio y muestran, por tanto, una actitud de rompimiento con el sistema que siempre apoyaron
Tengo que decir que valoro mucho las críticas  que Alma Rosas López, Lalita Martínez, Jesús Ibarra Salazar y otros camaradas y compañeros que con todo comedimiento me han hecho saber. A todos ellos les he dicho al través de mis comentarios: “mentiría si les dijera que no les asiste la razón. Han llegado y van a seguir llegando personas y grupos sociales y políticos que no comparten nuestras ideas y me arriesgo a decir que muchos ni siquiera conocen el Proyecto Político de Morena. Pero entonces ¿qué explica que estén llegando cada vez más y más personas y grupos a las filas de esta organización? ¿Lo están haciendo porque AMLO o Morena ya ha entregado la plaza? ¿No será que el pueblo se está convenciendo que solo sumando voluntades y votos se puede derrotar al régimen político que ha llevado a la economía a un profundo socavón? ¿Nada tienen que ver en estas decisiones el problema de la falta de empleo, las desapariciones forzadas, los crímenes de lesa humanidad, la violencia, la falta de perspectivas de trabajo, educación y vida de millones de jóvenes? ¿El hartazgo social, la inseguridad, el desprecio a las leyes,  a la democracia, la justicia y al mantenimiento irracional de la impunidad? ¿No será esta complejidad social y política la que está haciendo que el pueblo empiece a mirar la opción que tiene mayor probabilidad de que encabece la lucha por la solución de estos problemas? ¿No creen que en esta importante coyuntura político-electoral se encuentran las posibilidades de que las ideas y las propuestas revolucionarias puedan ser atendidas y escuchadas por sectores más allá de las izquierdas siempre dispersas y marginales?
¿Es sólo oportunismo de estas personas y grupos lo que está definiendo su participación en este proceso electoral? Yo creo que en el ánimo y sentimientos del pueblo hay y caben todas estas inquietudes que a ustedes, a mí y a muchos compañeros nos saca urticaria. Pero... estamos la izquierda revolucionaria y sectores tradicionalmente democráticos en condiciones de lograr derrotar al régimen priista? Yo creo que en estas decisiones de la gente hay algo que bien vale la pena estudiar, poniendo el ojo en que muchos de estos personajes y grupos, también se da un fenómeno de análisis, de rompimiento con actitudes y prácticas que por años, no les han resuelto sus problemas fundamentales. Según yo, creo que el paso que significa salir de sus espacios de "confort" está hablando de que están evolucionando hacia posiciones democráticas o para ser más preciso, se han dado cuenta que sus organizaciones madre, no tienen ninguna alternativa que los saque del estado en que se encuentra nuestra sociedad”
Para mi está claro que en este proceso está en juego el eje central de la dirección político estatal de la sociedad mexicana, que la polarización de posiciones se ha agudizado entre amplios sectores del pueblo, que el río de agravios y de ataques a las condiciones de vida de millones de mexicanos están  haciendo que importantes contingentes sociales se apresten a votar a favor de Morena. Esto es lo que sostengo y he comentado, con todo respeto, con mis críticos. Será el debate y los resultados finales  los que pongan  en claro  quién tiene la razón


miércoles, 17 de enero de 2018

Nada tiene tanta fuerza como las ideas

Por JESÚS SOSA CASTRO

Como pocas veces el Dr. Armando Martínez Verdugo ha escrito ensayos y propuestas tan importantes y actuales como las que se refieren al Partido de clase, la Revolución, el Poder, el Estado y sobre las elecciones. Tiene varios libros escritos en los que ha desarrollado a profundidad estos y otros temas que sería muy importante estudiar o por lo menos, leer.  Desde luego no es mi propósito hablar de ellos, lo que sí quiero es hacer mención que en los días  que antecedieron al período de vacaciones de fin de año, ha publicado ocho ensayos  en las redes sociales que según mi opinión es lo mejor que ha escrito sobre el Partido como un instrumento de clase, la Dirección Revolucionaria, la Revolución, la política-electoral y sobre las ideas. ¡Sus escritos son enormes aportes al debate nacional!
 Demás está decir que el ato de sus argumentaciones ha provocado un especial interés entre quienes  realmente hacen política. La querella elemental sostenida por los políticos anclados en la vieja  cultura priista, tan llena de banalidad, chabacanería, patrioterismo y corrupción poco a poco empieza a dejar de ser tema de discusión. Otros, los menos por cierto, hacen un esfuerzo teórico para darle valor a la palabra y a las ideas que permita la elevación del debate y contribuya a la construcción de un proyecto político arropado por el desarrollo de la conciencia de clase, el impulso de las convicciones revolucionarias y la creación del instrumento cohesionador, dirigente, que sea capaz de conducir y de coordinarse con todas las resistencias que luchan contra la burguesía
El “debate” de los precandidatos a la Presidencia de la República es tristemente empobrecedor. Y no lo es porque los “ideólogos “ piensen que hay importantes déficits de cultura política en nuestro pueblo, no, sino porque hay una pobreza intelectual verdaderamente lamentable en casi todos los que han hecho de esta actividad un modus vivendi que, a contracorriente de lo que se necesita, vivir de la política no les exige ni decencia, ni formación ideológica. Les ha bastado ser un poco lambiscones  y un mucho inmorales para convertir esa  herramienta en una lastimosa vergüenza nacional. Si hay que participar en la construcción de nuestra democracia tenemos que mirar al través del “mundo de las ideas, de la enseñanza, de la reflexión y el debate. El escritor, poeta y dramaturgo francés Víctor Hugo decía que nada tiene tanta fuerza como una idea cuando le ha llegado su hora” (*)
En México pocas ideas pueden aportar los que conducen los destinos del país. Con una sola excepción, los precandidatos a la Presidencia de la República no dicen nada importante que llame a la discusión y a un debate de ideas. Su discurso  es el típico manoseo de los lugares comunes en el cual no hay compromiso con nadie sobre nada que trascienda la ramplonería y la banalidad. A tal grado existe la pobreza ideológica y política sobre los problemas del país, que el PRIAN y los que realmente mandan en México, están importando mercenarios para echarle lodo a la precampaña del único opositor al régimen político que hace propuestas y planteamientos ideológicos que lo han colocado desde hace meses a la cabeza de la preferencia electoral con más de quince puntos de diferencia respecto de los precandidadatos del PRIAN
AMLO ganará la elección a la presidencia de la República el 1º de julio. Sin embargo, hay evidentes dificultades para llevarlo a la silla presidencial, si no ganamos el debate político en las calles, en las organizaciones sociales, en las universidades, en las iglesias, en los sindicatosos, en los medios de comunicación, en todas partes donde necesitamos hacer llegar nuestras ideas y nuestras propuestas. Paralelamente hay que trabajar arduiamente para organizar al pueblo y defender el triunfo inminente. No podemos subestimar la presencia de todos los recursos habidos y por haber que los mafiosos pondrán a disposición de su aparato político electoral
La guerra sucia en contra de AMLO la están alimentando con la anticipación requerida. Los medios masivos de comunicación y los chayoteros de siempre, están recibiendo montones de dinero para lanzarse contra AMLO así sea en las cuestiones más impensables. La incapacidad y el descrédito  político e ideológico de los candidatos del sistema, los están sustituyendo con personajes merceenarios especialistas en la diatriba, el insulto, la basura y el aventurerismo mediático. Por eso hoy, las ideas pasan a ocupar un lugar destacado en la lucha contra la burguesía y sus testaferros que, para desgracia del pueblo,a esta basura se le paga enormes sumas de dinero que salen de  nuestros impuestos
(*) Cita de Ramón Lobo en su libro Conversación con Juan Carlos Monedero, Ed. Turpial


miércoles, 10 de enero de 2018

Los que vienen y  los quese van

Por JESÚS SOSA CASTRO

Después de unos días de descanso me dispongo a escribir un poco sobre las expectativas para el 2018. De entrada y encima de nuestra humanidad, pende la amenaza de la aplicación legal de la Ley de Seguridad Interior y el consiguiente militarismo del país. De la mano, vienen la carrera alcista en los energéticos, rentas, alimentos, colegiaturas y demás servicios. En el terreno de la política, un enorme desafío que implica la derrota electoral de un régimen político  en punto de pudrición pero que en sus últimos estertores puede dar fuertes coletazos y al final imponerse contra la inmensa voluntad popular. La guerra sucia contra AMLO no tiene parangón. Desde los pinos, pasando por los funcionarios públicos y los dirigentes partidistas  están ligados a las campañas de odio en contra de la única opción popular que vale la pena apoyar votando por ella el 1o de julio del 2018
No obstante, la batalla política que decidirá el futuro de la nación tiene otros ingredientes que si no se atienden con prontitud pueden trastocar lo que parece un triunfo inevitable a favor de López Obrador. A todas luces se ve que el proyecto, la precampaña, el trabajo y los recorridos por todos los rincones del país por parte del precandidato, informando sobre los problemas del país, ha dejado sin embargo, una arista de su trabajo que tiene que ver con el  desencanto y encabronamiento de muchos de los militantes. Hay más entusiasmo en las fuerzas externas que simpatizan con Morena y que le darán su voto, que lo que realmente ocurre en las filas de nuestras organización
La dirección de Morena no tiene una idea clara de lo que representa una fuerza organizada, políticamente formada y atendida como el instrumento fundamental en la construcción de lo que debe ser su base, que sea  capaz de responder y reaccionar en cualquier circunstancia. La dirección ha dejado en manos de oportunistas y de vivales sin experiencia, la atención oportuna de esa base que pudo y puede ser capaz de expresar sus sentimientos, sus críticas y desde luego, hacer su trabajo, a favor del proyecto de transformación. Da pena decirlo, pero esos que fueron nombrados para hacer su trabajo de organización, hablar con los vecinos y nombrar a los Comités seccionales para cuidar el voto, al paso del tiempo, al no ser premiados con la candidatura ofrecida, han abandonado el trabajo y muchos de esos comités se han convertido en instrumentos de papel que no se mueven para nada
En las lecturas que muchos hacemos sobre lo que pasa en el país y en el interior de Morena, observamos con desasosiego que mientras amplios sectores de la sociedad civil, especialmente clase media, campesinos, pequeños y medianos empresarios, jóvenes y sobre todo mujeres y no pocos militantes de otros partidos que quieren legítimamente contribuir a cambiar el país aunque otros quieran encaramarse a puestos públicos para seguir medrando al amparo del presupuesto público; hay al interior del partido una inconformidad latente que toma cuerpo cada vez con mayor recurrencia en distintas partes del país.
A este fenómeno se le ha visto con cierto desdén y con mucho desprecio. Se dice que son grupos provocadores pagados por los adversarios políticos para desestabilizar a Morena. Que en las filas del partido hay personas que trabajan pero no suman. Por eso se echa mano de cualquier troglodita que arrastra en su haber enorme descrédito político, pero llega con la nomenclatura hablando de que controla a miles de  ciudadanos así se trate de pequeños grupos corporativos, la mayoría de ellos vividores del presupuesto y clientela permanente de los partidos paleros. Ejemplos tenemos de sobra
Puede concluirse que si por estas razones de exclusión, de menosprecio al trabajo de miles y miles de militantes que laboraron voluntariamente construyendo el partido y que hoy en opinión de los arribistas ya no suman y por lo tanto se van cientos o miles de nuestras filas, no significarán nada ante la llegada de millones que van a votar por López Obrador. Los que sabemos un poquito de estas cosas, estamos seguros que los que hoy con mucho entusiasmo afirman que su voto será para AMLO el 1º de julio, no se esforzarán mucho para defender el voto y poner a López Obrador en la silla presidencial.  Solo el partido, con una dirección competente, incluyente, democrática y formada políticamente, puede hacer que la militancia impida la derrota que los mafiosos nos quieren imponer