miércoles, 30 de septiembre de 2020

Tiempo de títiriteros, golpistas y cristeros

Por JESÚS SOSA CASTRO

Que yo recuerde, la oposición a los gobiernos del PRI y del PAN siempre fue más inteligente, consistente ideológica y políticamente y más organizada, aunque a veces era pequeña. Cuando salía a las calles o a las plazas públicas, levantaba demandas que el pueblo reconocía como justas, a veces utópicas. La izquierda histórica, que se formó al lado del magonismo y durante la revolución, en el Partido Comunista Mexicano a partir de 1919 y más tarde la izquierda electoral, se ganaron el respeto de la gente porque tenía claridad en sus planteamientos programáticos. Ponía en el centro de sus acciones, las demandas de los trabajadores, sus prestaciones laborales, la lucha contra el charrismo sindical y la reivindicación de los derechos políticos de la gente

Por muchos años el régimen les impidió expresarse en las calles o en las plazas públicas. Esto hizo que varios grupos voltearan la vista hacia la lucha armada, a la clandestinidad y a poner en práctica otras formas de lucha para no dejar de lado su razón. Cuando esto no les funcionó a las izquierdas, volvieron a encontrarse con los obreros, con los campesinos, con los jóvenes y con amplios sectores del pueblo. Hablaron con ellos, les hicieron ver los porqués de la lucha, las causas de sus movilizaciones y el sentido de sus protestas.  Décadas duramos organizando a la gente y ésta entendió que podía ser ella misma la que haría posible una nueva revolución convirtiendo su quehacer en grandes movimientos de masas en los que participaron muchos revolucionarios que habían muerto en el camino

El trabajo, el programa y la organización fueron los elementos que definieron el crecimiento de los movimientos de los obreros, campesinos, de los maestros, ferrocarrileros, médicos, estudiantes y el pueblo en general. Volvimos a salir a las calles y reconquistamos las plazas públicas. Así sucedió en el 56, 58, 68, 71, en el 2006 y en años posteriores. El histórico plantón que el pueblo hizo en el Zócalo y en las avenidas Juárez y Reforma de la ciudad de México como protesta por el fraude electoral del 2006 contra López Obrador, fue un movimiento popular que cimbró las estructuras del poder e impuso una forma masiva de hacer política y de protesta pública contra los gobiernos autoritarios. Esa histórica acción, representó el ejercicio de las movilizaciones masivas, pacíficas y organizadas en el escenario de la política

Estos grandes movimientos del pueblo sembraron la posibilidad de acceder al gobierno y logró conquistarlo en forma pacífica el 1º de julio del 2018. Los que fueron derrotados en esta contienda electoral no quedaron conformes con la pérdida del gobierno y de sus privilegios. Empezó la resistencia y a dos años de distancia operan sin programa, sin organización y sin liderazgos. Hoy estamos asistiendo a un espectáculo dirigido por titiriteros, por personas y grupos de poder que pagan para mostrar una fuerza que no tienen. Sus carpas vacías o llenas de con sus empleados o por indigentes, dan pena ajena. En sus angustias y desesperaciones recurren a lo que queda del clero cristero. Curas y rezanderos con los símbolos religiosos en mano, pretenden recuperar los espacios que ahora, dicen, los controla el satánico presidente Andrés Manuel López Obrador

Qué contraste tan grande hay entre el movimiento popular que rodea de apoyo al presidente y el papel que juegan los frenéticos que se han instalado en el zócalo con casas de campaña llenas de nadie. Su neurosis apenas da para reunir a varias decenas de acarreados y a varios rezanderos vulgares que agravian a los auténticos poseedores de su fe religiosa. Curas que adoctrinan en el nombre de cristo a los títeres encabezados por el demente de Gilberto Lozano y los seguidores que solo repiten las sandeces de su jefe. Sus protestas han sido puestas al descubierto. Por más que los medios convencionales les han dado cuerda, la verdad es que su líder ha abandonado a sus seguidores y el ánimo de sus huestes anda por los suelos. El repudio del pueblo contra estos desquiciados se está extendiendo a todas las entidades del país. Estamos en su contra por irracionales y por enfermos de rencor contra los programas del pueblo. Sus locuras son evidentes. No han entendido que hemos despertado de la pesadilla que significaron décadas de explotación y castración de derechos por todos los gobiernos anteriores. Hoy, lo quieran o no reconocer, ya no es el tiempo de los titiriteros, ni de cristeros fanáticos o golpistas desquiciados. Tenemos un gobierno del pueblo apoyado por el pueblo. Las carpas vacías, señores de FRENAA, solo son el reservorio de los rencores esquizofrénicos del hampa de la política. ¡Ustedes son el justo retrato!

 

martes, 22 de septiembre de 2020


El México que está naciendo

Por JESÚS SOSA CASTRO

 

Por fin, después de décadas de lucha, estamos siendo testigos del nacimiento de un nuevo país. Por siglos, muchas generaciones de mexicanos conocimos de guerras y revoluciones que dejaron en los campos de batalla miles y miles de muertos. Los que cayeron traían en su alma el imperioso deseo de ver a su patria rodeada de solidaridad humana, de orgullo y de honor como bien  corresponde a la idiosincrasia de nuestra raza. Aportaron su esfuerzo, su sangre, su vida y nada de lo querían cambió. Ellos aportaron los muertos y los dueños del dinero y de los privilegios, se quedaron con el fruto de un esfuerzo multitudinario aportado por el pueblo. Las guerras y la revolución no cambiaron su mundo, sus intenciones quedaron sepultadas bajo el manto del poder del dinero mientras la pobreza y la muerte se convirtieron en el sello de su fracaso

 

El pueblo siguió subyugado por los vencedores y sometido a leyes y políticas en las que estaban ausentes sus intereses de clase. La gente aguantó más de cien años después de la revolución de 1910-17 para que sus anhelos frustrados y sus sueños pisoteados, volvieran a ponerse de pie para hacer otra revolución el 1º de julio del 2018. En la conciencia de los millones de actores que participamos en ella, jugaron un papel decisivo la organización y el liderazgo de ese movimiento. La campaña por la transformación del país contenía la semilla de un cambio verdadero en el sistema que por décadas había impuesto sus leyes y sus políticas a la mayoría de los mexicanos. Con esa convicción se levantó del sombrío panorama en que lo había colocado el régimen capitalista y se incorporó al ejército de ciudadanos que hoy se esfuerza por sacar adelante la cuarta transformación

 

Los derrotados el 1º de julio del 2018 están seriamente lastimados. Su soberbia, su poder y su orgullo, fueron vencidos por una victoriosa decisión de más de treinta millones de votantes. Ahora quieren volver al escenario de la política poniendo en juego acciones golpistas, provocadoras y llenas de odio contra sus vencedores. No les va a resultar sencillo volver al gobierno. El silente comportamiento del pueblo que se mantuvo en asedio durante las tres anteriores “transformaciones” se ha convertido hoy en un manantial del que brotan las aguas del cambio  y millones de gritos repudiando a los políticos del sistema que hundieron el país en la miseria, en un cementerio y en un espacio en el que se está promoviendo otra vez la violencia por un ato de cavernícolas

 

Los que hoy se desgañitan calumniando al gobierno de López Obrador  no llegarán lejos en sus intentos de volver al gobierno. Sus truculentas aspiraciones contienen la marca de la corrupción, de su incondicionalidad a las políticas rapaces de los gobiernos del PRIAN. Su prestigio artificial nació adherido a la sombra del poder. Su hueco discurso expresado en actos y desplegados por “intelectuales y científicos” es, por decir lo menos, morralla política. Los hechos demuestran que existe libertad de expresión y práctica democrática para todos los sectores y personas, de lo contrario, los Frena y demás compinches no podrían hablar de las estupideces que vomitan todos los días. Entiendo su dolor, perdieron los recursos que de los impuestos del pueblo les daban los gobiernos prianistas para mantener sus pasquines inmundos y sus bolsillos llenos de dinero. Me dan mucha pena, pero tendrán que trabajar para seguir manteniendo su ego y alimentando la ignorancia de aquellos que llenan su cerebro con la basura que sus “líderes” producen

 

Hoy, la mayoría del pueblo tenemos el honor de ver el nacimiento de un nuevo país. Sus mujeres y sus hombres, libres como el viento, han dado muestras de su madurez política, del despertar de su conciencia y de la defensa de sus derechos. Contra lo que piensa el puño de “intelectuales y científicos” más de tres millones de mexicanos dimos nuestra firma para consultar al pueblo sobre la conveniencia o no de juzgar a los ex presidentes, por ratas y represores. Esto si es importante, digno de un pueblo que ha despertado de la pesadilla en que lo tuvieron por siglos gobernantes, intelectuales y científicos de caricatura. En doce días se cumplió con un objetivo que pintaba difícil de alcanzar. Sin embargo, la gente puso en juego su decisión y su trabajo. Hizo uso de su libertad y decidió seguir impulsando el cambio social que merece. Mientras los odiadores se mueren de frustración y de hambre por los moches, nunca antes tanto pueblo había asistido al feliz alumbramiento de un nuevo México

 

 

 

 

 


martes, 8 de septiembre de 2020

 

Los claroscuros de la izquierda morena

Por JESÚS SOSA CASTRO

 

La derecha en Morena nos quiere vender la idea de que han llegado los tiempos de poner al partido en subasta pública, de que la unidad sólo podían construirla los que tienen relaciones y dinero o los jóvenes que dicen no hacer cola tras los viejos porque éstos ya no le sirven a la política. La verdad, no habíamos tenido tantos carroñeros buscando el poder en las filas de Morena. Pareciera que a partir de la pandemia y la crisis económica, los acostumbrados a vivir del presupuesto y de las prebendas, están optando por subirse a la dirección del partido, no como sus líderes, sino como si representaran al narco poder. Es una pena, pero esto se está viendo en un grupo de ambiciosos y buenos para nada. Muchos de los que hoy se han adueñado de la escena pública, jamás los hemos visto recorriendo el país, hablando con la gente,  organizando sus luchas y discutiendo nuestro Proyecto de Nación. Sólo se han montado en la cresta de un movimiento popular que logró derrotar a una clase política llena de privilegios y de riquezas mal habidos en los que estuvo de por medio el trabajo y el sufrimiento de la inmensa mayoría de la población

 

Haber derrotado electoralmente a la derecha conservadora en julio del 18, no fue nunca una garantía de que el proyecto de gobierno que votamos más de treinta millones de electores, había sido instalado para siempre. Se nos colaron muchos simuladores de la transformación y hoy son parte de lo que hay que poner al descubierto para que no sigan haciendo daño al proyecto y al país. Una transformación política y social que se impuso la tarea de acabar con los privilegios, la corrupción y la impunidad, no solo requería del apoyo de la mayoría de la población sino de un cambio de mentalidad en todos aquellos, por lo menos, que tenían y tienen en sus manos la responsabilidad de conducir a buen puerto las demandas y sentimientos de los mexicanos. Sin embargo, la mayoría de los funcionarios públicos, desde gobernadores hasta regidores, resultaron un fiasco como políticos y administradores porque no entendieron jamás el alcance y profundidad de la 4ª transformación

 

Quienes afirman que los problemas internos que afronta Morena se deben a que la mayoría de sus cuadros se fueron al gobierno, no deja de ser un chiste grotesco. Su operancia y su comportamiento nunca mostraron ser distintos al quehacer y a la cultura priista. Basta hacer un recorrido por sus oficinas, sus centros de trabajo y hablar con ellos, para darse cuenta de la pequeñez de su visión política, de su incapacidad y de su mudez para expresar y desarrollar el Nuevo Proyecto de Nación. Es lamentable darse cuenta que estamos ante una máscara que esconde todos los vicios y debilidades del régimen político que derrotamos con nuestro voto el 1º de julio del 2018. ¡Todos estos problemas nos están llevando a la crisis política y orgánica que estamos padeciendo!

 

Es obvio que a millones de votantes y la mayoría de los miembros del partido estamos viviendo un enfadoso proceso de descomposición política en las esfera del partido. De pronto, están irrumpiendo en el escenario de la política partidista la corriente de los conservadores encabezados por Mario Delgado, Yeidkol Polensky, Alejandro Rojas Díaz Durán y Gibrán Ramírez. Enfrente, Citlalli Hernández, Antonio Attolini, Carmen Gómez y Porfirio Muñoz Ledo, proclives a la corriente del liberalismo. Estos son los candidatos que están a la vista y sobre los cuales tenemos que votar. ¿Por quién hay que hacerlo? Por los que se quedaron anclados en las viejas prácticas del conservadurismo, de los que votaron a favor de las reformas del peñismo o por aquellos que están más cercanos a las necesidades e intereses de la gente

 

Creo que estamos obligados a oponer a los conservadores, experiencia, capacidad política, autenticidad partidista, trabajo desde las bases, honestidad personal, humildad y relación con los movimientos de masas. El partido ya no puede ser dirigido desde las oficinas por quienes solo  les interesa el dinero. Para estar a la altura de las exigencias, hay que salir de las transas oscuras, del arribismo y de la mediocridad. Hay que darle vida a la inteligencia, a los símbolos, a la persistencia en la defensa de los intereses de la gente. Queremos que se respete la equidad de género y que se trabaje por una unidad partidista que ponga en alto el nombre de Morena. Por eso creo que en nuestra fórmula deben estar la experiencia y la juventud. Porfirio Muñoz Ledo y Citlalli Hernández representan la esperanza, la honestidad, el trabajo y el honor de ese partido y de ese pueblo que adquirieron el compromiso de cambiar, para bien, nuestro país