miércoles, 28 de septiembre de 2016

Los partidos y el poder

Por JESÚS SOSA CASTRO

Mi pertenencia al taller que estudia los problemas de México ha sido un hallazgo afortunado. Rumbo Proletario está sacando la casta intelectual y sus militantes, por fin, estamos encontrándole sentido a nuestro trabajo ideológico y político. No solo es motivante abrazarse con camaradas que han dado su tiempo y su trabajo a las luchas sociales, es esa intensa fuerza que da el conocimiento  materializado en aquello que antes se manejaba por inercia y que hoy, es ya resultado de una mezcla de reflexión teórica y práctica política. Este importante comienzo, ha descubierto en mí la raíz de aquellos elementos que le están dando sentido a mi vida política
Durante cinco décadas he dispuesto mi tiempo y mis esfuerzos para contribuir al cambio de mi país. Al lado de muchos compañeros de lucha, hicimos cuanto estuvo a nuestro alcance para dotarnos de un medio que tuviera la fuerza y la capacidad intelectual y organizativa para encabezar esos cambios. Ese fue el interés que me llevó a participar en el Partido Comunista Mexicano, hasta mi actual militancia en Morena.  En  el PCM estudiábamos en CÉLULAS, en Morena quisimos hacerlo en los Comités de base, pero la burocracia decretó su muerte antes que éstos encontraran la razón de su existencia. Hoy los militantes están huérfanos, fueron materialmente abandonados y aplastados por estructuras que sólo sirven para formar la tradicional clientela electoral
Muchos confundimos nuestro trabajo. Creímos que fortalecer al partido era sólo  andar de arriba para abajo entregando volantes o periódicos. No hubo y no hay en los dirigentes, ningún interés para que las personas expresen sus ideas. No tuvieron la oportunidad de hacer propuestas y menos uso de su derecho de autodeterminación para defenderlas al través del partido. Los activistas sólo hacíamos el papel de correos, de llevadores de papel de lo que supuestamente era el trabajo de los líderes. Esto hizo de la militancia una fuerza pasiva, indiferente, en espera de que todo llegara desde arriba
Nadie explicó a los activistas que la fuerza de un partido no está en sus dirigentes. El partido es un medio y solo sus bases y esa porción creciente de gente que está despertando, son la fuerza que le da ese poder. El activismo a ultranza así como las viejas formas de hacer política, ya entraron en una crisis terminal. La presencia de los visitadores de domicilios se ha convertido en algo tan común y molesto, que los destinatarios de esas visitas han terminado por cerrarles las puertas. Los montones de papeles que llevan a las casas, han hecho que los vecinos rechacen  automáticamente a todos los impulsores del comercio y a los repartidores de volantes partidistas. Todo lo ven como una mercancía, incluyendo la política 
Los partidos perdieron su capacidad de autonomía. Acabaron fortaleciendo al sistema porque no percibieron la importancia de construir sus relaciones sociales y políticas, su propio poder, con criterios de autodeterminación. Creyeron que llegar al gobierno era lo mismo que llegar al poder. No estudiaron las experiencias del once de septiembre de 1973 en Chile con Salvador Allende, ni lo que ha sucedido recientemente con Cristina Kirchner y Dilma Rousseff en Argentina y Brasil. La clientela electoral no salió a defender a esos gobiernos porque sus proyectos no eran los proyectos de los trabajadores ni de sus pueblos, por más que hablaron en su nombre. Lo que se impuso fueron los intereses y la política del gran capital nacional e internacional
Ojalá en México Morena corrija su rumbo. El trabajo que hace AMLO es muy importante, pero éste no se convierte necesariamente en organización, en una participación popular organizada. Hasta ahora, Morena no cuenta con esto ni con una Dirección que esté a la altura de los requerimientos que exige el país. En su loable trabajo, López Obrador ha captado las dolencias sociales y ha desarrollado un lenguaje político al través del cual proyecta su pensamiento y sus propuestas programáticas. Sin embargo, hace falta que el pueblo sea el dueño de sus ideas, de sus propuestas y de su proyecto.  No es la clientela electoral ni las imposiciones de personeros sin cultura política y llenos de soberbia y autoritarismo los que salvarán la situación. Hace falta que este partido vuelva su mirada hacia el pueblo, lo organice y trabaje a su lado  
 Dice Andreas Schedler (*) que cuando un jefe de Estado es al mismo tiempo integrante de la mafia, “se establece como ladrón superior que monopoliza la fuerza y el crimen….Para aplacar la inconformidad que esto provoca, establece instituciones formales que restrinjan su poder como son los partidos y las legislaturas” Parece que Morena ya ha pasado a formarse en estas filas. Su participación al lado de las luchas del pueblo deja mucho que desear. En la cámara de diputados y en la Asamblea legislativa, la mayoría de los Diputados “ni huele ni hiede.”
Es preocupante lo que le está pasando a este partido. Ese poder que le dieron sus relaciones políticas que tejió con amplios sectores de la opinión pública cuando presentó su Proyecto de Nación, se ha desfigurado. Su poder estaba en ese conjunto de propuestas, en el dicho de que el partido iba a ser un partido democrático, con ojos y oídos para recoger las opiniones de sus bases. ¡Todo esto falló! Hoy predomina la simulación, el autoritarismo, y un regreso paulatino a las viejas practicas de una política  clientelar. ¡Lástima Margarito!
Twitter@rasocas

(*) La política de la incertidumbre en los regímenes electorales autoritarios. Andreas Schedler , Fondo de Cultura Económica



miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿Cinco puntos, motivo de nuestra polémica? (*)

Por JESÚS SOSA CASTRO

El miércoles catorce de septiembre recibí del Dr. Armando Martínez Verdugo, (AMV) vía internet, la segunda respuesta a un segundo texto que escribí para él. El título es: “Rumbo Proletario: Sus contradicciones y sus tareas” Ambos documentos son parte de  un debate que hace meses traemos entre  nosotros y sobre el cual, otros camaradas están terciando con aportes relevantes. En algunos puntos de sus respuestas, he manifestado diferencias no tanto en las propuestas teóricas sino en lo que yo he llamado “el mientras tanto” ¡El qué y el cómo! Estas preguntas son significativas en la política, en el estudio y en el desarrollo de la teoría. Estas diferencias, según mi opinión,  no están resueltas por Armando. Se ocupó de lo más importante. Sin embargo, lo que hasta ahora hemos cruzado entre nosotros, es tan significativo que en este artículo pongo sobre blanco y negro algunas de las reflexiones que a varios pueden interesar
¿Cuáles son esos asuntos que estamos discutiendo?
1.- ¿Qué fuerzas están llamadas a enfrentar y derrocar a la clase burguesa? La respuesta de Rumbo Proletario (RP) es: Hay que trabajar por la construcción de una fuerza proletario popular. Estoy de acuerdo, pero mientras la construimos ¿qué vamos hacer en las distintas resistencias populares, incluida la resistencia electoral que encabeza Morena? ¿Vamos a participar en ellas ahora o hasta que construyamos la fuerza proletario-popular? ¿Hasta que tengamos en nuestro haber el dominio de la teoría revolucionaria que tiene como objetivo crear una sociedad auténticamente humana?
2.- Se puede ser un activista, un político, sin estar capacitado teóricamente sobre los intríngulis de la Revolución?  Sí se puede, se afirma y yo lo comparto. Depende de qué tipo de activismo, de qué tipo de políticos se trate y de para qué se quiere trabajar. De estos activistas y políticos abundan en nuestro país -se dice- pero no son activistas ni políticos revolucionarios que luchen por derrocar el sistema capitalista. “Esta es una situación generalizada y altamente perjudicial….. refleja la profundidad que ha alcanzado la enajenación del pueblo y evidencia que muchos luchadores se han rendido ante las dificultades de construir solución a los problemas de la revolución en México y en el mundo y han optado por el camino fácil de declararse activistas” (AMV)
3.- ¿En qué medida un luchador revolucionario, debe estudiar la teoría revolucionaria para enfrentar los grandes retos de la revolución? Yo había escrito que en mi caso era más un activista que hace política que un teórico evolucionario. “No podemos sustraernos al esfuerzo de estudiar” me dice mi camarada AMV. Sólo el estudio nos permite “comprender las especificidades de nuestra lucha de clases y las maneras como se logre la derrota de un enemigo tan diestro en la confusión como es la burguesía mexicana” Citando a Lenin, AMV escribe: “Considero que lo más importante para todos nosotros los rusos como para los camaradas extranjeros, consiste en que, después de cinco años de revolución rusa, debemos estudiar… No sé cuanto tiempo nos concederán las potencias capitalistas la posibilidad de estudiar… pero cada minuto libre de la actividad militar, de la guerra, debemos aprovecharlo para estudiar… los luchadores siempre tuvieron un fuerte dominio de las cuestiones que les permitieron comprender los problemas de su revolución…. siempre tuvieron presente que sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria”
4.- Muchos de los que andamos en la política y hablamos de que casi todas las resistencias políticas y sociales andan cada quien por su lado, planteamos recurrentemente la necesidad de su articulación como algo necesario para avanzar en sus objetivos contra las políticas de la burguesía.  Este es el planteamiento que hacemos muchos, aunque nadie se ocupe de ellos. AMV  nos pregunta: “Qué entienden por articulación, cómo sugieren que debe forjarse, cual es el lugar que esa articulación ocupa en la línea de derrota del enemigo de clase” “Esto no se capta ni se expresa adecuadamente con los llamados y las acciones que tienden a rebajar la teoría y a hacer que prepondere el activismo… hay millones de habitantes de México, enajenados por una práctica de ideologización y de culturalización que ha permitido la sobrevivencia más prolongada de un régimen político burgués en la historia mundial”… “hay que tratar de conocer los entresijos del poder , de la clase dirigente, de la situación material y subjetiva de los trabajadores mexicanos; hay que tener bases teóricas muy profundas para entender los marcos mundiales de la lucha de clases en el México de hoy”
5.-En mi segundo texto escribí que yo era más un activista que hace política que un teórico. En su crítica a este dicho mío, AMV señala: “La división entre los activistas  (los prácticos) y los “teóricos” tiene varias fuentes. Una de ellas es la errónea comprensión de lo que es teoría. En su origen etimológico teoría significa una peregrinación, es decir, un andar, un estar caminando en busca … de lo superior, lo específico, la esencia. Esto significa que la teoría no es ausencia de actividad, no es falta de acción como se cree comúnmente sino todo lo contrario, la teoría misma, es una práctica. En una segunda acepción, existe la palabra prasó que significa lo que se hace de manera cotidiana, es nuestra práctica ordinaria que no se preocupa por buscar causas ni consecuencias. En tercer lugar existe la palabra praxis que es un actuar pero con conocimiento de causa. Por último, existe la palabra ta pragmata que es un actuar no solo con conciencia sino también, y sobre todo, con proyecto, con propuesta, con plan de acción” Con estos argumentos AMV le quitó la cresta a mi gallo
No cabe duda, todos los días se aprende y de quien sabe, más. ¡El debate, continuará!
(*) La 2ª respuesta de AMV a JSC es un documento brillante. Intentaré, en otro momento, descubrir la sustancia de su argumentación. Hoy quise compartir algunos puntos que no debieran ser patrimonio privado de Armando y mío. Son tan importantes sus respuestas que anoto algunas para quienes me leen en estos espacios
Twitter@rasocas






miércoles, 14 de septiembre de 2016

La atomización del sistema de partidos. Su crisis de representación

Por JESÚS SOSA CASTRO

Confieso que poco había leído del Doctor en Ciencia política Octavio Rodríguez Araujo. Maestro emérito de la UNAM y uno de los científicos sociales que han estudiado con esmerada dedicación a los partidos y a los políticos. Esta falta me apena, pues su obra mucho me hubiera servido para comprender mejor lo que yo he hecho desde hace más o menos cinco décadas. En este largo período, la vida me ha enseñado mucho, pero también, la terca realidad me ha ido obligando a repensar, a estudiar  y a cambiar mi visión de las cosas
Tarde comprendí que todo este tiempo trabajé poco para cuestionar al sistema. Me quedé en la orilla, arrastrado por una práctica política que fortalecía a las instancias del régimen. Mi trabajo político marchó, poco, en la ruta de confrontar al sistema y contribuir a su derrocamiento. Me la pasé construyendo los andamios para tener un gobierno para el pueblo, pero no un gobierno del pueblo. Apoyé a políticos que públicamente ofrecían cambios que, obvio, no llegaron jamás. El resultado lo tenemos a la vista. ¡Nada ha cambiado!. Los ofertantes se volvieron una “clase política especial” una mafia que se enriqueció, se corrompió y se alejó de quienes los llevamos al poder. Todos ellos fortalecieron al sistema. Ninguno hizo ni hace nada para acabar con él 
Desde luego que no reniego de haber militado en casi todos los llamados partidos de izquierda. En ellos se forjó una parte importante de lo que soy. Pero…. como dice Octavio Rodríguez Araujo: “cuando los partidos y los políticos se van convirtiendo en comparsas del sistema, en esa misma proporción van perdiendo la cercanía con sus bases” “La crisis de representación de éstos, se refleja en un proceso creciente de atomización y de pérdida de credibilidad.” (*)
Este desencanto me ha llevado a cuestionar mi propio trabajo. ¿A quién le estoy sirviendo? ¿Hay voluntad real de cambiar las cosas en este país? Lo que abracé con profunda convicción comienza a perderse en un mundo de contradicciones. El proyecto político y programático por los que sumé mi esfuerzo y mi trabajo, están chocando con un comportamiento pragmático y resbaladizo que no comparto. Quisimos, muchos, que la dirigencia oyera nuestras opiniones para corregir las cosas que veíamos se estaban haciendo mal. ¡Nunca se nos oyó! En mi caso sólo hubo amenazas y exclusión 
No me voy a salir de este partido. En su alma, he dejado una parte muy importante de mi trabajo y no lo voy abandonar. Es mi partido, hasta ahora. Rechazo sí, lo que me parece son sus errores principales: No tiene una dirección que le interesen las opiniones de la base, se ha alejado de ella de manera irresponsable. Ha impuesto a personas y estructuras que no responden al interés del partido y de la militancia, sino de su burocracia. La mayoría de estos “personajes” hacen mal uso de su autoridad y de su trabajo. Son ignorantes y autoritarios. En cambio, arropan y promueven a los incondicionales. Lo más grave son los deslices hacia la derecha. Se está diluyendo el proyecto político que ponía en el centro la transformación verdadera del país. Anticipadamente se ofrece una amnistía a los que han agraviado por décadas al pueblo trabajador. Cuando las mafias están entregando o se han adueñado de nuestras riquezas naturales, cuando han violentado los derechos laborales de los trabajadores y cuando han construido una franja de sesenta millones de pobres. Los crímenes y desapariciones de lesa humanidad se han convertido en lo absurdamente cotidiano. ¿Cómo plantear, entonces, que se va amnistiar a estos gandayas, corruptos y traidores a México?
No es casual que millones de mexicanos estemos gritando que se vaya Peña Nieto y todo su mal gobierno. Ya no  queremos que nos utilicen para fortalecer su poder. Millones vamos por  un cambio de verdad. El pueblo tiene derecho y la obligación de auto determinarse y poner en juego su propia fuerza para cambiar lo que ahora lo está llevando al caos y a la pobreza
Por eso miles de mexicanos y yo no compartimos el planteamiento de impedir que caiga Peña Nieto. ¿ No es esta la demanda principal que se grita en todas las plazas públicas, en reuniones privadas y en la calle?  ¿Acaso no están a la vista los fracasos de todas las reformas estructurales que prometieron felicidad, bienestar y paz a los mexicanos? ¿Qué elementos pueden arguírse para cambiar la consigna de que se vaya el señor más corrupto e inepto que padece el país?  ¿Cuál es la alternativa que se propone , más allá de la electoral, para lograr el poder y retenerlo?
No son poca cosa estos hechos que llevan a una enorme frustración. Los militantes de Rumbo Proletario estamos buscando los instrumentos teóricos, organizacionales y políticos que nos permitan construir una vida cien por ciento humana. Lo que aprendí en la calle defendiendo causas y demandas populares no me llevaron a ningún cambio. La mayoría de los mexicanos seguimos viviendo peor a pesar de todo cuanto se ha dicho que iba a suceder. Hay que volver al estudio de los clásicos, de la lucha revolucionaria. Todos los que se empeñan en ir desbrozando el camino que conduzca a la liberación de nuestro pueblo, encontrarán en los rumberos el trabajo, el apoyo y la decisión de derrocar al sistema capitalista y abrir paso a una vida auténticamente humana. ¡Este es nuestro compromiso!

(*) Democracia, participación y partidos, de Octavio Rodríguez Araujo. Editorial Orfila, 2016


miércoles, 7 de septiembre de 2016

Hablando de políticos sistémicos y de rumberos

Por JESÚS SOSA CASTRO

Por donde quiera que uno va se encuentra un país descuajaringado. Y no se trata sólo de percepciones, como dice Peña Nieto. Es una realidad lacerante, profunda, apabullante. La mirada de millones de mujeres y hombres que constatamos esto, creemos que ha llegado la hora de cambiar este estado de cosas. El aún ocupante de Los Pinos ha enlodado la autoridad presidencial que  da pena ajena. La tiene a ras del suelo. Lo que ocurre en el país marcha a la deriva, no hay proyecto ni plan de gobierno, todo lo hace atendiendo a las normas de la más absoluta improvisación. Hay quien afirma que lo que hace, obedece a los grandes intereses de la oligarquía nacional y extranjera. ¡Algo hay de eso! Pero exceptuando los veinte grandes potentados que ganan de todas todas, el resto de la gente, los empresarios  y demás corporativos, están siendo afectados por sus políticas públicas, por la corrupción y el desorden administrativo que hay en todas las esferas de la vida nacional
No cuesta nada saber que en México tenemos una clase política inculta, corrupta, incompetente y antipatriótica. Los acontecimientos de los últimos dos años son la expresión agravada de la mendicidad intelectual de los funcionarios públicos y de la mayoría de los políticos. Peña Nieto, su gabinete, los integrantes del poder legislativo y del judicial, han perdido legitimidad. En todas estas instancias de gobierno no solo se han apropiado de recursos públicos dándose altísimos salarios. Lo peor de todo es que el ejercicio de su trabajo es una vergüenza nacional
El gobierno federal ha entregado el país materialmente. Sus riquezas naturales están en manos extranjeras sin mayor beneficio para el país. Sus reformas estructurales son un soberano fracaso, el acercamiento con la gente sólo se da por la presencia insolente de los cuerpos militares y policiacos. Donde quiera que se paran los funcionarios públicos se expresa la irritación y el repudio de los ciudadanos.  La exigencia de que renuncie  Peña Nieto es hoy la demanda principal del pueblo mexicano. Ninguno de los conflictos que han agraviado a la nación han sido resueltos. Tlatlaya, Tanhuato, la desaparición de los 43, el crimen de Nochistlán, el conflicto con los maestros, y la oscura y abyecta invitación a Donal Trump, evidencian el fracaso estrepitoso de un gobierno inútil y entreguista
¿La izquierda oficial dónde está? ¿Dónde está Morena? ¿Dónde estamos los de Rumbo Proletario? Los ojos de muchos ya han visto demasiado dónde están y qué hacen estas organizaciones políticas. Todas se mueven alrededor de la idea de conquistar el poder para seguir siendo parte sustantiva de él. No se proponen ni acabarlo ni modificarlo. ¡Sólo hablan en nombre de la  gente! Esos partidos no asumen la necesidad de erradicar al sistema capitalista, luchan para fortalecer las actuales relaciones sociales de producción y por consiguiente mantener el status quo que implica vivir lo que estamos viviendo en la actualidad
Los que militamos en Rumbo Proletario estamos, trabajamos y aportamos mucho de nuestra vida política a varios partidos y a los alzamientos sociales. Pero las burocracias le están ganando espacio al pensamiento crítico, a la independencia de criterio, a una cultura que se opuso y se opone al seguidismo aberrante.  Al margen de lo que pasa en los partidos políticos, importantes multitudes están rompiendo con la cultura priista, cuestionan las políticas públicas, se confrontan crecientemente con el sistema, pero carecen de una conducción revolucionaria que dé sustento a una serie de demandas que no podrán resolverse si no se cambia al sistema político y social que se vive en el país
Preocupados por encontrar respuestas y aportes a esta situación, los rumberos nos reunimos en Morelos para examinar colectivamente cuáles pueden ser nuestras propuestas y nuestras participaciones en estos momentos de crisis políticas y de expectativas populares.
Juntos llegamos a la conclusión de que los alzamientos de oprimidos, de explotados y de excluidos por el sistema en nuestro país, son resultado de una creciente pérdida de seguridad en el trabajo y en sus condiciones de existencia. “Están viviendo en un estado de vulnerabilidad, en tanto, las tradicionales prácticas del viejo tutelaje, han entrado en un franco debilitamiento. Se siente una evidente pérdida del consenso social” (*) Los rumberos creemos que ha llegado el  momento de acabar con esta situación
No quiero presumir de los resultados de este encuentro de revolucionarios. Pero sus documentos, libros, materiales que circulan y el resultado de esta discusión colectiva, son un aporte fundamental que ayudará a comprender lo que no contemplan los partidos políticos de “izquierda” ni los alzamientos populares. La frescura y la profundidad con que estamos abordando estos problemas, será una contribución indudable a todos los que como nosotros, queremos erradicar al sistema capitalista. Construir y practicar relaciones sociales de autodeterminación en la totalidad de nuestra vida como seres humanos, es una cuestión fundamental. Buscamos que la conducción de nuestra lucha no sea una conducción que nos lleve a nuevas frustraciones. Nos interesa que la gente, desarrolle y alcance los consensos en todas las luchas por venir. Solo discutiendo colectivamente, recogiendo las ideas y reconociendo el trabajo de todos, en una propuesta común, se puede construir una ruta que nos lleve al triunfo de un proyecto de transformación revolucionaria. En estos tiempos difíciles, los de Rumbo Proletario estamos haciendo lo que nos corresponde

(*)  Notas políticas  y Nuestras cuestiones fundamentales. Armando Martínez Verdugo, Ediciones autodeterminación,  2006 – 2013

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