martes, 24 de noviembre de 2020

Morena, ¿un nido de buitres?

Por JESÚS SOSA CASTRO

Nunca he sido ingenuo, para mí, la palabra siempre había sido garantía de que quien la pone en el juego de las ideas, es digna de credibilidad y de respeto. Pero en el mundo de hoy, la política, ya no es sinónimo de dignidad y referente de quien se precia de ser un líder de partido. Muchos de los que dirigen organizaciones sociales o políticas, se han ganado a pulso la antipatía y la falta de credibilidad porque carecen de principios y de moral. Son políticos conveniencieros, centaveros y siempre proclives a usar a la gente como peones de brega para montarse en los puestos de poder, defensores de intereses malsanos o instrumentos perversos para echar abajo los proyectos sociales que interesan a la gente

Apenas hace una semana se reunió el CEN y el Conejo Nacional de Morena con la idea de encontrar, juntos, la ruta que llevara al partido a la unidad y al fortalecimiento de la democracia al interior de sus filas. En la sesión del martes 17 de noviembre se acordó que lo relacionado a las coaliciones para el proceso electoral del próximo 2021, el CEN pondría sus propuestas a disposición de todos sus miembros y del Consejo Nacional para que, en unidad, acordaran lo procedente a partir de lo que mandatan los órganos internos del partido. Se trataba, especialmente, de impedir que los machuchones que nos impusieron los tribunales, respondieran a intereses ajenos a los requerimientos, perfiles y cualidades que exige la militancia y las condiciones que vive el país

El primer acuerdo tomado de manera colectiva que fue aplaudido por la inmensa mayoría del partido, fue el rechazo a la coalición con el Partido Verde en el Estado de San Luis Potosí.  No se aprobó la coalición no porque la militancia esté en contra de las coaliciones persé. El desacuerdo proviene por el tipo de personas que se quieren imponer y que han sido cuestionadas por el pueblo por sus ligas con los corruptos, con el crimen organizado o por grupos de poder que no comparten la política y el proyecto que encabeza el presidente de la República. Tampoco estamos en contra de que haya candidaturas externas que representen a organizaciones sociales, culturales o de género. Estamos en contra de que los que dirigen al partido decidan en nombre de la militancia y de sus órganos estatutarios, que impongan candidatos a los distintos puestos de representación popular a personajes corruptos, ajenos a los principios elementales de honestidad, trabajo y empatía con la gente

El bochornoso comportamiento del presidente y de la Secretaria General en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, el domingo 22 de noviembre, pinta de cuerpo entero lo que podría ocurrir con todo lo que está por venir. Impedir la entrada a la reunión que los funcionarios del CEN montaron para hablar de las coaliciones y de la unidad del partido, para fortalecer el proyecto de la cuarta transformación, resultó verdaderamente patético. Mientras la militancia protestaba en la calle por el indigno comportamiento de Mario y de Citlalli, el presidente del CEN se desgañitaba diciendo que los que estaban afuera del recinto eran unos provocadores enviados por el gobernador del Estado, y que estaban en contra del proyecto de la 4t. ¡Borbollones de ignorancia y miseria políticas salían de la boca del “presidente” del CEN de Morena!

¿Qué está atrás de este comportamiento de estos funcionarios del partido? ¿Quieren convertir a Morena, que nació como una fuerza de izquierda, con un proyecto de gobierno a favor del pueblo, en un partido de la derecha con integrantes del PRI, del PAN y del PRD? ¿Eso quiere decir Mario Delgado cuanto afirma públicamente que Morena no tiene dueño, que pertenece al pueblo? ¿A qué pueblo representa el presidente del CEN cuando los que se fajaron construyendo el partido desde abajo, a ras de tierra, sin recursos, sin apoyos de nadie y menos con aportes de los grupos de interés y que ahora ni siquiera les permite estar en las reuniones donde se discute la suerte del partido? ¡Todos vimos el gozo con el que los dirigentes se abrazaban con los caciques y corruptos del PRI, del PAN y de otros partidos en esa reunión de aplaudidores y lacayos

Si Morena es un partido del pueblo, entonces atiéndanse las demandas del pueblo. No a los corruptos, no a nuestros adversarios, no a los oportunistas que amenazan de que, si Mario no les cumple las promesas de ser candidatos, pondrán sus “fuerzas” al servicio del #SIPorMéxico. No es por ahí señores dirigentes, si no pueden con el paquete, renuncien y evítense la vergüenza de convertir al partido en una caricatura o en un nido de buitres

 

 

   

martes, 17 de noviembre de 2020

 

Jarrito nuevo ¿dónde te pondré?

Por JESÚS SOSA CASTRO

Según declaraciones de la Secretaria General del CEN de Morena y de la presidenta del Consejo Nacional, Citlalli Hernández y Bertha Luján, respectivamente, están discutiendo los problemas que han llevado al partido a una permanente confrontación entre grupos desde que Yeidkol Polensky se hizo cargo de la dirección del partido hasta el 26 de enero de este año, en que un Congreso Extraordinario nombró presidente provisional del CEN a Alfonso Ramírez Cuéllar. No está mal que estos órganos empiecen a buscar la manera de superar estos asuntos para llegar a la elección del 2021 en condiciones de ganar la mayoría en la cámara de diputados, las 15 gubernaturas y los congresos locales

Como la mayoría de los militantes, yo espero que se alcancen acuerdos que ayuden a subsanar la parálisis política que ha llevado a Morena a convertirse en un aparato que ni huele ni hiede. Resulta alentador, sin embargo, observar que hay una especie de tregua entre quienes no estuvimos de acuerdo con la imposición de Mario Delgado por parte del TEPJF y del INE y los que exigíamos ser los militantes quienes pudiéramos elegir a nuestros dirigentes. Esta tregua tácita, expresa la obvia necesidad de impulsar la unidad del partido, poniendo a salvo la participación, el respeto y la democracia en el interior de sus filas

Ya no queremos sorpresas ni decisiones   unipersonales de nadie. Las políticas, las alianzas y las candidaturas, deben ser discutidas y puestas en práctica con la participación democrática y colectiva de los órganos nombrados para el efecto. No más golpes de mano por parte del presidente del CEN contra los órganos y bases del partido. Al Consejo Nacional y a la Secretaria General les concedemos el beneficio de la duda sobre estos asuntos, pues el partido debe jugar su papel para asegurar la continuidad y el éxito no solo en el terreno electoral sino en el proyecto de gobierno que encabeza el Presidente López Obrador

En declaraciones a distintos medios, Bertha Luján primero y Citlalli Hernández después, han informado a las bases y a la opinión pública que no habrá imposiciones de candidaturas que sean ajenas a nuestro proyecto de transformación, que se regularizará la vida interna del partido, se tomará en cuenta la opinión de las bases en la toma de decisiones y se acabará con el caciquismo, el clientelismo electoral y el oportunismo de muchos que se han encaramado en el partido sin ningún compromiso con el proyecto de la cuarta transformación. Sin embargo, un asunto de la mayor relevancia no cuadra con lo que estamos exigiendo los militantes de base

El esquema de nombrar a representantes del CEN como componedores de las broncas que hay en los Estados, repitiendo lo que en su tiempo hizo AMLO, no les va a funcionar. Primero porque la mayoría de estos representantes son personas cercanas a Monreal. Y en segundo lugar, porque no son ni conocidos ni tienen el pulso de los problemas que se viven en el interior del partido. Su trabajo, siempre estuvo ubicado en las esferas de la burocracia dorada y no en una relación directa con el partido. AMLO tuvo éxito porque él supo estar en contacto directo con el pueblo, con los militantes y simpatizantes que después se afiliaron o votaron por sus propuestas. Forjó una relación de trabajo, de confianza y de información a la gente. Explicó su proyecto, caminó de la mano con estos sectores del pueblo y después llamó a construir la estructura organizativa que convirtió a Morena en el partido más grande e importante del país. Hoy están repitiendo el mismo esquema solo que ni el CEN ni los del Consejo Nacional encabezan este trabajo, mandan a personajes desconocidos y alejados de la autoridad política que se requiere para unir al partido en un esfuerzo común que nos lleve al éxito electoral y político que estamos buscando

No es lo mismo que los dirigentes encabecen el trabajo de la reconstrucción de la unidad política y partidista, que poner al frente a personeros de los grupos de interés, proclives a las tentaciones materiales y, sobre todo, desconocedores de los problemas internos que se viven en los Estados. Hoy las bases queremos ver a los dirigentes dirigiendo el partido, discutiendo, informando y generando confianza en quienes por más de dos años hemos sido engañados y manipulados por “jarritos nuevos que no sabemos dónde ponerlos” ¡Ya no queremos jilgueros buenos para nada! Hay que abrirle camino a la democracia, a la participación de quienes apoyan el proyecto no a los buitres vividores de la carroña

 

martes, 10 de noviembre de 2020

 

Sumar o restar, el triunfo o la derrota

Por JESÚS SOSA CASTRO

Es público que la mayoría de la militancia de Morena no fue encuestada para decidir quién iba a ser el Presidente del CEN del partido. Por lo tanto, muchos como yo, no solo no nos sentimos representados en la persona de Mario Delgado, sino que somos críticos severos del procedimiento que nos impusieron los tribunales. Además, la inconformidad viene porque el ahora presidente, tiene un historial más ligado a los intereses del conservadurismo que al proyecto que votamos millones de electores el 1º de julio del 2018. Su candidatura primero y los resultados ya conocidos, estuvieron llenos de hechos que no se contienen en el proyecto político que pretende acabar con los viejos métodos y prácticas que por décadas han violentado la participación democrática de la militancia y transgredido su derecho a decidir las políticas del partido

Nadie puede negar la incompetencia, el oportunismo y los intereses personales que durante los dos últimos años estuvieron presentes en la mayoría de la dirigencia nacional. Se podría afirmar que lo que actualmente vive Morena, se debe, principalmente, a la mala conducción de este grupo que no supo entender el significado de la cuarta transformación. No sólo castró la iniciativa política, desatendió, también, la organización de las bases de Morena. Se alejó del movimiento popular y de manera irresponsable llevó su actividad a los tribunales judicializando la política y lastimando severamente el trabajo del partido. La apertura indiscriminada a personas y grupos provenientes de la derecha, contribuyó al refuerzo de aquellos que, viniendo de la izquierda, siguieron actuando al más trasnochado estilo priista

Preocupa que el partido esté cursando una confrontación que bien pudo ser evitada si en lugar de los intereses de los políticos de siempre, se hubiera puesto por delante la inteligencia y la mesura para resolver internamente los problemas que aún estamos padeciendo. No obstante, creo que estamos, todos, obligados a superar de la mejor manera posible estas diferencias so pena de que el proyecto que estamos impulsando millones de mexicanos, corra el riesgo de perderse en el año próximo si no operamos con inteligencia para ganar las gubernaturas y la mayoría en la cámara de diputados

Para lograr este objetivo es urgente y necesario reencausar de otra manera las diferencias políticas en el seno de Morena. No se trata de acotarlas o de imponer un pensamiento uniformado. ¡NO! Se trata de que el pluralismo y las distintas opiniones no desemboquen en pleitos que envenenan el ambiente y dificulten la unidad para impulsar proyectos sociales que sirvan a la gente. Los agravios deben superarse cambiando las formas y el fondo de la política que hasta hoy nos han dividido. Mario Delgado tendrá que ganarse el apoyo y el respeto de quienes no compartimos sus posiciones y sus ligas con la derecha, dejando de imponer caprichosamente políticas y candidaturas ajenas a lo que requieren las circunstancias internas y externas que se están viviendo en el partido y en el país. Los tiempos requieren de un trabajo y de decisiones colectivas, de la consulta y apoyo de las bases y del respeto a los órganos democráticamente electos

Si hoy no existe organización ni participación política de los miembros del partido y de sus órganos, hay que reactivarlos, sin imposiciones, sin exclusiones y en forma democrática. Si se insiste en imponer candidatos ajenos al partido, sin compromisos con el programa y el proyecto de la cuarta transformación, si se sigue viendo a las bases solo como fuerza de tarea para hacerles el trabajo a los oportunistas y caciquillos buenos para nada, si no tienen trabajo ni los méritos necesarios; el partido seguirá con las confrontaciones internas y se agudizarán el desencanto, el desgaste político y la anarquía que lo pueden llevar a la derrota en las elecciones del 21 y del 24.

Si la obsesión de Mario de apoyarse en los grupos de la derecha, en los sectores e instancias que aún quedan del viejo régimen político, si no entiende el significado del proyecto de la cuarta transformación y sigue en un juego de simulaciones apoyándose en frases del presidente, pero ajeno al pensamiento libertario y democrático de un partido que se niega a caer en manos de la derecha, entonces, el esfuerzo por unificarlo en medio de su pluralismo y de sus diferencias pero unido en la defensa de su proyecto, el tiempo que tendrá Mario en la presidencia del CEN de Morena será breve, porque las bases lo tendremos que cambiar por alguien que legítimamente las represente

 

 

martes, 3 de noviembre de 2020

Y cuando llegue el día del último viaje, yo estaré a bordo ligero de equipaje

Por JESÚS SOSA CASTRO

Casi todo el mundo tiene una fecha para recordar a sus muertos. El pueblo mío, al que yo pertenezco, es asombrosamente devoto de esta florida y venerable conmemoración. No es solo el colorido de sus ofrendas, el olor del copal y los sabores que degustaban quienes estaban físicamente entre nosotros. ¡NO! Son un conjunto de sentimientos, emociones y simbolismos que siguen adheridos al corazón y a la vida de aquellos que nos quedamos sin ellos. La ausencia de quienes me dieron la vida, hoy volvió a mí con un sentimiento nunca antes sentido. Mi primera infancia no estuvo registrada en los anales de ninguna historia, por eso hoy quiero recogerla sumándole esos momentos tan llenos de hechos y añoranzas que, en el campo, florecían como almácigos silvestres que adornaban el entorno donde vivian mis padres campesinos. En recuerdo a esa etapa, pondré al escrutinio público no solo mis sufrimientos, sino una parte de mi historia personal que nunca me había atrevido a publicar 

Mi primer recuerdo que quedó gravado en mí fue cuando en una caja de cartón, mi madre me puso dos mudas de ropa llenas de remiendos. Se preparaba mi viaje a un mundo que no era mi mundo. Dejaba atrás mi arraigo a la tierra, a mis padres y a un puño de hermanos que desconocían el rumbo que mi salida iba a infringirle a los arroyos y a las montañas que nos vieron nacer. A eso de las 8 de la mañana de un día x de junio de 1953, mi padre tomó en sus manos la caja y emprendimos el camino hacia el punto donde tenía que tomar el camión que me llevaría a Acatlán, una pequeña ciudad perdida en el profundo sur de la mixteca poblana. Dejaba atrás la escuela rural que me enseñó a leer y a escribir para incursionar en otro lugar donde, se me dijo, podría estar mi futuro

Todo empezó de manera normal. La familia de mi madre me acogió como un integrante más de la misma. La 1ª enseñanza a la que fui sometido, fue aprender a rezar todas las noches antes de dormir. Luego me inscribieron en la “doctrina “que el sacerdote nos daba a la muchachada todas las tardes de cada viernes. Sus prédicas siempre olían a fanatismo, no se sostenían científicamente, pero nuestra ignorancia no alcanzaba a explicarnos el fondo de esas enseñanzas. Fuimos víctimas de una cultura cercana a lo que en esa región años antes había impulsado el movimiento cristero. La entrega a lo religioso no nos permitía ver la vida de otra manera

Una tarde de esas, el cura nos metió en el cerebro la pifia que dio pie al peor regaño que en vida sufrí por parte de mi padre. Como mi familia y la mayor parte de la gente de la mixteca poblana éramos porfiados defensores de la religiosidad, no cuestionamos nunca la influencia de ese movimiento que al grito de “Viva Cristo Rey” arrastró a miles de campesinos a una guerra fratricida. Uno de esos días el cura nos dijo: Para tal fecha no saldrá el sol. Hay demasiados pecadores que no oyen ni se pliegan al mandato de Dios

Ni tardo ni perezoso, tomé el autobús para ir a prevenir a mis padres de la catástrofe que se acercaba. Recorrí ochenta kilómetros en autobús y ocho a pie por veredas y montañas. ¡Mis padres dormían! El trabajo del campo y los silencios de las noches, no daban para desvelos ni correrías que llevaran otros encantos al corazón. Jadeando les hice saber las palabras ominosas del cura de marras. No quería que, alguien de mi familia, pudiera ser sepultado por las tinieblas sin antes, siquiera, santiguarse o prenderle unas velas al señor

Mi padre, seguramente se preguntó qué diablos hacía su hijo que estaba estudiando el quinto año de primaria a ochenta kilómetros de allí. Papá, vengo a decirles que para el próximo viernes no va a salir el sol. ¡Va a ser un castigo de Dios! Apenas oyó esto, me agarró de la parte alta del codo y me metió a la casa de chinamite. Mira muchacho, me dijo con voz sentenciosa. Eres un baboso. De nada te sirven los estudios, ¿quién carajos te anda metiendo estas mentiras en la cabeza? Cabizbajo y regañado regresé por el mismo camino cargando mis vergüenzas, mi padre había descubierto mi ignorancia. Hoy, cuando empieza el conteo regresivo de mi vida recojo sus sabias palabras y las uno a las proféticas expresiones de la poesía de Antonio Machado “cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontrarán a bordo, ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar”