miércoles, 29 de abril de 2015

Algunas herramientas políticas para un nuevo poder en México
Por  JESÚS SOSA CASTRO
En varios de mis artículos he planteado la necesidad de intentar una correcta caracterización del período que estamos viviendo. Queremos explicarnos los cambios que está sufriendo el sistema capitalista, especialmente en el terreno de la lucha social, ver cómo se maneja con los mecanismos de poder y cuáles son los sujetos que se confrontan.  Como luchadores por el cambio, nos interesa descubrir cuáles son las nuevas figuras de los conflictos sociales y ponderar los retos a los que ya nos enfrentamos. En estos ejercicios de aprendizaje, las cuestiones fundamentales a resolver son: ¿Hay contenidos y temas principales que preocupan a los sectores populares? ¿Cuáles son sus actores y de qué manera se van convirtiendo en sujetos revolucionarios colectivos?  ¿Cuáles son los procedimientos, tácticas, líneas políticas, métodos de lucha, consignas y formas organizativas y cual es el campo más favorable al despliegue de las resistencias populares?
El Dr Armando Martínez Verdugo, destacado estudioso de estos problemas, señala que para estar en condiciones de enfrentar estos retos, es necesario analizar, a fondo, nueve temas fundamentales: ¿Existe una crisis social? ¿Hay crisis económica? si hay crisis política ¿cómo se manifiesta? ¿Cuáles son las posiciones y los intereses de las clases sociales? ¿Hay necesidad de una política de alianzas? ¿Quiénes son los actores del movimiento real de las masas? ¿Cuáles son las fuerzas reales de los grupos políticos?  ¿Cómo se manifiesta el flujo y el reflujo de las luchas?  Y ¿Cuáles son las predicciones y las alternativas que tienen las fuerzas políticas de izquierda? Tener una respuesta seria sobre cada una de estas interrogantes no es una cosa sencilla, pero hay que avanzar en el estudio
Estas preguntas van de la mano de quienes intentan entender el papel que estas herramientas ayudarán a la toma del poder. Y si en cualquier parte del mundo, los partidos políticos se organizan para tomarlo y ejercerlo, entonces, no resulta ocioso saber cuáles son los pertrechos políticos e ideológicos y cuáles los sujetos mediante los cuales accederán a él.   Sobre este asunto se ha estudiado poco y se ha escrito menos. El Dr Martínez Verdugo en su libro El poder, señala que éste es una “relación social de dominio, control y mando. Un instrumento que dispone y usa con el arbitrio y las facultades propias y ajenas, de todos los atributos propios y ajenos, de lo principal de los seres humanos” Su esencia se manifiesta cuando los poderosos ponen a los otros en “orden y les ponen el orden” en el que deben vivir
“Los que ejercen el poder intervienen de manera constante en la vida de los demás para inspeccionar y fiscalizar que el orden establecido se realice para que el sometimiento nunca cese y siempre se perfeccione. Es una relación social de mando porque bajo su control, están todas las condiciones que permiten dirigir a seres humanos en el rumbo establecido. Quien tiene el poder, manda, y quien manda posee las relaciones y los mecanismos de dirección social, posee las riendas y el timón de la sociedad” (*)
En el Colectivo “Francisco Hernández Reyes” y en otros círculos de estudio, traemos una fuerte discusión sobre este tema y sobre los aperos que se manejan para acceder a él. Se afirma por algunos compañeros que este poder no es el que busca la sociedad humana. En su historia, se argumenta, nada ha resuelto para darle felicidad y realización. Su razonamiento toca partes fundamentales de las críticas que le ha hecho Federico Nietzsche a este poder. Siempre -afirma- nos ha mantenido al borde de las guerras, lleva a la destrucción y muerte a los que siempre mueren y facilitan el relanzamiento de la voluntad de poder. “Este pensador alemán hace un llamado permanente a la subversión del orden moderno, un llamado a desobedecer al poder. En su reflexión hace un canto al hombre rebelde, el que vive en la marginalidad y no en el orden establecido”
En nuestra polémica interna no hemos avanzado mucho. Con modestia reconocemos que hablar del poder no es hablar del sermón de la montaña. Hay que estudiar mucho y poner sobre blanco y negro lo que da sustancia al debate. Buscamos algo más que los elementales mensajes que leemos en las redes sociales o las payasadas que hacen los candidatos del PAN, del PRI y de los demás partidos uncidos al poder. Creemos que hay que profundizar en estos instrumentos de dominio, control y mando y examinar los utensilios que se supone, estamos tratando de construir para modificar de raíz el status que vive la nación. De entrada habemos quienes afirmamos que al poder burgués sólo es posible derrotarlo con otro poder. Con el poder que la sociedad humana construirá, desarrollará y vigilará para que no se convierta en un instrumento que enajene sus derechos y sus libertades. Hasta ahora, no hay manera de acabar con el poder de la oligarquía sólo con discursos y buenos proyectos programáticos. Se requiere contraponerle otro poder y ese, tendrá que ser el poder del pueblo organizado
Por eso es importante estudiar los pertrechos argumentativos, políticos e ideológicos, para lograr la transformación de la sociedad burguesa en una sociedad humana. Sin estos mecanismos, sin su dominio y conocimiento, sólo estaremos hablando de un poder que no es el  que queremos. Queremos un poder popular al servicio de una sociedad diferente, sobre todo, una sociedad humana
(*) El poder, una aproximación teórica a su fundamento constituyente, del Dr Armando Martínez Verdugo. IEEM

    

jueves, 23 de abril de 2015






El escarabajo y el colibrí
Un mini cuento para tiempos de crisis
JESÚS SOSA CASTRO

Esta tierra seca necesita lluvia, le decía el escarabajo al colibrí. Ya caerá, le contestaba el colibrí. Un día, el pequeño pájaro levantó vuelo hasta encontrar una flor. Andaba en busca de rocío y miel. Satisfecho de su hallazgo se dijo para sí. ¡El tiempo mejora! Y emprendió el regreso para darle la buena nueva al escarabajo
Pero mal le había ido al amigo. Su dorso, sus alas y sus patas, iban y venían, dispersas, llevadas por las oleadas cálidas del viento. ¡No hay nada qué hacer, pensó! El amigo ya no estaba. La tierra seguía seca, no había vida, ni flores, ni humedad ni miel. Sus expectativas de vida, se hacían pequeñas. Su mundo estaba a punto de desaparecer

Entonces el colibrí, triste y lleno de pesar, se puso en manos del viento. Se dejaría llevar por esas cálidas oleadas de una tierra seca. ¡No buscaría flores, ni miel! Solo volaría y volaría. Se pondría en manos del aire y del tiempo. Pero un día, esos aires lo volvieron a la tierra seca. ¡No se arrepintió! Pensó que la suerte lo había devuelto a la tierra donde yacían las partes dispersas del escarabajo. Sus ojos dieron cuenta que sólo habían quedado, calcinados por el sol, su dorso, sus alas y sus patas. Triste, pensó que un día, también sus restos correrían la misma suerte. Tal vez el viento y la tierra los lleven al lado de los restos de mi amigo. Y allí, meditó el colibrí, de los huesos de ambos, surgirán las flores y la miel. Las  necesita esta tierra seca
























El escarabajo y el colibrí
Un mini cuento para tiempos de crisis
JESÚS SOSA CASTRO

Esta tierra seca necesita lluvia, le decía el escarabajo al colibrí. Ya caerá, le contestaba el colibrí. Un día, el pequeño pájaro levantó vuelo hasta encontrar una flor. Andaba en busca de rocío y miel. Satisfecho de su hallazgo se dijo para sí. ¡El tiempo mejora! Y emprendió el regreso para darle la buena nueva al escarabajo
Pero mal le había ido al amigo. Su dorso, sus alas y sus patas, iban y venían, dispersas, llevadas por las oleadas cálidas del viento. ¡No hay nada qué hacer, pensó! El amigo ya no estaba. La tierra seguía seca, no había vida, ni flores, ni humedad ni miel. Sus expectativas de vida, se hacían pequeñas. Su mundo estaba a punto de desaparecer

Entonces el colibrí, triste y lleno de pesar, se puso en manos del viento. Se dejaría llevar por esas cálidas oleadas de una tierra seca. ¡No buscaría flores, ni miel! Solo volaría y volaría. Se pondría en manos del aire y del tiempo. Pero un día, esos aires lo volvieron a la tierra seca. ¡No se arrepintió! Pensó que la suerte lo había devuelto a la tierra donde yacían las partes dispersas del escarabajo. Sus ojos dieron cuenta que sólo habían quedado, calcinados por el sol, su dorso, sus alas y sus patas. Triste, pensó que un día, también sus restos correrían la misma suerte. Tal vez el viento y la tierra los lleven al lado de los restos de mi amigo. Y allí, meditó el colibrí, de los huesos de ambos, surgirán las flores y la miel. Las  necesita esta tierra seca

miércoles, 22 de abril de 2015

No estamos todos los que somos
Por JESÚS SOSA CASTRO
Cuando una lectora de La Jornada preguntaba ¿En dónde están los obreros, los campesinos, los politécnicos, los de la UNAM, las amas de casa, el pueblo y los demás? ¿En dónde los empleados y dónde los pobres? Yo, ciudadano común y corriente veo que esta compañera, está poniendo los puntos sobre las íes. Hasta hoy, solo los estudiantes de Ayotzinapa, los padres de familia, los maestros de algunas secciones democráticas de la CNTE, los jornaleros de San Quintín y algunos otros demandantes de reivindicaciones sectoriales son los que parecen que luchan a favor del país. Y concluye: ¿Dónde están los demás? Con ella, yo también pregunto ¿Qué hacer con tanta verdad?
Morena es una organización partidista que está naciendo en medio de una serie de luchas y contradicciones políticas y sociales. La ruta en la que va, ubica a este partido como la fuerza más activa pero la más contradictoria. Aún insuficientemente ligada a las necesidades del pueblo y al mismo tiempo, la única organización de las existentes que más apoya la gente. En el espectro de fuerzas que existen en México, Morena puede ser, la única capaz de encabezar una revolución política y cultural que transforme la situación que vivimos en México
A raíz de la aprobación de la reformas estructurales, especialmente la energética, la del trabajo y de Educación, han aflorado el entreguismo, la incapacidad, el patrioterismo,  y la insensibilidad de una clase política decadente, sumisa y corrupta hasta la médula. En las luchas por defender el patrimonio y los derechos de los trabajadores, pocos sectores del pueblo y algunos intelectuales elevaron su protesta y se movilizaron en las calles contra las políticas demenciales de Peña y su corte de aduladores 
El trabajo político de AMLO es inestimable. Lo que es grave, es que fuera de él, no haya líderes que a su lado, tengan la inteligencia, la capacidad de trabajo y el entendimiento para explicar y organizar al pueblo con el objeto de participar en una situación tan compleja y tan urgida de cambiarse. Morena no está desarrollando cuadros, por lo menos los necesarios, para impedir que ocurra lo que se dio con su ausencia durante el cerco al Senado. Estos equívocos tienen que ver con la falta de convocatoria de los dirigentes intermedios, con la inexistencia de una dirección colectiva, con la flaqueza de los liderazgos  nacionales, con la indefinición hacia las políticas regresivas y represoras de Mancera y con la falta de una política, precisa y maciza, sobre lo que hay que hacer en estos momentos de crisis
Sé que los líderes no nacen en maceta. Son resultado de una experiencia que se forja en la lucha, en el contacto permanente con la gente y sobre todo, en el trabajo cotidiano, con iniciativa y conocimiento de los problemas. Morena y sus líderes son una gama de expresiones y de orígenes políticos distintos. Tanto la organización como su dirigencia, son resultado de una plural realidad que vive el país. Sus contradicciones y su composición social son lo que es el país. No obstante, Morena no puede sentirse satisfecha con los resultados alcanzados. A medida que los problemas crecen y crece su complejidad, aparece con mayor evidencia la debilidad ideológica, política y cultural de una dirección, que hasta hoy, se observa incapaz, dispersa y desorganizada. El único que va y viene por el país, el que propone y dispone, es Andrés Manuel López Obrador 
Si Morena es una fuerza pluriclasista, si es verdad que trabaja para ser el motor que puede impulsar los cambios políticos, sociales y culturales que demanda la nación, entonces, hay que trabajar por una Dirección colectiva, competente, incuestionada, democrática, incluyente y creíble que requiere la sociedad. Cosa que no tienen ni quieren tener los otros partidos, esa es otra causa más de sus crisis actuales. El punto que une a todos estos sectores pluriclasistas en el seno de Morena, es la lucha por la transformación del país, la honestidad, la administración transparente de los asuntos públicos, la lucha contra la corrupción, el sentido nacional y el patriotismo
Por eso su compromiso es enorme. El partido Nuevo que miles de ciudadanos estamos construyendo, es un partido democrático y su dirigente principal es un demócrata reformador. Somos una organización política donde caben el pensamiento pequeñoburgués y el pensamiento revolucionario. Justo por eso sus planteamientos son solo democráticos. Los ojos y las ideas de los dirigentes de Morena no son los ojos y las ideas de todos los militantes ni son tampoco los de aquellos que andan planteando anular su voto o dejar de votar. En el análisis que falta, deben contemplarse las visiones de esa pluralidad para no sufrir  frustraciones

Yo estoy seguro que de no ser Morena, ninguno de los partidos existentes podrán ser instrumentos de lucha para el cambio social. Lo que se busca para el país, lo va a lograr la fuerza que tenga capacidad para entender el momento que se vive, la que haga una caracterización adecuada de las fuerzas que concurren a la escena política nacional, quien entienda correctamente las necesidades que tiene la sociedad y la que asuma un liderazgo lo suficientemente fuerte y sensible ante los acontecimientos que sacuden al país. ¡Nada más, pero nada menos!

miércoles, 15 de abril de 2015

Nada de lo que hace el PRI es neutral, todo es doblez y disimulo
Por JESUS SOSA CASTRO
Hoy voy hacer un planteamiento polémico pero real. Espero que mis lectores profundicen en estas ideas. Se trata, en todo caso, de buscar los aportes que se requieren para entender lo que pasa en nuestro país y cómo enfrentar a esas fuerzas políticas que están acabando con él. Con mucha frecuencia las acciones revolucionarias están dirigidas al aparato burocrático que encabeza el gobierno. Como si éste no respondiera al pensamiento y a los intereses profundos, históricamente presentes, que están en el alma de la cultura priista
¿Por qué el PRI lleva ochenta y cinco años en el poder, sin que hasta ahora lo hayamos podido derrotar? ¿Realmente son sus estructuras partidistas y el dinero público lo que lo han mantenido en el gobierno? ¿Es la eficiencia de sus “líderes” y su capacidad corruptora lo que lo han sostenido durante casi nueve décadas? Es esto, pero hay algo más importante. El priismo es el alma y el corazón de la burguesía mexicana, es su espíritu y su mundo interno, intimo, que ha sido edificado como un aprendizaje histórico de esta burguesía en su surgimiento y en su devenir
El origen del priismo es el núcleo creativo, discursivo y afectivo  de toda la clase y de cada uno de los capitalistas mexicanos. Es su intimidad profunda. En ella se guardan, mediante la memoria colectiva, sentires, saberes, conocimientos aprendidos y vividos, de opresión y explotación. El priismo es el cultivo permanente del modo de ser del burgués mexicano. De esa alma y espíritu profundos salen, se expresan, se materializan las obras y productos en los que ellos se depositan. El priismo es un conjunto de acciones mediante las cuales el capitalista mexicano se expresa y manifiesta; es el corporativismo, el patrimonialismo, el clientelismo, es su patrioterismo vulgar, un estilo especial de corromper conciencias, de fraguar matanzas y asesinatos masivos y selectivos que no siempre dejan huellas evidentes
El priismo ha aprendido a crear una nubosidad densa para encubrir sus hechos, sus corruptelas y sus crímenes. Mata y hace leyes burlándose y riéndose de la gente. Maneja una solidaridad interclasista que no perdona, actúa como una mafia. Con claridad cristalina asume que el capital no tiene patria y por tanto, está dispuesto a vender lo que sea del país. Es más, está vendiendo el país. Habla siempre de patria, soberanía, de nación y tolerancia. Aunque a ojos vistas todo es una falsedad que da paso al autoritarismo, a la intolerancia, a las palabras que encubren la defensa real de los derechos y las libertades de los mexicanos. Nada de lo que hacen los priistas es neutral, todo es doblez y disimulo, simulación y astucia de la peor ralea
El PRI es por tanto, el blanco contra el cual hay que concentrar todas las fuerzas y todos los esfuerzos revolucionarios. Y no es por el hecho de que el Partido Revolucionario Institucional haya comprado la presidencia de la República en la que se ha montado desde 1929, año de su fundación. Este instrumento de poder es lo que es, aunque se encubra con distintas denominaciones, siglas y razones sociales. Aunque llegara a desaparecer como PRI o cambiara de nombre, el priismo seguirá, para mal, siendo la cultura, los sentimientos y el alma del comportamiento de los mexicanos
El priismo no es simplemente una estructura estatal ni mucho menos una institucionalidad partidista. Es, sobre todo, una relación y un ejercicio de Poder de la burguesía. Es la forma predominante en la actualidad con la que se encubre y realiza el poder del dinero. En el priismo, el capital, la burguesía mexicana, han cristalizado sus más eficaces artes de dominio de los trabajadores. Los mantiene, calculadamente, lejos y distantes de sus derechos laborales y de ese mando al que legítimamente les corresponde. Opera así para evitar que el pueblo logre ubicar el ejercicio de su poder y cancela su autodeterminación política para poder liberarse de todas las consecuencias del sistema priista
El priismo es, por tanto, una cultura de opresión, de explotación, un modo particular y específico de enajenar a los trabajadores y a los ciudadanos. Una manera singular -altamente refinada- de mantenerlos en la voluntad de no ejercerse como actores de su propia vida, sino al contrario, como siervos y dependientes del capital, creyendo que todo debe esperarse del Estado, del gobierno, de los de arriba. Cuando afirmo que el priismo es una cultura de poder, de opresión y explotación, propias de la burguesía mexicana, estoy diciendo que el priismo es un conjunto de valores y de ideales compartidos por la clase de los capitalistas quienes desde 1917 impusieron en México su dominación, su control y su mando sobre el pueblo

Esos valores y esos ideales hacen que la burguesía mexicana tenga y sostenga similares costumbres en todas las manifestaciones del poder. Aplica iguales procedimientos y formas para enajenar artefactos, tecnologías y maneras de hacer y ver el mundo mexicano, a la imagen y semejanza de las relaciones deshumanizadas que esa clase impone entre los humanos y en la naturaleza. ¡Eso es el priismo! Un poder que va más allá de una estructura partidaria, es el espíritu y el alma del sistema capitalista globalizado que está destruyendo todo, entregando todo. El pueblo no le importa, no le preocupa ni su situación ni su futuro. Es el PRI nuestro adversario a vence

sábado, 11 de abril de 2015

Si no ardemos juntos, ¿quién iluminará esta oscuridad?
Por JESUS SOSA CASTRO
Esta es una hermosa frase de #YoSoy132. La construyeron con el alma, la llenaron de convicciones, de juventud y de frescura. Surgió a consecuencia de que el sistema, los partidos, los políticos, no entendieron jamás lo que esta frase y el movimiento encierran. El encendido de esta luz se hizo al pie de la empresa televisa, que ha cultivado la frivolidad, el olvido y la manipulación. Una empresa que no le interesa la cultura, la verdad, la transparencia informativa. Televisa, TV Azteca, Milenio y otros medios informativos, surgieron al amparo del poder, del chantaje y del servilismo.
Durante más de ocho décadas el sistema político fue tejiendo enormes redes de intereses económicos y políticos. Los partidos, llamados a defender al pueblo o a su clase,  pronto fueron cooptados por el poder y se convirtieron en instrumentos a su servicio. Se olvidaron de la gente, especialmente de los pobres y del México profundo, y poco a poco se convirtieron en élites chapulinescas, que dieron origen al repudio de amplias franjas sociales especialmente de los jóvenes. El sistema, las televisoras, la mayoría de los medios impresos y los partidos de derecha, no tomaron nota debida de lo que fue y lo que planteaba el movimiento del 68-71. Cuando mucho, cada dos de octubre y diez de junio, conmemoraban sin mayor convicción el heroísmo de cientos de muchachos que fueron masacrados por los gobiernos del PRI.
Los más afectados por los regímenes prianistas han sido los de siempre. Los pobres, nuestros indios, los obreros, los campesinos, los jóvenes. Durante décadas estos sectores han aguantado la represión, el hambre, la violencia, el olvido y la exclusión. De pronto, cuatro políticos son convocados por los estudiantes para que vayan a sus escuelas a presentar sus proyectos y propuestas de gobierno.  Sólo AMLO entendió el momento y la necesidad de atender ese llamado. Los otros candidatos asistieron llenos de terror porque nunca han sido cercanos a las letras, a los libros, a la cultura, y por consiguiente, a los jóvenes. Peña Nieto y Josefina les fue como en feria, mientras Andrés Manuel lo recibían con el grito de ¡Presidente, Presidente!
Pero los ochenta años de los priistas en el poder no le dieron ni experiencia ni sabiduría. Trataron a los estudiantes con desprecio. Los acusaron de porros, de provocadores y de acarreados. Fue la Universidad Iberoamericana la que parió a los jóvenes que demandaban justicia respecto de la masacre de Atenco, sobre la matanza de Aguas Blancas y de Acteal.  Su protesta fue desoída. A cambio, a Peña Nieto le salió la arrogancia y con sorna aceptó haber sido el responsable de la muerte, violación  y encarcelamiento de hombres, mujeres y de sus líderes. Allí nació #YoSoy131 y después surgió el #YoSoy132.
A partir del 11 de mayo los estudiantes de todas las escuelas superiores del país han dado zancadas en pos de la construcción de una historia nueva. Se convirtieron en los protagonistas de un nuevo quehacer político. Le imprimieron a su movimiento un gran empuje, frescura, decisión y trabajo. Se declaró apartidista pero no apolítico. ¡Justo por eso ha podido avanzar y convertirse en un referente obligado en la lucha electoral! Puso nerviosos a los prianistas y generó reacciones antidemocráticas, amenazantes y divisionistas. Peña Nieto y sus huestes se lanzaron contra el #Yosoy132 con la intención de quebrarlo y evitar que siguiera cuestionando el sistema político, el papel de Televisa, TV Azteca, Milenio y la cadena de los Vázquez Raña.
Pero como ocurre con los grandes movimientos el #YoSoy132 resultó mucha pieza para los corruptos del PRI. Este Movimiento ¡VA! Y lo mejor. Va con una autoridad moral de enormes proporciones. Ha demostrado que es una fuerza democrática, que es una fuerza nacional, capaz de organizar foros y discutir en ellos los problemas que aquejan al país. Es un movimiento con poder de convocatoria. Llevó a un debate ciudadano a tres de los cuatro candidatos a la Presidencia de la República. Y sobre todo, hay que reconocer que estos jóvenes, impulsores y organizadores de este movimiento, saben el oficio de hacer política sin ceder espacios al oportunismo y a la traición. Los chaqueteros se han ido, nunca fueron del #YoSoy132. Los incrustó el PRI para socavarlo y dividirlo. Pero otra vez se equivocaron. ¡Los jóvenes son mucha medicina! La convicción de transformar al país, de humanizar y democratizar la política se encuentra entre su piel. Si no ardemos juntos, ¿quién iluminará esta oscuridad? es una de sus frases tan cierta, tan sensata, tan oportuna, que los ha colocado, de pronto, en pensadores veraces y profundos. Con ellos creo que nadie tiene derecho a dividir a las fuerzas del cambio verdadero. Ya no queremos vivir en el oscurantismo cultural y político. Queremos otro México y a eso estamos apostándole millones de ciudadanos de todo el país. En esta grandiosa tarea vamos del brazo con nuestra juventud, hoy dignamente representada por el Movimiento #YoSoy132


miércoles, 8 de abril de 2015

Los libradores de la lucha
Por JESÚS SOSA CASTRO
Sin mucho entusiasmo han empezado  las campañas electorales. Los partidos políticos no conmueven a los electores porque su discurso es frívolo, fofo y tradicional. Los candidatos a los puestos de representación popular, en su mayoría, los arropa un manto de indigencia política, de rutina y de ignorancia. Como nunca, la caballada se dobla de flaca. Los partidos han dejado de ser los principales protagonistas de la lucha en defensa de los intereses del pueblo. Hoy son importantes sectores populares los que están tomando la iniciativa para defenderlos. A la vista de la gente, son estas fuerzas las que marcan los tiempos políticos fundamentales
La impresión que hay en la sociedad consiste en que pocos líderes y pensadores se están dando cuenta que en el país surgen fuerzas nuevas que se incorporan a la lucha. Estas fuerzas se forman de un sector del proletariado moderno, de aquellos obreros que están sufriendo la crisis económica, de los que vienen de las fábricas dinámicas con alta concentración de capital, de los afectados por las políticas transnacionales, de los sectores con problemas poblacionales, ecológicos, de la salud, indígenas, de género, desempleados y de otros. ¡Estos son los libradores de las luchas actuales!
En este período de transición, hemos sido testigos y víctimas de barruntos de crisis políticas. Se fortaleció el adelgazamiento del papel del Estado, se desmanteló el sector económico y se redujo drásticamente su función comunal. De suyo autoritario, el Estado mexicano fue dejando al desnudo su carácter represor y sin vergüenza alguna, se quitó las hojas de parra que cubrían su “política social” Ha multiplicado la producción de leyes y reglamentos que garantizan el status legal para proteger los intereses de la iniciativa privada y de las transnacionales. Ha ensanchado su rol policiaco militar y se ha convertido en el gran expropiador de los medios de reproducción de los trabajadores
De esta manera, el Estado se ha vuelto menos consensual y más restrictivo, debilitando crecientemente la legitimidad de las instituciones otrora decisivas en el mantenimiento del régimen político. Lo que se denominaba la “familia revolucionaria” ha sido mellada fuertemente, mientras crece el proceso de polarización en la vida nacional. Sin embargo, hoy por hoy, ese régimen en el que han convivido magistralmente la política social mediatizadora y una política represora selectiva, no han sido cuestionadas a fondo por ninguno de los partidos de la oposición. La disputa principal proviene de sectores populares de nuevo tipo que puede llevar a una situación prerrevolucionaria en la que los partidos quedarán rebasados
Es evidente que aquellos partidos y candidatos que se conducen con sus viejos discursos y con la elemental rutina mostrada hasta ahora, no serán la alternativa que aliente la participación electoral de los ciudadanos. El hartazgo que vive nuestra sociedad no sólo tiene que ver con el castramiento ideológico y político sino con la siembra de la vieja tesis de que no hay nada qué hacer frente a la fuerza preponderante de las mafias del poder. Sin duda, en esta locura que estamos viviendo, mucha responsabilidad tienen los partidos  políticos de izquierda que no han sabido estar a la altura de las exigencias del pueblo
Grandes multitudes de oprimidos, de explotados y excluidos en nuestro país, han entrado a un proceso agudo y creciente de pérdida del trabajo y en sus condiciones de existencia. Los únicos que disfrutan de la seguridad y de los privilegios, son los que están alrededor de los personeros del imperio. Si los candidatos de Morena, si el Partido, no ponen sobre blanco y negro lo sustancial de los nuevos fenómenos que dan vida a la sociedad, si no hacen una caracterización correcta de la encrucijada en que se encuentra el país; no serán estos candidatos ni su partido los que capten los votos necesarios para convertirse en los referentes obligados en las luchas por venir
El nuevo período de encrucijada ha ido conformando una crisis social enorme. Todo se expresa en una falta total de expectativas y satisfacciones populares. El capital ha hundido a las masas populares en una situación de enorme miseria, desempleo, carestía, desatención educativa, salud, vivienda y violencia. Por eso se ha producido una ruptura del consenso social que la burguesía había logrado y por lo cual, millones de mexicanos participan crecientemente en movilizaciones de protesta a lo largo y ancho del país

Estamos ante la posibilidad de que las resistencias populares crezcan y sus demandas sectoriales empiecen a convertirse en acciones de lucha contraviniendo al régimen político. La burguesía ya no pudo, ni puede, ni podrá soslayar el requerimiento histórico de un nuevo proyecto de sociedad. El suyo ha sucumbido y no tiene visos de superar el naufragio. Ante esto, es la izquierda la que está llamada a conocer, aprehender, explicar e interpretar la realidad. Dotar al pueblo de formas organizativas eficaces para que su lucha se despliegue al máximo y se convierta en una fuerza dirigente y conductora de estos requerimientos políticos. ¡Sin esto, la izquierda no institucional será una fuerza más del montón!

lunes, 6 de abril de 2015

La invención permanente de lo nuevo
Por JESUS SOSA CASTRO
En el México de nuestros días se han sembrado miles de opiniones que intentan diagnosticar lo que pasa en el país. Políticos, científicos sociales y escribanos al servicio del poder, diariamente le recetan a la sociedad salidas que no han probado su efectividad. México sigue peor cada día y su autollamada “clase dirigente” va de tumbo en tumbo sin saber siquiera hacia dónde se dirige
Vivimos una situación compleja con una crisis social de grandes proporciones. La economía no crece, el desempleo se acrecienta, la irritación de la sociedad se desborda y los políticos no entienden o no saben qué hacer con un país que se niega a caer en el despeñadero. Hay mucha ignorancia sobre el quehacer gubernamental, incapacidad para resolver los problemas, una manía desatada por vivir del presupuesto y una corrupción galopante que da pena ajena. Esa “clase política” ha corrompido todo, al grado de que en lugar de cultivar una moralidad pública e impulsar el desarrollo del país, camina en un círculo vicioso del que no atina a salir. No produce ideas ni proyectos a favor del pueblo.  Y lo nuevo que permanentemente elabora la oposición, lo ignora o lo mira con desdén
Muchos hablamos de que urgen cambios como condición para reorientar el desarrollo de México. Ya no es suficiente hablar de que las cosas andan mal. Necesitamos elaborar proyectos que nos provean del conocimiento y de la práctica para transformar la cosa pública. Hay que estimular lo que la sociedad hace para participar en la lucha por un cambio verdadero. Tenemos que trabajar para desplazar a esa mafia que ha dado muestras sobradas de su incapacidad para gobernar y que mantiene a los mexicanos en una permanente crisis económica y social
Ya no se puede ocultar el creciente descontento de un sector que plantea ir más allá de la lucha por reformar a las instituciones. Reclama con razón, encontrar nuevas prácticas políticas que unan esfuerzos y agrupen todas las demandas. El gran movimiento que está participando en las plazas y en las calles, está pergeñando sus proyectos políticos y elaborando sus estrategias, y aunque le falta organización, llama ya a una insurrección social con miras a terminar con el actual estado de cosas. Rechaza lo viejo pero aún no ha construido los puentes para llegar a una nueva situación
 Es innegable, sin embargo, que serán estos sectores los que al lado de Morena, contribuirán a lograr el cambio verdadero. Juntos debemos construir el basamento ideológico, organizativo y político que le dé dirección y rumbo a nuestras protestas. Aún cuando MORENA cuenta con un Proyecto Nuevo de Nación, la inmensa mayoría de sus militantes y amplios sectores de la población,  aún no lo conocen a fondo. En esto tenemos que trabajar todos. Los otros partidos caminan sin rumbo, a tontas y a locas. Si la crisis que estamos viviendo es producto de la ceguera y decrepitud de los políticos, la lucha de la mayoría de la sociedad debe reivindicar el derecho a vivir con justicia, equidad y democracia. Para eso, tenemos que apostarle al potencial transformador de las mujeres y los hombres para que manejen sus propios asuntos y ayudarlos a entender la urgencia de quitarle el poder a las mafias que mal gobiernan el país
¿Pueden los movimientos sociales que hoy están en las calles y plazas, convertirse en instrumentos de una transformación revolucionaria? Yo estoy convencido que sí a condición de que no andemos moviéndonos sólo alrededor de las luchas electorales. Es necesario ir por el cambio verdadero que necesita la sociedad. Hasta ahora, lo que está determinando la acción de las masas inconformes, es la lucha por sus reivindicaciones económicas y laborales. Otros se mueven alrededor del trabajo electoral, incluida Morena. Los partidos del sistema han metido esta lucha en un calendario inamovible, forzoso y obligatorio porque de esta manera entretienen las luchas revolucionarias y convierten las elecciones en un desfogue de las inconformidades coyunturales de los ciudadanos 
Los que trabajamos en Morena desde las colonias y pueblos, creemos en la necesidad de ir construyendo otro tipo de cambios. Hay que darle poder a la gente para que acreciente su influencia, se organice de manera autónoma, apoye las demandas de los trabajadores y construya sus propios liderazgos. De no ser así, los que hoy mayoritariamente están al frente de Morena no serán garantía para hacer los cambios que requiere la nación. Tenemos que ser los ciudadanos los que desde abajo y desde dentro, reconquistemos el derecho y la capacidad para generar alternativas y empoderar las decisiones de la gente
El ejercicio de la democracia directa y el respeto a nuestras normas, son hoy el mejor antídoto contra las políticas oligárquicas que padecemos y el mejor instrumento para combatir el oportunismo y la autocomplacencia de muchos de nuestros dirigentes. Proclamar esta esperanza que habita en el seno del pueblo, no significa anunciar el fin de la historia. Apoyamos estas ideas porque vemos que bajo el salvaje y belicoso imperio de los tiempos actuales, la invención permanente de lo nuevo ha llegado. ¡Estudiar estas cosas, es preparamos para recibir las nuevas acciones  que se vienen!
@rasocas