miércoles, 29 de enero de 2020


Una buena decisión desprenderse de la basura

Por JESÚS SOSA CASTRO

La irritación y el encabronamiento de la militancia habían alcanzado un alto grado de explosividad política. Desde el 1º de julio del 2018 la suerte y la vida del partido pasaron de una actividad febril en defensa de un proyecto de transformación social a un estado de manos muertas que lo sacaron de la escena pública por incapacidad y por falta de liderazgo. Con una visión chata y sin ningún sentido de responsabilidad el equipo que heredó la dirección se dedicó a torcer el sentido y el compromiso social que adquirió con la gente. Ganaron las mañas, los intereses personales y de grupo. Sentó base la ineficiencia y creció el repudio de la militancia contra sus dirigentes. Esto en su conjunto condujo al partido a la pérdida de su identidad y al aislamiento del movimiento popular
Del 2011 al 2018 todo parecía marchar sobre ruedas. La rebeldía del pueblo no sólo había tomado las calles y las plazas públicas, sino que había llegado al gobierno con una fuerza inusitada que se había desprendido del alma de los mexicanos que vivían en las montañas, valles y cañadas del México profundo. Pero del 1º de julio del 2018 para acá, el trabajo y la alegría de la gente se empezaron a derrumbar. La militancia, el pueblo y el gobierno, percibimos que, de seguir con un partido disfuncional, estábamos en riesgo de que el Nuevo Proyecto de Nación se callera porque el partido incumplía con su papel de instrumento organizador y político. Las esperanzas y los sentimientos de nuestro pueblo estaban siendo subyugados por una dirigencia que diariamente aparecía ligada a los intereses del viejo sistema representados por el TEPJF y por el INE. La traición corría por las venas del país
Por eso la militancia se volcó en apoyo a la realización del VI Congreso Nacional Extraordinario. Había que rescatar al partido de esas manos muertas que no fueron capaces de convertirlo en el orgullo de los demócratas mexicanos. ¡Nuestro aguante terminó! Las maniobras de Yeidckol Polensky que hicieron de morena un partido al servicio de intereses bastardos y ajeno a la defensa de la 4T, terminaron sepultadas por el ventarrón que hizo parada en la sala de Armas de la Magdalena Mixuca. La “señera” figura de la mujer que quiso pasarse de lanza, cayó hecha pedazos por la fuerza de la razón que ejercieron 1310 consejeros nacionales que dijeron ¡BASTA! al engaño y a la manipulación
En este evento se acordó completar el CEN. Según yo, este no fue el mejor acierto. Su composición no acaba con las políticas y prácticas que habían trabado la acción del partido. Alfonso Ramírez Cuéllar, el Dr. Enrique Dussel y Xóchilt Zagal van a tener serias dificultades para someter y/o convencer a Yeidckol Polennsky y a sus secuaces de la necesidad de cambiar la orientación y las prácticas del partido. Como Secretaria General operará las cuestiones organizativas y las relaciones con los miembros del partido. Contará con el Srio. de finanzas, incondicional suyo que pagaba los gastos a sus corifeos cuando se trataba de impedir o hacer mayorías al servicio de la jefa. La solución que votaron los congresistas permitió que la tejedora de todas las mañas y las intrigas contra Morena siguiera con la tela, el hilo y la aguja para seguir bordando a favor de sus oscuros intereses
Lo que quedaba del CEN hasta antes del congreso del 26 era un mazacote de vivales que no le aportaron una sola idea y una acción al partido. El haber elegido a Alfonso Ramírez Cuéllar como presidente provisional del CEN, al Dr. Enrique Dussel como Srio. de Educación Política a nivel nacional y a Xóchilt Zagal en organización, no fue una mala salida. ¿Pero, van a poder enderezar la nave cuando la mayoría del comité ratificado y elegido está lleno de personas que no huelen ni hieden? ¿No se previó que la Yeidckol es una mujer que trae su propio juego político ajeno por completo a lo que requiere el partido, la 4T y el país?
Los que acompañamos los resultados de este congreso estamos esperanzados de que el atorón que sufre el partido, finalmente sea superado. Me anima que Alfonso Ramírez Cuéllar, el Dr. Enrique Dussel y la Dip. Zagal sean políticos capaces, honorables con una clara visión de lo que hay que hacer por el bien del partido y del país. El resto de los integrantes no me inspiran ninguna confianza. Sin embargo, les concedo el beneficio de la duda ahora que el timón está en otras manos. Sin embargo, el ambiente y los esfuerzos de la mayoría del partido se vuelven a tensar cuando las declaraciones de la Polensky indican que está decidida a suicidarse con todo y el partido. ¡Ojalá me equivoque!



miércoles, 22 de enero de 2020


Un encuentro de tres viejos amigos

Por JESÚS SOSA CASTRO

En la fría mañana del día 16 de enero del año en curso, en el Hospital de La Luz al que fui citado por enésima ocasión para que me fijaran fecha para la operación de mis ojos, me encontré con dos viejos compañeros que, como yo, andaban con los mismos problemas de salud visual. Quien haya estado en algún hospital sabe que las esperas son largas. Los tiempos se miden a partir del que más temprano llega y se apropia de las colas que hay que hacer para todo. En otros casos las horas están en directa dependencia de la cantidad de gente o del trabajo que hace la parte administrativa, la burocracia. Sabido de esta situación, siempre cargo conmigo un libro para no perder tan inútilmente mi tiempo esperando que, como paciente, se me atienda
Pues bien, esa mañana, me encontraba cubierto hasta las orejas por la inclemencia del tiempo. Leía Hacia Una Economía Moral, de Andrés Manuel López Obrador. Me interesaba ver qué tanto de lo que dice él y callan sus adversarios, tienen el soporte documental en su libro que se ha convertido en un Best Seller de la economía y la política. Cuando me encontraba en la parte en la que habla de que durante el período neoliberal el salario perdió el 70% del poder adquisitivo, que el ingreso de los mexicanos es el más bajo del planeta, que los salarios mínimos son inhumanos y anticonstitucionales, que de acuerdo al Banco mundial hay 52.4 millones de mexicanos pobres y 29.3 millones en miseria extrema, Jorge Hernández Bonilla y Guillermo Labastida Aspilla, compañeros de escuela de hace sesenta años, me sorprendieron dirigiéndose a mí por mi nombre
¡Me quedé patidifuso! No podía creer que estos dos hombres menores que yo, mostraran una vejez tan deplorable y una evidente situación económica que los hacían aparecer lo que peyorativamente los sociólogos de pacotilla llaman personas en situación de calle. Tenía ante mí un cuadro dantesco que la inmoral política salarial de los gobiernos capitalistas ha acabado con la vida y con la dignidad de aquellos que dedicamos más de treinta años a impulsar la educación de niños y jóvenes. ¡Nos dimos un abrazo, pues habían pasado casi sesenta años desde el momento en que abandonamos las aulas para ejercer nuestro trabajo profesional! Casi ciegos y viejos hoy deambulamos en hospitales en busca de aligerar un poco las dolencias físicas y en este caso, nuestra ceguera
Después de hablar de estos males, nuestra conversación dio un giro hacia la política. Recordamos que como estudiantes apoyamos las luchas de los maestros “othonistas” defendimos nuestros derechos estudiantiles, la revolución cubana, a los ferrocarrileros dirigidos por Demetrio Vallejo y estuvimos presentes en muchas otras actividades de apoyo a los campesinos. Ya como trabajadores luchamos por la libertad sindical, contra el charrismo, las políticas económicas del régimen, el rechazo al recorte de nuestras pensiones desde el 27 de enero del 2016 por el gobierno de Peña Nieto. Hoy, la exigencia al gobierno del presidente López Obrador es que también apoye la crítica economía familiar de los jubilados y pensionados quitando la UMA a nuestras raquíticas pensiones
Todas estas luchas despertaron nuestra conciencia política y sembraron los ideales revolucionarios. ¡Después nos perdimos! Sesenta años pasaron para volver hablar de nuestras raíces y de nuestras acciones políticas. Sin mediar acuerdo entre nosotros, y cada quien, por su lado, decidimos ingresar al Partido Comunista Mexicano, estuvimos en el Partido Socialista Unificado de México y ahora estamos en Morena. El abrazo que nos dimos reivindicó nuestra formación política, nuestra militancia en la izquierda y en la decisión de recuperar a Morena, un partido que ha perdido contacto con las luchas sociales y que, hasta ahora, ha estado secuestrado por un grupo de derechosos
Nuestra rebeldía temprana ha tenido continuidad. Esto fue lo que celebramos en este encuentro lleno de recuerdos políticos. Seguimos activos en la defensa del proyecto transformador de la vida económica y social que encabeza el presidente López Obrador. Los tres estuvimos en el Consejo Nacional de Morena el 20 de noviembre del año pasado, los tres estaremos en el Congreso del 26 de enero, porque los tres y muchísimos más, estamos en contra de las políticas entreguistas de Yeidkol Polensk, El siguiente abrazo nos lo daremos el 26 del presente cuando hayamos votado un nuevo equipo que dirija a Moena. ¡Ya no queremos un partido que ni huele ni hiede!  

   

miércoles, 15 de enero de 2020


La izquierda ¿una mezcla de novela y de farsa?

Por JESUS SOSA CASTRO

En estos días de descanso obligado volví a uno de mis libros que hartos elementos aporta para entender la conducta que ha tenido la izquierda en sus distintos momentos políticos. Se trata de la obra El fin de la locura de Jorge Volpi que, en su personaje de Aníbal Quevedo, recrea el papel de un loco, de un caballero andante de la revolución y/o el de uno de los intelectuales más comprometido de la segunda mitad del siglo XX. Esta mezcla de novela política y de aventuras, de crítica del mundo intelectual y de una farsa estructuralista me animó para hacer algunos comentarios sobre temas que la izquierda nuestra, la morena y la variopinta, cargan en sus entrañas
Lo que en este libro plantea el escritor es ante todo una cruel metáfora sobre el destino de la izquierda, el apasionante relato del derrumbe de la utopía revolucionaria, que apreciándolo o no, es una constante que va y viene en varios países del mundo. Lo que pone a discusión es su quehacer “partidista” y la recurrencia de ardides para justificar concepciones ideológicas bastante contradictorias y fuera de lugar. La mayoría de estos sujetos hacen esto para cubrir sus falsedades y desvaríos. Especialmente cuando los izquierdosos de pacotilla despliegan una retórica recurrente que quieren convertir en bandera política. Algunos de estos farsantes están representados hoy por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, el Congreso Nacional Indígena, CNI, la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, UNTA y los colectivos que traen de la cola la fraseología de un marxismo trasnochado
Cuando Jacques Lacan, Louis Althusser, Roland Barthes y Michel Foucault viajan en su tiempo a Cuba para psicoanalizar a Fidel Castro, Jorge Volpi observa de manera brillante que una novela inteligente puede generar pasión y ser divertida si se expresa al través de los personajes correctos, si se sitúa en el tiempo y en el lugar adecuados. El escritor establece el parangón entre lo que significa el pensamiento revolucionario de Fidel y lo que pasa con la esposa de Lot y sus hijas que se convierten en estatuas de sal por no oír las indicaciones de que en Sodoma y Gomorra no se puede mirar hacia atrás
Intentaré explicarme y explicar a mis lectores lo que a mi juicio es un símil que está asentándose en las filas de Morena. En este partido no solo se mira, sino que se camina hacia atrás. El 1º de julio del 2018 hubo una suma enorme de personas que abrazaron un proyecto político que camina con seriedad. Esa fuerza está en entredicho porque los dirigentes no han entendido que la “suma de muchas voluntades no conduce, necesariamente, a la suma de mucha inteligencia” (*) Hoy vemos a Morena en un estado de postración y de falta de estructura organizativa que dan pena ajena
La construcción de este partido no se podría explicar si no fuera porque ya era una necesidad histórica. Miles, millones de personas, han venido esculpiendo el rostro de este instrumento político. Al inicio, sus estructuras fueron la expresión de un esfuerzo comunal. Lo colectivo fue un instrumento que educó, que desplegó la iniciativa y la creatividad en sus más amplias acepciones. Casi tres años después, quienes se quedaron en la dirección lo llevaron a la nada, a un alejamiento inexplicable del proyecto de transformación política y a un divorcio inexplicable respecto de las luchas sociales. Los dirigentes no entendieron que la antidemocracia. las mañas y la ineficiencia son el caldo de cultivo de los que se nutre el viejo sistema que no acaba de morir
Hoy no se puede militar en MORENA sin envolverse en su vida cotidiana y en la construcción de liderazgos. Si la dirección y la militancia no se vinculan al conglomerado, si no se respetan los acuerdos reales, si no hay democracia, si no hay capacidad para el debate, si no hay organización, si se está fuera de la política, si se deja de lado el apoyo de los dirigentes a la 4t; entonces lo que procede, sin más, es cambiar la actual dirigencia por otra que esté a la altura de las circunstancias. No podemos seguir con una dirección tuerta y un montón de ciegos ajenos  a lo que pasa  en sus entresijos
(*) El fin de la locura, Jorge Volpi Escalante, Editorial Seix Barral 


miércoles, 8 de enero de 2020


Espero que la traición y las mañas jamás sean unidas a mi nombre

Por JESÚS SOSA CASTRO

Casi un mes me la pasé sin escribir. Mis ojos se empeñaban en justificar cierto alejamiento de las letras, de la lectura. Mis libros me esperaban en mi estudio y la política dejó de ser temporalmente mi ocupación principal. Pero como dice el dicho, las cabras siempre tiran al monte y hoy, después de que aún no me operan de los ojos y violando las indicaciones del oftalmólogo, heme aquí pergeñando dos que tres opiniones al través de las cuales quiero dejar sentadas algunas ideas y propuestas para el 2020. En este lapso en el que estuve fuera de circulación, muchas cosas cimbraron el piso de la política. Lo que pinta para el año que empieza, es algo que requiere trabajo, debate, organización y una aguda inteligencia para hacer posible que el partido Morena se convierta en el instrumento impulsor del cambio y de las luchas sociales
Empiezo por hacer mías algunas ideas de Eduardo Galeano que dejó plasmadas en El Libro de los Abrazos. Como él, siempre me pregunté si los que escribimos para desplegar nuestros pensamientos, estamos en condiciones de llevar un registro de los impactos que estos puedan tener en los lectores. Pensamos que las ideas que desarrollamos al través de nuestros escritos, algún resultado puede tener. Galeano dijo que él escribía “para quienes puedan leerlo, para los de abajo, para los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia”
En México y en pleno siglo XXI mucha gente no lee, no se interesa por nada, vive alejada de la vida real, ha sido devorada por la indiferencia, el desencanto y la incultura. Pero igual que Galeano, sostengo que una importante capa social está empeñada en convertirse en sujeto para construir su propia revolución. Se empeña en darle contenido a sus ideales, despertar su conciencia social y prepararse para dar los pasos necesarios que la lleven a recuperar su dignidad hasta hace poco pisoteada por la vieja y anquilosada clase en el poder. Cuenta uno de los escritores que más leo que, en un teatro de Asís, en Italia, asistió con su esposa Elena a ver un espectáculo de pantomima en el que solo él y ella estaban de espectadores. Al apagarse la luz se le sumaron el acomodador y la boletera
Cuando el espectáculo terminó Eduardo y Elena fueron testigos del profesionalismo de los actores, pues trabajaron como si la sala estuviera a reventar. “Vivieron la gloria de un evento lleno de fantástico realismo, se entregaron con el alma y el corazón. Sabían lo que hacían y su trabajo cumplimentó un espectáculo genial. Nosotros aplaudimos hasta despellejarnos las manos” A partir de este hecho quiero decir que los que luchamos por una causa justa, el número puede ser mucho o poco relevante, lo que importa es la calidad de los actores, su liderazgo profesional, ver si aplican su sabiduría, su inteligencia, su trabajo y su honestidad. Cuando esto ocurre, los impulsores de cualquier proyecto, terminan adhiriéndose a la causa y los intereses de la gente se convierten en la expresión de todos los esfuerzos
La mayoría del pueblo en nuestro país está haciendo su trabajo, está jugando su papel en la defensa de su propia revolución. El 1º de julio del 2018 decidió organizarse y participar en la construcción de una historia nueva y lo está logrando a pesar de una ausencia total de liderazgo partidista y de la ofensiva grotesca de una derecha enferma de odio y frustración. Uno de los pendientes por resolver a partir de enero tiene que ver con el urgente y necesario cambio de dirección en Morena. Este partido no puede seguir en la inactividad política, sin organización, sin capacidad para el debate, ajeno a las luchas sociales y omisa ante el proyecto de la 4T
Yeidckol y su pandilla prianista, ya no le sirven al partido, ni al pueblo, ni al Nuevo Proyecto de Nación. Si entendemos bien lo que significa el momento político que vive el país, si se toma nota de los intentos desestabilizadores de los derechangos, -término que ha acuñado mi amigo Alberto Pérez Schoelly- no podemos seguir con una dirección que no tiene ni pies ni cabeza. Hay que abrirle las puertas a la democracia, llamar a la militancia a que participe en el Congreso del 26 de enero y allí, en ese encuentro democrático, la militancia elija democráticamente a sus dirigentes. Necesitamos recuperar el partido, el honor y el orgullo de ser militantes de Morena. Las viejas prácticas de los actuales dirigentes se han convertido en un lastre político. Al lado de todos, yo haré lo que me corresponde para que la traición y las mañas de los mafiosos , no sean jamás unidas a mi nombre

  

domingo, 5 de enero de 2020

A mis compañeros de Morena
Estamos empezando el año 2020 y los retos que tenemos por delante son enormes. No solo se trata de sacar adelante el Nuevo Proyecto de Nación, cuyo ejecutor merece el apoyo y el respeto del pueblo. Estamos obligados a ver con mayor profundidad el momento y los riesgos que se ciernen en torno a lo que votó el 53% de ciudadanos en el 2018, Tenemos que luchar contra los intentos desestabilizadores de los conservadores, construir un partido que sea capaz de desarrollar ideas y organización a todos los que compartimos un proyecto de cambio. A nivel nacional, la violencia, la inseguridad y el oscurantismo siguen siendo los problemas por vencer. En varias regiones del mundo Trump está provocando la confrontación y la guerra con países y gobiernos. Hay una situación peligrosa que puede arrastrarnos en, por los menos, a una recesión económica
Por desgracia, Morena, el partido en el que confiamos millones de mexicanos, no está jugando su papel en nada ni en ninguna parte. Justo por esta ausencia e incapacidad políticas se requieren cambios urgentes. No para darle mantenimiento al partido, sino para convertirlo en el instrumento que encabece el debate, la lucha y la defensa del proyecto de transformación que estamos impulsando. Se trata, por tanto, de poner al frente no a los grillos que trabajan para sus intereses, para seguir mamando del presupuesto y de las mieles del poder. Se trata de elegir dirigentes que estén a la altura de lo que hoy requieren las circunstancias, que entiendan los momentos políticos que vivimos y que sean capaces de afianzar la transformación social en la que estamos trabajando
Todo esto debe ser atendido y resuelto en el Congreso Extraordinario del 26 de enero. No aceptamos más maniobras de Yeidckol Polensky, los tiempos políticos actuales ya no son sus tiempos. Necesitamos cambios y líderes verdaderos. Algunos de los que quieren son de poca monta, solo sirven para grillar, pero no para dirigir el partido que necesita el país y su gente. ¡Nos veremos en el Congreso! JESÚS SOSA CASTRO