miércoles, 7 de septiembre de 2016

Hablando de políticos sistémicos y de rumberos

Por JESÚS SOSA CASTRO

Por donde quiera que uno va se encuentra un país descuajaringado. Y no se trata sólo de percepciones, como dice Peña Nieto. Es una realidad lacerante, profunda, apabullante. La mirada de millones de mujeres y hombres que constatamos esto, creemos que ha llegado la hora de cambiar este estado de cosas. El aún ocupante de Los Pinos ha enlodado la autoridad presidencial que  da pena ajena. La tiene a ras del suelo. Lo que ocurre en el país marcha a la deriva, no hay proyecto ni plan de gobierno, todo lo hace atendiendo a las normas de la más absoluta improvisación. Hay quien afirma que lo que hace, obedece a los grandes intereses de la oligarquía nacional y extranjera. ¡Algo hay de eso! Pero exceptuando los veinte grandes potentados que ganan de todas todas, el resto de la gente, los empresarios  y demás corporativos, están siendo afectados por sus políticas públicas, por la corrupción y el desorden administrativo que hay en todas las esferas de la vida nacional
No cuesta nada saber que en México tenemos una clase política inculta, corrupta, incompetente y antipatriótica. Los acontecimientos de los últimos dos años son la expresión agravada de la mendicidad intelectual de los funcionarios públicos y de la mayoría de los políticos. Peña Nieto, su gabinete, los integrantes del poder legislativo y del judicial, han perdido legitimidad. En todas estas instancias de gobierno no solo se han apropiado de recursos públicos dándose altísimos salarios. Lo peor de todo es que el ejercicio de su trabajo es una vergüenza nacional
El gobierno federal ha entregado el país materialmente. Sus riquezas naturales están en manos extranjeras sin mayor beneficio para el país. Sus reformas estructurales son un soberano fracaso, el acercamiento con la gente sólo se da por la presencia insolente de los cuerpos militares y policiacos. Donde quiera que se paran los funcionarios públicos se expresa la irritación y el repudio de los ciudadanos.  La exigencia de que renuncie  Peña Nieto es hoy la demanda principal del pueblo mexicano. Ninguno de los conflictos que han agraviado a la nación han sido resueltos. Tlatlaya, Tanhuato, la desaparición de los 43, el crimen de Nochistlán, el conflicto con los maestros, y la oscura y abyecta invitación a Donal Trump, evidencian el fracaso estrepitoso de un gobierno inútil y entreguista
¿La izquierda oficial dónde está? ¿Dónde está Morena? ¿Dónde estamos los de Rumbo Proletario? Los ojos de muchos ya han visto demasiado dónde están y qué hacen estas organizaciones políticas. Todas se mueven alrededor de la idea de conquistar el poder para seguir siendo parte sustantiva de él. No se proponen ni acabarlo ni modificarlo. ¡Sólo hablan en nombre de la  gente! Esos partidos no asumen la necesidad de erradicar al sistema capitalista, luchan para fortalecer las actuales relaciones sociales de producción y por consiguiente mantener el status quo que implica vivir lo que estamos viviendo en la actualidad
Los que militamos en Rumbo Proletario estamos, trabajamos y aportamos mucho de nuestra vida política a varios partidos y a los alzamientos sociales. Pero las burocracias le están ganando espacio al pensamiento crítico, a la independencia de criterio, a una cultura que se opuso y se opone al seguidismo aberrante.  Al margen de lo que pasa en los partidos políticos, importantes multitudes están rompiendo con la cultura priista, cuestionan las políticas públicas, se confrontan crecientemente con el sistema, pero carecen de una conducción revolucionaria que dé sustento a una serie de demandas que no podrán resolverse si no se cambia al sistema político y social que se vive en el país
Preocupados por encontrar respuestas y aportes a esta situación, los rumberos nos reunimos en Morelos para examinar colectivamente cuáles pueden ser nuestras propuestas y nuestras participaciones en estos momentos de crisis políticas y de expectativas populares.
Juntos llegamos a la conclusión de que los alzamientos de oprimidos, de explotados y de excluidos por el sistema en nuestro país, son resultado de una creciente pérdida de seguridad en el trabajo y en sus condiciones de existencia. “Están viviendo en un estado de vulnerabilidad, en tanto, las tradicionales prácticas del viejo tutelaje, han entrado en un franco debilitamiento. Se siente una evidente pérdida del consenso social” (*) Los rumberos creemos que ha llegado el  momento de acabar con esta situación
No quiero presumir de los resultados de este encuentro de revolucionarios. Pero sus documentos, libros, materiales que circulan y el resultado de esta discusión colectiva, son un aporte fundamental que ayudará a comprender lo que no contemplan los partidos políticos de “izquierda” ni los alzamientos populares. La frescura y la profundidad con que estamos abordando estos problemas, será una contribución indudable a todos los que como nosotros, queremos erradicar al sistema capitalista. Construir y practicar relaciones sociales de autodeterminación en la totalidad de nuestra vida como seres humanos, es una cuestión fundamental. Buscamos que la conducción de nuestra lucha no sea una conducción que nos lleve a nuevas frustraciones. Nos interesa que la gente, desarrolle y alcance los consensos en todas las luchas por venir. Solo discutiendo colectivamente, recogiendo las ideas y reconociendo el trabajo de todos, en una propuesta común, se puede construir una ruta que nos lleve al triunfo de un proyecto de transformación revolucionaria. En estos tiempos difíciles, los de Rumbo Proletario estamos haciendo lo que nos corresponde

(*)  Notas políticas  y Nuestras cuestiones fundamentales. Armando Martínez Verdugo, Ediciones autodeterminación,  2006 – 2013

www,twitter.@rasocas
RESISITIR ESCRIBIENDO Blogspot.com/JESÚS SOSA CASTRO





No hay comentarios.:

Publicar un comentario