miércoles, 21 de noviembre de 2018


La pelusa y la izquierda fifí

Por JESÚS SOSA CASTRO

Vivimos una encrucijada, no cabe duda. O profundizamos los cambios que votó el pueblo el 1º de julio, hacemos que se mueran definitivamente el PRI y sus criaturas, o corremos el riesgo de que vuelvan por sus fueros con la intención de rehacer los espacios perdidos que, hasta hace poco, los hacían omnipresentes en las decisiones de gobierno.  Me refiero a los que apenas meses atrás eran los dueños del escenario, los que imponían a funcionarios, a los que hacían y deshacían en las cuestiones fundamentales de la vida del país. También tomo en cuenta a los de la izquierda que, inexplicablemente, están juntando sus voces con las de la derecha ultramundana, para intentar ensuciar el proceso democrático que encabeza Andrés Manuel López Obrador. ¡Voy a tratar de explicarme!
Parto de que AMLO no es un revolucionario ni un socialista. Se le ha calificado como un reformador liberal burgués, que quiere acabar con las prácticas políticas de un régimen caduco, no con el sistema. Si no se toma en cuenta esto para hacer la crítica a sus acciones y a su pensamiento, se corre el riesgo de hacer juicios que no se corresponden con la realidad. Siendo esta la idea que da cuerpo a sus acciones y a sus ideas, no me explico cómo se le pide que abandone un programa que enarboló durante su campaña
Que los empresarios, funcionarios y un montón de chayoteros estén desplegando una inusitada cruzada contra el proyecto del nuevo gobierno, se explica, pero… ¿cuál es la opinión de la izquierda revolucionaria sobre lo que propuso en su actividad proselitista y lo que significó el aplastante triunfo popular el 1º de julio? El camarada Armando Martínez Verdugo, dirigente de Rumbo Proletario, ha publicado en wasap, un largo texto en el que explica su punto de vista sobre el significado de este triunfo popular. En una de sus partes señala que RP no votó por AMLO si no que se dio un voto personal que no incluyó el apoyo a las propuestas de campaña del candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia. ¡Una explicación inexplicable!
Aceptando que esa fue la posición de RP, afirmar que implícitamente los rumberos negamos nuestro apoyo a las decisiones del nuevo gobierno respecto del Aeropuerto de Texcoco, el cambio a Santa Lucía o los proyectos del Tren Maya y la Refinería en Dos Bocas, Tabasco, me parece ir más allá de lo que hemos discutido y acordado de manera colectiva. Mi camarada introduce en su posición otras cuestiones importantes que no hemos discutido, las cuales comparto. Pero afirmar que el tren maya y otros proyectos importantes están impulsados por capitalistas criminales, que son de lesa humanidad, que se hacen ignorando a los pueblos indígenas, que dejan de lado sus necesidades económicas y sociales, que afectan a la naturaleza y que impactan el medio ambiente, yo creo que, cuando menos, es una exageración. Primero esos proyectos los propuso AMLO y segundo, al lado de estos hay propuestas concretas para superar esos problemas
Sin embargo, saludo que el texto de referencia escrito por AMV abra la puerta a un debate más profundo y serio sobre el proyecto de gobierno de López Obrador. Hacer crítica de dos o tres proyectos, dejando de lado la mayoría de las propuestas que se contienen en el programa de gobierno y que empiezan a tomar cuerpo en las iniciativas de ley discutidas y aprobadas en el Congreso, no es ni lo mejor ni el camino adecuado para enjuiciar a un gobierno que aún no toma las riendas del poder. Apenas está diseñando las estrategias que harán posible el cumplimiento de sus promesas de campaña
El gobierno que viene no es el del PRI ni el del PAN por más que le quieran encontrar parecido. La crítica es válida si va acompañada de los errores cometidos y de una propuesta alternativa. Además, ningún grupo, ninguna fuerza revolucionaria se construye desde la orilla de los movimientos populares. Creo y sostengo que la autoridad política y moral de quienes trabajan por el logro de un estadio superior de la organización humana no la van a encontrar si antes no hacen una prospección de lo que es y significa el proyecto de gobierno que está proponiendo un gobernante liberal reformador, no un gobierno revolucionario ni mucho menos socialista
Mientras eso ocurre, mientras la izquierda no vea y oiga lo que en este momento está exigiendo la gente, mientras no registre en sus análisis y en su acción lo que tiene que ver con el hartazgo, con la corrupción, con la falta de empleo, la violencia social, el crecimiento de la criminalidad, la desaparición forzada, la pobreza y la falta de una expectativa de vida para el pueblo; la izquierda seguirá siendo una izquierda marginal, ajena a los acontecimientos que vive el país. Hay que construir una izquierda que sea capaz de hablarle a la gente, que salga a la calle con su opinión y con su trabajo, que convenza a los ciudadanos de la bondad de sus posiciones políticas, que escriba para él y no solo para la izquierda fifí. Esto es lo que hay que construir y cuanto antes, mejor



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