Un encuentro
de tres viejos amigos
Por JESÚS
SOSA CASTRO
En la fría mañana del día 16 de enero del año en curso, en el
Hospital de La Luz al que fui citado por enésima ocasión para que me fijaran
fecha para la operación de mis ojos, me encontré con dos viejos compañeros que,
como yo, andaban con los mismos problemas de salud visual. Quien haya estado en
algún hospital sabe que las esperas son largas. Los tiempos se miden a partir
del que más temprano llega y se apropia de las colas que hay que hacer para
todo. En otros casos las horas están en directa dependencia de la cantidad de
gente o del trabajo que hace la parte administrativa, la burocracia. Sabido de
esta situación, siempre cargo conmigo un libro para no perder tan inútilmente
mi tiempo esperando que, como paciente, se me atienda
Pues bien, esa mañana, me encontraba cubierto hasta las
orejas por la inclemencia del tiempo. Leía Hacia Una Economía Moral, de Andrés
Manuel López Obrador. Me interesaba ver qué tanto de lo que dice él y callan
sus adversarios, tienen el soporte documental en su libro que se ha convertido
en un Best Seller de la economía y la política. Cuando me encontraba en la
parte en la que habla de que durante el período neoliberal el salario perdió el
70% del poder adquisitivo, que el ingreso de los mexicanos es el más bajo del
planeta, que los salarios mínimos son inhumanos y anticonstitucionales, que de
acuerdo al Banco mundial hay 52.4 millones de mexicanos pobres y 29.3 millones en
miseria extrema, Jorge Hernández Bonilla y Guillermo Labastida Aspilla,
compañeros de escuela de hace sesenta años, me sorprendieron dirigiéndose a mí por
mi nombre
¡Me quedé patidifuso! No podía creer que estos dos hombres
menores que yo, mostraran una vejez tan deplorable y una evidente situación económica
que los hacían aparecer lo que peyorativamente los sociólogos de pacotilla
llaman personas en situación de calle. Tenía ante mí un cuadro dantesco que la
inmoral política salarial de los gobiernos capitalistas ha acabado con la vida y
con la dignidad de aquellos que dedicamos más de treinta años a impulsar la
educación de niños y jóvenes. ¡Nos dimos un abrazo, pues habían pasado casi
sesenta años desde el momento en que abandonamos las aulas para ejercer nuestro
trabajo profesional! Casi ciegos y viejos hoy deambulamos en hospitales en
busca de aligerar un poco las dolencias físicas y en este caso, nuestra ceguera
Después de hablar de estos males, nuestra conversación dio un
giro hacia la política. Recordamos que como estudiantes apoyamos las luchas de
los maestros “othonistas” defendimos nuestros derechos estudiantiles, la
revolución cubana, a los ferrocarrileros dirigidos por Demetrio Vallejo y
estuvimos presentes en muchas otras actividades de apoyo a los campesinos. Ya
como trabajadores luchamos por la libertad sindical, contra el charrismo, las políticas
económicas del régimen, el rechazo al recorte de nuestras pensiones desde el 27
de enero del 2016 por el gobierno de Peña Nieto. Hoy, la exigencia al gobierno
del presidente López Obrador es que también apoye la crítica economía familiar
de los jubilados y pensionados quitando la UMA a nuestras raquíticas pensiones
Todas estas luchas despertaron nuestra conciencia política y sembraron
los ideales revolucionarios. ¡Después nos perdimos! Sesenta años pasaron para
volver hablar de nuestras raíces y de nuestras acciones políticas. Sin mediar
acuerdo entre nosotros, y cada quien, por su lado, decidimos ingresar al
Partido Comunista Mexicano, estuvimos en el Partido Socialista Unificado de México
y ahora estamos en Morena. El abrazo que nos dimos reivindicó nuestra formación
política, nuestra militancia en la izquierda y en la decisión de recuperar a
Morena, un partido que ha perdido contacto con las luchas sociales y que, hasta
ahora, ha estado secuestrado por un grupo de derechosos
Nuestra rebeldía temprana ha tenido continuidad. Esto fue lo
que celebramos en este encuentro lleno de recuerdos políticos. Seguimos activos
en la defensa del proyecto transformador de la vida económica y social que
encabeza el presidente López Obrador. Los tres estuvimos en el Consejo Nacional
de Morena el 20 de noviembre del año pasado, los tres estaremos en el Congreso
del 26 de enero, porque los tres y muchísimos más, estamos en contra de las
políticas entreguistas de Yeidkol Polensk, El siguiente abrazo nos lo daremos
el 26 del presente cuando hayamos votado un nuevo equipo que dirija a Moena.
¡Ya no queremos un partido que ni huele ni hiede!
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