viernes, 23 de junio de 2023

El PLAN C significa cuidar nuestros pasos, la unidad y el proyecto

Por JESÚS SOSA CASTRO

El trabajo inicial de los precandidatos en busca de la coordinación de los Comités de la Cuarta Transformación, marcha, hasta ahora, sin mayores problemas. Cuatro están haciendo importantes contactos con el pueblo y dos andan coqueteando con la derecha y con el Santo Niño de Atocha. Desde luego, ambos son libres de entrar en contacto con estas “fuerzas” terrenales y celestiales, cada quien sus relaciones y sus creencias. Pero deben saber que la continuación del cambio y la profundización de este, no se van a lograr con quienes, de manera sobrada, se han manifestado en contra de nuestro proyecto de transformación ni con los milagros que se les atribuyen a los santos

Aparte de que el pueblo está tomando nota de estos deslices, uno de ellos anticonstitucional, los dos precandidatos no acaban de entender que los cambios que buscamos están en la fuerza y participación del pueblo, especialmente de aquel que, por centurias, ha sido excluido, humillado y explotado por las dos “fuerzas” que estos dos precandidatos andan cachondeando

Dicen los que “saben” que los seis traen en su haber estrategias propias, importantes, con la esperanza de ganar la contienda, y está bien. ¡Se entiende! Pero hay entre los seis, diferencias sustanciales en la forma y en el fondo para acercarse al pueblo y convencerlo de que sus maneras de matar las pulgas, son las que, según ellos, los llevará al punto de convertir a un@, primero en coordinad@r de los Comités de la 4t y potencialmente en el candidato del movimiento a la presidencia de la República. Solo que, para alcanzar ese objetivo, sería conveniente que rebasaran cuanto antes, por lo menos, cinco asuntos importantes de la cosa pública: no creer que es con sectores de la derecha, harto conocidos como corruptos y golpistas, los milagros religiosos, las divisiones internas, la banalización de la política y el oportunismo adelantado, porque con estos, no vamos a lograr lo que el pueblo está manifestando como una exigencia por demás evidente

El recorrido de los SEIS por el país, está mostrando actitudes de los precandidatos y expresiones de la gente sobre los cuales quiero hacer algunos comentarios. La utilización de las estructuras partidistas y apoyos de funcionarios públicos siguen presentes, por más discretos que se quieran hacer aparecer. Lo notable, también, es la creciente y entusiasta participación de un pueblo despierto y exigente, para acabar con las decisiones cupulares y hacer de su participación libre y consciente, el mayor ejercicio de su rebeldía y de su poder libertario

Y aunque está prohibido hablar de propuestas de campaña, es sintomático que ante los auditorios de cada quien, solo uno o dos cuando mucho, hablen de continuar el combate contra la corrupción, contra la violencia, el reforzamiento de lo andado, el oportunismo de derecha y de izquierda, los acomodos, la insolencia y el golpeteo de los equipos de asesores que lanzan intrigas y descalificaciones contra unos y otros candidatos

El riesgo de perder las elecciones programadas para el 24 no proviene tanto de la oposición, debido a que no tiene ni figuras ni propuestas relevantes para competir con la coalición “Juntos hacemos historia” El peligro de que se pierda el PLAN C, del que habla el presidente, está dentro de las filas de esta coalición si no entiende el papel y el significado de lo que significa el respeto entre los precandidatos, la UNIDAD de los partidos, la participación y la unidad del movimiento, los cuales, están empujando la transformación, la democracia, la justicia y la libertad. Todos, están y estamos obligados a cuidar nuestros pasos, desde hoy hasta el último minuto cuando se emita el dictamen sobre el triunfo del pueblo en las elecciones del 2024

Lo que se ve hoy es que se acabaron los tiempos de cuando el pueblo sólo callaba y obedecía las indicaciones de las VANGUARDIAS, de las cúpulas, de los iluminados. Hoy son los tiempos del pueblo, de sus proyectos, de su participación organizada y de sus decisiones. Finalmente, nuestra gente entendió que cuando las vanguardias se hacen del poder, las acciones revolucionarias y los pensamientos democráticos y libertarios, se empiezan a desvanecer. Se empieza a relegar, a excluir a la gente, porque su visión acomodaticia, ha utilizado al pueblo participante como un estandarte y un medio para que los líderes y las cúpulas se sientan los dueños del poder. Sólo que, para ventura de la mayoría de los mexicanos, esos tiempos ya se acabaron. ¡Ahora, la historia la construye el pueblo todo el tiempo, en todos lados, pero desde abajo!

  

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