miércoles, 8 de mayo de 2019


Justicia o ley. Lo mejor, las dos cosas

Por JESÚS SOSA CASTRO

Un elemento que cuenta mucho en la política del actual presidente, que define el apoyo de los ciudadanos y lleva a la necesidad de un cambio de régimen, radica en el cumplimiento del proyecto de gobierno que se propuso durante la campaña electoral. El triunfo de AMLO el 1º de julio del 2018, obedeció a que su candidatura tuvo la capacidad de recoger los sentimientos de un pueblo, harto de ser robado, excluido y atropellado por una casta de políticos demagogos, ladrones y buenos para nada. Supo colocar en la agenda pública y en su proyecto gubernamental importantes propuestas, entre ellas, la de acabar con la corrupción y con los corruptores. Se está avanzando en eliminar la primera, pero los segundos, los que indujeron, los que permitieron, los que hicieron suyas estas tropelías, se mueven impunemente sin ser juzgados, ni mucho menos castigados. Son, en cambio, los que encabezan de manera rabiosa la lucha contra el actual gobierno federal
Se entiende que el presidente de la República no quiera entrampar su gobierno en un litigio legal que tuerza o dilate el resto de su proyecto. Sin embargo, la historia a la que hace referencia de manera recurrente el jefe del ejecutivo, indica que cuando el adversario es derrotado, no cejará en su empeño de volver al poder y recuperar sus privilegios perdidos. Lo que pasó con los fifís porfiristas bajo la conducción militar de Victoriano Huerta en contra del presidente Madero y el vicepresidente José Ma. Pino Suarez, es un ejemplo que no debiera repetirse. Porque a cinco meses de haber tomado en sus manos las riendas del país, el pueblo observa con preocupación que los machuchones que hicieron sus fortunas al amparo del poder, se pasean por las plazas públicas con la misma soberbia que les da la impunidad de antes y de ahora
¿Por qué el Congreso no aprueba las modificaciones al artículo 35 de la Constitución para abrirle espacio legal a las consultas públicas y llevarle a los ciudadanos la propuesta de que digan si se enjuicia o no a los expresidentes y a todos los ladrones de cuello blanco? ¿No deberían ser enjuiciados por los delitos que por intención u omisión los hicieron suyos en contra de los intereses del pueblo y de la nación? ¿No es esto suficiente para que la FGR haga las investigaciones del caso, les dé vista a esos presuntos dellncuentes y con la ley en la mano se les lleve a la cárcel y se les aplique la ley de extinción de dominio para que lo robado sea devuelto al pueblo de México? Es verdad que el presidente ya adelantó que si crece la exigencia para que se les investigue y sancione se buscará una alternativa que atienda este problema sin esperar la modificación a la ley. Entonces, ¿por qué no actuar cuanto antes en contra de estos zopilotes que lo que quieren es seguir robándole al país?
Sea por razones políticas o legales lo que está influyendo en estos asuntos, la verdad es que esto ya está entrando en un estado de franca pudrición. Si bien muchas decisiones ya están siendo tomadas, es evidente que una cuestión no resuelta y que se expresa en enojo en amplios sectores del pueblo, es observar el cinismo, el acoso, la violencia verbal y los intentos de desestabilizar las políticas públicas por parte de personajes siniestros como Salinas de Gortari, Vicente Fox y Felipe Calderón. ¿Por qué lo están haciendo? Porque, entre otras razones, este abuso está atado a la decisión de AMLO de no investigarlos ni aplicarles la ley para evitar que se empantane la buena marcha de su gobierno
¿Es esto lo correcto? ¿No es suficiente saber que los expresidentes han corrompido, robado y excluido a los gobernados? Ellos fueron los que prohijaron la evasión fiscal para beneficiar a los grandes empresarios, los que se movieron un día sí y otro también en el mundo del latrocinio y la ineficiencia calculada, los que promovieron la cultura del agandalle, del pillaje y de la entrega de nuestras riquezas naturales. El pueblo sabe esto y quiere verlos pagando sus deudas con la sociedad. Sin embargo, parece que hay que empujar mucho para que estos cuatreros de la política vayan a la cárcel
Por lo pronto hay que tomarle la palabra al presidente. Si no hay reforma al artículo 35 constitucional para hacer legales las consultas, que se busquen otras alternativas para enjuiciar primero y después llevar a la cárcel a estos parásitos chupasangre. Ya estuvo bien que aparte de lo que le robaron a la nación, se les siga protegiendo por parte del gobierno federal mientras el pueblo sigue siendo acosado por el crimen organizado, por la inseguridad y la violencia. ¡Si hay que escoger entre la ley y la justicia, el pueblo se pronuncia por la justicia! Esto es lo que se exige porque esto es lo que también sostiene el presidente

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