miércoles, 14 de agosto de 2019


¿Qué es lo que pasa en Morena?

Por JESÚS SOSA CASTRO

En los últimos meses algo anda mal en Morena. Habemos muchos que no le encontramos la cuadratura al círculo, nos quejamos, con razón, de que el pueblo y el partido que llevaron a la presidencia de la República a López Obrador, de pronto perdieron la brújula. Entraron en estado catatónico, a la paralización política, a la inacción. ¿Qué es lo que está pasando en las entrañas de estas fuerzas otrora pujantes y ahora desorganizadas y pasivas? ¿En qué momento se apagó el motor que apoyaba el proyecto de la 4T y que ahora marcha sin su participación y a contracorriente de la reacción ñoña del PAN, de la COPARMEX y del resto de la chiquillada quejumbrosa y pedestre?
Seguramente son muchas las razones que inciden en este hecho. Aceptarlo sin protestar implicaría poner a salvo a los dirigentes de Morena que no percibieron el grado de responsabilidades que se adquirían y la sabiduría que había que proyectar para darle dirección y cuerpo a todo un proyecto de cambio que estaba recogido en las propuestas que se hicieron en campaña. Los dirigentes se fueron por lo fácil. Se ocuparon de administrar el triunfo, gastar los recursos económicos sin ton ni son, fortalecer a los grupos de poder, dedicarse a lo electoral, abandonaron la construcción orgánica del partido y, de paso, dejaron solo al presidente en su lucha contra los ultrosos de la derecha recalcitrante y de la izquierda autollamada radical que se oponen al cambio de régimen
La formación política de la mayoría de los actuales dirigentes no les permite vislumbrar el profundo contenido social que implica la cuarta transformación. Si uno entra en contacto con los funcionarios del gobierno federal y de las demás instancias gubernamentales, descubre uno, con pasmo, que no entienden nada de lo que significa el cambio en el que se supone estamos trabajando. Su conducta política, sus prácticas de gobierno y su relación con los ciudadanos son la expresión más acabada de la cultura priista que buscamos acabar. Este tipo de dirigentes y funcionarios, elementos importantes para sacar adelante la 4T, son la retranca principal que explica lo que hoy tiene pasmada la actividad política de Morena y de importantes sectores que votaron por el cambio verdadero
La cultura política que Nuccio Ordine califica como lo útil de lo inútil, los políticos de Morena lo han entendido y aplicado en forma contraria al espíritu del concepto. No le han asignado mayor importancia a la cultura, a la formación ideológica, a la educación, porque según ellos, no aportan beneficios materiales. No les importa el pueblo que por años ha vivido la inmoral aculturación que nos ha impuesto el priismo y el imperio norteamericano.  Los líderes que padecemos los ha corroído el poder y el dinero. No quieren soltar el control, urden las trampas, manejan el dinero como negociantes. Por eso pasa lo que pasa cuando se trata de elegir a los nuevos dirigentes. No ponen por delante la honestidad, la transparencia, la democracia, la cultura, la formación política; recurren, eso sí, a las triquiñuelas y a la desinformación, elementos que juegan a favor del estatus quo y de la inmovilidad
Para nuestros dirigentes el SABER no es una ciencia productiva. Hacen todo lo posible para mantenernos al margen de la información, de la veracidad, del conocimiento, del teje y maneje de la política. Se han publicado varias versiones de los Estatutos, modificado normas internas y se han nombrado comisiones adhoc para impedir que los miembros del partido podamos conducirnos con ética y en base a principios. La militancia desaprueba las prácticas políticas de sus dirigentes y exige que los cambios en los órganos de dirección no sólo sean democráticos, abiertos y transparentes, sino que sean el reflejo de una política que vaya de la mano con los nuevos tiempos en los cuales, ya no se valen las trampas, los golpes bajos, el arribismo, la clientela electoral y la mediocridad
Las bases insisten en rechazar la perversidad y las trampas que desde el CEN y desde grupos de poder, se están abriendo paso para inhabilitar a millones de afiliados en sus derecho políticos y partidistas. Transparencia, unidad arriba y abajo apoyando el proyecto de gobierno y una política al servicio del pueblo, son ahora lo urgente y necesario. No a los grupos de poder, del caciquismo y de los oportunistas que se quieren adueñar del partido. Esperamos que en el proceso y en el Congreso, haya la suficiente sabiduría para recuperar lo que nos llevó a ser miembros de Morena. Queremos que se acabe la corrosión y la corrupción en el quehacer partidista. ¡Sería de sabios entender el sentido de la transformación por la que estamos trabajando!   
  

   

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