Entre chupamirtos
y zopilotes
Por JESÚS
SOSA CASTRO
En la región de la mixteca poblana hay un hermoso pájaro (no
es albur) que el pueblo llama chupamirto.
Se trata de un ave picuda que anda de flor en flor extrayéndoles la miel y el
polen. Con estas materias naturales endulzan la vida miles de personas en el
mundo y se polinizan las plantas. Si así trabajaran muchos de los políticos “picudos”
de morena, el encabronamiento de la militancia no existiría. Pero resulta que
estos buenos para nada desde que fueron llevados al poder se divorciaron de sus
electores, de sus bases, de su partido. Durante su ejercicio no dijeron o
hicieron algo importante que los reivindicara con la gente. Los ganó el chambismo, la
corrupción. Perdieron el piso y mostraron incapacidad. Con esto, perdió el
partido y perdió la política
El mundo animal está
de luto, se siente agraviado por un comportamiento mendaz, interesado y
perverso de los pájaros de cuenta que hoy, vuelan y vuelan buscando otra vez la
fuente de sus voraces apetitos. El poder y el dinero son su objetivo. Son unos
verdaderos zopilotes. La comparación pareciera fuera de lugar pero resulta que estos
políticos de pacotilla no les han hecho ningún servicio importante a los ciudadanos,
al pueblo y menos a la nación. ¡Lo que sí han hecho es desprestigiar este noble
ejercicio social!
Los chupamirtos morenos
que le tiran más a aves carroñeras, perdieron la oportunidad de ser comparados
con el ave diligente y hermosa que si trabaja de verdad llamada chupamirto o
picaflor. Pero en tiempos de elecciones y de recambios en algunas esferas del
poder éstos se la pasan zopiloteando alrededor de él, muestran su oportuismo, la
corrupción. Son políticos que no hablan con la gente, que no han vuelto a ver a
sus electores, que no conocen las demandas del pueblo, son, eso sí, unos
levanta dedos y buenos para nada. Los
invade la arrogancia y el deseo de vivir como fifís pero sin trabajar. Les
gusta salir en todas las fotos al lado de los “jefes” hacen relaciones
políticas con los de la nomenclatura con el claro propósito de seguir pegados a
la ubre
Es verdad que este fenómeno no es nuevo, la cultura priista
ha sido siempre el sello que ha configurado a los mediocres. Los tiempos que
corren hacían suponer que los promovidos por el partido a distintos encargos iban
a ser diferentes, que sabrían cumplirle a la gente, que harían un digno papel
en defensa de las causas del pueblo. Pero no fue así, resultaron tan
ineficientes y vanos que muchos de ellos dan pena ajena. A tal grado han
cultivado estas prácticas que ahora que se están cambiando comisiones en el
parlamento y se está por elegir nuevos dirigentes en el partido, los chapulines
se están saltando todas las reglas con el objeto de seguir buscando el poder político
y el dinero
¿Hacia dónde nos están conduciendo este tipo de cosas? Es
obvio que los más desencantados son los que trabajaron para construir un
partido en el que estuvieran presentes la democracia, la participación de la
militancia, la formación política, el esfuerzo popular para lograr un país con equidad y justicia. Millones
de mexicanos abrazaron este proyecto que, sin el partido, sigue impulsando en solitario el presidente
López Obrador. Morrena y la mayoría de sus cuadros, ni entienden ni mucho menos
apoyan la 4T. No hay compromiso de nada ni capacidad para confrontar a una
oposición ñoña pero ruidosa, que por todos los flancos ataca las decisiones
políticas del gobierno federal, mientras sus intelectuales y sus dirigentes se
la pasan peleando por el control y la promoción de su gente con miras al Congreso
Nacional y a las elecciones del año 2021
Tan mal andan las cosas que el presidente ha dicho que si el
partido se “descompone” renunciaría a él y pediría que el nombre de Morena
fuera retirado de las manos afiebradas de los oportunistas y buscadores de
puestos. ¡Ojalá nada de esto suceda! Pero si las cosas no cambian y el
presidente cumple su palabra, la militancia se va a ir con él, dejaría de estar en los residuos de esa
organización. Los que se queden con el cascarón tendrían que pensar si lo que
más les conviene es irse a la basura con el PRD o con su hijastro bautizado con
el nombre de Futuro 21. Si se corrigen las cosas, Morena tendría que aplicar los
Artículos 8 y la fracción b del 43 de los Estatutos, que señalan que ningún
funcionario público puede participar en campañas y puestos del partido a menos
que renuncien a ese servicio con 90 días de anticipación. Por lo pronto Ramón
Jiménez López y sus operadores, todos o la mayoría funcionarios y trabajadores
en RTP, no tienen nada que hacer en seguir organizando a sus tribus en GAM. Es
mejor que se retiren a sus funciones y dejen que la militancia resuelva libremente
sus problemas internos
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