viernes, 25 de noviembre de 2022

Los picayhuye, traidores al pueblo y súbditos del imperio

Por JESÚS SOSA CASTRO (Adelanto mi Art. Para que el lunes se ocupen de la marcha)

De un tiempo acá se han puesto a la orden del día desfiguros de políticos que no dan el ancho en el país y corren a pedir chiche a los gringos o a los europeos. Se ve a leguas que tienen una mentalidad de súbditos, de agachones y de entreguistas. Resulta cómico e insultante verlos correr en busca de “luz” que les permita salir de su oscuridad cultural y de su mendicidad política. Pero el mundo de estos señoritos es demasiado estrecho y siempre lleno de simulaciones. Como individuos dedicados a este quehacer son bastante elementales. Nada les sale bien porque no tienen nada que proponerle a la gente. Lo que ponen por delante no son sus ideales, sus proyectos, sus causas. Son los negocios, el poder y el dinero los que determinan su comportamiento

En el México de hoy, tenemos lo que popularmente llamamos los picayhuye. Se parecen a los insectos himenópteros, los cuales, después de inocular veneno a sus víctimas, se van corriendo en busca de su refugio. Son miedosos y cobardes por instinto. Su condición de animales la quieren conservar para seguir picando y envenenando a quienes encuentran a su paso. Pero los animales racionales de los que hoy hablo, eyaculan un deseo permanente por alcanzar sus ambiciones personales y darles sentido a sus deformaciones existenciales. Por eso los rechaza la gente, por ambiciosos, traidores y agachones. Siempre tiran al extranjero para recibir órdenes, descargar su amargura y sus frustraciones. Estas son las causas por las que buscan apoyo de los mandones del imperio

No son capaces por sí mismos de enfrentar las ideas y las acciones de aquellos que miran por su gente, por sus necesidades, por su país. Les resulta banal y despreciable luchar por aquellos a quienes los fachos llaman indios patasrajadas y mugrosos. Los que, según estos aspiracionistas y fifís vergonzantes y acomplejados, no son dignos de ninguna atención. Para ellos es mejor envolverse en las sábanas perfumadas de los que han expoliado a nuestros países los cuales se convirtieron, para mal del mundo, en los señores del poder imperial, cargados de prepotencia y de salvajismo capitalista. Saben que la fuerza ética, política y moral del pobrerío o de la indiada, expresión despreciativa que les sale del hocico a fifís y desclasados, radica en nuestra condición de pueblo y se hace perdurable y profunda en la medida en que confronta sus ideas y sus proyectos de cambio a partir de los intereses de la patria

La pena ajena nos la dan personas llenas de mendicidad social y de lacayismo. Eso de irse a hincar ante supuestos líderes mundiales en busca de consejas y de apoyos a sus políticas antipopulares, es la expresión más indignante del entreguismo. Es su incapacidad para entender y luchar por el pueblo. Defender los intereses de los políticos mafiosos y de los oligarcas sólo los exhibe como traidores a la gente y defensores a ultranza de esos que han llevado el hambre, las guerras y la descomposición social a la mayoría de los países del planeta. Han sido tan inútiles y grotescas sus demandas que los derechosos de EU, del PE, de la ONU, de la OEA y demás instituciones buenas para nada, se burlan de ellos y los tratan con desprecio por arrastrados, lambiscones y antipatriotas. Estos sujetos se llaman Vicente FOX, Carlos Salinas, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, Lorenzo Córdova, Ricardo Monreal, Alejandro Moreno, Marko Cortés, David Monreal, Chucho Zambrano y otros, todos hijos putativos de la derecha

George Orwell, uno de los grandes estudiosos de la sociología política, descubrió que “la capacidad de los seres humanos radica no solo en mirar a fondo las cosas, sino en descubrir las sombras que proyectan” (*) Y estos políticos que se mecen en la cuna de los “poderosos” nos han dado muestras sobradas de que no les importa el señorío de la república, ni los intereses del pueblo. Lo que les importa son los pactos que hacen con los adversarios, con los que se chatean en secreto, con los que hacen los fraudes, con los corruptos como Monreal, el INE y el TEPJF. ¡Pero esas maneras de tentarle los tompiates al tigre, los van a llevar a su derrota y a su tumba política! Será el resultado de sus traiciones y de querer hacer las cosas en las sombras, en lo oscurito

Por eso no resulta ni extraño ni sorpresivo que instituciones y gobiernos del extranjero, todos enfermos de soberbia y en estado de agonía política, sean vistos y seguidos por unos mexicanos tránsfugas, traidores a los intereses del pueblo y de la patria. Ven a los extranjeros como gurús ante los cuales doblan la cerviz. Por eso dan pena ajena los súbditos, los lambiscones, los que muestran su indignidad y se convierten en la expresión irrefutable del fracaso. Ese es el triste papel que juegan los que hoy reniegan de sus posturas de “izquierda “ para buscar su reconciliación con el PRIAN. Están volviendo a sus orígenes, al lado de los que defraudan y roban al pueblo y a la nación

(*) 1984, George Orwell, Editorial Lectorum

  

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