viernes, 5 de mayo de 2023

 

Entre payasos, cretinos y poetas

Por JESÚS SOSA CASTRO

En el México de hoy, existen personas que pretenden dárselas de sabios. En sus comentarios orales, escritos, y hasta en los libros que algunos escriben, quieren dejar la impresión de que todo lo dominan. Dicen que si ellos tuvieran el apoyo del pueblo, que es el que pone y el que quita, el que da el poder o el que lo niega, serían capaces de sacar al país del hoyo en el que supuestamente lo han metido los “gobiernos populistas” Otros, no pocos, por cierto, son aquellos a quienes se les cuestiona el por qué no participan en defensa de sus intereses y demandas si son los más afectados. Taimadamente se salen por la tangente diciendo que “no saben nada de política, ni les interesa”

Ambos tipos de personajes, son igualmente perniciosos. Unos por presumir de sabiondos y otros porque hacen de la incultura política un instrumento para no luchar contra las políticas antipopulares que aplican las élites del poder. Aunque los dos grupos juegan un papel repulsivo para el desarrollo de la conciencia social, los indiferentes, son los más peligrosos. Siempre llevan el veneno en sus entrañas. Cuando se ven cuestionados, se portan como los calamares, sueltan su toxina para poder escapar. El tercer grupo lo componen los payasos, los que se enmascaran, los que se ponen botargas, manotean para poner en juego su falta de consistencia política. Al final del teatro, todos se lanzan al vacío para terminar haciendo el ridículo. Las estrellas más brillantes de este género, son Lily Téllez, Kenia López Rabadán, Xóchilt Gálvez, Sandra Cuevas, Gabriel Cuadri, Carlos Alasrhaqui y el Saco de pus

Otra especie es la de los cretinos. Los que padecen de retraso intelectual. Los idiotas y los estúpidos. Los incapaces de desarrollar un planteamiento coherente sobre los problemas del país. Los que viven de las mentiras, los lacayos de la derecha y del imperio. Son los que, a lo largo de su historia, han cubierto su ignorancia adjetivando a los políticos que dan contenido a su trabajo con ideas, con acciones y proyectos a favor de la gente. Por eso muchos opositores odian al presidente López Obrador. Porque aparte de estar cumpliendo con sus propuestas de campaña, ha tenido la sapiencia y la sensibilidad para despertar en el pueblo un alto grado de conciencia, para que éste, tenga la capacidad para defenderse de un sistema eco social bastante salvaje

Por ahí anda, en la desespera, un montón de payasos y cretinos haciendo malabares para llamar la atención de la gente. La que ellos desprecian. En instancias de gobierno y en los partidos, encontramos el nido en el cual germinan estos especímenes. Muchos de los cuales son la pobreza intelectual, son hueros por fuera y por dentro, vanos e insustanciales. Allí están las botargas, las lelas, Belaunzarán, Zambrano, Marko, Alito, Mario, Claudio, Lencho, Ciro, Norma Piña, y sumando

Sin embargo, en todos estos grupos se encuentran los que BERTOLT BRECHT, definía como los analfabetos políticos. “Porque no oyen, no dicen nada importante, no participan de los acontecimientos de la vida pública. No saben que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, de los zapatos y de los remedios, dependen de decisiones políticas. Estos analfabetos son tan burros, que se enorgullecen y ensanchan el pecho diciendo que odian la política. No saben que de su ignorancia nacen la prostitución, los niños abandonados, los bandidos, los políticos corruptos, los mequetrefes y los lacayos” (1)

Del lado del pueblo, en cambio, está surgiendo la rebeldía, la organización, la conciencia social, el despertar de la juventud y el crecimiento de la lucha por la defensa de los intereses y demandas del pueblo. José Saramago dice en uno de sus diez poemas más trascendentes que “muchas veces las personas empiezan por ceder en las pequeñas cosas acabando por perder el sentido de la vida”. “Frecuentemente basta una epidemia de ceguera política para que se pierda la moralidad de los seres humanos” Y al preguntarse ¿qué debemos hacer ahora? La respuesta la deja en el siguiente verso. “Sabrás que para ti no habrá descanso. La paz no está contigo, tampoco la fortuna, el signo es la lucha, que no te cubra el espanto” (2)

Para este gran poeta la narración en verso era la exaltación o el engrandecimiento de la gente, del pueblo. Su narrativa no siempre era escrita, sino que era contada oralmente por los recitadores callejeros. Con posterioridad, la palabra adoptó, también, el relato en prosa, incorporando elementos de descripción y diálogo. El desarrollo y el contenido de la palabra, fue dándole cuerpo al discurso de los políticos y de la expresión popular. En su camino fue haciendo la diferencia entre los payasos, los cretinos y la nueva conciencia de la sociedad. A la fecha, vamos ganando la batalla cultural, ideológica y política a los iracundos, a los dementes y a los mediocres. Aunque hay que tener claro, que el triunfo definitivo contra la incultura, las payasadas y la mediocridad, se logrará concientizando y organizando la participación del pueblo. El único que pone y quita a los líderes y a los gobernantes ¡No hay más!

(1) El analfabeto político, Bertolt Brecht, Redacción, Sin Embargo

(2) Sus diez poemas, José Saramago, Alianza Editorial

 

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