¿Pueblo y
partido pueden convertirse en clase dirigente?
Por JESÚS
SOSA CASTRO
Siempre ha habido “dos clases
de prensa, la vendida y la que está en venta” Hoy, ciento siete años después
del porfiriato, casi todos los medios convencionales siguen estando controlados,
vendidos o en venta. El poder económico ha comprado a partidos completos y a los
llamados “intelectuales orgánicos”
Antonio Gramsci los describía como
“la disciplina y la fidelidad” al sistema. El PRIANMC en sus años de existencia, han
abonado mucho en esta dirección. Son un ejército de borregos que sólo levantan
la cola para aprobar cuanto les ordenan sus patrones de la derecha. Creo que
parte de lo que son estos mecanismos de control político y social se debe a que
la izquierda no ha conmovido aún a la mayoría de los grupos urbanos, a los
obreros y a los campesinos. No ha entendido que juntos podríamos ser un
torrente imparable para cambiar la vida nacional
La cultura de la sumisión al
viejo poder todavía existe, aunque la mayoría ya le hacemos honor a la dignidad
democrática. El resto, castrado ideológica y políticamente, ha hecho de sus
posiciones el mejor punto de apoyo a la procreación de un ato de rumiantes
domesticados, no saben, ni quieren, ni pueden, organizar a los obreros, a los
campesinos y a los movimientos sociales. Siguen homologados a la lógica y al
interés del poder burgués
Por estas razones, la
Inteligencia que milita en Morena está obligada a profundizar su trabajo. No se
trata sólo de forzar a los medios para que ya no sigan mintiéndole a la gente.
Se trata, a mi juicio, de abrirle expectativas de participación a la militancia.
De que ésta esté organizada, debata, se ligue al movimiento de masas y le
introduzca en su conciencia la necesidad de cambiar la vida del país. Desterrar
los dobles lenguajes y las desconfianzas mutuas. Morena debe ser fiel a sus
principios y a sus ideales. Debe cumplir con sus dichos de que no repetirá los
vicios de otros, que impedirá que personas o grupos, desfiguren su rostro
Sostengo que aún enfrentamos
un Goliat lleno de mañas y de recursos. Y si hemos de participar en estas
condiciones, disputando los espacios a los que el pueblo tiene derecho de
acuerdo con el Artículo 39 de la Constitución, tenemos que usar todos los
medios que ésta garantiza, no sólo es un derecho sino una obligación. Hay que
hacer que esos espacios de poder sirvan a los intereses del pueblo. Utilizar el
parlamento debe significar un paso adelante en la intención de cambiar y poner
al desnudo el carácter mistificador de las instituciones representativas
Si Morena profundiza su
cercanía con los obreros, campesinos, jóvenes, trabajadores y clase media; si
sus ideólogos e intelectuales concretan el proyecto político y económico que
proponen; si además convierte la democracia, sus acciones y dichos en una
práctica común que determine su función de partido al servicio de la gente,
Morena se convertirá, sin duda alguna, en la fuerza principal que, junto al
pueblo, logre profundizar el cambio que México necesita. Puede convertirse en el
ejemplo y en la diferencia respecto de los otros partidos. Porque el problema
de toda organización política, según Gramsci, no está en sus diferencias
internas sino en comprender cómo puede el pueblo y su partido volverse
clase dirigente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario