lunes, 4 de noviembre de 2024

 

El príncipe guerrero

Por JESÚS SOSA CASTRO

Del escritor argentino Miguel Betanzos, leí Las cárceles de Dios y Los conjurados de Roma. Hoy diré algo sobre este último libro, especialmente respecto del papel histórico que jugó JESÚS, el hombre, el luchador, el líder. Con sus actos y su ejemplo combatió las políticas del poderoso imperio romano. En el corazón de este texto encontré algo que ha movido la parte religiosa de mi vida infantil. Viví miedos y falsas teorías, los cuales me llevaron a ser un ciego seguidor de una iglesia prejuiciosa y falta de ética en sus enseñanzas religiosas. Tuvieron que pasar muchos años para que yo pudiera distinguir la diferencia entre el papel que jugó JESÚS, el líder, el luchador social y lo que sus adversarios le cambiaron a su doctrina, hasta convertirlo en un personaje adocenado, apoyador de causas ajenas a su ideario revolucionario

Según mis lecturas, JESÚS fue un príncipe guerrero, que buscaba la justicia para los pobres y un freno a las políticas de los poderosos. Su influencia le preocupaba a Nerón porque movía a miles y miles de seguidores interesados en lograr la libertad y la justicia. Sus adversarios afirmaban que era imposible dominar las aguas de un río turbulento, por eso el emperador intentó desviar su cauce y su doctrina. Debido a esto, el imperio tomó cartas en el asunto para quitarle el filo revolucionario que estaba contenido en las prédicas políticas de JESÚS. Nerón puso a trabajar a sus ideólogos Mateo y a los evangelistas Marcos y Lucas para hacer de la doctrina cristiana un instrumento que sirviera al poder y evitara que el liderazgo de JESÚS se convirtiera en un proyecto que acabara con el esclavismo y con las prácticas inhumanas que en Roma se practicaban

Quisieron hacer de la doctrina de JESÚS un instrumento de adocenamiento y de control. Para desacreditar las luchas libertarias de JESÚS llamaron al pueblo: “Bienaventurados los mansos porque ellos recibirán la tierra por herencia; los pacificadores serán llamados hijos de Dios; quien te obligue a llevar la carga, ve con él; amad a vuestros enemigos, bendecid a los que te maldicen te ultrajan y persiguen” (*) La derecha romana quiso imponerle a JESÚS, una política que fuera desviada en beneficio de los poderosos. Marcos y Lucas, contribuyeron al desarrollo de esa doctrina, para que apareciera predicando la sumisión, la mansedumbre y la obediencia. Quería evitar que JESÚS cuestionara la autoridad, que fuera un líder inofensivo, benévolo con sus enemigos, apacible y dócil

Ese mundo de sumisión, hoy se expresa -dicho con respeto- en una creciente afluencia que cruza los espacios religiosos del mundo. Por doquier, corren ríos humanos cargados de una fe ciega en la que se muestra hasta qué grado las desviaciones doctrinarias de JESÚS hechas por Mateo, Marcos y Lucas, calaron en el alma y en la conciencia de los nuevos seguidores de una iglesia portadora de la obediencia, la sumisión y el miedo

(*) Los conjurados de Roma, Miguel Betanzos, Editorial Grijalbo

    

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