domingo, 24 de agosto de 2025

 

Las dos formas de hacer política en Morena

Por JESÚS SOSA CASTRO

El antes dirigente, activista y después presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, construyó una red popular de apoyo a sus propuestas que se convirtió en el instrumento, fuerte y vibrante, que llevó a la derrota la política neoliberal que durante 36 años nos impuso la oligarquía. Paso a paso recorrió los 2458 municipios para hablar directamente con su pueblo. La empatía generada entre el líder y la gente enriqueció profundamente las formas y el contenido de la política. Las partes se oyeron, se entendieron y dispusieron sus ideas y su fuerza para cambiar un sistema político harto desprestigiado. Esto hizo que el pueblo enjuiciara y acotara la pobreza, la desigualdad, la corrupción, la antidemocracia y el entreguismo de los que ejercían el poder

Cuando gana la presidencia López Obrador, se expresa con toda su fuerza la presencia de un pueblo que, por fin, había entendido las causas de su exclusión y de sus penurias. Las calles, las plazas y las ciudades se llenaban de contento y de trabajo defendiendo un proyecto social en el que se contenían sus ansias de justicia y libertad. El entusiasmo se empezó a expresar en la construcción de comités democráticamente electos en distritos electorales, en colonias, barrios y pueblos. Se vivía la política, el debate y la participación, porque la gente era la constructora de su propia democracia. Se hablaba y se trabajaba en comunidad sobre los problemas y se levantaban los puentes para encontrarles solución

Ese contento fue paralizado porque a los dirigentes de Morena les dio miedo la participación masiva del pueblo. Se dieron cuenta que era más fácil y menos complicado resolver los problemas desde las cúpulas. Concentraron el poder político y económico en sus manos y le quitaron al pueblo la mística revolucionaria y participativa que por años cultivaron los comunistas y los demócratas del país. Los cuales, salían a la calle, a las fábricas, a los camiones y a todas partes, a repartir sus volantes y a explicarle a la gente las políticas antipopulares de los oligarcas y corruptos de los gobiernos neoliberales. A partir de entonces los anhelos y los aprendizajes que el pueblo había sustentado con sus acciones y conductas fueron torcidas y sacadas de la circulación política

Hoy, las cosas no andan bien. El CN de Morena ha ratificado en sus “funciones” a los comités fantasmas que supuestamente existen en los Estados hasta después del 2027. Lo que antes era el contacto de los dirigentes con el pueblo y la militancia para hacer política, hoy todo se hace al través de las redes sociales. Se convoca a la creación de los comités seccionales desde el escritorio, no se habla con las bases de su importancia política, sólo se impone la visión burocrática para cubrir el expediente. Los “dirigentes” todo lo hacen por las redes, el contacto con la militancia y con el pueblo, se acabó. La política que están haciendo es una ficción, no moviliza, no organiza y no participa. Sólo utilizan a las bases para el trabajo y para hacer llegar las indicaciones del partido. Las cuentas y la incertidumbre siguen corriendo a manos de Morena

 

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