miércoles, 11 de enero de 2017

Las fogatas de Cherán

Por JESUS SOSA CASTRO

Hace algunos meses, la Dra. Pilar Sedeño invitó a un grupo de compañeros del Colectivo “Francisco Hernández Reyes” para hacer una visita al municipio de Cherán, en el Estado de Michoacán. Se trata, nos dijo, de ir a estudiar la experiencia comunal de este pueblo purépecha. Ella y otros compañeros se fueron sin nosotros. Nos comió en ese entonces, el activismo electoral en que nos había metido Morena. Pasaron los meses y Cherán volvió a ser noticia en las calles de nuestra ciudad capital. El sacerdote Alejandro Solalinde, defensor consuetudinario de los migrantes que vienen de Centro América, nos ha vuelto hablar de la experiencia libertaria de ese conglomerado michoacano. Los que andamos en las calles combatiendo al sistema político, hemos conocido otra parte de la emblemática población a partir de las declaraciones que sobre este lugar hizo este valiente sacerdote

No es casual  que este gran Señor ande en la calle defendiendo las causas del pueblo. Es allí done se están gestando las nuevas iniciativas políticas contra el gobierno, contra el parlamento, contra la Suprema Corte de la Nación, contra los partidos, contra la burocracia, contra el sistema. La gente que ha dejado de acudir a los llamados de los partidos o de los grupos corporativos  ahora están encontrando en su propia fuerza, en sus propias decisiones, los elementos organizativos y políticos para enfrentar lo que a todas luces ya no funciona. ¡El priismo ha descompuesto todo! La pus está reventando todo el andamiaje que hacía posible la mediocre gobernabilidad de este país. Las élites que están al frente del Estado ya no dan para más. Sus pactos no dieron de sí. A la postre se les convirtieron en problemas. Los propios grupos de poder otrora pegados a los dictados de su jefe, están rompiendo con el status quo porque en el caos, están perdiendo sus ganancias y/o sus privilegios

 Lo que hoy pasa en México no es algo intrascendente. El pueblo está buscando las formas de expresar el hartazgo que por décadas ha carcomido sus derechos y su dignidad. Las manifestaciones publicas en más de 20 Estados de la Unión, expresan la osadía de ir más allá de la lucha contra el desempleo, el hambre la violencia o el gasolinazo. La indignación social ha roto con estas formas de control y está construyendo la alternativa libertaria de la que hablan Rumbo Proletario, el padre Solalinde y la comuna de Cherán. Las marchas empiezan a tener un contenido diferente porque las fuerzas que participan, lo están haciendo en un ejercicio legítimo de autodeterminación. El pueblo ha comprendido que el desgobierno que existe no va a enderezar esta nave y que, por el contrario,  sus políticas sólo servirán para profundizar la crisis y la irritación de los ciudadanos. Los poderes del Estado y la mayoría de los partidos políticos, se han convertido en la cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones

Si tenemos que hablar de estos poderes, tendremos que decir que estos han perdido legitimidad. De ser los instrumentos representativos del poder popular de acuerdo al artículo 39 constitucional, sólo ha quedado una runfla de funcionarios corruptos, entreguistas y traidores a la Patria. En los últimos días estos aparatos han mostrado lo que realmente son. Grupos que el Estado utiliza como saqueadores. Los vándalos, los encapuchados, los que roban e incendian comercios; son hijos putativos del mismo aparato que conduce la Secretaría de Gobernación y los distintos niveles de gobierno. Son los que están utilizando para intentar vanamente de engañar a la opinión pública de que es el pueblo, la izquierda o AMLO los responsables de la violencia

¡Algo hemos aprendido! Sabemos quienes son los que están atrás de estas provocaciones. Sabemos que ya se desbordó la paciencia de la gente, que el hartazgo ha llegado a sus límites y que hoy, el pueblo comienza a buscar sus propias alternativas para organizarse de manera independiente porque los partidos lo han traicionado, porque estos se alejaron de sus militantes. Han perdido credibilidad. Ya no hay a quien creerle, todo el aparato gubernamental con los patiños que lo acompañan, han entrado en una fase terminal. Lo que hay que hacer, en consecuencia, no es ayudarlos a que sigan sobreviviendo y carcomiéndole las entrañas al pueblo. Hay que trabajar para derrocarlos, para quitarlos del poder y hacer que sea la gente quien determine qué tipo de gobierno quiere para su futuro. Un gobierno que construya una vida auténticamente humana, o seguir siendo carne de caños de estos gandules que solo piensan en seguirnos explotando

Necesitamos crear con urgencia las condiciones para cambiar este estado de cosas. Rumbo Proletario, el padre Solalinde, y la experiencia de Cherán son un ejemplo para empezar aprender. Si no fueran esos, las distintas resistencias en lucha tienen la capacidad suficiente para encontrar la ruta que nos ayude a solucionar de fondo los problemas que la oligarquía le ha impuesto al país. Lo importante es dar los pasos que se requieren, las condiciones están dadas para que las luchas que hoy están dando el pueblo y los trabajadores, se acerquen a las fogatas de Cherán. No porque hayan servido a este pueblo purépecha para reunirse y discutir sus problemas al calor de las mismas, sino porque también allí se encuentran algunas luces que nos pueden servir para alumbrarnos de esta nueva oscuridad capitalista




miércoles, 4 de enero de 2017

Llamamos a convertir la palabra en una revolución
Por JESÚS SOSA CASTRO
En los últimos días del año 2016, participé en el VI Congreso del Colectivo Centro de Reflexión en la Acción- Rumbo Proletario, CRAC-RP. Oí exposiciones y argumentos sobre el QUÉ HACER de nuestra lucha que aún siento orgullo de ser uno de sus militantes. Hubo pasión en los debates, profundidad, elaboración y contenido. Por momentos, la disputa entre la vehemencia y la teoría, parecía que iba a dinamitar las estructuras de la organización. Yo observaba las caras de muchos camaradas y en sus rostros y en sus ojos, se notaba el enojo o la aceptación contenidos. Eran la clara expresión de que desde dentro de nuestra conciencia, se estaban rompiendo los anclajes de una práctica política que ya no aguantaba el peso de los hechos y de la critica. Se requería una revolución de nuestras viejas experiencias para estar en condiciones de dar paso abierto a los nuevos desafíos que exige la situación
Pronto se conocerán los resolutivos de este Congreso. Se nombró una Comisión para el efecto. Sólo quiero destacar aquello que para mí significó una edificación teórica novedosa que enriqueció con creces mi pensamiento. Mientras unos hablaban de los sentimientos más profundos de quienes han entregado su vida a la lucha, otros planteaban la urgencia de construir una resistencia nacional que se ocupe con urgencia de construir una conducción revolucionaria, que impida que la lucha de nuestro pueblo, se quede varada en las demandas tradicionales y se pierda el objetivo de transformar el país con una vida auténticamente humana. Cuando estas luces y estas ideas revolucionaban las conciencias presentes, en mi fuero interno se daba otra lucha en la cual el viejo topo del que hablaba Marx, sigue carcomiendo mi vida y mis tiempos  
Sin embargo, la voz del pueblo comienza a reivindicarse. Otea el horizonte gris que le ha impuesto la oligarquía y ha reconocido que ese tono no se compagina con su historia. Los muertos, desaparecidos, desempleados, excluídos y empobrecidos por el poder burgués, no merecen su silencio ni su falta de participación. Su resistencia para articularse y convertir su fuerza en un torrente por miles esperado, apenas empieza a dar muestras sueltas de su rompimiento con las estructuras del poder. De manera esporádica pero consistente, comienza a organizarse y a dar señas de su movilización en distintas partes del país. Ha vivido el entreguismo de los partidos sistémicos y traza para sí una nueva ruta en la cual sus decisiones empiecen a convertirse en el objeto de sus luchas
¡La suerte que vive el país no acepta regateos ni lamentos! Ha llegado la hora de acompañar las palabras con los hechos y dar los pasos necesarios para construir una resistencia nacional capaz de articular y conducir a los trabajadores y al pueblo más allá de las demandas sectoriales. Ha llegado el momento de convertir su acción en una fuerza que derroque a la burguesía y construya una nueva sociedad. Está visto que la que nos gobierna no puede ni quiere resolver los problemas de fondo que aquejan al pueblo trabajador. Necesitamos cambiar la correlación de fuerzas saliendo del permanente rechazo a la unidad de los sectores en lucha. Hoy la unidad de acción no podría ser posible si no se elabora democráticamente un planteamiento programático que exprese sus propuestas. Al mismo tiempo, esa unidad para que cumpla sus funciones, va a exigir una dirección revolucionaria, como condición para salir del estado en que viven las resistencias. Esto es lo único que puede convertir sus acciones en la palanca para derrotar  políticamente a la actual conducción burguesa del Estado
Rumbo Proletario no puede mantenerse pasmado. Como nunca, Peña Nieto y su gobierno viven la más profunda falta de credibilidad política. Ningún funcionario público de cierto nivel, ha podido explicar al pueblo las causas de la situación económica y social que vive el pueblo mexicano. Todo mundo sabe que no solo hay ineptitud en la conducción del Estado. Son los intereses de la gran burguesía los que el grupo en el poder está defendiendo con su política rapaz. El Congreso de la Unión se ha convertido en un sostén vergonzoso de las decisiones gubernamentales y los partidos políticos son el resumidero por el cual corren la corrupción y el entreguismo

Si no aprovechamos la coyuntura, si no se le da claridad al pueblo sobre lo que está pasando en el país; vamos a caer en el círculo vicioso de negociar con el gobierno las demandas menores, mediatizadoras, en detrimento de la lucha para derrocar a la gran burguesía. La exigencia de “fuera Peña Nieto y todo su mal gobierno” hay que hacerla la demanda central de la actual lucha del pueblo. Lo que hoy ya se dibuja es su disposición para ir en contra del sistema. No caigamos en la mediatización ni nos confundamos. Peña Nieto y su gobierno son expertos en la manipulación y en el impulso de sus políticas depredadoras. ¡Llamamos a convertir la palabra en una revolución!   

miércoles, 14 de diciembre de 2016

La otra vieja debilidad de la izquierda

Por JESÚS SOSA CASTRO

A medida que los tiempos pasan y las cosas se complican en el país, las debilidades de la izquierda saltan por todas partes como si fuera una epidemia.  No sólo es su incultura y su consiguiente falta de proyecto programático que la ha llevado a un grave estado marginal, es su recurrente dogmatismo y su incapacidad para comunicar sus ideas y sus propuestas a su militancia y a la sociedad.  Es verdad que estos desafíos no son fáciles ni pequeños. Estamos copados por el poder omnímodo de los medios de comunicación, hijos putativos del poder burgués y viceversa. Son las lapas que se alimentan del engaño y de la manipulación informativa para impedir que la gente abra los ojos y reaccione ante el atropello permanente de sus derechos
Es verdad que muchos revolucionarios han hecho grandes esfuerzos para salirle al paso a esta situación. En los espacios públicos que son el escenario natural para expresar la inconformidad con lo que está pasando en México y en nuestras filas, se han dejado testimonio de las muchas carencias organizativas, comunicacionales y políticas que se vienen arrastrando. Han repartido en distintos momentos miles de volantes y textos que no dejan nada en el corazón y en las mentes de quienes en la calle, solo les han importado sus problemas sectoriales sin darse cuenta que muchos de éstos, sólo podrán resolverse con el derrocamiento de la burguesía y la construcción de una vida auténticamente humana
¿Quiere decir que ya no hay mayor cosa que hacer y que las tareas de la propaganda y la comunicación han dejado de ser importantes para los sujetos revolucionarios que se quiere sean los que pueden convertirse en la expresión de sus propuestas  y proyectos? “Qué acaso no es importante explicar las causas de la profunda polarización social que se expresa en la pobreza que vive nuestro pueblo y en el infamante enriquecimiento de unos cuantos millonarios y billonarios? ¿No vale la pena explicarle a la gente que la patria y el patrimonio nacional han sido hipotecados por el capital financiero transnacional? ¿Que vivimos una política represiva de lesa humanidad y que se nos ha impuesto una cultura de idiotización que pretende anular la capacidad reflexiva y crítica del pueblo y convertirlo en un ente conformista y cobarde”(*) ¡No, esto no lo podemos permitir! Lo que hay que hacer es poner el trabajo de nuestra fuerza revolucionaria en condiciones de que la gente nos vea construyendo un país al lado de las resistencias en lucha, que nuestro trabajo de propaganda y comunicación, estén justo en el lugar en el que ahora se está dando la principal batalla de las ideas y de los posicionamientos políticos
Si no entramos a esos medios masivos, hasta ahora sin acotamientos o censuras por parte del poder, la izquierda revolucionaria no estará en condiciones de disputarle a la burguesía la información y un realineamiento de la conciencia popular para convertirlas en demandantes de sus derechos políticos y sociales. Nunca como ahora se requiere una enorme sensibilidad y un conocimiento profundos sobre los problemas nacionales.  Al margen de quienes se quedan solo en las demandas sectoriales y en el activismo electoral, hay que formar a la gente para que  luche por los cambios profundos que requiere el país
¿Qué hay que hacer, entonces, para superar estas debilidades históricas de la izquierda revolucionaria? Si tenemos la conciencia de que hay que estar organizados y que nuestro objetivo es derrocar al poder burgués, que la confrontación de las ideas  es la parte vital del trabajo inmediato, que la formación política es nuestra arma fundamental frente a la cultura de apendejamiento que nos ha impuesto la burguesía en el poder, entonces, hay que prepararnos para responder a ese objetivo. Las redes sociales si se saben utilizar son un gran instrumento de comunicación y de información. Lo que pasa es que no hemos sido capaces de sembrar y desarrollar ideas. La inmensa mayoría muestra una enorme pobreza intelectual y una desinformación política que dan pena ajena
Muchos decimos ME GUSTA a un crimen cometido por los mafiosos o el gobierno que a una fotografía de alguien o de algo que no nos dicen nada. Pocos son los que aportan posicionamientos políticos sobre los problemas del país o sobre algo relacionado con  tópicos importantes que han ocurrido dentro y /o fuera de  las esferas de la política, la sociedad o la cultura. En las reuniones con la fuerza electoral más activa que hay en el país, da tristeza ver la orfandad intelectual de la mayoría de los activistas electorales o responsables seccionales. Los periódicos o gacetas que se publican con recursos de  nuestros impuestos, lo único que hay que aplaudir es que están impresos a colores. La mayoría de los diputados y asambleístas que esperábamos dieran la sorpresa a favor de una relevante defensa de los intereses del pueblo, simplemente ni huelen ni hieden
¿A qué se debe todo esto? No es por que no haya espacios donde se pueda denunciar y proponer. Las redes sociales son un buen instrumento para hacer cualquier planteamiento político. Lo que pasa es que no se quiere correr el riesgo de decir algo que no esté bendecido por el jefe. Pesa demasiado la autoridad y el pensamiento único. Esta es una razón real, pero la peor, es que no se tiene nada qué decir porque se carece de formación y de cultura políticas. Esto es lo que pasa y lo que tiene cautiva y amordazada a la izquierda y a toda la sociedad. ¡Lamentable la cosa, ya hay que cambiarla!

(*) Material de discusión para el VI Congreso Nacional de RP escrito por AMV
Si el cuerpo aguanta, nos volveremos a encontrar el 18 de enero del 2017. A mis lectores, un abrazo 2017


miércoles, 7 de diciembre de 2016

En busca de los doce apóstoles

Por JESÚS SOSA CASTRO

Desde hace varios meses he venido escuchando de algunos camaradas,  que es necesario que en Rumbo Proletario se cuente con la experiencia que, en el mundo, los doce apóstoles de Jesucristo, hicieron de su doctrina una siembra de enorme religiosidad. Al principio dudé de esa propuesta. Mi vena de libre pensador no admitía tamaño sacrilegio. ¿Cómo un grupo de marxistas incorregibles iba a dedicarse a buscar a los doce apóstoles educados y formados para ejercer un liderazgo que tenía el propósito de llevar la palabra y el proyecto de Jesús? ¿Quiénes eran esos que iban por el mundo hablando de redimir a los pueblos? Hay infinidad de libros e investigaciones que sostienen la existencia de estos hombres que emprendieron una enorme batalla por defender su proyecto. Yo, atraído por estos viejos decires, me acogí a las fantasías y a los  mitos que entre otros, Jorge Luis Borges les dio anchura en sus escritos, especialmente en Las Tres versiones de Judas, para hacer de lo real y lo ficticio un monumento a la imaginación
Pues bien. Como Rumbo Proletario está por realizar su VI Congreso Nacional, el Dr. Armando Martínez Verdugo, un hombre culto y con varios libros en su haber, ha puesto sobre la mesa un resolutivo titulado: “En el trabajo de masas, hay que poner por delante la aplicación de la “Teoría de los doce Apóstoles” En las discusiones que hemos tenido sobre el QUÉ HACER en estos tiempos de desesperanza, hay posiciones ortodoxas y propuestas que refrescan las discusiones con los aportes de los nuevos científicos de la política. Lo importante es que ambas corrientes son marxistas y coinciden en la necesidad de construir una sociedad libertaria 
¡Por eso la propuesta de Armando!  En el país -dice-  no existe una sola forma de trabajo revolucionario entre las masas. “Este trabajo sólo puede ser efectivo  si damos el paso para organizar equipos de activistas a los que llamaremos líderes de pueblo, promovidos por la propia gente. La tarea de organización para cualquier fuerza de vanguardia es organizar a los revolucionarios,  ya que los sectores populares se organizan en sindicatos, asociaciones y en agrupamientos de gestoría. La tarea nuestra, la de RP, es organizar a estos líderes con una concepción libertaria”
“Un activista o un líder de pueblo,  es aquel que tiene cualidades altamente apreciadas  por ese sector, ya que pertenece y actúa en él. Las cualidades que lo colocan en ese nivel son la honestidad, la modestia, integridad, lealtad, sentido de servicio, de justicia, intrepidez, temple, audacia, valentía y capacidad para identificarse y representar los deseos y las necesidades de su pueblo. El pueblo descarga en esos líderes las comisiones y los asuntos de mayor gravedad, significado y riesgo. Un líder de pueblo es una fuente de esperanza, de ánimo, cohesión y entereza. A estos líderes hay que formarlos y apoyarlos para que se hagan activistas revolucionarios
Emiliano Zapata que, con el tiempo, se convirtió de activista a revolucionario, con la influencia y la labor del floresmagonismo” fue el encargado de todo por petición de la gente. De pronto miliano, como le decían, aparece como un activista revolucionario, fundador del Ejército Libertador del Sur. “Miliano era apoyo, resguardo, confianza, firmeza, invulnerabilidad, serenidad y prudencia. Era el más entendido y con mayor fuerza para defender los intereses de su gente Este es el líder de pueblo que busca Rumbo Proletario. El que encarna los sentimientos más hondos, en el que está la verdadera y más auténtica disposición a la resistencia y a la lucha”
Esto es lo que denominamos “Teoría de los doce apóstoles” Los hombres de JESÚS  jugaron en su momento un invaluable influjo de su propuesta a nivel mundial. Jesucristo se dedicó, sin distracción alguna, a localizar a esos destacados por la gente. Visitó aldeas, comunidades y mercados. Atravesó ríos y con paciencia propia de un revolucionario libertario, comprendió que él solo no podía llevar al cabo la inmensa tarea que se proponía. Por eso acabó juntando a doce personas, las capacitó, las formó, les forjó conciencia, discutieron los procedimientos a realizar y en el Sermón de la Montaña, concibieron el proyecto programático más importante para llevar a cabo la grandiosa tarea encomendada” (*)
Por eso Rumbo Proletario va a proponer que su trabajo en el movimiento de masas, concentre el máximo de sus esfuerzos para localizar, aglutinar y formar, dar conciencia revolucionaria a los activistas o lideres de pueblo. Se trata de potenciar el trabajo de miles de estos líderes para que pasen de la resistencia, a la lucha revolucionaria. Para todos ellos, RP elaborará un Plan de formación teórica, ideológica, política y organizativa. Recuperaremos la mixtica revolucionaria que heredó el zapatismo a los pueblos en lucha. Si logramos estos objetivos estaremos avanzando en el propósito de construir un país con una sociedad auténticamente humana. Para ese objetivo nos proponemos emular a los doce apóstoles que en su trabajo y en su proyecto de libertad acompañaron al líder espiritual más importante del mundo. ¡La tarea no es fácil, pero los rumberos la empezaremos pronto!

(*) Algunas reflexiones aquí expuestas, están contenidas en el resolutivo VI para el Congreso Nacional de Rumbo Proletario, cuyo autor es AMV