miércoles, 6 de febrero de 2019


Un Frankesteing armado con grillos y oportunistas

JESPorÚS SOSA CASTRO

Después del triunfo electoral de Morena del año pasado, la organización, el trabajo y sus órganos de dirección prácticamente han desaparecido de la escena pública. El único que existe y que trabaja es el gobierno, me refiero al gobierno federal. El de la ciudad y el de la Alcaldía de Gustavo A Madero aún no han dado color. Los problemas ahí están y en distintos colectivos y en grupos de vecinos esta situación empieza a producir malestar y cierto desencanto. La frase de que el gobierno iba a ser del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, solo está resultando una frase, pues los funcionarios cada vez están más lejos de la gente, reproduciendo fielmente las prácticas de los gobiernos anteriores
Aquel entusiasmo que se generó después de la victoria electoral está desapareciendo exponencialmente. La militancia fue abandonada por los “lideres” que ahora despachan en distintos niveles de gobierno. Antes, a pesar de que nunca se les eligió -siempre fueron impuestos- había la esperanza de que un día pudieran darle organización y sentido al trabajo de los comités que se crearon en cada sección electoral, ya no tienen vida. Todo el trabajo de organización ha desaparecido. Lo más lamentable está en que no hay a quien acudir, los “guías” se convirtieron en los machuchones de la política en la ciudad y en las alcaldías. Se creyó que el triunfo electoral era suficiente para que las bases de apoyo a las políticas del gobierno federal mantuvieran su querencia al partido. ¡Se equivocaron!
Es verdad que hay núcleos que no han dejado de reunirse para discutir los problemas del país, las acciones políticas del gobierno y lo que pasa en el partido. Es alentadora la discusión, hay esfuerzos recurrentes en busca de coordinar los trabajos, de organizar a los grupos más activos de Morena para estar listos para apoyar las acciones del gobierno que encabeza López Obrador. Sin embargo, esto no llegará lejos. Hace falta una dirección centralizada con políticas claras de cara a los ciudadanos. Un apoyo permanente a las luchas del pueblo, hacer efectiva la exigencia mundial de que el imperio gringo respete la autodeterminación del pueblo venezolano y no intervenga en sus asuntos internos. La ausencia de estas políticas por parte de Morena es un “pecado social”
En las filas del partido se pasea lentamente la triste rutina de algunos compañeros a quienes han convertido en repartidores de volantes. No hay ideas ni posiciones políticas sobre los problemas que viven la gente y el país, se ha caído en una modorra lamentable que, de no atenderse de inmediato, será difícil que el partido se vuelva a levantar. El problema crece cuando los funcionarios se niegan a recibir a representantes de los Comités seccionales que se les dijo en campaña que serían atendidos para resolver los problemas de la comunidad. Nada de esto está sucediendo. Las mismas viejas prácticas de encerrarse en sus oficinas mientras los problemas siguen creciendo. ¡Esto debe terminar! Ya no más trabajo sin objetivos, sin principios, sin tomarse en cuenta a los militantes
Muchos no estamos de acuerdo que el partido solo electoral, ajeno a las luchas sociales y un instrumento proclive a las alianzas con juan de las pitas. En nuestros talleres se hacen discusiones que se intentan poner en práctica a partir de las coordinaciones que se están construyendo. La enorme riqueza conceptual que se produce en los colectivos busca explicar cuál es el enemigo principal de nuestro pueblo, para impedir que éste siga definiendo las políticas públicas que antes se imponían a la sociedad. Se busca la manera de avanzar juntos en la construcción de una fuerza que garantice el afianzamiento de las conquistas que se están pergeñando por el gobierno federal
Queremos superar la pena de que en Morena nada se debate. Buscamos una explicación creíble sobre las causas que están manteniendo la división de la izquierda, de su marginación y de su creciente intención de registrar tantos partidos como tendencias ideológicas y políticas se entrecruzan en el panorama nacional. Queremos explicarnos dónde quedaron los principios y la ética de la política. Queremos encontrar las razones de por qué esa izquierda está tan lejos del proyecto de gobierno que impulsa el gobierno de López Obrador.  ¿Por qué no se trabaja por la unidad de todas las resistencias en lugar de andar tratando de registrar un centenar de partidos buenos para nada? ¿Por qué ese trasiego del honor y de la dignidad de militantes y líderes de pueblo, luchadores por una transformación real del país que trabajan pero que nadie los ven ni los oyen? ¿Por qué se pasan por el arco del triunfo la opinión y el trabajo de miles de mujeres y hombres que han apoyado hasta ahora las iniciativas del gobierno federal? ¿No se dan cuenta que se está configurando un Frankenstein en cuyas partes se están reproduciendo los grillos y los oportunistas? ¡Cuidado!
   


miércoles, 30 de enero de 2019


El papel del partido, algunas ideas

Por JESUS SOSA CASTRO

El martes 18 de enero, en un acto en Tulancingo, Hidalgo, el presidente López Obrador planteó que hay que unirse para que juntos, pueblo y gobierno, “acabemos con la corrupción y con las prácticas que se hacen al margen de la ley” respetamos, dijo, el papel de los partidos políticos, pero hoy lo que corresponde es  tener uno solo, “el partido del pueblo de México” Se infiere que este planteamiento lo hizo en su calidad de presidente de la República, no  como líder de la organización política que ahora está en el gobierno. Está en su papel hacerlo, pero creo que no debe entenderse que el partido en su sentido clásico debe desaparecer, por el contrario, hoy la presencia de este se hace más urgente y necesaria, sobre todo si se quiere acabar con el régimen político y con todas las consecuencias que se derivan de él. Como nunca se necesita un instrumento que le dé sustentabilidad política, ideológica, organizativa y programática al proyecto que se impulsa  
Está claro que Morena y sus aliados deben trabajar en esa dirección para cumplir con las promesas de campaña de AMLO, acabar con las desigualdades sociales y proporcionar ciertos niveles de justicia a los sectores más desprotegidos de la nación. Es en este ámbito que quiero expresar mi opinión sobre el papel del partido al que pertenezco. ¿Puede el presidente sin el partido Morena cumplimentar sus propuestas de campaña, acabar con el régimen político, la corrupción, la impunidad, la injusticia y la violencia, si no cuenta con un partido competente, con arraigo entre el pueblo trabajador y con una amplia autoridad política y moral?
Esta interesante cuestión, Gramsci la plantea señalando que un partido que se propone cambiar las estructuras del poder requiere de un basamento firmemente centralizado y dotado de una dirección capaz, toda vez que el partido “constituye el principal factor de unificación de las masas, que, para triunfar en la lucha de clases, hace falta todo esto, además de la unidad” Tengo claro que él hablaba de un partido de clase, no de cualquier partido. Sin embargo, acabar con un régimen político, fuertemente anclado en las redes del neoliberalismo, con los apoyos del FMI, del BM y de la oligarquía nacional, requiere igualmente de una fuerza organizada, con una dirección sólida, y, sobre todo, con una fuerte presencia y participación de su militancia. ¿Esto está presente en Morena? ¡NO!
¿Ante esto qué deben hacer los militantes revolucionarios? Creo que hay que participar al lado del pueblo que votó por el cambio porque es allí donde están dadas las condiciones para construir el partido de clase. En el ¿Qué hacer?, Lenin señalaba que solo un partido integrado por “revolucionarios profesionales” bien formados, puede llevar a cabo una verdadera lucha de clases, dirigida contra el Estado y la sociedad en su conjunto, y no solo una serie de luchas parciales, limitadas a un proyecto principalmente económico”
Morena tiene hoy un importante y enorme compromiso. Ser lo que no pudieron o no quisieron ser los otros partidos. Ir por la transformación real del país es una enorme responsabilidad. El sistema burgués ha empobrecido, enajenado, le ha arrebatado su espíritu de combate al pueblo, le ha quitado su dignidad, sus riquezas naturales y ha procreado una casta de gobernantes malvivientes, que son una vergüenza nacional. Esta burguesía ya ha cumplido cien años de estar en el poder
Para hacer posible el cambio de régimen político hay que empezar por impedir el entrecruzamiento de intereses en Morena, acotar a los personajes que quieren el poder para resolver sus intereses personales y acabar con los híbridos que expresan un terrible amasijo ideológico que solo el oportunismo explica el por qué llegaron al partido. Sostengo que aun siendo correcto lo que dice y hace el presidente, el partido no solo debe jugar el papel de dirección, de organizador de las masas; debe jugar, de manera fundamental, un papel educativo e intelectual. Su labor política debe ser “concomitante a un esfuerzo por elaborar, desarrollar y difundir entre las masas una nueva concepción del mundo”. La construcción de una nueva idea del vivir, de transformarnos y de transformar el ámbito de nuestra existencia. Es decir, requerimos de un partido fuerte, unido, con dirección visionaria, con ideales y con ideas. El Partido, tiene que ser un “intelectual colectivo”


miércoles, 23 de enero de 2019


Entre el poder del huachicol y el poder del Estado

Por JESÚS SOSA CASTRO

En las últimas semanas se ha venido librando una fuete batalla entre el poder del huachicol y el poder del Estado. Pemex es el centro del huracán que conmueve y alerta a una sociedad cada vez más metida en el conocimiento y manejo de los intereses de la nación. Pronto veremos cómo están las cosas en las Secretarías que dejaron los priistas, en la CFE, en CAPUFE, en la SCJN, en el INE y demás organismos autónomos. ¿Por hoy la pregunta recurrente es: ¿por qué es en PEMEX donde explota la situación que ocupa a la inmensa mayoría de la sociedad? La razón principal de este problema está en que en el seno de esta empresa se engendró un monstruo que le ha venido carcomiendo las entrañas desde hace cinco sexenios sin que ninguno de los presidentes hiciese nada para impedir que el pus se convirtiera en la forma de gobernar de los del PRIAN
En unas de las primeras escaramuzas entre los ladrones de combustible y el gobierno de López Obrador, los jefes de la mafia que se han enriquecido a lo bestia al amparo del poder, quisieron sembrar la idea de que eran los pobres, los desarrapados, los hambrientos como despectivamente les llaman, los que estaban succionando grandes cantidades de hidrocarburos de manera clandestina y al margen de la ley, quebrantando la economía nacional y empujando el riesgoso resultado de una enorme tragedia como la que acaba de suceder en Tlahuelilpan, en el Estado de Hidalgo
No pasó mucho tiempo para que la investigación hecha por el actual gobierno federal descubriera lo que pasaba en las arterias de la empresa que daba enormes recursos para el desarrollo del país. Lo que encontró el gobierno federal encabezado por López Obrador fue la cloaca y la falsa honestidad en la que vivieron y se condujeron los gobiernos del PRI y del PAN en los ejercicios de sus funciones. Hicieron de PEMEX la principal bolsa de sus altos ingresos obtenidos de manera ilegal a costa de una empresa propiedad de la nación
Hoy y a consecuencia de este descubrimiento huachicolero, sabemos que el centro de la corrupción no estaba en los que picoteaban los ductos y se robaban a cubetazos los hidrocarburos. Los verdaderos huachicoleros, los de cuello blanco, eran altos funcionarios de PEMEX, líderes del Sindicato, administradores, auditores y contadores, quienes se habían convertido en los dueños de una empresa paralela que no invertía recursos en perforación y producción de petróleo, pero que robaba, distribuía y vendía, sin pagar impuestos, millones de litros de hidrocarburos a empresas privadas y a gasolineras huachicoleras
Era obvio que, ante esta ofensiva para sanear la administración pública, el gobierno sufriera la más violenta campaña por parte de los jefes mafiosos, de los exfuncionarios que estaban coludidos con los ladrones de hidrocarburos y por los resentidos de partidos que, derrotados el 1º de julio, hoy están respirando por la herida. Esta campaña contra el gobierno del presidente López Obrador no prosperará. Al poder del huachicol se le está enfrentando con el poder del Estado. Un poder que, por primera vez, cuenta con un enorme apoyo popular, tiene un presidente trabajador que diariamente informa al pueblo acompañado por los funcionarios involucrados en la atención de estos problemas. Desarrolla una práctica política distinta a los gobernantes del pasado reciente, anclada en la honestidad, en la transparencia, en un diálogo veraz, continuo, crítico y autocrítico frente a la prensa y frente a la opinión pública nacional. En esto radica la fuerza del Estado frente al poder del huachicol
Lo que viene va a ser de antología. De una vez hay que prepararnos para las batallas que siguen. Porque en las secretarías, en la CFE, en Caminos y Puentes Federales, en la SEP, INAI, etc., la corrupción, el huachicoleo, son la misma pus que corre en las arterias de las dependencias señaladas y en la mayoría de las empresas y organismos autónomos del país. Primero el voto de 31 millones y hoy el apoyo del 80% de votantes y ciudadanos a las decisiones políticas del gobierno federal, son un indicativo de que el pueblo está dispuesto a llegar hasta el final en la lucha por sanear la vida nacional
Si esto es así, como es, entonces hay que poner atención a tres factores indispensables para alcanzar estas metas: Promover las decisiones participativas de los ciudadanos, apoyar las acciones políticas del gobierno y hacer que el partido Morena salga de su letargo, deje de hacer solo trabajo electoral, dejar de imponer candidaturas al margen de la opinión de la militancia y se ponga al frente en la defensa de los intereses y luchas del pueblo. Sin estas condiciones básicas, el triunfo puede quedarse a la mitad del camino o sufrir una derrota más en la larga historia de fracasos de la izquierda nacional       

miércoles, 16 de enero de 2019


Los apóstoles y los evangelistas de Nerón

Por JESÚS SOSA CASTRO

En los últimos días del año pasado tuve la oportunidad de leer de Miguel Betanzos, un joven escritor argentino, “Las cárceles de Dios” y “Los conjurados de Roma” dos textos realmente extraordinarios. Hoy escribiré algo sobre este último libro. No voy, ni con mucho, a hacer una crítica sobre su contenido, trataré, en cambio, de a partir de unas ideas importantes, profundizar en lo que en otros momentos y con otras lecturas, he venido escribiendo sobre lo que pienso fue el papel histórico que jugó JESÚS, el hombre, el luchador, el líder que enfrentó con sus actos y su ejemplo al poderoso imperio romano

En el corazón del texto está expreso algo que me ha movido en diversas cuestiones. Especialmente por lo que significó la parte religiosa en mi vida juvenil. Fue hasta avanzados los años cuando empecé a poner en duda muchas de las cosas que a base de miedos y de falsas explicaciones, me llevaron a ser un ciego seguidor de una iglesia prejuiciosa y falta de ética en sus enseñanzas religiosas. Tuvieron que pasar muchos años para que yo pudiera distinguir la diferencia entre el papel que jugó JESÜS, el líder, el luchador social y lo que sus adversarios le impusieron a su doctrina, hasta convertirlo en un personaje adocenado y apoyador de causas ajenas a su ideario revolucionario

 Sus adversarios hablaban de que éste era -como lo fue- “un príncipe guerrero, que iba a juzgar y a administrar justicia en muchos pueblos y que pondría freno a muchas naciones poderosas” A Nerón y a sus ideólogos les preocupaba la influencia de este hombre que era capaz de mover a miles y miles de seguidores interesados en lograr la libertad y la justicia. Decían que por más esfuerzos que hacían en su intento de presentarlo como un pacificador y un hombre manso, siempre había en el vulgo una cuota de resentimiento que no podían manejar. Afirmaban que era imposible dominar las aguas de un río turbulento, pero en cambio sí podían desviar su cauce y orientarlo en otro sentido

Fue en este contexto que el imperio romano tomó cartas en el asunto para quitarle el filo revolucionario que estaba contenido en las prédicas políticas de JESÚS. Nerón puso a trabajar a sus ideólogos, a Mateo y a los evangelistas Marcos y Lucas, para hacer de la doctrina cristiana un instrumento que sirviera al poder y evitara que el liderazgo político y social de este conductor de masas, se convirtiera en un proyecto que acabara con el esclavismo y con las prácticas inhumanas contra los cristianos. El apóstol Mateo, Marcos y Lucas fueron llamados a cumplir esta ingrata y conservadora misión. Sobre esto Mateo, escribió: “Bienaventurados los mansos porque ellos recibirán la tierra por herencia; bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios; a cualquiera que te obligue a llevar carga, ve con él; amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, ultrajan y persiguen” (*)

Eh aquí cómo los poderosos de entonces concibieron las formas para imponer una doctrina que le adjudicaron a JESÚS, cuando ellos fueron los pensadores y lacayos que escribieron una nueva doctrina para hacer que la rebeldía del pueblo fuera desviada en beneficio de los poderosos. Marcos y Lucas contribuyeron al desarrollo de esa doctrina, contaban los milagros de JESÚS, pero siempre cuidando que apareciera predicando la sumisión, la mansedumbre y la obediencia. Había que convertirlo en un líder espiritual que jamás cuestionara la autoridad, era necesario lograr que siempre apareciera como un ser inofensivo, benévolo con sus enemigos, apacible y alejado de las cuestiones terrenales, es decir, todo lo que convenía a los fines de Roma para mantener dóciles a los cristianos y evitar las revueltas

Ese mundo de sumisión en el que la iglesia cristiana metió a sus seguidores, hoy se expresa en una creciente afluencia que cruza la mayoría de los espacios religiosos del mundo. Por doquier, corren ríos humanos cargados de una fe ciega en la que se muestra hasta qué grado las desviaciones doctrinarias de JESÚS hechas por Mateo, Marcos y Lucas, calaron en el alma y en la conciencia de los nuevos seguidores de una iglesia portadora de la obediencia, el culto a la sumisión, al miedo y apego al poder. ¡Nada que ver con la verdadera doctrina de JESÚS!

¿Será que mucho de lo que hoy vemos en el país es lo que en su tiempo se convirtió en el sumun que hoy tiene trastocados los comportamientos humanos y la idolatría a una cultura de la sumisión, a la falta de crítica y un pueblo que se tarda en percibir las cosas de otra manera?  ¿Acaso no se da cuenta de que el dominio, control y mando del poder son el espejo en el que se mira lo que el clero nos ha metido por los cinco sentidos desde hace más de dos mil años? Mientras nos dominen doctrinas facciosas y traigamos los miedos prendidos como la materia principal de nuestra existencia, seguiremos siendo los fieles sufrientes de un estado de cosas del que sólo los poderosos se benefician. ¡Por fortuna ya corren tiempos nuevos, ha llegado la hora de despertar!

(*) Los conjurados de Roma, Miguel Betanzos, Editorial Grijalbo, Notas en pags.125-158Los apóstoles y los evangelistas de Nerón



     






miércoles, 9 de enero de 2019


Hablemos de cuentas y de cuentos

Por JESÚS SOSA CASTRO

Comienzo por ofrecer disculpas a mis lectores y al Lic. Federico Arreola, director del periódico SDP Noticias por no haber entregado mi artículo semanal desde el primer miércoles de diciembre, debido a que por un mes no tuve internet. Finalmente, Telmex atendió mis reclamos. Dicho esto, intentaré comentar dos hechos que han sido recurrentes en las últimas semanas
Creo que para todo mundo es obvio que la derecha está empeñada en atajar o por lo menos enlodar el proyecto de gobierno que encabeza López Obrador. Para unos, hay que decirlo, esto no tiene ninguna relevancia, especialmente porque en sus decires políticos, el proyecto del actual gobierno es apenas un lavado de rostro al capitalismo. El tema que ha sugerido un camarada a quien respeto, es sobre el Tren Maya, porque, se infiere que, si no es el tema que a él le gusta, cualquier otro carece de importancia. El, lo dice, no quiere ser “LIBERAL; ni quiere ser “MORENISTA”; no es ni quiere ser “LOPEZOBRADORISTA”; no es ni quiere ser ENMENDADOR DE ENTUERTOS del capitalismo en la fase que sea, quiere ser un radical” ¡Pues cada uno sus querencias! Yo no quiero vivir de ilusiones, tengo los pies en la tierra, quiero compartir mi trabajo con la enormidad de gente que el 1º de julio fue parte de un fenómeno político electoral que construyó el pueblo mexicano. Este amplio sector del pueblo dio un paso para acabar con el régimen que ha conducido al país a un estado de crisis descomunal
A la oligarquía ningún chile le embona. Como ella está tan desprestigiada igual que sus ideólogos, se ha colgado de los medios de comunicación masiva, para enhebrar una nueva ofensiva en contra de la decisión gubernamental de cancelar el aeropuerto de Texcoco. Hacen cuentas y más cuentas para intentar dar fundamento a la inconformidad manifiesta de las cúpulas empresariales cuyos negocios se cayeron con ese proyecto. Los grupos más siniestros que otrora gozaban de privilegios sin fin hoy son los que se mueven abiertamente para lograr que el gobierno democrático de AMLO fracase
En otro frente, los amargados de la actual chiquillada y un sector de la “izquierda” se la pasan apapachando al subcomandante Marcos y al EZLN, adjudicándoles capacidad política y militar para parar el proyecto del Tren Maya a su paso por territorio chiapaneco.  Otros, viven de la añoranza, anclados en la historia de la que alguna vez fueron actores. Unos y otros le están sirviendo a una criatura que por razones obvias está amamantando la derecha recalcitrante. Lo más patético son las acciones teatrales del sub y del EZLN, así como de algunos que ahora los reconocen como sus camaradas, cuando en otros momentos se quejaban del desaire que les había hecho de manera grosera el jefe del ejército que hoy sirve al PRIAN. La visión apocalíptica y cegatona de estos sectores da pena ajena
De esta izquierda de la que hablo y de la que autocríticamente me reconozco, con todo respeto lo digo, difiero de muchas cuestiones importantes. Creo que está dejando pasar la oportunidad de salir del cautiverio político y convertirse en un referente que impulse la organización de una fuerza que mucha falta le hace al país.  Sostengo que la necesidad de un partido de clase no surgirá solo haciendo teoría. La insensibilidad política de esta izquierda la ha llevado a perder la brújula, a aislarse de los espacios donde se está librando una lucha importante contra la oligarquía y por desgracia se está convirtiendo en la detractora más obstinada contra el gobierno de AMLO
Pero dejémonos de cuentos. Está bien saber que en RP se abre paso la idea de que no se “propone como objetivo histórico otra sociedad, ya se está hasta el gorro” se afirma de manera tajante. Yo, con todo respeto no podré acompañar a mi organización en ese planteamiento. Me he hecho viejo luchando por tener la oportunidad de ver un cambio no tan radical, creo hoy el pueblo lo ha logrado y yo lo voy a apoyar. Hacer otra cosa es estar trabajando para algo que muchas generaciones después de la mía jamás podrán ver. Puede sonar irreverente, pero no quiero perder mi tiempo en esas discusiones que en décadas no han llegado a ninguna parte. La lucha por una vida auténticamente humana es un planteamiento teóricamente impecable, lo comparto, pero está hecho fuera de tiempo y de lugar
Creo que a esta izquierda le falta capacidad para entender cómo y en dónde está la materia prima para construir un partido de clase. Cada vez me convenzo más de que con estas discusiones no vamos a llegar lejos. El proyecto que defiendo no es socialista, pero sin duda, representa los anhelos libertarios y los sentimientos de millones de mexicanos y con esta enormidad de gente voy a seguir. Si la izquierda quiere ser un referente político real en la vida del país, tiene que “cambiar las formas de cambiar” ¡Si no hay convencimiento de esto, les deseo suerte a quienes gastan su pólvora en infiernitos!
     
 

martes, 11 de diciembre de 2018


Las decisiones secuestradas

Por JESÚS SOSA CASTRO

El proyecto para cambiar las prácticas políticas en México se encuentra en serio peligro. Los mafiosos están saliendo de sus madrigueras para impedir la pérdida de sus viejos privilegios. Desde el principio, el actual gobierno dijo ser respetuoso de la separación de poderes.  Pero una cosa es Juan Domínguez y otra cosa es no me chingues. Ningún poder de los tres existentes, tiene la potestad para ir más allá de los intereses del único poder que está por encima de todos los demás, es el poder del pueblo, el cual está expresado en la Constitución General de la República
Sin embargo, al cabo de seis meses en que una parte importantísima de amplios sectores del pueblo se expresó en las urnas, el poder Judicial, el más remiso en la aplicación de la justicia, el más deshonesto y el más corrupto, empezó a mostrar su indisposición para aplicar la ley de acuerdo con lo que mandatan los artículos 39 y 127 constitucionales. Por lo visto a esta caterva de funcionarios y políticos, les cuesta mucho trabajo entender el significado de la soberanía popular, sus alcances y sus límites. Les gusta más aplicar la interpretación que delega esa soberanía popular en los Poderes de la Unión, los partidos políticos y en un sistema electoral sumamente costoso y deficiente. Esa soberanía nacional que es esencial y que de origen radica en nosotros, hoy se haya encargada a Instituciones y servidores públicos que hace mucho han dejado de representarnos
Si entendemos bien lo que establece la constitución en su Artículo 39, el poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El poder nació en nosotros y se ejerce para nuestro beneficio, el de todos. Si así es, entonces ¿qué tuvo que pasar para que el poder público se nos arrebatara y se convirtiera en un arma para mantener un esquema de riqueza y privilegios concentrados en una minoría? Hoy lo que vemos los mexicanos es una enorme desigualdad, una pobreza incontenible, una impunidad lacayuna y una inseguridad alarmante
El encabronamiento de la gente que votó por un proyecto distinto al de los partidos sistémicos tiene mucha razón de ser ¿Cómo creer que el poder público se instituye en beneficio del pueblo cuando miles de millones de pesos se desvían de programas y servicios públicos para enriquecer a funcionarios buenos para nada, apoyadores del sistema, centaveros y hasta integrantes del crimen organizado? ¿Cómo creer que el poder nace en nosotros y se instituye en nuestro beneficio si la opulencia con la que viven los gobernantes, los miembros de la SCJN, los funcionarios de los organismos autónomos y la mayoría de los políticos, contrasta con la lacerante miseria de los gobernados? ¿Cómo creer que el poder se ha ejercido en nuestro beneficio cuando la justicia no se administra o se administra discrecionalmente, mientras se excluye de responsabilidad a los que detentan el poder?
¿Cómo no irritar a la gente cuando la SCJN, el TEPJF, el INE y los corruptos PRI, PAN, PRD y MC se han convertido en la cloaca en la que los mafiosos, vivales, funcionarios y políticos, depositan su odio y su rechazo a las políticas sociales de López Obrador? ¿Cómo no reaccionar cuando en la fracción II del artículo 127 Constitucional se dice de manera categórica que ningún servidor público podrá recibir remuneración mayor a la establecida para el presidente de la República mientras los de la Suprema Corta se hinchan con el dinero de los contribuyentes?
¿Por qué las élites políticas reaccionan con evidente virulencia en contra del gobierno de AMLO? ¡Simple! Están perdiendo sus privilegios, se les ha quitado la máscara que los hacía pasar como funcionarios decentes para poner al descubierto su rostro de ladrones, leguleyos y corruptos. Tan es así que la “oposición” que integran el PRIAN y sus achichincles, pidió a la SCJN que le redactara la iniciativa de ley que después operaron para congelar la que regula los Salarios de los Funcionarios Públicos. Los de la SCJN cambalachearon la congelación de la ley referida a cambio de mantener sus salarios. El PRIAN recibió por el servicio prestado a la SCJN para que conservara sus privilegios, la entrega de la gubernatura de Puebla que no había ganado en las urnas 
Es un hecho que los integrantes de las instituciones y partidos políticos señalados no cambiarán de actitud. Les ha dolido demasiado su derrota y ahora están operando para vengarse.  ¡Espero que no se equivoquen! Porque si el gobierno, el partido o el parlamento no convocan al pueblo para que defienda sus conquistas, el pueblo lo hará por su cuenta y las calles y plazas públicas serán cubiertas por la gente que busca rescatar la libertad, la honestidad y la justicia. El 39 contiene su propia vida, la mía, la tuya, la de los 43 de Ayotzinapa, la de miles de mexicanos desaparecidos, torturados, asesinados. ¡El pueblo no olvida, en cambio, el pueblo pone y el pueblo quita!





miércoles, 5 de diciembre de 2018


Jugar sin miedo en un país otrora acobardado

Por JESÚS SOSA CASTRO

No exagero si describo algo de lo que pasó el 1º y el 2 de diciembre y lo califico como un hecho extraordinario. Con seriedad y sin falsas solemnidades afirmo que el mar de gente que acompañó a AMLO el día de su investidura como presidente constitucional de nuestro país es algo tan importante que la izquierda ni nadie pueden simplistamente considerar como un hecho más en la vida política de México. La presencia de miles y miles de personas, representativas de todos los sectores sociales, son una fuerza que gana espacio para expresar sus ideas, sus sentimientos y visiones para transformar el mundo en el que vive. Tomo como referente este hecho para dar mi opinión sobre lo que yo viví en este maremágnum político y social
Estuve siguiendo con sumo cuidado lo que ocurrió en el Congreso de la Unión y en el Zócalo de nuestra ciudad capital el día 1º de diciembre. Muchas de las personas con las que platiqué afirman que de los cientos de miles de asistentes al zócalo y calles aledañas eran mujeres y jóvenes. Decir esto ya es en sí algo muy importante que conviene analizar. Pero el hecho principal, a mi juicio, está en que de manera creciente y a pesar de las recurrentes campañas de miedo y de confusión calculada, los miles y miles de mujeres, jóvenes, niños y adultos, estaban participando por sí mismos en uno de los acontecimientos históricos más grandes de las últimas décadas. El rostro de estos seres humanos expresaba una alegría que les salía del corazón y se afirmaban como partícipes de un proyecto de gobierno que a la mejor aún no entienden a cabalidad
Pero este enorme torrente de mujeres y hombres saltó la barrera que les ha impuesto por años la cultura de la abyección. Dejaron de ser víctimas y presas de la pasividad, para jugar un papel preponderante en la lucha entre los que queremos un país de libertades y de justicia y aquellos que en sus cotos de poder o en la sombra de la política le siguen prendiendo incienso a los conservadores, a los Maximiliano, a los Miramón y a los Mejía. Hoy para derrocar a estos representantes del oscurantismo, las mujeres y los hombres somos  esa fuerza que se necesita, la que exige la construcción inmediata de un partido que sea capaz de garantizar el éxito de las propuestas de gobierno en las que están contenidos los sentimientos y necesidades del pueblo
Gioconda Belli ya lo apuntaba de manera perspicaz. Los ciudadanos empezamos a jugar “sin miedo en un país acobardado en el que la valentía y el arrojo eran contagiosos como el catarro. Bastó destapar la olla que llevaba años cociéndose en su propio barro para que la esperanza dejara sentir su olor a hierbabuena” y justo, esto sucedió el 1º de julio y el 1º de diciembre. El movimiento que generó las expectativas que hicieron suyas treinta millones de mexicanos mostró un valor políticamente incalculable. La afirmación de esta esperanza que el domingo dos de diciembre hizo presencia en el zócalo capitalino no solo cimbró la conciencia política de amplios sectores de la opinión pública, sino que se apersonó un sunami que urge encausar, darle la dirección que necesita para así evitar que nos lleve a un nuevo desastre
La aparición de este fenómeno multitudinario está exigiendo de la izquierda revolucionaria un examen profundo y responsable. Se trata de ver hasta qué punto esta izquierda está capacitada para aportar ideas y propuestas para consolidar este enorme movimiento popular. Necesitamos entender que si éste no se le encausa de manera debida, si no construye su propia dirección política que responda a los requerimientos del país, si no se aprecian  los intereses y sentimientos de la gente, si no se le rodea del apoyo necesario y de la experiencia política de quien la tenga, entonces, el fracaso de este movimiento que dio la cara en los últimos meses, puede convertirse en una derrota más para la izquierda y para el resto de la sociedad
Yo tengo varias décadas apostándole a la construcción de un partido revolucionario, de clase, que luche, confronte y derrote a una burguesía en cuyas entrañas se contiene lo más reaccionario y conservador que registra la historia. Pero mi esfuerzo, mi trabajo y mi lucha, finalmente, se toparon con algo que no esperaba ver. Al paso de los días y adherido a ese proyecto me encontré con mi gente, con mi pueblo que ansiaba con todo el corazón que algo pasara para acabar con quien por más de ochenta años habló en nombre de una revolución que desde su origen le fue arrebatada a los mexicanos por aquellos que pronto se olvidaron de ellos
Esa gente que salió el 1º de julio, la que salió a librar el más importante combate en contra de esta mafia rapaz, esa gente, es mi gente. Por eso estoy con ella. Cuestionando sus debilidades, pero sufriendo a su lado los avatares que impone el esfuerzo por derrocar a esta burguesía que siempre se había creído indestructible