sábado, 15 de enero de 2022

 

Convertir la palabra en una revolución

Por JESÚS SOSA CASTRO

En los últimos días del año 2021, fui testigo de una serie de hechos por demás importantes.  Oí y participé en discusiones sobre lo que pasa en el mundo de la política de nuestro país. Hubo valiosos argumentos y también trivialidades. Se habló sobre el QUÉ HACER de nuestra lucha y de cómo profundizar las transformaciones sociales y políticas que la mayoría del pueblo estamos haciendo nuestras desde el 1º de julio del 2018. ¡La discusión fue y es apasionante! Fueron evidentes los esfuerzos por salir de lo común y convertir la política en un instrumento con miras a hacer de la palabra, de la acción, el mecanismo al través del cual, se asegure una transición a la vida democrática en nuestra patria con justicia y libertad.  Profundizar los efectos de una revolución que acabe con desigualdades económicas, se rescate la dignidad de la mayoría de nuestra gente y se convierta al país en auténtico motor de la esperanza

Por momentos, la disputa entre la vehemencia y la teoría en las filas de Morena y fuera de ella, parecía dinamitar las estructuras de la organización. Las expresiones, las conductas y las caras de muchos compañeros del movimiento, reflejaban y reflejan en sus rostros y en sus ojos, el enojo o la aceptación de contenidos en discursos polarizantes en los que la visión chata de los dirigentes de Morena está violentando todas las normas y ordenamientos democráticos que se contienen en el Estatuto y en la declaración de principios. A veces se daba la impresión que desde dentro de nuestra conciencia, se están rompiendo los anclajes de una práctica política que ya no aguanta el peso de los hechos y de la crítica. Se requiere una revolución de nuestras viejas experiencias para estar en condiciones de dar paso abierto a los nuevos desafíos que exige la situación

Es conveniente destacar que a propósito de estas cuestiones se ha construido una edificación teórica que enriquece con creces el pensamiento de la militancia. Mientras unos hablan de los sentimientos más profundos de quienes han entregado su vida a la lucha, otros plantean la urgencia de construir una resistencia nacional que se ocupe con urgencia de construir una conducción revolucionaria, que impida que la lucha de nuestro pueblo, se quede varada en las demandas tradicionales y se pierda el objetivo de transformar el país en una vida auténticamente humana. Cuando estas luces y estas ideas revolucionaban las conciencias de miles de miembros del partido, en mi fuero interno se daba otra lucha en la cual el viejo topo del que hablaba Marx, carcomía mi vida y mis tiempos 

Sin embargo, me alegra que la voz del pueblo comience a reivindicarse. Otea el horizonte gris que le ha impuesto la derecha golpista y ha reconocido que ese tono no se compagina con la historia que está construyendo. Los muertos, desaparecidos, desempleados, excluidos y empobrecidos por el otrora poder burgués, no merecen el silencio y el olvido que manifiestamente se da en los órganos de dirección de Morena. La resistencia para articularse y convertir su fuerza en un torrente de miles de mujeres y hombres da muestras sobradas de su permanente incapacidad para romper con las viejas prácticas del oportunismo priista cada vez más fortalecido al interior de Morena. Ha vivido el entreguismo de los partidos sistémicos y traza para sí una ruta en la cual sus decisiones empiezan a convertirse en el objeto de sus luchas

¡La suerte que vive el país no acepta regateos ni lamentos! Ha llegado la hora de acompañar las palabras con los hechos, de articular y conducir a los trabajadores y al pueblo más allá de las demandas sectoriales. Es hora de correr a los corruptos del INE convertir la pasividad en acción, en una fuerza que derrote a la derecha rabiosa contra la 4T. Está visto que, si el pueblo no se organiza, no unifica su fuerza, no participa en la defensa del cambio verdadero; si no elige a la mejor candidatura para suceder al presidente López Obrador en el 2024, si no participa en la construcción de una nueva sociedad, sobre la revocación o ratificación del mandato; entonces la oportunidad para transformar el país se verá truncada y la derecha echará abajo todos los avances sociales, que el pueblo y el gobierno venimos impulsando en todo el territorio nacional. La apuesta está echada. Sólo falta pasar de los dichos a los hechos    

viernes, 31 de diciembre de 2021

 

Ha llegado el momento de romper nuestros silencios

Por JESÚS SOSA CASTRO

Es medio día del 3l de diciembre del año 2021. Bajo el mismo encino en el que platicábamos mi padre y yo, intento hacer un recuento de lo que ha sido mi vida en estos largos años de existencia. He puesto en blanco y negro todo cuanto me ha servido para forjar mi carácter, mis ideales, mis andares políticos, mis amores y también mis actos fallidos. Frente a mis ojos están las plantas, los árboles, el verdor de mi jardín y las enhiestas montañas del teposteco. En cada resquicio de este espacio, está el esfuerzo de mi esposa y de mi hijo. Los sacrificios, el aporte físico y económico de quienes hoy, representan la razón de mi vida y la luz que alumbra mi largo y sinuoso camino por la vida

¡Confieso que soy presa de una enorme nostalgia! Estoy llegando a los límites de mi vida y por primera vez mi entorno familiar se ha oscurecido por la pérdida de seres entrañables que formaron parte de mi círculo en el que las relaciones familiares eran el centro de nuestros encuentros. Han crecido aquellos que siendo niños tuvimos la oportunidad de abrazarlos todos los días pero que, al paso del tiempo, se hicieron mayores, independientes y no pocos de esos seres queridos los hemos perdido en los últimos meses del 20 y del 21. Estos hechos nos hicieron a la mayoría, un ato de seres silenciosos. Quisimos sepultar los recuerdos y las acciones que dieron cuerpo y alma a un modo de sentir y entender la vida. ¡Nos engañamos! Tuvieron que pasar los meses y los días sufriendo la pandemia para darnos cuenta de cuanto habíamos dejado en el camino para hacer posible que nuestro humanismo volviera sobre sus pasos y nos permitiera recuperar los sentimientos que distinguen al hombre de las bestias

En mis reflexiones personales mi balance no es negativo. Los que se burlaban de mi origen, de mi vestimenta y de mi lenguaje campirano cuando recién llegaba a la ciudad de México allá por el año 1955, con el tiempo pude comprobar que la estatura física, moral e intelectual de mis críticos era tan falsa que no resistió los embates del tiempo, no dio ninguna muestra de grandeza ni mucho menos estuvo a la altura de las necesidades de la gente ni del país. Mi origen campesino empató febrilmente con aquellos personajes que desde el Partido Comunista Mexicano o desde el movimiento de masas, ponían en juego sus ideas, sus acciones y su vida para hacer del ser humano la representatividad más pura de la dignidad y la resistencia a la podredumbre de un sistema depredador que nos explotaba, nos mataba, encarcelaba o nos desaparecía

La linterna que me alumbró en mis especulaciones sociales y políticas la encontré en los líderes del comunismo de mi país. La humildad, la valentía y la claridad con que miraban el sufrimiento y las luchas de la gente, siempre sirvieron como ejemplo en las personas de Valentín Campa, Arnoldo Martínez Verdugo, Ramón Danzós Palomino, Gerardo Unzueta Lorenzana, Eduardo Montes Manzano, Othón Salazar y Demetrio Vallejo. Ellos fueron mis maestros, los que me llevaron de la mano para convertirme, desde entonces, en lo que con orgullo reivindico en estas décadas de trabajo al lado de los obreros, de los campesinos, de los estudiantes y del pueblo en general

Esos hombres que son ahora parte inocultable de la historia del movimiento comunista y popular, no tuvieron la oportunidad de ver los resultados de su trabajo. En homenaje a su esfuerzo y a su partida anticipada yo levanto humildemente su bandera y la pongo como ellos hubieran querido, al servicio de un pueblo heroico que ha puesto por encima de todo, su talento, su inteligencia y su acción para convertir los silencios que nos oprimieron por muchos en una revolución social política y cultural más allá de nuestras fronteras

De esa transformación me siento parte con la mayor de las modestias. Formé y formo filas al lado de miles y miles de mujeres y hombres que hemos puesto en juego nuestros pensamientos, los ideales y las convicciones de estar cumpliendo con la patria. De esas filas también han caído luchadores sociales que el sistema y sus líderes han querido silenciar sus nombres, sus historias y sus memorias. Yo, con humildad y sabido de que mis tiempos se acaban, les recuerdo con honor. Rompo el silencio vergonzante de aquellos que en pos del poder y del dinero, se olvidaron de sus héroes, de sus mártires, de los hijos del pueblo que quisieron que la humanidad, la nuestra, la que aún no recupera toda su libertad y su grandeza, viviera los nuevos tiempos en los que la palabra, los sentimientos y el amor por la gente, hayan tomado las calles, las plazas públicas, para gritar y defender sus sueños, reivindicar sus derechos y ampliar los espacios para el feliz descanso de los ancianos y el regocijo de los niños que hoy están abandonados, llorando su hambre y gritando su soledad

viernes, 3 de diciembre de 2021

El pueblo, el gobierno, la patria. Somos otro país

Por JESÚS SOSA CASTRO (*)

A eso de las seis de la mañana íbamos mi esposa, mi hijo y yo por Reforma rumbo a la glorieta de las Cibeles para dejarlo en el lugar que, con un grupo de compañeros de trabajo, salían a León Guanajuato. Desde esa hora cientos de autobuses ya estaban varados por esta avenida y calles aledañas. Habían traído de varios Estados de la República a compañeros de lucha para encontrarse, más tarde, con nuestro presidente en el zócalo de nuestra ciudad capital. Faltaban muchas horas para reuniros en el zócalo. Por mi mente aparecían las palabras que en el movimiento estudiantil parisino de 1968 coreaban los estudiantes: “No somos los que impulsamos la revolución, somos la revolución”

Para medio día, el rostro del centro histórico ya estaba fuera del ajetreo cotidiano. Mujeres y hombres de todas las edades, paseaban su cansancio lleno de un contento por algo que sólo se adivinaba. Para las cinco de la tarde más de doscientas cincuenta mil almas abarrotaban la plaza de la constitución y las calles aledañas. Artistas del pueblo llenaban el espacio de felicidad. Niños y jóvenes de Oaxaca estremecían el momento con esa música que brotaba desde lo más profundo de su alma. Danzas y poemas hechos canciones llenaban de encanto a la multitud que, estoicamente, seguían de pie en una plaza llena de frio, pero rebosante de pasión y entusiasmo defendiendo un proyecto de nación que desde el 2018 estaban haciendo suyo con todas las de la ley

 La muchedumbre quería ver y oír a su presidente, volver a tener su cercanía y aprender a valorar el contacto que AMLO ha tenido por décadas con la gente de todos los municipios, rancherías, plazas púbicas del país y pueblos originarios. El actor principal que concurría a esta plaza histórica era el pueblo. Asistía en apoyo de las políticas de su gobierno para seguir haciendo grande a la patria. El objetivo era y es cambiar para bien el rostro y la estructura del país. Son las cinco de la tarde y la gente empieza a gritar Presidente, presidente. Doscientas cincuenta mil gargantas corean su nombre cuando acompañado de su esposa aparece en el lugar donde se encuentra el presídium y su gabinete

El momento es indescriptible. Muchos adultos mayores y mujeres están a punto de las lágrimas. La emoción y el ánimo se vuelven pasión por lo que sienten que empieza a ser suyo. Tienen un país que saquearon los que hoy no aparecen en el escenario y que la gente del pueblo ha recuperado para sí. Los ladrones y fifís se quedaron en sus guaridas tejiendo nuevas mentiras para alivianar la derrota política que “los hambreados” les han infringido. Hoy, con la frente en alto y con toda la fuerza, ha salido a la plaza principal del país para defender sus derechos, sus causas y su dignidad

El informe del presidente fue vasto en datos y números respecto de los logros alcanzados en tres años de gobierno. Paralelamente se habló sobre los muchos proyectos y obras en marcha que la mayoría de la gente desconocía. Lo novedoso fue la ausencia de los mangantes que hasta hace tres años dominaban la escena pública. Esos que miraban con desprecio a la pelusa, al pobrerío, se han convertido en un mazacote lleno de dinero, pero vacío del alma y del cerebro. ¡Nada les sale bien y nada tienen que decirle a un pueblo que está caminando por la ruta que lo llevará a una vida auténticamente humana! Las cadenas de televisión, la prensa y los chayoteros, no tuvieron la bonhomía de presentarse ante un auditorio crecientemente politizado y alejado de los que hicieron de la política un modus vivendi carroñero

El mensaje que retumbó en los oídos de la audiencia presente y ausente en la plaza de la Constitución, tiene una razón de ser para impedir las indefiniciones políticas, el zigzagueo, el deslizamiento al centro de la política pensando que así se tiene libre el espacio para impedir las críticas de los extremos. El presidente fue claro al señalar que se han sembrado las ideas que sustentan la transformación social, económica y cultural del país. Podrán eventualmente cambiar las cosas materiales si la derecha reaccionaria volviera al poder, pero la conciencia del pueblo, crecientemente fortalecida por decisión propia y como ejemplo de vida, será un muro infranqueable para que no vuelva la codicia, la impunidad y la corrupción. Tenemos un pueblo admirable, Basta mirarlo a los ojos para entender su heroísmo y la defensa de sus ideales. ¡Ya tenemos otro país!  

(*) Adelanto mi artículo. Me voy unos días de vacaciones. Nos vemos en enero del 22 

domingo, 28 de noviembre de 2021

 

La movilización popular, la única fortaleza para cambiar el país

Por JESÚS SOSA CASTRO

En estos días de política febril y de fríos que calan los huesos, muchos mexicanos nos preguntamos qué está pasando en el país. A qué se deben los movimientos políticos en las esferas del gobierno y cuáles son las razones de que en la gente haya tanta expectación. Las respuestas pueden ser muy amplias. Las principales o algunas de las que pesan más, tienen que ver con los cambios que se están dando en amplios sectores de la patria. Se nota que hay contento entre la gente, participa en la construcción de un nuevo proyecto político, está esperanzada en que el rostro de México cambie para bien y que su situación económica mejore aún más con estas políticas gubernamentales

¿Por qué razones miles de mujeres y de hombres, han decidido continuar con el compromiso histórico de seguir luchando por el amor y la felicidad, pese a todo tipo de vicisitudes que en este esfuerzo nos está imponiendo la derecha golpista, la que todos los días y con cualquier pretexto se la pasa propalando mentiras y hablando babosadas que no tienen mayor apoyo del pueblo? ¿Será que en las acciones de la gente está presente la demanda por alcanzar una vida auténticamente humana? A millones de ciudadanos nos interesa que no sea el dinero o el mercado los que determinen las relaciones sociales, sino la libertad y la justicia

El acto masivo del 1º de diciembre en el zócalo de la ciudad de México mostrará ya, el nuevo rostro que se está esculpiendo en la conciencia del pueblo. Se expresará el orgullo de haber roto con la exclusión y el abandono en que nos había mantenido la oligarquía gobernante. Es obvio que tenemos un serio problema, pues las tareas partidistas que en principio se hacían por convicción, hoy pasan por momentos de desmovilización y desencanto por la falta de capacidad y liderazgo de los dirigentes. Sin embargo, a partir de este acto masivo, después de lo más grave de la pandemia, el pueblo recuperará la iniciativa y ocupará todas las plazas públicas para hacer oír la consigna de: “es un honor luchar con Obrador” Haremos una síntesis de nuestras experiencias y nos conectaremos con la mayoría del pueblo para aprender y valorar el trabajo de organización y de lucha que en todo el país están haciendo miles de resistencias contra los sectores derechosos

 Los que estamos luchando por la transformación de México no tenemos razones suficientes para dejar de poner en máxima tensión nuestro talento, nuestra inteligencia, nuestra capacidad y nuestra querencia para construir los mejores caminos para lograr el propósito de alcanzar una alternativa política en la que la pasión por la libertad y una vida humana en toda su acepción, sean la causa de nuestra lucha y de nuestro trabajo. Con estas ideas avanzaremos con los más amplios sectores populares, con nuestros vecinos y con los jóvenes

Atenderemos las demandas de los migrantes mexicanos, profundizaremos los programas dirigidos al pueblo y apoyaremos con todo el acuerdo del presidente para blindar las obras de infraestructura que se están construyendo y que la oposición y sus títeres del poder judicial intentan parar para desacreditar su gobierno. Con el pueblo construimos una fuerza que represente los intereses de la gente y asegure que el resultado electoral del 2022 y del 2024, confirme los propósitos de cambiar el sistema político que vivimos. Hablamos de la necesidad de una política asentada en ideas revolucionarias y en un proceso organizativo que trabaje por abajo y por arriba, pero desde abajo con todos los sectores y movimientos sociales que se están dando en el país. Esta es una condición indispensable para mantener el espíritu revolucionario y el apoyo que requiere el proyecto de la 4ª transformación

Con la militancia y con la gente que apoyamos el proyecto que se viene impulsando desde el 1º de julio del 2018, estamos trabajando en lo que hoy hay que poner en la agenda del partido, desterrar las desviaciones ideológicas de algunos de los cuadros de Morena, de la invasión de grupos de poder y de no pocos arribistas que están descomponiéndole el rostro a este partido. La inmensa mayoría sostenemos que a Morena le hacen falta brisas frescas para los cerebros carcomidos que tenemos en él. Necesitamos airear las ideas de todos los actores políticos para que estemos a la altura de las exigencias nacionales. De no ser así, seguiremos siendo víctimas de los intereses del imperio y de sus súbditos que lloran su inminente derrota en las acciones por venir

 

 

 

 

domingo, 21 de noviembre de 2021

 

México lindo y querido

Por JESÚS SOSA CASTRO

El moreliano chucho Monge y el trío tariácuri hicieron famosa la canción México lindo y querido en el año de 1945. De entonces a la fecha este canto lo han hecho suyo aquellos que, como yo, en algún momento y por distintas circunstancias hemos estado fuera del país. Cantarla u oírla en lo personal o en lo colectivo, despierta emociones y nostalgias muchas veces guardadas en el alma. Las cuales brotan tan pronto como esta especie de himno, remueve las fibras de nuestro nacionalismo, el amor por la patria

En los dos viajes que ha hecho nuestro presidente a Estados Unidos, a la ONU primero y en esta semana a Washington a la reunión con Biden y Trudó, nuestros paisanos hicieron de las calles cercanas a donde se reunieron, el espacio en el que retumbaron los aplausos, las adhesiones a las políticas de AMLO. La nostalgia y el orgullo de ser mexicanos hicieron que el canto sobre el México lindo y querido se hicieran presentes como reconocimiento a nuestro ser nacional. Un momento feliz que hizo surgir las lágrimas en muchos de los mexicanos que coreaban el nombre de su presidente

Motivos para que esto pudiera darse y verse al través de las redes sociales en muchas partes del planeta, fueron evidentes. Por primera vez el presidente de México puso en la mirada del mundo las políticas de un gobernante que lleva en el alma los sentimientos y las demandas de un pueblo con hambre y sed de justicia. Miles de mujeres y hombres que se hicieron migrantes porque su patria y los gobiernos de la oligarquía y que nunca quisieron ni pudieron atender satisfactoriamente sus demandas, se fueron del país huyendo de la miseria, de la represión y del clasismo que sobre los pobres montaron los privilegiados, los que hicieron del robo a la nación, el modus vivendi, que hoy lloran con amargura al ver perdidas sus canonjías y un gobierno abrazado por su pueblo

En el canto del México lindo y querido los migrantes mexicanos y los que estamos de este lado de la frontera con Estados Unidos, estaban contenidos los pasos que hemos dado en la conquista de un proyecto de nación en el que se encuentran nuestros sentimientos nacionalistas, el orgullo de ser mexicanos y especialmente el cumplimiento de un anhelo democratizador y libertario por el que tanto hemos luchado millones de mujeres y hombres. En ese coro que se oía en las calles cercanas a esos encuentros, los mexicanos estábamos mostrando un contento por lo que se está construyendo en el país

Es el derecho a la libertad de expresión, la participación de la gente en la defensa de la democracia participativa, por los apoyos del pueblo a sí mismo, por la lucha contra la corrupción, contra la impunidad, por el apoyo a los adultos mayores, a los niños, a los campesinos y a todos aquellos que caminaban por senderos llenos de olvido y amargura, fue lo que Salió del corazón de los forjadores del México de hoy

El canto del México lindo y querido estuvo acompañado de otras expresiones que brotaban de nuestros paisanos. Honesto y valiente, ese es nuestro presidente, era el grito que desgarraba las gargantas de nuestros compatriotas y hacían correr por nuestras venas el orgullo y la satisfacción de contar con un gobernante que está haciendo respetar al país. Pronto tendremos un México distinto al que ahora con satisfacción ya estamos mirando. Tendremos en pocos meses la oportunidad de ratificar el mandato al presidente López Obrador, de acompañarlo el 1º de diciembre en el zócalo de la CDMX. ¡Será apoteótica esta victoria! La expresión carroñera, la que no le perdona a la gente haber llevado a la presidencia a uno de sus filas, incrementará su rabia ante cada triunfo del pueblo y sus inevitables derrotas políticas ya vistas por doquier

Ganaremos las seis gubernaturas del año próximo y empezarán a funcionar las obras de infraestructura como el AIFA, la Refinería de dos Bocas y se pondrá en marcha el tren rápido Toluca CDMX. Para finales del 2023 el rostro de la patria será irreconocible. Las obras en construcción serán inauguradas por el presidente López Obrador y el orgullo nacional se multiplicará más allá de nuestras fronteras. Entonces surgirán otros cantos y se abrirán otras alamedas. Por ellas caminarán los niños, los ancianos, el pueblo en general. Para entonces, los mexicanos podremos gritar al unísono con todo el corazón. ¡Viva el México lindo y querido ¡Ese será nuestro nuevo canto de batalla

 

lunes, 1 de noviembre de 2021

La deuda que no le había cubierto a mi madre

Por JESÚS SOSA CASTRO

En la parte alta del nudo mixteco, allá en la Sierra Madre del Sur, nació una mujer campesina que a los 18 años se convirtió en mi madre. En esas montañas inhóspitas, agrestes y alejadas de la civilización, procreo a sus nueve hijos, Yo fui el mayor de ellos y obvio, soy el más viejo de la camada. Haber nacido y sobrevivido por muchos años en esos lugares, no dejó de ser un triunfo de la naturaleza. Pues mis progenitores venían de familias numerosas, analfabetas y empobrecidas hasta lo indecible

Los primeros años de mi vida los pasé como peón al lado de mi padre. Tuve la fortuna de respirar aire puro, oír el gorjeo de los pájaros, ver correr el agua cristalina por los arroyos y por las noches observar las estrellas acostado en un petate de palma en el patio de mi casa. A las cinco de la mañana empezaba el ajetreo. Había que ir al monte donde pastaban los bueyes, uncirlos al yugo, empezar las labores de labranza, darles agua, subirlos al monte para que se alimentaran y regresar a la casa donde mi madre nos esperaba para comer lo que había logrado para alimentar a su esposo y a su hijo

Este era el quehacer cotidiano. Una rutina que me fue haciendo hombre sin haber tenido tiempo para el juego o la distracción. Toda mi niñez giraba alrededor del campo y yo, no me sentía mal. Me hacía feliz el trabajo y el disfrute de una paz y de una quietud que no perturbaron nunca las fibras de mi alma. Al paso de los años y de cuando en cuando he recorrido mi pasado campesino. El que más influyó en mi vida y en mi formación fue mi padre, pues siempre andaba con él. No reparé en el trabajo y en el silencioso sufrimiento de mi madre. Pues antes que todos y en toda su vida, era la primera que se levantaba a moler y hacernos el almuerzo. Su vida de mujer campesina no le permitió conocer la tecnología que aligerara su trabajo y lo hiciera menos penoso. Siempre estuvo pegada al metate haciendo tortillas, salsas de chile guajillo y frijoles de la olla

Años después a mi padre le quitaron la tierra que le rentaban para trabajar. Y como ocurre con los pobres y con los pueblos originarios, los poderosos nos fueron echando hacia los lugares más inaccesibles. Vivíamos en constantes peregrinaciones en busca de espacio para trabajar. Nos fuimos montañas arriba, y allá, en la cresta de una de ellas, limpiamos una cueva natural para convertirla en nuestra vivienda. Una vez instalados nos pusimos a desmontar pequeñas parcelas para luego ponernos a sembrar. Allí fue donde por primera vez, vi llorar varias veces a mi madre. ¡No tenía nada que saciara el hambre de su prole

Supongo que por andar todo el día trabajando con mi padre, no me daba cuenta de los sufrimientos de esta diligente mujer. Tampoco entendí la actitud parcial y a veces grosera de mis abuelos paternos. Estos, poco duraron en mis recuerdos. Siempre vieron con malos ojos a mi madre que quiso ser independiente del tutelaje que por años ejercían los padres con los hijos y con las nueras. El núcleo familiar lo conservaban los “papás grandes” y los hijos con sus mujeres, tenían que vivir hacinados bajo el techo de los tatas mandones. Hoy, siete décadas después, estoy convencido que esa fue la causa de sus constantes desavenencias con mis abuelos

Además de esos hechos, harto difíciles que vivíamos, se sumaban circunstancias políticas que en ese entonces recorrían los caminos del Sur. Por las noches, veía que mi padre se despedía de nosotros y le recomendaba a su esposa que nos cuidara. Tomaba su vieja escopeta calibre doce, unos harapos que hacían las veces de cobija y se iba de la cueva sin que supiéramos hacia dónde. Varios días después me enteré que la leva, andaba levantando a los hombres en edad de ser incorporados en las filas del ejército, para luchar contra las bandas que había dejado la guerra cristera. Mi madre y sus hijos, habían sido abandonados por meses, mientras mi padre era obligado a pelear en defensa del Estado “revolucionario” y librar, contra su voluntad, batallas que, en nombre de Cristo Rey, los cristeros habían convertido en un propósito indecible. Hoy cubro una deuda que tenía con mi madre, recordándola con todo el amor, el respeto y la devoción que le debía

  

domingo, 24 de octubre de 2021

 

En el PAN, un discurso patético y una práctica llena de rencor

Por JESÚS SOSA CASTRO

En un artículo anterior a este, he hablado de algunas de las importantes ideas que ha expresado Doris Lessing en su libro Las cárceles elegidas. Hoy destaco unas más porque tienen que ver con los tiempos que estamos viviendo en esta Viña del Señor. De lo que hablaré pasa en la mayor parte del mundo, pero, por ahora, sólo me referiré a lo que sucede en México. Muchos vemos que con motivo de la pandemia, se está abriendo paso un hecho que consiste en que  nuestros niños, nuestros jóvenes y no pocos adultos pasamos la mayor parte del tiempo pegados al teléfono móvil, a la televisión y a otros mecanismos al través de los cuales los genios de la tecnología, de la guerra y de la violencia social, han sembrado todo lo necesario para despolitizar a los que, por ley de la naturaleza, estamos obligados a cambiar este mundo de explotación, de hambre y de mansedumbre

Este problema se ha hecho más complejo por casi dos años a resultas de estar encerrados en nuestros domicilios. Los que sufrimos esta situación forzada fuimos víctimas del trastocamiento de nuestros hábitos, perdimos las relaciones con la gente, el trabajo y la actividad cultural. Sólo un porcentaje pequeño recurrió a los libros, a las discusiones sobre los problemas del país. Otros, la mayoría, se dejaron envolver por la frivolidad y la intrascendencia que transmitían las televisoras, la prensa escrita y los columnistas que sirven a los grandes intereses de empresas nacionales y extranjeras. En ese ambiente de encierro, crecieron la violencia doméstica, el chisme y la vacuidad. Estas condiciones nos hicieron perder contacto con los libros, las conversaciones familiares y la cultura. Surgió la ansiedad, la angustia y al miedo que los medios nos inoculaban sobre nuestro futuro

El rostro de la intolerancia, los intereses de los grandes potentados y la ignorancia supina de los derechosos brotaron como hongos en la confrontación y en el debate con quienes impulsamos el proyecto de la 4T. Auguraban el desastre económico, la ingobernabilidad, el autoritarismo del presidente y falsearon hasta la saciedad todo lo que estaba haciéndose para “informar” que el país estaba cayendo en el caos, en la violencia descontrolada y en la represión. ¡La derecha enloqueció! Puso en juego su dogmatismo putrefacto y envileció la discusión pública enrareciendo el ambiente de la política. “Así como los cristianos pasaron siglos matándose unos a otros por la interpretación correcta de una palabra, de una frase o de una sentencia de la biblia” (*) así está ocurriendo con una oposición que se empeña en hacernos creer que lo que ella defiende, es lo que conviene y deben aceptar los “hambreados” Estas son las ideas que los panistas y demás mangantes nos quieren imponer

Lo que hemos visto en la cámara de diputados, en los medios de comunicación y en el debate público con respecto a la miscelánea fiscal, el presupuesto de ingresos y sobre la reforma eléctrica, es lo suficiente para darnos cuenta de que las posiciones dogmáticas de la derecha y de sus achichincles, se confrontan con violencia verbal con las fuerzas democráticas en todo momento. En su empeño por interpretar a su modo la visión de las cosas o de los planteamientos de cada una de las partes, han perdido la compostura y han dado rienda suelta a un discurso procaz y vacío. Cuando la mayoría del pueblo adquiere el compromiso de transformar la vida económica, social y cultural del país, el engendro fascista y vulgar defiende un dogmatismo patético que no cuadra con los intereses, la conciencia y las demandas populares que están sacudiendo las viejas estructuras de un sistema conservador, arcaico, fuera de tiempo y de lugar

Esperamos que este momento de inmersión en la locura del panismo y de sus seguidores no caiga en la mojigatería política y lleve al país a una confrontación como la ocurrida en la época de la cristiada. Su esquizofrenia está fuera de la historia. El pueblo está construyendo un futuro distinto. La diarrea verbal de los enfermos de odio contra el pueblo, hay que atajarla explicándole a la gente el sentido, la razón y la profundidad de nuestro proyecto democratizador. El debate público, debe estar sustentado en los hechos y no en las palabras. La derecha vive su derrota política porque carece de razón, de proyecto y de moral. Lo que ha hecho en el pasado y en el presente trayendo príncipes, ejércitos extranjeros y propuestas ajenas a nuestra idiosincrasia para gobernarnos, no sólo son las reminiscencias de un conservadurismo putrefacto; es a todas luces, una manera y una conducta falaces que traicionan al pueblo y a la patria

(*) Doris Lessing, Las cárceles elegidas, premio nobel de literatura, Editorial Tezontle, 2007