miércoles, 10 de febrero de 2016

Construir y emocionar la militancia, tarea central de Morena

Por JESÚS SOSA CASTRO

Una parte importante de la militancia en el Distrito II de la GAM ha estado activa luchando por la aparición con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Ha hecho foros contra la privatización del agua y en diciembre pasado hicimos uno más contra la propuesta de Reforma Política de Peña Nieto y de Mancera. A estas tareas hay que sumarle la permanente actividad electoral en la que nos han  metido los dirigentes, la militancia no ha tenido tiempo  ni derecho de opinar. Lo ideal sería que los directivos convocaran al partido y encabezaran sus acciones. Por desgracia estos no tienen iniciativa, ni creatividad, ni nada. A los del Comité Ejecutivo de Morena de la ciudad de México, hasta la morralla del Comité Delegacional, los Consejeros Distritales, el Coordinador de la GAM y la distrital; les han quedado muy grandes las tareas. Hoy se vuelve a las decisiones cupulares y se nos están imponiendo estructuras paralelas que violan flagrantemente las normas estatutarias. ¡Las normas son una ficción!

Para superar estas políticas les hemos solicitado en dos ocasiones y por escrito, a Martí Batres, Alfonso Ramírez Cuellar, Donají Alba y/o Andrés Manuel López Beltrán que  asistan a una reunión con nosotros para que juntos, elaboremos un plan de trabajo que incluya a todas las fuerzas reales que existen en la GAM. Desde nuestra óptica se trata de poner al partido en máxima tensión para atender, todos, las tareas políticas y organizativas. Sin embargo, hasta ahora, es lamentable el silencio y la actitud de los dirigentes arriba señalados. Desde que fueron electos, los Diputados federales y locales de la GAM, excepto Juan Romero, no se han vuelto a parar por sus distritos, lo cual alimenta la crítica justificada de la gente hacia Morena. El coordinador de esta Delegación, es una persona excluyente que sólo a sus incondicionales convoca. Hace un trabajo faccional y no de partido
Los que no andamos quemando incienso a los dirigentes, trabajamos con el Diputado Juan Romero y en poco tiempo hemos convocado al primer Foro sobre la Reforma Política el 9 de diciembre en la calle de Isabel la Católica No 97, un foro más en la Cámara de Diputados sobre los intentos de privatizar el agua, otro contra la desaparición forzada de personas y los días 4 y 5 de febrero de este año, apoyamos públicamente al Movimiento Urbano Popular que convocó al 2º encuentro en la explanada del antiguo edificio del Senado de la República. En éste exigimos que se abra a los ciudadanos la elección democrática de los Diputados Constituyentes y se eche abajo el Reglamento de Tránsito
Y los que tenemos como dirigentes en ¿dónde están? ¿A qué se dedican? ¿Tienen idea, siquiera, de lo que está ocurriendo en el país? ¿Han tomado debida nota que el repliegue y el desencanto que existe en la militancia se deben a las formas impositivas, al nulo trabajo, a la sustitución de los órganos electos por estructuras paralelas y a la aceptación creciente de los arribistas de todo pelaje? ¿Saben que esto se puede convertir en una debacle electoral de Morena?

¡No se puede ser candil de la calle y oscuridad de su casa! No se pueden criticar las formas autoritarias y oportunistas de los partidos del sistema y en la vida interna de nuestro partido aplicarles las mismas políticas a los militantes. En los seleccionados  para trabajar el proyecto de Reforma Política de la Ciudad de México se encuentran muchos burócratas que no representan a Morena ni han trabajado en su construcción. Son los amigos y los incondicionales de los que se han adueñado del aparato y del partido. No hay personas de la sociedad civil que pudieran trabajar por la recuperación del honor que Peña Nieto y Mancera les quieren arrebatar a los ciudadanos y a los habitantes de los pueblos y barrios originarios

Lo más grave de todo está en que el trabajo que hace López Obrador a lo largo y ancho de la República, no se ve que se materialice en organización ni en construcción de partido. La gente acude a los actos por el efecto que genera su imagen. El sentimiento popular de repudio a las políticas públicas de Peña Nieto y a todo lo que huela a líderes venales, no hay quien le dé continuidad y organización. Parece que en la dirigencia hay la idea de que el empuje y la irritación de la gente, son suficientes para alcanzar el triunfo electoral en el 2018. ¡Se equivocan esos dirigentes! Para ganar la elección y transformar el país, se requiere de mucho talento, de contar con una dirección revolucionaria, sensible y competente, ligada a las demandas del pueblo, capaz de organizar y darle cause a la inconformidad ciudadana, darle contenido a la  irritación social y desde luego, construir y emocionar a la militancia para que ésta convenza a la ciudadanía a que vote por un  cambio verdadero


Sería lamentable que en el 2018 los electores le volvieran a dar su voto a López Obrador y por falta de capacidad organizativa y política del partido, por tercera vez le arrebataran el triunfo. Si los responsables de todo el trabajo se siguen comportando como burócratas, si sólo quieren resolver los problemas hablando por teléfono con los caciquillos locales y sus incondicionales, si no amplían el horizonte organizativo, si siguen empeñados en generar estructuras paralelas, ajenas a lo que señalan los estatutos, si se sigue manteniendo la visión electorera, olvidándose de las demandas y necesidades de la gente, entonces, hay que prepararnos para sufrir una tercera derrota consecutiva. El cambio que buscamos requiere de una imbricación radical entre dirigentes y militantes. ¡No le anden buscando chichis a las culebras!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario