Quien tenga algo que decir, que se
ponga de pie y avance
Por JESÚS SOSA CASTRO
Vía redes sociales y coincidiendo con mi artículo del miércoles 1º de
mayo, ha aparecido una nueva
exigencia para la dirección de Morena: ¿Cuántos son los recursos
públicos que maneja y cómo se están gastando? Esta pregunta que es recurrente y
que viene de varios Estados de la República, hasta ahora no ha encontrado respuesta,
simplemente “ni nos ven ni nos oyen” ¿Si la interrogante es concisa, precisa y maciza,
si la militancia y los contribuyentes demandamos una información veraz,
documentada y urgente, por qué los dirigentes de Morena se hacen los occisos?
No rendir cuentas a los ciudadanos que contribuyen al sostenimiento de
los partidos vía impuestos, es un desprecio a la ley. Si como dice Pedro Miguel,
demandar información públicamente es
alentar la insidia de la derecha contra
Morena, pues lo menos que les conviene a los dirigentes, es informar y no sembrar
dudas innecesarias. Cuidar un frente tan
delicado como el manejo de sus finanzas, es parte de la transparencia que tanto
se pregona
Si los datos no mienten, Morena
tiene 35 Diputados Federales, 22 Diputados a la asamblea Legislativa y cinco
Jefes Delegacionales. Todos ellos, por acuerdo del Consejo Nacional entregan el 50% de todos sus ingresos para el
sostenimiento de las universidades creadas por este partido. ¡Una decisión históricamente loable! Los casi 50 millones
libres de polvo y paja que van a la caja de Morena no es mucho dinero si con
éste el partido hiciera propaganda, si se apoyara en investigadores y en
científicos sociales para que estén actualizando permanentemente sus
propuestas, si el partido tuviera programas y escuelas para que le formen
ideológica y culturalmente a sus cuadros, si produjera libros y revistas para
que en ellos escribieran sus intelectuales y escritores; pero resulta que nada
de esto se les da. Los ciudadanos venimos oyendo los mismos discos rayados
desde la fundación de Morena. No hay creatividad, ni estudio, ni nuevas ideas.
La mayoría se dedica a repetir lo que dice AMLO
Si el partido fuera capaz de hacer todo esto y más, porque tiene el
potencial para hacerlo, los recursos que están aportando los representantes
populares -no estoy tomando en cuenta
los otros ingresos que por ley le corresponden- serían realmente pocos. Serían
mínimos si los comparamos con las bolsas que ponen en juego los partidos
satélites para confundir, manipular y comprar el voto en los procesos
electorales. Pero como esto no es así, lo que le queda a Morena después del 50%
de dieta con la que se quedan los diputados, asambleístas y demás funcionarios,
requieren una explicación de en dónde está quedando la bolita
En distintas declaraciones de AMLO y de Martí Batres se afirma
categóricamente que los dirigentes de Morena trabajan a partir de sus
convicciones, de manera voluntaria. Si esto es así, la pregunta crece
exponencialmente. ¿En qué se están gastando, entonces, tantos recursos? Porque
en los distintos Comités Territoriales no hay dinero ni para volantes. A lo que
antes llamaban pomposamente “las bases” no reciben ningún apoyo. ni siquiera
frijol con gorgojo. Todo lo que hacen corre a cargo de su raquítica economía
personal
Pero tarde o temprano la verdad siempre se abre paso y mucha gente ya
descubrió la maniobra que los dirigentes manejan en lo oscurito. Se
desprendieron de esas bases opositoras, criticonas, y montaron una estructura
paralela con incondicionales, mujeres y hombres, que siempre aceptan sin chistar
los encargos que les ordenan desde arriba. Dicen las malas lenguas que el
Consejo Nacional hizo esto para impedir que los caciques, advenedizos y grupos
de presión, impusieran las candidaturas de representación popular del 2018. Los
chipocludos que decidieron esto, con honrosas excepciones, escogieron NO a los
mejores cuadros, sino a los más incondicionales. No buscaron eficiencia, buscaron
tapaderas. Cuando las bases se enteraron de estas imposiciones, los fundadores
de Morena, los que vivieron los momentos más difíciles y dignos de la lucha;
con justa razón se replegaron y dejaron todo en manos de los elegidos por los
burócratas
Cuando la Dirección se dio cuenta de que no les estaba funcionando el
teatrito, acordaron, según comentarios que corren, pagar salarios a los
Consejeros distritales impuestos. Les asignaron 18 mil pesos mensuales, les
autorizaron una plantilla de 10 trabajadores y un apoyo de 40 mil pesos para
los amigos y familiares. Su trabajo, garantizarle a los contratantes resultados
al cien por ciento para el 5 de junio próximo. ¡Ya veremos si les resulta! ¿Por
qué esa actitud excluyente de unos y la incorporación inexplicable de otros? ¿A
qué le están apostando los líderes de Morena con este tipo de políticas? ¿A
caso no se dan cuenta que cuando habla la gente de que ya está hasta la madre
de engaños y cochupos también está hablando de lo que pasa en Morena?
Muchos críticos seguimos en este partido porque nuestra inconformidad
no deviene de la exclusión y de que hayan puesto a personas que no son honorables.
Muchos actuamos como actuamos porque nos alientan ideales y principios. Porque defendemos
nuestros derechos constitucionales y estatutarios, aunque haya algunos que por
sistema, blanden la espada de Damocles contenida en el inciso J del Art. 3º del
Estatuto para castigarnos. Nos molesta, SÍ, que los intereses y la conducta
punitiva de Martí Batres, lo hayan exhibido tardíamente como un hombre de
actuar truculento. Siendo Presidente nacional acabó con la primera
Dirección de Morena encabezada por Eduardo Cervantes Díaz Lombardo. Como
secretario de finanzas en Morena CDMX, tiene a Álvaro Ramírez, un tipo gris, de
triste memoria en la GAM. Lo impuso Ramón Jiménez como Presidente del Comité
Delegacional y éste es, ahora, el coordinador general en esta Delegación. Ya
estamos hartos de padecer a los mismos, basta ya de tantas vergüenzas. ¡Exigimos
cuentas claras! Para ser líder, se requiere algo más que agarraderas políticas.
Se requiere lo que dijo en su momento Norberto Bobio: “Antes de hablar, antes
de decidir, antes de dirigir, es necesario pensar. Y para pensar, hay que
tomarse el trabajo de estudiar, de aprender y a ser decentes” ¡No hay otros atajos!
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