miércoles, 11 de mayo de 2016

Quien tenga algo que decir, que se ponga de pie y avance

Por JESÚS SOSA CASTRO

Vía redes sociales y coincidiendo con mi artículo del miércoles 1º de mayo,  ha aparecido una nueva exigencia   para la dirección de Morena: ¿Cuántos son los recursos públicos que maneja y cómo se están gastando? Esta pregunta que es recurrente y que viene de varios Estados de la República, hasta ahora no ha encontrado respuesta, simplemente “ni nos ven ni nos oyen” ¿Si la interrogante es concisa, precisa y maciza, si la militancia y los contribuyentes demandamos una información veraz, documentada y urgente, por qué los dirigentes de Morena se hacen los occisos?
No rendir cuentas a los ciudadanos que contribuyen al sostenimiento de los partidos vía impuestos, es un desprecio a la ley. Si como dice Pedro Miguel, demandar información  públicamente es alentar la insidia de la derecha  contra Morena, pues lo menos que les conviene a los dirigentes, es informar y no sembrar dudas  innecesarias. Cuidar un frente tan delicado como el manejo de sus finanzas, es parte de la transparencia que tanto se pregona
 Si los datos no mienten, Morena tiene 35 Diputados Federales, 22 Diputados a la asamblea Legislativa y cinco Jefes Delegacionales. Todos ellos, por acuerdo del Consejo Nacional  entregan el 50% de todos sus ingresos para el sostenimiento de las universidades creadas por este partido. ¡Una decisión  históricamente loable! Los casi 50 millones libres de polvo y paja que van a la caja de Morena no es mucho dinero si con éste el partido hiciera propaganda, si se apoyara en investigadores y en científicos sociales para que estén actualizando permanentemente sus propuestas, si el partido tuviera programas y escuelas para que le formen ideológica y culturalmente a sus cuadros, si produjera libros y revistas para que en ellos escribieran sus intelectuales y escritores; pero resulta que nada de esto se les da. Los ciudadanos venimos oyendo los mismos discos rayados desde la fundación de Morena. No hay creatividad, ni estudio, ni nuevas ideas. La mayoría se dedica a repetir lo que dice AMLO
Si el partido fuera capaz de hacer todo esto y más, porque tiene el potencial para hacerlo, los recursos que están aportando los representantes populares  -no estoy tomando en cuenta los otros ingresos que por ley le corresponden- serían realmente pocos. Serían mínimos si los comparamos con las bolsas que ponen en juego los partidos satélites para confundir, manipular y comprar el voto en los procesos electorales. Pero como esto no es así, lo que le queda a Morena después del 50% de dieta con la que se quedan los diputados, asambleístas y demás funcionarios, requieren una explicación de en dónde está quedando la bolita
En distintas declaraciones de AMLO y de Martí Batres se afirma categóricamente que los dirigentes de Morena trabajan a partir de sus convicciones, de manera voluntaria. Si esto es así, la pregunta crece exponencialmente. ¿En qué se están gastando, entonces, tantos recursos? Porque en los distintos Comités Territoriales no hay dinero ni para volantes. A lo que antes llamaban pomposamente “las bases” no reciben ningún apoyo. ni siquiera frijol con gorgojo. Todo lo que hacen corre a cargo de su raquítica economía personal
Pero tarde o temprano la verdad siempre se abre paso y mucha gente ya descubrió la maniobra que los dirigentes manejan en lo oscurito. Se desprendieron de esas bases opositoras, criticonas, y montaron una estructura paralela con incondicionales, mujeres y hombres, que siempre aceptan sin chistar los encargos que les ordenan desde arriba. Dicen las malas lenguas que el Consejo Nacional hizo esto para impedir que los caciques, advenedizos y grupos de presión, impusieran las candidaturas de representación popular del 2018. Los chipocludos que decidieron esto, con honrosas excepciones, escogieron NO a los mejores cuadros, sino a los más incondicionales. No buscaron eficiencia, buscaron tapaderas. Cuando las bases se enteraron de estas imposiciones, los fundadores de Morena, los que vivieron los momentos más difíciles y dignos de la lucha; con justa razón se replegaron y dejaron todo en manos de los elegidos por los burócratas
Cuando la Dirección se dio cuenta de que no les estaba funcionando el teatrito, acordaron, según comentarios que corren, pagar salarios a los Consejeros distritales impuestos. Les asignaron 18 mil pesos mensuales, les autorizaron una plantilla de 10 trabajadores y un apoyo de 40 mil pesos para los amigos y familiares. Su trabajo, garantizarle a los contratantes resultados al cien por ciento para el 5 de junio próximo. ¡Ya veremos si les resulta! ¿Por qué esa actitud excluyente de unos y la incorporación inexplicable de otros? ¿A qué le están apostando los líderes de Morena con este tipo de políticas? ¿A caso no se dan cuenta que cuando habla la gente de que ya está hasta la madre de engaños y cochupos también está hablando de lo que pasa en Morena?
Muchos críticos seguimos en este partido porque nuestra inconformidad no deviene de la exclusión y de que hayan puesto a personas que no son honorables. Muchos actuamos como actuamos porque nos alientan ideales y principios. Porque defendemos nuestros derechos constitucionales y estatutarios, aunque haya algunos que por sistema, blanden la espada de Damocles contenida en el inciso J del Art. 3º del Estatuto para castigarnos. Nos molesta, SÍ, que los intereses y la conducta punitiva de Martí Batres, lo hayan exhibido tardíamente como un hombre de actuar truculento. Siendo Presidente nacional acabó con la primera Dirección  de Morena encabezada  por Eduardo Cervantes Díaz Lombardo. Como secretario de finanzas en Morena CDMX, tiene a Álvaro Ramírez, un tipo gris, de triste memoria en la GAM. Lo impuso Ramón Jiménez como Presidente del Comité Delegacional y éste es, ahora, el coordinador general en esta Delegación. Ya estamos hartos de padecer a los mismos, basta ya de tantas vergüenzas. ¡Exigimos cuentas claras! Para ser líder, se requiere algo más que agarraderas políticas. Se requiere lo que dijo en su momento Norberto Bobio: “Antes de hablar, antes de decidir, antes de dirigir, es necesario pensar. Y para pensar, hay que tomarse el trabajo de estudiar, de aprender y a ser decentes” ¡No hay otros atajos! 


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