miércoles, 8 de marzo de 2017

El revoltijo de los izquierdosos

Por JESÚS SOSA CASTRO

Bien sabemos que con mucha frecuencia los avances en política pueden estropearse por intereses bastardos o por una falta absoluta de formación ideológica. Yo sostengo que ambas cuestiones anidan en un sector importante de la izquierda. De tanto andar en las nubes lo que ha venido generando es un revoltijo de ideas que poco contribuyen a poner los puntos sobre las íes en aquello que queremos construir, derrotar y quebrar con nuestro trabajo revolucionario. La hegemonía, la legitimidad y el consenso burgués son las partes esenciales que deseamos atacar para lograr una sociedad en la que reinen otro tipo de relaciones humanas. Acabar con la explotación de que somos víctimas por parte del capitalismo es la tarea fundamental. Buscamos darle a nuestro pueblo una nueva legitimidad y un consenso que quebrante y derrote la organicidad del sistema que hoy detenta la burguesía
Difícil y compleja es esta tarea. Aparte de la existencia y dispersión de partidos y grupos de esa izquierda, cada uno presume de tener en su proyecto político las ideas y la dirección para cambiar el estado de cosas que se vive en el país. Lo dicen en serio, aunque a las primeras de cambio sus propuestas pronto pasen a formar parte del anecdotario popular. Lo predominante consiste en que una parte de esa izquierda la encontramos en Morena. Otra parte anda dando lástima en el PRD, en el Movimiento Ciudadano y en el Partido del Trabajo. A pesar de sus dichos, nadie actúa para desprenderse del sistema opresor. Cuando mucho, su práctica política termina cachando los votos que el poder burgués les permite como pago a su buen comportamiento
¡En Rumbo Proletario no cantamos mal las rancheras! Los congresos, los plenos y el trabajo de cada integrante del Colectivo de Reflexión en la Acción, han hecho importantes aportes teóricos y políticos para impulsar el trabajo que se hace en las distintas resistencias que hay en el país. Los resultados aún no están a la altura de lo que queremos. Para no desalentarnos, hemos dicho que la vanguardia revolucionaria no crea la explosión revolucionaria, sólo coadyuva a que esta se dé cuando maduran las condiciones apropiadas y cuando existen los apoyos necesarios para hacer avanzar las posibilidades de éxito. Hemos insistido también en que necesitamos tener clara la idea sobre el objetivo de la lucha, percibir bien el rumbo para alcanzar la meta y contar con un manejo adecuado de la situación que se vive en el momento histórico en que se despliega nuestra lucha
A pesar de haber discutido y procesado estas ideas sobre nuestro trabajo, basta leer los planteamientos que se hacen por WhapShap y en otros espacios para darnos cuenta de que nuestras elaboraciones no han sido asimiladas de manera adecuada. Hay camaradas que no aceptan trabajar en la resistencia político-electoral, aduciendo que lo que allí se aplica, es el reciclamiento de la política priista. Se afirma que en Morena, los órganos de dirección se han apartado del proyecto original que hizo posible la fundación de este partido, que existe un divorcio evidente entre las bases con sus dirigencias y que éstas se han alejado de los movimientos de masas.  ¡Todo esto es verdad! Lo he escrito en distintos momentos y lo sigo suscribiendo. Pero al contrario de quienes critican desde fuera, muchos, entre ellos yo, hemos analizado la situación nacional, los planteamientos programáticos de este partido y el desempeño de AMLO al frente del gobierno de la ciudad del 2000 al 2005 y no encontramos puntos de comparación con el comportamiento de los otros partidos, incluidos los que se dicen de izquierda. Participamos en esta Organización, porque al lado de ella está la gente, esa parte de la sociedad que Lenin estudió a propósito del domingo sangriento en cuyo análisis asentó que a pesar de sus demandas elementales y su ignorancia, en el comportamiento político de esos miles de trabajadores, se contenían las ideas revolucionarias que más tarde fueron decisivas en la revolución
Quienes así pensamos, periódicamente recorremos varios Estados del país. Los que esto hacemos, pensamos que el trabajo que la gente despliega en estos lugares, sólo tiene sentido si contribuye al desarrollo de la conciencia, si la formación política la convertimos en un instrumento al servicio de la causa revolucionaria. La palabra y la comunicación carecerán de importancia si no las llenamos de una fuerza transformadora, que ayude a los militantes a presentar sus ideas y propuestas en el encuentro permanente con los ciudadanos
No me emociona que algunos de mis camaradas anden planteando otras alternativas. Me preocupa sí que haya la idea de que trabajar también con los sectores atrasados cultural y políticamente, es darle vuelo a la cultura priista. Mi experiencia personal no va en esa dirección. Veo en cambio, que cuando la gente estudia, cuando pone la teoría al mismo nivel que el activismo, está dando los pasos correspondientes para formar liderazgos capaces de entender el enorme papel de construir una nueva relación social. Construir y formar grupos y personas que abanderen las ideas del cambio revolucionario, es la mayor satisfacción de quien lucha para lograr una vida auténticamente humana



   

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