miércoles, 29 de marzo de 2017

Los hacedores de historias truculentas

Por JESÚS SOSA CASTRO

Mi pertenencia a Morena se mantiene como el primer día. El proceder sobre los ingresos corporativos y la falta de acotamientos a personas harto corruptas y chapulinescas, no me gustan. Lastiman las razones por las cuales hui de los otros partidos en los que milité por largos períodos. Llegué a Morena con otra idea y con otra formación ideológica. En el Partido Comunista Mexicano, había trabajo obrero, participábamos en las luchas sociales y se tenía una mística partidista que daba orgullo portarla. Y aunque no pensé en trasladar automáticamente esa cultura y esas prácticas, sí puse como referentes personales el estudio, la formación revolucionaria y el trabajo, que configuraban el rostro de esa militancia. Darles vida a otros partidos me hizo abrazar la pertenencia a Morena. Supuse que entraba, finalmente, a uno que superaría las deficiencias y limitaciones de los otros
En el PCM éramos una fuerza política activa. Nuestras banderas tenían una conexión directa con la clase obrera de entonces. Muchos de nosotros fuimos perseguidos y presos políticos. Algunos miembros del CC estuvieron presos por varios años. No obstante, nuestra osadía y nuestro heroísmo, no lograban llevar el discurso a la mayoría de la población. Creímos, entonces,  que era necesario hacer crecer nuestra fuerza y eso nos llevó a abrir las puertas a muchos grupos políticamente ligados a la cultura priista, los cuales poco a poco se fueron adueñando del partido hasta comerse a sus cuadros políticos más destacados
Esta experiencia es lo que a muchos nos hace recelar de lo que hoy pasa en Morena. Muchos de los que en los últimos días están ingresando a sus filas, son los que mataron los ideales y los proyectos políticos que existían en las filas de los comunistas y en las del PSUM. Su conducta política, no abona al comportamiento democrático y a la construcción de una fuerza que se proponga seriamente cambiar las reglas del poder. Sólo el afán de ganar la presidencia en el 2018, explica esta suma de oportunismos que están ingresando sin control a las filas de Morena. Este partido está en el riesgo de convertirse en algo de lo que muchos venimos huyendo
No sería tan preocupante la situación si en Morena se estuvieran tomando medidas para que su construcción no sea mediatizada por los nuevos ingresantes. Pero cuando algunos militantes señalamos estas cuestiones, los quemadores de incienso se lanzan como el borras acusándonos de traición o de ser enemigos jurados de AMLO o de Morena. ¡Cuánta pena nos causan estos incondicionales analfabetos! La crítica es una herramienta de la política y mientras haya seguidores incondicionales y faltos de talento, siempre habrá alguien que dude o afirme que las élites hacen en nuestro nombre, lo que no sirve ni al partido ni al país
Rumbo Proletario no puede ser ajeno a esto que ya hemos vivido. Nuestro esfuerzo está volcado en el crecimiento, en la articulación de las luchas, en la formación política y en la comunicación con la gente. No queremos ser un grupo testimonial, pero dudamos de que en los tiempos actuales, complejos y difíciles, la izquierda revolucionaria permita que personas y grupos, lleguen a Morena con su cultura priista, con sus prácticas clientelares y corruptas y con el ánimo mendaz de seguir viviendo del poder. No cuentan con un respaldo programático, político e ideológico que contribuya  a la construcción de un instrumento que arranque desde abajo y concluya al lado de otros en un proyecto político auténticamente humano
Si disponemos todas nuestras fuerzas y capacidades para implementar este proyecto y nos proponemos alcanzar esos objetivos, estaremos construyendo un partido realmente distinto, interesado en un cambio real del país. Los de Rumbo Proletario luchamos por este tipo de Organización que impida el oportunismo, que trabaje por la formación ideológica y política de sus miembros y que contribuya seriamente a la articulación de las resistencias sociales. De paso, hay que decir que la articulación de éstas, no la entendemos como la sola unidad de acción, como alianzas entre clases. La vemos en un plano holístico y de mayor totalización
Para los que estamos en el Colectivo de Reflexión en la Acción, Rumbo Proletario, CRA-RP, luchamos por una articulación que sea una superación cualitativa del nivel de resistencia que guarda la acción popular, para luego convertirla en otro escalón de la lucha revolucionaria. Sostenemos que cuando las resistencias se articulan, desaparecen como tales, subvierten el orden establecido, rompen con él, se niegan a sí mismas y se transforman en luchas revolucionarias. Esta articulación se va constituyendo al través de procesos unitarios, de acuerdos, de actos solidarios, de coincidencias, de adhesiones, de alianzas, de reuniones, de enlaces que se van dando por la acción coadyuvadora de la dirección revolucionaria. Con esta articulación, la lucha popular se hace sujeto revolucionario, se construye cohesión, coherencia y organización subversiva anti sistémica. ¡En esto andamos! No nos mueven ni el poder, ni el oportunismo, ni las intrigas ni los chismes. En esto como en otras cosas, se equivocan los hacedores de historias truculentas    



   

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