domingo, 5 de septiembre de 2021

 

El odio de los críticos, lo grande del proyecto

Por JESÚS SOSA CASTRO

En los últimos meses, recurrentemente he leído notas y artículos en los que, sin mayores argumentos, se critican las políticas públicas del presidente López Obrador. Que esto lo haga la extrema derecha, se explica, pues su naturaleza de clase y sus grandes intereses alcanzados mediante el amparo y complicidad con el poder público, los hizo creer que ellos eran los dueños del país. Por primera vez el gobierno federal les ha quitado la ubre de la cual mamaron por décadas. Lo que no se explica es la conducta de grupos ultrosos de la izquierda y de derecha que se la pasan haciendo teoría sobre un mundo imaginario, pero no entienden ni desmenuzan las ideas y las prácticas de un pueblo que construye un país democrático

¿Cuáles son las causas que llevan a estos extremos a coincidir en el intento de desacreditar el proyecto de transformación que está en curso y que apoyamos millones y millones de mexicanos? En el caso de la extrema derecha su rechazo y su resentimiento obedecen a la pérdida de sus viejos privilegios de clase. Por muchos años vivieron la bonanza que les daba el robo a la nación. Las complicidades y la corrupción de los grupos de poder predominaron durante más de 80 años afectando a la inmensa mayoría de los trabajadores mexicanos. Su conducta mostrada después de que el presidente diera a conocer su tercer informe de gobierno en el palacio nacional, el ardor y el lloriqueo de los opositores en la reunión del Congreso General y en los mrdios, dejó al descubierto la profundidad de sus rencores y rechazos al proyecto democratizador que viene abriéndose paso desde el 1º de julio del 2018

Las posiciones políticas de los representantes del PAN, PRI, PRD y MC rayan en la esquizofrenia. Su grotesco lenguaje contra las políticas del gobierno se ha incrementado a partir de la presencia del fascista dirigente del partido VOX que quiere imponernos a los mexicanos al través de una cruzada anticomunista, arropada por senadores y políticos fascistas del PAN y del PRI, su lenguaje estrambótico que expresa su acumulada frustración por la falta de apoyo del voto ciudadano que los ha puesto en los límites del basurero de la historia y de la histeria. En la mañana del 1º de septiembre fueron testigos de los avances contundentes que ha logrado el gobierno del presidente López Obrador. Su pequeñez política, despojada de ideas y de proyectos, fue avasallada por la estatura ética y moral del ejecutivo federal que, entre sus méritos, está el trabajo, la honestidad y su querencia real al pueblo y a la patria

Sus malqurientes no le perdonan sus éxitos. Sus ridiculeces han alcanzado tal degradación que su creciente debilidad interna la quieren fortalecer con ideas y proyectos fascistoides que ya el presidente señalaba recurrentemente en distintos pasajes de sus libros. En “A la mitad de camino” hay una parte en la que el presidente recoge lo que en su tiempo confirmaba Melchor Ocampo. “los que se definían en el neoliberalismo como liberales, independientes y demócratas, solo resultaron ser conservadores más despiertos. Señala que Carlos Marx ya hablaba de que las élites o clases dominantes siempre recurren a las versiones ridículas con la insana intención de recuperar el poder, aunque esto los lleve a la repetición de la historia en forma caricaturesca”

Los senadores del PAN que trajeron a México al fascista Santiago Abascal con el pretexto de firmar la Carta de Madrid o el compromiso de la Iberoesfera para impedir la llegada del comunismo a México y a la América Latina es un monumento a la ignorancia política, la muestra más elocuente del extravío del pensamiento del viejo panismo y el intento más perverso de hacer creer que en México se está instaurando el comunismo que acabará con las libertades y la propiedad privada de los mexicanos. ¡Habrase oído tal estupidez!

Lo que hoy ocurre en nuestro país es la recurrente confrontación entre la corriente liberal y el conservadurismo. La exacerbación de estos fenómenos tiene como antecedentes históricos un entretejido de resistencias a invasiones extranjeras y a intereses imperiales. Los liberales fueron precursores de la separación entre el poder secular y el clerical, llevaron a cabo la primera revolución social del siglo XX en el mundo y tenemos en nuestro haber una pléyade de ilustres liberales, ideólogos y dirigentes que participaron al lado del pueblo en la guerra de independencia, en la Reforma y en la Revolución.

La derecha fascista, sus seguidores y achichincles siempre han estado presentes, pero siempre han sido derrotados. En esta revolución pacífica en la que los demócratas y liberales estamos participando, estamos viendo como los conservadores están abriendo su tumba en la que sus errores y desvaríos políticos los van a sepultar. A contra pelo de lo que los panistas afirman en su locura contra el asentamiento del comunismo en nuestro país, los mexicanos les decimos que el fascismo en México no pasará. La derecha históricamente ha sido derrotada. ¡Al tiempo!

 

 

 

 

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