domingo, 10 de octubre de 2021

 

Los libros y la conciencia crítica

Por JESÚS SOSA CASTRO

Después de una semana de discusiones entre los que estamos a favor de las reformas constitucionales que está proponiendo el presidente y la rabiosa y cretina derecha agrupada en Va por México, el viernes y sábado los dediqué a reencontrarme con mis libros que, un tanto olvidados, siempre me esperan en el Estado de Morelos. Estuve dos días por allá, disfrutando del sol, de unos tequilas y de algunas lecturas apasionantes. Las noches son acompañadas por un silencio que lastima, que dificulta conciliar el sueño. En las mañanas, en cambio, apenas despiertas y puedes ver las fumarolas caprichosas del Popocatépetl, la nívea blancura del Iztaccíhuatl, la enhiesta cordillera del Tepozteco y Xochicalco, donde la vileza de López Mateos asesinó a Rubén Jaramillo y a toda su familia

Después del terremoto del 85 muchos quisimos huir del desastre que destruyó parte del Distrito Federal. De entonces a la fecha los pobladores morelenses han dejado de ser lo que eran. Un Estado con grandes tradiciones revolucionarias, históricas y culturales, hoy lo han convertido en un territorio lleno de personas con dinero, de violencia y de pobreza. Al pueblo de Zapata, de Otilio Montaño y de Rubén Jaramillo le han expropiado su fe en el porvenir, le han arrebatado sus tierras, la paz y sus antiguos trabajos. Por laderas y llanuras, abundan los grandes centros comerciales y las mansiones de muchos dueños de la impunidad y del poder. Mientras al lado, camina el pueblo en la desesperanza

Después de estos dos días en este Estado, regresé a la ciudad donde una buena parte del pueblo y de las fuerzas democráticas, confrontamos a los fascistas que siguen empeñados en mantener la reforma eléctrica del corrupto Peña Nieto. Con la idea de amainar mi coraje, tomé de mi biblioteca uno de los libros del escritor barcelonés, Carlos Ruiz Zafón titulado “La sombra del viento” A medida que avanzaba en su contenido brotaban como en almácigo, un sinfín de preguntas sobre el futuro del país y de los libros. Sobre México, siempre estaba presente la convicción de que la batalla por la Reforma Eléctrica que propone el presidente, la vamos a ganar porque la razón y los hechos se impondrán en el parlamento y en la mayoría de la sociedad

Sobre los libros, Carlos Ruiz Zafón lanza una pregunta muy importante respecto del papel del conocimiento y de la lectura ¿Algún día desaparecerán los libros? ¿Seguirán amontonándose en los entrepaños de las librerías, en las bibliotecas públicas o privadas, para regocijo de quienes su analfabetismo funcional no los ha llevado a entender el papel tan importante de esta herramienta de la crítica y del saber? ¿Acaso ya asumieron que es la Televisión, y el internet los sustitutos del conocimiento y de la información? ¿O de plano, forman parte de la corriente foxista que despreció la lectura porque según la víbora prieta, ser ignorante es ser feliz? “La verdadera armonía en una república -dice AMLO refiriéndose al escritor Stefan Sweig- sólo se logra si la riqueza no se despilfarra en el lujo y la disipación y se transforma en cultura espiritual y artística”

¿Acabaremos compartiendo la historia que nos cuenta el escritor español, respecto de los cementerios de los libros olvidados? ¿No habrá alguien que se atreva a expropiar esa cultura, encarcelada en bibliotecas públicas y privadas, y formar ejércitos de jóvenes y viejos que retomen el espíritu vasconceliano y aprovechen los libros para generar pensamientos e ideas, porque sin estas herramientas no se puede transformar un país y alfabetizar a cerca de ocho millones de mexicanos que andan por nuestro país sin saber los secretos que encierran los libros?

Es un hecho que a los derechosos les conviene la ignorancia del pueblo para convertir la cultura y la política en el estercolero de la indignidad. Sería ideal que los libros que yacen en espacios llenos de polvo, pudieran convertirse cuanto antes en verdaderos instrumentos de la razón y la crítica y poder rescatar de la miseria intelectual a millones de mujeres y hombres que hoy por hoy se han convertido en los apoyadores del viejo sistema. ¿Seguiremos viviendo ajenos al pensamiento creativo del hombre, a la poesía y a la construcción de otra historia? Ir al lenguaje del sentimiento, de la imaginación y la creatividad literaria es lo que alimentará a nuestra conciencia crítica y nos pondrá en la ruta de aquellos que luchan toda la vida por la justicia, la soberanía y la libertad de nuestro país y de nuestro pueblo. ¡Cualquier otro esfuerzo que no esté ligado a los intereses del pueblo, es un desperdicio inexplicable! 

 

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