viernes, 21 de abril de 2023

Norma Piña, ¿la jefa legal de las mafias? Por JESÚS SOSA CASTRO Durante la campaña para imponer a Norma Lucía Piña Hernández, como la presidente de la Suprema Corte de “Justicia” de la Nación, Claudio X González, Felipe Calderón y toda la derecha opositora al gobierno de López Obrador, pusieron en juego todos los mecanismos del poder económico y político para convertirla en la restauradora de “privilegios y derechos” que habían perdido delincuentes comunes y mafiosos de cuello blanco. Su objetivo era dar continuidad a una política en contra de los intereses del pueblo y favorecer los de la derecha recalcitrante que fue derrotada electoral y políticamente el 5 de julio del 2018 El primer golpe contra el pueblo, lo dio esta mafia reaccionaria y golpista en contra de la ministra Yasmín Esquivel Mossa, representativa del profesionalismo jurídico, de la imparcialidad institucional y ajena a los intereses y privilegios de los grupos de poder y de los medios de comunicación, nacionales y extranjeros. Emprendieron una campaña bestial a favor del rostro putrefacto de la que ahora, a cuatro meses de haber sido elegida por la mayoría de ministros corruptos, tiene el enorme récord de haber liberado, a criminales como el mocha orejas, a políticos corruptos como Rosario Robles, la que ha desbloqueado las cuentas de la esposa de Genaro García Luna y el 18 de abril, se dio el lujo de encabezar a 8 ministros pútridos para frenar el traspaso de la Guardia Nacional a la SEDENA La versión de los chayoteros nacionales y de periódicos como El país, Wall Street Jornal, Washington Post y otros, desde la imposición mafiosa de Norma Piña, difundieron hasta el hartazgo que era una mujer progresista, feminista, pero distante de la Cuarta Transformación. También loaban su carácter independiente que la hacía una funcionaria incómoda para el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ya que, durante su gestión de ministra de la corta, había sido la que más veces había votado en contra de los proyectos de ley que había emitido el ejecutivo federal en los últimos cuatro años. Su falsa bandera fue la reafirmación de que ella mantendría la independencia del máximo tribunal frente a las presiones y críticas del presidente “No soy una sorpresa” dijo Piña en una entrevista con EL PAÍS en noviembre pasado. “Saben cómo pienso, cómo voto y cuáles son mis convicciones” En la conversación, la ministra habló sin rodeos sobre “las presiones” que ha tenido que enfrentar la Corte durante la presidencia de López Obrador y aseguró, que no había “miedo” entre los once ministros que componen el máximo tribunal y que los embates desde “Los Pinos” “influyen en quien se deja influenciar” “La SCJN rechaza que el Poder Judicial esté secuestrado, que haya corrupción y conflictos de intereses” Piña llega como ministra presidenta después de haber sido maestra de primaria. Egresó de la Universidad Nacional Autónoma de México, se hizo jurista en 1984, tuvo estudios de posgrado en Derecho Constitucional y fue doctorante. Se especializó también en Derecho Penal por la Universidad Panamericana y tiene un máster en “Argumentación” Jurídica por la Universidad de Alicante. Durante el 2012-18, Enrique Peña Nieto la impuso para ocupar un asiento en la Suprema Corte. “Es tiempo de las mujeres” dijo. Desde 2019, como ministra, votó solo en tres de 18 asuntos a favor de lo que defendía el actual Gobierno Cuestionada por el sentido de sus votos, Piña ha evitado la confrontación directa con el presidente y ha dicho que su trabajo trata de ser garante de la Constitución más allá de quién ocupe la silla presidencial. Afirma que la defensa de la independencia judicial es urgente al margen de las polémicas políticas, por “la ola de violencia” que azota al país. “Siempre he sido congruente con mis decisiones, eso no implica que esté peleada con el Ejecutivo ni mucho menos”, dijo a este periódico. Pero lo real, es que Norma Piña no se apega a la Constitución, es una mujer facciosa, corrupta y defensora “legal “de mafiosos comunes y de cuello blanco. Es por decirlo pronto, una ministra enemiga de la 4t y de quienes apoyamos este proyecto. No es una funcionaria de principios, de ideales. Su verdadero rostro es la simulación, el golpismo, la corrupción y el repudio a los derechos de los indios patas rajadas

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