¿Huachicol
político en Morena?
Por JESÚS
SOSA CASTRO
En conversaciones con no pocos compañeros y amigos hemos
venido hablando de un tema que empieza a ser recurrente: las políticas que está
implementando lo que eufemísticamente podríamos llamar la “Dirección Nacional
de Morena” ¿Qué está pasando allí? ¿A qué se debe que, en muchas partes del
país, la militancia esté tan irritada? ¿Será por la infiltración en el partido
y en el gobierno de personajes que sí “huelen y hieden”? ¿Qué factores de poder
están acabando con lo que inocentemente impulsamos en su tiempo miles de
militantes pensando en la democracia participativa y en la construcción de un
instrumento que fuera capaz de entrar en contacto con los movimientos sociales,
especialmente con aquellos que encabezan las luchas a favor de nuestros
derechos y libertades?
Quienes hemos venido luchando por un cambio en el ejercicio
de la política, no nos causa ninguna gracia ver como muchos de los ingresantes
y arropados por el partido y el gobierno, son personajes ajenos al proyecto que
votamos 30 y 36 millones de personas en el 18 y en el 24. Inocentemente supusimos
que el pueblo había echado al basurero de la historia a lo más siniestro que ha
parido el país y que, con eso, se acabaría con la corrupción, el arribismo, el
odio, el clasismo y el racismo. Como eso no es así y los dirigentes no responden
a la oposición, Morena corre el riesgo de que el proyecto de transformación, sufra
próximas derrotas, parálisis política o un retorno vergonzoso al pasado. Se
echaría para atrás el esfuerzo de millones de mexicanos que alimentamos la
esperanza de resolver los grandes problemas del pueblo. ¿Por qué ceder espacios,
hoy, a conocidos corruptos, críticos de nuestro proyecto y vergonzantes “patrioteros”
que Morena y algunos funcionarios del gobierno están metiendo por la puerta de
atrás, “sin cobrarles” ningún tipo de impuestos morales?
El miedo al cambio que expresa la derecha conservadora, las
querellas internas en MORENA y el tener que andar cuidando a los infiltrados, no
pueden ni deben ser razones o causas suficientes para dejar que nuestros
adversarios nos quiten el derecho a la esperanza y a la transformación. Las
demandas principales que se están defendiendo por la mayoría de la gente, no
pueden desembocar en el miedo o sólo en el señalamiento de los errores que
están cometiendo dirigentes del partido y funcionarios del gobierno. Morena está
obligada a otro desempeño: reconstruir el andamiaje organizativo que se tenía en
colonias, barrios y distritos electorales. Organizar el debate, la acción y la
defensa de la 4t. Impulsar la participación del pueblo en la elección del poder
judicial y ser el partido defensor y ejecutor de los principios, del debate, de
la acción y de la defensa de los intereses del pueblo. Paco Ignacio Taibo II en
su Librado Rivera, el último magonista, nos llamó a impedir que “El enemigo destruya
nuestras ideas, nuestros derechos, las verdades y las causas del pueblo”
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