miércoles, 13 de mayo de 2015

Entre chuchos, claudios y lobos
Por JESUS SOSA CASTRO
A unos cuantos días de las elecciones del 7 de junio, más de uno de los partidos paraestatales, patiños de las políticas de Peña Nieto, se encuentran preocupados por su futuro. No es casual que la lucha por el voto se exprese al través de bandas delincuenciales contratadas por los gobiernos y por los partidos. Dicen que “cuando la perra es brava, hasta los de casa muerde” En los espacios donde se libra la disputa por las bardas, el reparto de las promesas y las despensas, los del PRI se lanzan contra los del PAN, los del PRD contra los azules y estos contra los priistas, andan como locos, pero la ofensiva real es contra Morena. Están jugando sucio porque ven que ese poder que vienen detentando por décadas, se les está acabando. Los chuchos, los  claudios (PAN) y los Lobos, se están luciendo con las presiones, las mentiras, las amenazas y los golpes. Según su lógica y su cultura, es lo único que les permitirá seguir pegados a la ubre
Desde luego que esta es una práctica que subvierte las leyes electorales y la honestidad. El INE y el TEPJF son la carabina de Ambrosio. El Partido Verde les ha saltado la tranca y hace lo que quiere. Los demás se carcajean de las sanciones que les impone ese instrumento que administra Lorenzo Córdova Vianello. Esta blandenguería calculada inhibe la confianza y la credibilidad de los ciudadanos en los órganos electorales, en los partidos políticos y en sus “líderes” chapuceros. A esto hay que sumar la campaña de la abstención o del voto nulo, que están impulsando algunos “intelectuales” y grupos sociales. Estos problemas son hoy, para hablar claro, una de las retrancas que impiden la libre participación política de los ciudadanos
Lo que pasa en el PRD es mucho más grave. De ser un partido importante de la izquierda, devino en Patiño de Peña Nieto como en su momento lo fue de Felipe Calderón. Jesús Ortega y Graco Ramírez, viejos negociantes de la política desde que estaban en el PST, en su tiempo apoyaron el fraude patriótico contra el PAN en Chihuahua, y hoy han llevado a su partido, a una especie de hijo putativo del sistema. Amalia García Medina, Guadalupe Acosta Naranjo y Jesús Zambrano Grijalva, hicieron del PRD una caricatura y mostraron su bajeza al quitarle el apoyo económico mensual que se había acordado por el Comité Central del PSUM a favor de Valentín Campa Salazar, Gerardo Unzueta Lorenzana y Arnoldo Martínez Verdugo. ¡De esa catadura son estos infelices!
Para intentar atajar la debacle electoral y política que ya arrastra este partido, los chuchos están echando mano de todo cuanto tienen a su alcance. Rebasaron al PRI en el reparto de amenazas, presiones, despensas, ofrecimiento de huesos y recursos en efectivo con la vana esperanza de parar el avance de Morena. En este empeño atrabiliario, juega un papel importante la complicidad y el apoyo del gobierno de Miguel Ángel Mancera. Sin embargo, lo que pasa en el país con la violencia del Estado, las desapariciones forzadas, la falta de empleo, la inseguridad y el entreguismo  mendicante de los partidos oficiales, está despertando a la gente y el resultado el 7 de junio les va a ser adverso. Y aunque las elecciones se van a dar en condiciones de represión, militarización de la vida pública y de una guerra no declarada en contra del pueblo, los ciudadanos van a responder votando en contra de aquellos que están quebrando económica y políticamente al país
Los lobos y chuchos en la GAM, los claudios en Iztapalapa, los franeleros y drogadictos en Cuauhtémoc, Álvaro Obregón, Coyoacán, Tlalpan, Campeche, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Veracruz, Nuevo León, entre otras entidades, son pruebas irrefutables de que actúan retirando propaganda y golpeando a activistas porque no las tienen todas consigo. Si el INE y el gobierno no ponen remedio a esta situación ya de por sí peligrosa, el caldo de cultivo que viene de atrás porque el peñismo no ha resuelto ninguno de los problemas que aquejan a la gente, este estado de cosas puede convertirse en un polvorín de irreversibles consecuencias. ¡Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán y San Quintín, pueden dar inicio al incendio!

Si queremos impedir que el PRIANRD sigan destruyendo el país, tenemos que empezar por democratizar la vida interna de Morena, darle voz y voto a la gente, organizar con eficiencia sus fuerzas y articularnos en la acción con todas las fuerzas políticas del país para arrebatarle el poder a la oligarquía. Asumiendo una postura sólida y digna, donde los principios y la autonomía de cada fuerza no estén a negociación. La reinstauración de la premisa de que todo lo que no gire en la órbita presidencial es subversiva, tenemos que derrotarla. Por tanto, la izquierda real tiene que enfrentar el dilema de cómo relacionarse con todas las demás fuerzas democráticas sin caer en la amarga experiencia de que las diferencias inevitablemente llevan a la división o al rompimiento. Son tiempos de apremio. En muchas décadas no habrá otra oportunidad de derrotar al régimen político. ¡Los ciudadanos tienen la palabra!   

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