Releyendo a George
Orwell
Por JESUS SOSA CASTRO
Hace muchos años leí Rebelión en
la granja. Hoy, al hacer un arreglo de mis libros, volvió a mis manos y decidí
releerlo. Lo hice con enorme interés y encontré muchas cosas interesantes.
Aparte de una crítica mordaz al autoritarismo y a las burocracias políticas,
descubrí la tesis sobre lo que comúnmente
entendemos como revolución. Estos conceptos orwellianos, muchas veces
manoseados hasta el hartazgo, se empatan recurrentemente con lo que ha dicho y
escrito AMLO sobre este tema. El líder de Morena dice que respeta a quienes
creen en la vía armada pero él considera que en México, lo mejor es hacer una
revolución de las conciencias y lograr el cambio de manera pacífica
Con la idea de ubicar los
planteamientos del libro y colocarlos en el tiempo y en sus circunstancias, Mario
González Suárez, escritor, periodista y Profr universitario mexicano, Premio
Nacional de Literatura Gilberto Owen en 1997 y Nacional de Literatura José Fuentes Mares en 2011; escribió una nota
introductoria a la reimpresión del 2002, cuya vigencia y oportunidad es trascendente.
Este Profesor escribió “…las revoluciones por sí mismas no corrigen la injusticia ni la desigualdad, es precisa la
participación consciente de los individuos, cuyo objetivo principal consiste
en evitar convertirse en masas, manipulables por los dictadores”
En la Revolución Mexicana de
1910-17, según datos oficiales, perdieron la vida en la lucha un millón de
mexicanos. La Constitución de 1917 recogió en los artículos primero, tercero,
sexto, noveno, vigésimo cuarto, vigésimo séptimo y ciento veintitrés, las
principales demandas que levantaron los revolucionarios Emiliano Zapata,
Francisco Villa, Otilio Montaño, Francisco J Mújica y otros caudillos de esa
gesta gloriosa. Parecía que con ese episodio en el que participaron grandes masas
populares, acabarían las injusticias, la desigualdad y la miseria que padecían los
trabajadores, especialmente los campesinos y los obreros. Pero a la vuelta de
cien años, doscientos tres mil inversionistas, el 0.18% de la población,
concentran el 40% de la riqueza nacional con activos de 6.3 billones de pesos.
El resto, andamos en la subsistencia o en la miseria
Junto a esto, una casta de
desinformadores profesionales está operando lo que Orwell llama las “perfectas
herramientas del poder” para mantener a las grandes masas sometidas y con
falsas esperanzas de vida. La oligarquía, las televisoras y la iglesia, son la
fuente de la que brota el atraso cultural, la pérdida de valores y el
adocenamiento que vive nuestro pueblo. No es casual que sectores mayoritarios
que viven en la pobreza y que no fueron beneficiados con lo que quiso resolver
la revolución, sean hoy el principal soporte de las acciones enajenantes y empobrecedoras
del régimen. Esta es la razón por la cual, MORENA, le apuesta al desarrollo de
la conciencia individual y colectiva como condición indispensable para cambiar las cosas en México
A pesar de que del 2005 a la
fecha millones de mexicanos se han separado parcialmente de la cultura de la
banalidad, el seguidismo y la corrupción, hay evidentes muestras de que aún
subsiste una amplia franja social, acrítica, conformista y repelente a
cualquier ejercicio intelectual y de lucha, independiente y democrática. En
Morena estamos claros que la empresa más difícil que se tiene por delante, es
desarrollar la conciencia de la gente. La cultura y la ideología que el Estado
burgués le ha impuesto a la sociedad, no es para que juegue un papel liberador sino para
someterla y tenerla bajo control. Sus mecanismos ideológicos y sus aparatos
propagandísticos tienen el consabido propósito de distraerla y restarle lucidez
para percibir los fenómenos sociales. El mundo de la libertad y del bien común
del que le hablan a la gente todos los días, son los instrumentos que utiliza la oligarquía para mantener a los
trabajadores entretenidos y enajenados. El miedo a perder el trabajo y los
distractores, banales y frívolos que cultiva la televisión, son el complemento
ideal para aislar a la gente de la lucha por el cambio verdadero
Aquellos sectores y personas que
le hacen fuchi a la política porque en ella solo caben los corruptos y los que
“no tienen qué hacer” encajan perfectamente en la caracterización que hace el
personaje de Orwell “hay sectores de la sociedad que no les importa la
política, les fastidia el trabajo; sólo se desviven por lucir lo que tienen y
comer terrones de azúcar”. Les gusta la comodidad y la seguridad de su sueldo
aunque éste sea miserable. Son los huidizos, los agachones, los que dicen que nada
se puede hacer a favor de la nación
En México, hay un mundo que sufre
de adoctrinamiento constante, invisible y clandestino por aquellos medios que
dicen procurarles información y entretenimiento. El momento en que los
ciudadanos requerimos de un poder alumbrado por la conciencia que haga posible la
construcción de una nueva República, está por llegar. Los que hoy nos gobiernan
son demasiado estúpidos para proponerse una tarea de tanta profundidad y
nobleza. La conciencia y la libertad, sólo serán logradas si nos desprendemos
de nuestra pereza mental, de nuestra indolencia ante las cosas de la vida. Démonos
cuenta que los rufianes del poder se han mantenido en el mismo, porque cuentan
hoy y han contado antes, con nuestra indiferencia y desorganización. A ellos,
no les importa la justicia, ni la equidad ni la democracia. Lo que buscan es convertirnos
en zombis, en votos contantes y sonantes
y en instrumentos de su poder. ¡Pero a pesar de su pertinaz empeño por
seguirnos sometiendo, ya es tiempo de que les empiece hacer
agua la canoa!
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