lunes, 31 de agosto de 2015

La rebelión de los colgados

Por JESUS SOSA CASTRO
Desde luego no voy hablar de Bruno Traven y de su libro “La rebelión de los colgados” Tampoco de la película que estelarizó Pedro Armendáriz Hastings bajo la Dirección de Alfredo B Crevena y el Indio Emilio Fernández. Sería un honor poder hacer una reseña de la vasta producción literaria de Traven, o bien poner ante los ojos de mis lectores la esplendidez y el contenido de una de las películas que han visto varias generaciones. La vida de los peones oprimidos de Chiapas y de otras partes del país, bien merecen varios libros no unas líneas de un artículo periodístico. También sería interesantísimo poner en conocimiento de los jóvenes del siglo XXI   las relaciones de Traven con Frida Kahlo, Diego Rivera, Tina Modoti y David Alfaro Siqueiros.
Hubiera querido hablar de cosas más interesantes. De aquellas que han dejado huella en la historia de México. ¡Pero no! Hoy las circunstancias me obligan hablar de otra rebelión y de otros colgados, de aquellos que como dijera don (etilio) Emilio González Márquez, gobernador sinarquista del PAN en el Estado de Jalisco, dan “asquito” Voy hablar de los que se cuelgan del poder, del presupuesto, de la fama ajena. De aquellos que se han formado en la intriga, en los espacios palaciegos, en las oficinas, en los partidos. De aquellos, pues, que han llevado al país, al descrédito, a la decrepitud y al vacío cultural y moral que padecemos. De esa rebelión que estamos viendo en las esferas de la política y que, sin recato alguno los trepadores de siempre se cuelgan de quien sea, con tal de hincarle el diente a los recursos públicos y hacerse de un puesto o de una representación popular sólo por el placer de seguir hinchando sus bolsillos en nombre del pueblo
El 18 de diciembre empezó su precampaña con militantes del PRD, PT y Movimiento Ciudadano Andrés Manuel López Obrador. Este inicio tuvo lugar en la GAM. La corredera de los búfalos daba pena ajena. Lidercillos como Víctor Hugo Lobo iban y venían de un lado a otro del templete hasta encimársele materialmente a AMLO. Las huestes femeninas de este señor, se desgarraban la garganta gritando Lobo, lobo, lobo, como si el acto hubiera sido organizado para él. Apretujados, jadeantes, sudorosos y sin vergüenza, querían, otros y él, estar cerca del líder, del candidato a la Presidencia. Todos estos politiquitos necesitaban de la foto, del espaldarazo, de la bendición, para seguir su carrera de trepadores y vivir del presupuesto por secula seculorun. ¡Convendría hacer un aproximado para ver cuánto le cuesta a la nación este lamentable espectáculo de arribismo y de mediocridad! Hay que tomar nota de que está surgiendo una escuela de vagos y malvivientes de la política que necesitamos erradicar. Pues siendo ésta una tarea de servicio a la sociedad,  hoy los politicastros la han llenado de mierda que impide que los ciudadanos crean en otros políticos que están convenciéndonos de que esto puede y debe cambiar. Todos los partidos tienen sus monstruos de la inmoralidad, de la corrupción y de la incompetencia. La bufalada está resultando una ofensa para la sociedad   
Es claro que este fenómeno de arribistas y corruptos ni es nuevo ni sólo se da en los viejos partidos de la derecha. Está permeando a los de izquierda y a los sindicatos de trabajadores y de los empresarios. ¡En todas partes se cuecen habas! Por lo tanto, la necesidad de extirpar este cáncer se está convirtiendo en una demanda de salud pública que debe ser llevada a rango de Ley. La anticorrupción y la lucha contra el oportunismo deben estar normadas para dar sentido a la moralidad y al ejercicio de la política que sirva al surgimiento de una moral republicana

El escenario que vemos los ciudadanos de a pie, no es nada halagador. Cada partido y cada candidato a la Presidencia de la República traen en sus alforjas un atajo de personajes, todos ellos indeseables. Desde el gober precioso en el PRI hasta su Felipito en el PAN y su chuchito en el PRD. La mayoría de los políticos les da flojera crecer. Son incultos, mediocres y por lo mismo no tienen ni para dónde hacerse. Por eso se la pasan empujándose en el insano esfuerzo de que les caiga del más acá una chambita que les permita seguir en la bonanza sin tener que ganarse el pan con el sudor de su frente. ¡Pero Aguas! Estas cosas ya están generando una rebelión ciudadana. Los colgados de los puestos públicos, de los partidos y del poder, ya nos están calentando los tompiates y como que ya no estamos para seguirlos aguantando. Vale más que se comporten y que se pongan a trabajar. ¡México merece otra suerte y otros líderes! Los que pululan por los corrillos, empujándose y gritando lobo, lobo, lobo, tienen sus minutos contados. Pronto habrá una regeneración de las conductas públicas y en el comportamiento de los políticos, desaparecerán la corrupción, las tranzas y la impunidad, habrán pasado a la  historia. ¡Nada más, pero nada menos! 

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