El último
grito de otra historia
Por JESÚS
SOSA CASTRO
México ha sido el escenario de muchas batallas. El imaginario
colectivo ha registrado los pasos y los saltos en los que nuestros pueblos
lejanos y cercanos, le han impreso a la historia grandes pedazos de su ser y de
su andar. Los Olmecas, Mixtecos, Zapotecos, Mayas, Teotihuacanos, Toltecas y
Aztecas sembraron por todo el país su grandeza, su cultura, su sabiduría, su
humanismo y su soberbia libertaria
Después de la conquista y de las invasiones de los imperios
extranjeros, hombres como Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón, Josefa
Ortiz de Domínguez, Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria, entre muchos otros,
estremecieron los cimientos de la “civilización” que representaba la esclavitud
y la muerte. En el alma de estos guerreros estuvo presente de manera
indescriptible la conciencia de que no podía permitirse jamás que nadie de
dentro o de fuera, lastimara u ofendiera nuestra soberanía y nuestra
independencia
Durante la Reforma, en Benito Juárez y en sus grandes
aliados, se hicieron presentes la fuerza de la razón, de la justicia y la
libertad. En el haber de estos patriotas, el pueblo de México testificó la
grandeza y el orgullo de que hayan derrotado al imperio de Maximiliano y acabado
con los controles ilegítimos de una iglesia medieval. Su ejemplo quedó inmerso
en el alma del pueblo y sembró la semilla para que Francisco I Madero, Ricardo
Flores Magón, Francisco Villa y Emiliano Zapata fueran quienes le dieran
sentido a la democracia y a la libertad durante la revolución de 1910-17
De entonces a la fecha se han visto y escrito momentos
memorables y hechos que han venido dando cuerpo a una nueva revolución. Sólo que,
a diferencia de las tres anteriores, en esta cuarta transformación, la han impulsado
y escrito la mayor parte del pueblo y un líder que dejará muchas satisfacciones
y aportes a la historia. ¿Cómo se han logrado estos cambios? ¿Qué ha pasado que
este pueblo insumiso, rebelde y otrora denigrado y excluido por las élites
clasistas y racistas esté ahora presente y actuando para profundizar su
grandeza, rescatar sus derechos y hacerse justicia con democracia y libertad?
Esta es una pregunta que le hago a la historia. No lo hago
por inocencia. Lo hago porque mis ojos empañados por la vejez y por los
sentimientos que cruzan por mi alma, aún ven las hazañas que estamos mostrándole
al mundo. En mis noches de insomnio hago un recorrido mental de lo que millones
de mexicanos hemos hecho por la patria. Y en ese recorrido asombroso aparecen
hechos, acciones, obras, mujeres y hombres que, sin modestia, hemos hecho de
México una nación de gigantes, de rebeldes, de luchadores y de patriotas que
son la cara orgullosa de la historia que estamos construyendo
Hoy en este mes de la patria, el grito no fue solo por la
independencia. Fue un grito en el que se encontraron el esfuerzo, el trabajo y
el orgullo de estar haciendo de México un país lleno de democracia, justicia y
libertad
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