No
encuentro qué decir
Por JESÚS
SOSA CSTRO
He sido actor y testigo de tantas cosas que han ocurrido en
este país, que ahora me resulta difícil encontrar un tema para vaciar en él mis
sentimientos, mis alegrías y mis nostalgias. Por mi mente vuelven mis
querencias hacia los montes y barrancas por los que caminé. Esos tiempos me
alimentaron de un amor especial por la naturaleza, por la quietud de las noches,
por el gorjeo de las aves que en esos tiempos llenaban los cielos con sus
vuelos sin rumbo, pero siempre gozando de su libertad
Con el tiempo mis sueños fueron cambiando. Del campo pasé a
la ciudad. En este espacio tan complejo y difícil para un campesino de
huaraches, asimilarme a una nueva cultura y a distintas formas de ser y
comportarse, fue un reto que ahora recuerdo con nostalgia y comprensión.
Aprendí de ella, lo que más tarde formaría parte de mis causas políticas, de
mis contactos con hombres y mujeres libertarias, con los cuales, compartí el infierno
de la represión, el acoso político, la tortura por los gobiernos del viejo
sistema, pero también la gloria y la pasión por ser parte de muchos de aquellos
que dieron su vida y su libertad por las causas que hoy me llenan de orgullo
En el amplio recorrido de mi vida se me han adherido en el
alma muchos, muchos ejemplos trascendentes. Reconocerme como un hijo del campo
me genera un orgullo especial. Haber conocido y luchado al lado de Othón
Salazar, Ramón Danzós Palomino, Valentín Campa, Demetrio Vallejo, Arnoldo
Martínez Verdugo, Gerardo Unzueta Lorenzana, Lucio Cabañas y compañero de
escuela de Genaro Vázquez Rojas, fue y es un timbre de orgullo que traigo
prendido en mi Ser
Siendo militante del CC del PCM y director general de la
Empresa del partido donde se imprimían todos sus materiales de divulgación
política y cultural, tuve el honor de conocer y tratar a Andrés Manuel López
Obrador, en ese entonces candidato a gobernador por el Estado de Tabasco. La
segunda vez que le estreché su mano fue en un acto masivo en Iztapalapa donde los
chuchos en contubernio con Felipe Calderón Hinojosa prendían imponer como
Delegada a la esposa del cacique de pacotilla René Arce. De entonces a la fecha
dos hechos sigo trayéndolos en mis alforjas. La grandeza política, su trabajo,
su humildad y su respetabilidad más allá de lo nacional del presidente Andrés
Manuel López Obrador
El otro y no menos importantes, es haber despertado,
concientizado y empoderado al gran pueblo mexicano. El legado que nos deja no
sólo son sus obras, su ejemplo, su humanismo. Es habernos enseñado a construir
un futuro que va a encabezar el pueblo, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo y una
nueva generación de políticos jóvenes. Haber contribuido humildemente dando
muchos años de mi vida a este esfuerzo, es, en justicia, lo que me llevará al
final de mi vida lleno de orgullo y de contento
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