Autoritarismo, violencia y cambios. Las
mechas del incendio
Por JESÚS SOSA CASTRO
El gobierno de Peña Nieto está deslizándose hacia un autoritarismo
policiaco-militar. Con sus políticas, prácticamente ha acabado con los
sindicatos, con las organizaciones sociales y ahora va contra mujeres y hombres
de pueblos. Lo que está haciendo con las autodefensas de Michoacán, es la
aplicación de una política infame, de apoyo al crimen organizado y de represión
contra las fuerzas populares que lo combaten. Miles de soldados están
desarmando, asesinando y deteniendo a los que defienden sus vidas, sus mujeres
y su patrimonio. La tierra de Lázaro Cárdenas es hoy un cuartel del ejército,
la marina y la policía federal. Dicen combatir a los narcos y sólo están yendo
contra las autodefensas comunitarias. Crece la protesta Nacional. El único
ciego y mudo es el Congreso federal. No es el fascismo aún, pero crece la
tentación y el ensayo para medirle el agua
a los camotes
No se pueden ver de otra manera los hechos que ocurren a lo
largo y ancho del país. La restricción a los derechos de manifestación pública
y el entreguismo de la riqueza nacional a las empresas transnacionales, son un
hecho ominoso. No hay consulta de nada a nadie. Todo lo decide la oligarquía
acompañada por las burocracias del PRIANRD. El ejército que debiera ser el
guardián de la soberanía y de sus riquezas naturales, hoy reprime, encarcela y
mata a inocentes en tierras de Michoacán. Las policías, se han apropiado de las
calles y de las plazas públicas en abierta violación de los derechos
constitucionales. El encapsulamiento, la criminalización de la protesta social
y los intentos de regular las manifestaciones; son la aplicación de una política autoritaria y filo
fascista que comparten MAM y EPN
Los sectores que se han atrevido a defender sus derechos, han
sido crecientemente apaleados y marginados. Nadie ha logrado impedir la
aniquilación política de organizaciones como el SME y el movimiento de la CNTE.
Van por los trabajadores petroleros, mineros, trabajadores del campo y los
estudiantes. Todos han sido o están siendo castigados por separado, sin haber podido
articular una respuesta masiva
Morena, podemos decirlo, es la única fuerza que hasta hoy, no
ha sido reprimida. Esta actitud del gobierno no es garantía de que en el futuro
inmediato o mediato no lo vaya a ser. Peña Nieto y Mancera se han contenido, porque
nuestras acciones han sido pacíficas y en apego a los derechos constitucionales.
Pero en el momento en que Morena se ligue más a las luchas sociales, cuestione
sus políticas, y amplíe el espectro de sus acciones, el régimen peñanietista
pondrá en práctica lo que de manera sobrada sabe hacer: reprimir
Andrés Manuel dice que Morena les tiene más confianza a los
ciudadanos que a los dirigentes de los partidos, y tiene mucha razón. Indica
que el dirigente principal de Morena le preocupa lo mismo que a mucha gente de
esa organización. Pero esa alianza de la que habla AMLO hay que trabajarla YA y
hacerlo a partir de las luchas diarias, poniendo por delante las interacciones,
demandas y tiempos de las fuerzas en lucha. Esto debe ser así, porque el
régimen priista, nos van a seguir pegando a cada quien por nuestro lado y va hacer
todo lo posible para que Morena y sus aliados, no se conviertan en una
alternativa real de poder y de cambio. Lo único que revertirá las cosas, es esa
alianza de que se habla con todas las fuerzas que están siendo afectadas por
las políticas de los oligarcas
Para avanzar en esta dirección surgen varios requerimientos
que conviene empezar a trabajar. Hay que evitar que el sube y baja de Morena se
dé según las circunstancias y el líder que la convoque. Durante el Cerco se vio
que más allá de AMLO, no contamos con otros dirigentes con la capacidad de llamar,
dirigir y entusiasmar a los ciudadanos que conocieron nuestros llamados. Los
directivos que hoy tiene Morena, con raras excepciones, no están a la altura de
las circunstancias. Son operadores políticos muy leales a AMLO pero muy alejados
de las bases de Morena y del pueblo trabajador
Si queremos transformar al país, si queremos echar del poder
al PRIAN y a sus achichincles, si queremos paz en el país, necesitamos crear
esa ORGANIZACIÓN que nos lleve hacia ese objetivo. Dirigida por líderes competentes
y con autoridad política y moral. Necesitamos un partido, que en cualquier circunstancia
pueda ser alternativa política y con capacidad de dirección. No queremos a
dirigentes que desatiendan el Proyecto de la gente por andar trabajando para el
suyo. ¡Pasó el tiempo de los arribistas, es tiempo de los ciudadanos!
En la medida en que se agudicen las contradicciones
sociales, va a crecer el trabajo y la necesaria unidad que busca Morena. ¡Por
lo menos eso es lo deseable! La
conciencia de las masas, su actividad política y su organización revolucionaria,
deberán corresponderse con la acción y con sus propuestas. Las medidas
represivas que se avizoran en contra de los trabajadores y de Morena, requieren
de objetivos precisos, orientaciones políticas claras y oportunas y de medidas
organizativas para crecer como una fuerza alternativa. La lucha, nuestra lucha,
se sostiene y hasta se fortalece cuando los hechos confirman la justeza de las
ideas y los alcances de los proyectos. ¡Sin esto, todo se queda en palabras!
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