¿No que
no tronabas pistolita?
Por JESÚS
SOSA CASTRO
En el proceso electoral del 1º de junio ganó la esperanza. Trece
millones de ciudadanos votamos para que en México haya justicia. Trabajamos pensando
en la unidad, en la reflexión, en el fortalecimiento de la democracia y en sepultar
para siempre al poder que pudrió la corrupción. Lo inédito del proceso fue haber
hecho efectivo el derecho constitucional de elegir a los juzgadores. Se les
quitó a estos mafiosos el “privilegio” de imponer sus juicios alejados de la
ley. Ya no se venderá la justicia, no habrá nepotismo, ni protección a
criminales. El pueblo vigilará y en su caso castigará el trabajo de la SCJN
Mi voto se los di, entre otros, al abogado César Gutiérrez
Priego, Isaac de Paz González y Federico Anaya. Perdí y perdimos. Sin embargo,
mi encanto se mantuvo porque los ministros electos responden a las expectativas
democráticas y justicieras que el pueblo demanda. El periodista Luis Guillermo Hernández
habla de una ministra ligada a García Luna. Los 3 candidatos arriba señalados, han
reconocido su derrota. Su autoridad política y su grandeza, a la vista. No
tengo críticas que hacer contra nadie porque nada de lo que dicen los
derechosos y algunos progres buena ondita, han podido comprobar
El triunfo obtenido por los juzgadores que formarán parte del
nuevo poder judicial fue del pueblo. Los méritos personales cuentan y mucho. ¡Pero
no nos equivoquemos! Los ganadores tenían estructura, no aquella con la que
ganaba el PRIAN, la que compraba el voto y chantajeaba. ¡No! La honestidad, los
méritos personales, el contacto con el pueblo de los perdedores fueron
importantes pero insuficientes para alcanzar el triunfo. Y aunque la
experiencia cuenta para su futuro, siempre hará falta la estructura política.
Aquella que dio el triunfo aplastante a AMLO y a la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.
Estructura, voto masivo y proyecto político son los elementos necesarios para
seguir en la lucha
La experiencia que hemos vivido este 1º de junio es muy importante.
El poder ha pasado de los partidos, de los grupos de poder y de las mafias, al
pueblo. Éste está creando sus propias estructuras, sus formas de comunicación y
sus instrumentos para defender sus derechos y conquistas. A medida que avanzan
los tiempos, la conciencia política, social y cultural de la mayoría del pueblo
les está quitando poder a los que antes todo decidían. De aquí en adelante
cualquier suspirante a dirigir el país o a formar parte de alguna estructura de
gobierno, deberá contar con operadores políticos, con una estructura organizativa,
levantar las demandas de la gente y tener un proyecto eco social en el que
estén presentes todos los derechos y necesidades de la mayoría de los mexicanos
¿Cuál es o será el papel de los partidos que forman parte de
la coalición que está en el gobierno? No es la desunión, las cuotas de poder,
el chantaje o el nepotismo lo que seguirá haciendo grande a México y a su
transformación. Tendrán que rendir cuentas de sus decisiones, de sus políticas
y de sus resultados. Ya el poder está en manos del pueblo
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