jueves, 29 de agosto de 2019


Los rostros de la política

Por JESÚS SOSA CASTRO

Durante la conferencia que convocó el Colectivo Morena Chilangos, COMOCHI, en el Albergue de la Cultura en Coyoacán, se vivió una apasionante discusión. El tema era: La situación orgánica y política de Morena y su compromiso con la 4T.  Se nos dieron dos horas, una para el ponente y la otra para preguntas y respuestas. ¿Estamos secuestrados política y culturalmente por los medios de comunicación masiva? ¿Qué se quiere decir realmente cuando se habla de la 4T? ¿Tiene AMLO responsabilidad en la selección y resultados del mal trabajo de muchos funcionarios del partido y del gobierno? ¿Por qué la militancia de Morena ha permitido que sus dirigentes estén llevando al partido a su desintegración orgánica y política? ¿Somos los mexicanos una sociedad conservadora? Estas preguntas fueron las que motivaron mayor discusión
Por primera vez apareció con puntual claridad lo que la militancia observa que está pasando en el seno del partido. La inteligencia, la mesura y la profundidad de las interrogantes, dieron vida a una confrontación de ideas de alto nivel que en mis andanzas políticas no había conocido. Se percibió que la mayoría de los que intervinieron en el debate, coincidían en señalar que en Morena están presentes muchas debilidades y omisiones. A la dirección no le interesa la formación política, no tiene ninguna relación con las bases, no hay organización ni estructura de partido, está ausente de los problemas nacionales, no sabe comunicarse con la militancia y no hay mayor compromiso con el proyecto político que encabeza el presidente López Obrador
Fue interesante darse cuenta de por dónde andan las inquietudes y exigencias de los militantes de Morena. Se acabó la pasividad y la indiferencia. Hoy hay en sus filas una evidente disposición para exigirle cuentas a quienes apoyó, a no promover más a personas que no han aportado nada al movimiento social, a señalar a los que en el camino se corrompieron y hoy representan intereses ajenos a los que los llevaron al poder. Se nota un desarrollo intelectual en la gente y una actitud crítica que difícilmente podrán parar los de la nomenclatura, hay un poder de decisión que marca una actitud distinta para elegir a sus dirigentes. Se acabaron la sumisión y las imposiciones. Surge una generación de militantes cuyo interés no está en el arribismo, en convertirse en funcionarios inútiles y corruptos, sino en transformar el país, lograr la equidad, implantar la democracia y sacar del poder a los oportunistas y ladrones
Observé con agrado el alto nivel informativo y cultural de los que intervinieron en la discusión. Las mañaneras del presidente se han convertido en una herramienta del saber, de la polémica y del conocimiento de la historia. Me dio orgullo encontrarme con viejos amigos que son escritores, periodistas, dirigentes políticos miembros de Morena, que están poniendo al servicio de la democracia toda su sabiduría y su trabajo. Eligio Pérez Sánchez, dirigente del MRM cuando Othón Salazar se batía contra el charrismo sindical en el SNTE, maestro en su tiempo del Instituto Politécnico Nacional y ahora dedicado a escribir, me regaló su último libro que es una joya que recupera parte de la historia, la política y la lucha de Ignacio Manuel Altamirano. Debo decir que, a pesar de mis lecturas recurrentes sobre este gran reformador, mis conocimientos sobre muchas cosas de su vida eran muy limitados
Cuando una compañera preguntó por qué los mexicanos somos tan conservadores, recordé aquella frase atribuida al Emperador Constantino de que al insumiso hay que controlarlo con la fe, con la religión o con la hoguera. Para eso se escribió el nuevo testamento, para eso se abrió la puerta a la mitomanía religiosa. Jesús de Nazaret era un revolucionario y sus acciones libertarias a favor de los humildes, de los esclavos, fueron mediatizadas por San Lucas y por otros escribientes al servicio de Nerón. Por eso cuando leí el libro de mi amigo Eligio me dio gusto encontrar entre sus líneas lo que muchos aún no se explican respecto del conservadurismo clerical que traemos entre pecho y espalda
Cito de su texto una frase que a mi juicio resume nuestro comportamiento social. Cuando el pueblo mexicano logra derrotar a los colonizadores españoles y estos tienen que abandonar el país después de trescientos años de dominio, se aseguraron de dejar gravada en nuestra conciencia la razón de su poder.  “nos vamos, pero os quedáis con el clero” Por eso hoy hay quienes, en lugar de luchar por transformar el país, de desarrollar su conciencia, se la pasan dándose golpes de pecho y viviendo su fe mientras permiten que las banderas libertarias de Jesús las anden pisoteando los oscurantistas, los que no pagan impuestos, los corruptos y los hijos putativos de su madre patria. ¡Qué pena!


   

miércoles, 28 de agosto de 2019


Los rostros de la política

Por JESÚS SOSA CASTRO

Durante la conferencia que convocó el Colectivo Morena Chilangos, COMOCHI, en el Albergue de la Cultura en Coyoacán, se vivió una apasionante discusión. El tema era: La situación orgánica y política de Morena y su compromiso con la 4T.  Se nos dieron dos horas, una para el ponente y la otra para preguntas y respuestas. ¿Estamos secuestrados política y culturalmente por los medios de comunicación masiva? ¿Qué se quiere decir realmente cuando se habla de la 4T? ¿Tiene AMLO responsabilidad en la selección y resultados del mal trabajo de muchos funcionarios del partido y del gobierno? ¿Por qué la militancia de Morena ha permitido que sus dirigentes estén llevando al partido a su desintegración orgánica y política? ¿Somos los mexicanos una sociedad conservadora? Estas preguntas fueron las que motivaron mayor discusión
Por primera vez apareció con puntual claridad lo que la militancia observa que está pasando en el seno del partido. La inteligencia, la mesura y la profundidad de las interrogantes, dieron vida a una confrontación de ideas de alto nivel que en mis andanzas políticas no había conocido. Se percibió que la mayoría de los que intervinieron en el debate, coincidían en señalar que en Morena están presentes muchas debilidades y omisiones. A la dirección no le interesa la formación política, no tiene ninguna relación con las bases, no hay organización ni estructura de partido, está ausente de los problemas nacionales, no sabe comunicarse con la militancia y no hay mayor compromiso con el proyecto político que encabeza el presidente López Obrador
Fue interesante darse cuenta de por dónde andan las inquietudes y exigencias de los militantes de Morena. Se acabó la pasividad y la indiferencia. Hoy hay en sus filas una evidente disposición para exigirle cuentas a quienes apoyó, a no promover más a personas que no han aportado nada al movimiento social, a señalar a los que en el camino se corrompieron y hoy representan intereses ajenos a los que los llevaron al poder. Se nota un desarrollo intelectual en la gente y una actitud crítica que difícilmente podrán parar los de la nomenclatura, hay un poder de decisión que marca una actitud distinta para elegir a sus dirigentes. Se acabaron la sumisión y las imposiciones. Surge una generación de militantes cuyo interés no está en el arribismo, en convertirse en funcionarios inútiles y corruptos, sino en transformar el país, lograr la equidad, implantar la democracia y sacar del poder a los oportunistas y ladrones
Observé con agrado el alto nivel informativo y cultural de los que intervinieron en la discusión. Las mañaneras del presidente se han convertido en una herramienta del saber, de la polémica y del conocimiento de la historia. Me dio orgullo encontrarme con viejos amigos que son escritores, periodistas, dirigentes políticos miembros de Morena, que están poniendo al servicio de la democracia toda su sabiduría y su trabajo. Eligio Pérez Sánchez, dirigente del MRM cuando Othón Salazar se batía contra el charrismo sindical en el SNTE, maestro en su tiempo del Instituto Politécnico Nacional y ahora dedicado a escribir, me regaló su último libro que es una joya que recupera parte de la historia, la política y la lucha de Ignacio Manuel Altamirano. Debo decir que, a pesar de mis lecturas recurrentes sobre este gran reformador, mis conocimientos sobre muchas cosas de su vida eran muy limitados
Cuando una compañera preguntó por qué los mexicanos somos tan conservadores, recordé aquella frase atribuida al Emperador Constantino de que al insumiso hay que controlarlo con la fe, con la religión o con la hoguera. Para eso se escribió el nuevo testamento, para eso se abrió la puerta a la mitomanía religiosa. Jesús de Nazaret era un revolucionario y sus acciones libertarias a favor de los humildes, de los esclavos, fueron mediatizadas por San Lucas y por otros escribientes al servicio de Nerón. Por eso cuando leí el libro de mi amigo Eligio me dio gusto encontrar entre sus líneas lo que muchos aún no se explican respecto del conservadurismo clerical que traemos entre pecho y espalda
Cito de su texto una frase que a mi juicio resume nuestro comportamiento social. Cuando el pueblo mexicano logra derrotar a los colonizadores españoles y estos tienen que abandonar el país después de trescientos años de dominio, se aseguraron de dejar gravada en nuestra conciencia la razón de su poder.  “nos vamos, pero os quedáis con el clero” Por eso hoy hay quienes, en lugar de luchar por transformar el país, de desarrollar su conciencia, se la pasan dándose golpes de pecho y viviendo su fe mientras permiten que las banderas libertarias de Jesús las anden pisoteando los oscurantistas, los que no pagan impuestos, los corruptos y los hijos putativos de su madre patria. ¡Qué pena!


   

miércoles, 21 de agosto de 2019


Así no, mujeres

Por JESÚS SOSA CASTRO

Cuando comenté con una persona el título de mi artículo, me dijo que las féminas a las que estaba dirigido podrían considerarme un columnista misógino. Le dije que bien saben seguidoras y amigas que me leen y que hemos estado por años en la lucha social, especialmente defendiendo derechos, libertades y equidad de género, que no he sido misógino en el pasado y no lo seré a partir de hoy, sólo por mi crítica al comportamiento bandolero y grotesco que mostraron un grupo de mujeres el día 16 de agosto enfrente de las oficinas centrales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en el Monumento a la Independencia y en las calles aledañas
Mi encabronamiento con estas vándalas, está ligado a los señalamientos que he hecho y sigo haciendo a las autoridades de la ciudad de México por la falta de capacidad que hasta ahora han mostrado para atender estos crecientes problemas de violencia no solo contra las mujeres sino contra los más variados sectores de la población. Sin embargo, me arriesgo a sostener que estos actos vandálicos de las mujeres son actos en los que está metida la mano de aquellos grupos y personas que están empeñados en hacer fracasar el proyecto de gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador
Solo los ingenuos y los medios destetados por el actual gobierno mantienen la tesis de que este tipo de protestas se debe a que no han sido resueltos asuntos importantes como la presunta violación a una joven por cuatro policías en la alcaldía de Azcapotzalco. Sea cierta la versión o no de esta mujer -muchos ponemos en duda su verdad- las contradicciones que se muestran entre lo que ella dice y los videos que se han publicado son evidentes. A partir de estos hechos los peritos y la autoridad estuvieron en condiciones de resolver el problema. Presentar a los policías que ese día, a esa hora y en ese lugar, estaban desempeñando sus tareas para que estos fueran identificados por la víctima podía conducir a la solución. Si la muchacha no lo hizo, si no hubo denuncia, si no se presentó para que los médicos la examinaran, entonces lo que hizo fue mentir a la autoridad y a sus padres para justificar la hora y las condiciones en que apareció en su casa
Con estos pasos elementales por parte de los peritos y de la autoridad, se hubieran resuelto estas contradictorias versiones. En lugar de eso, las conferencias de prensa de la Jefa de Gobierno, de la procuradora y de sus voceros se enredaron más las cosas y hasta se deja entrever que están protegiendo a los policías acusados de violación. Todos estos hechos han llevado a que un sector de muchachitas vándalas, drogadas muchas de ellas, manipuladas las más por personas, grupos y partidos estén aprovechándose de las libertades ciudadanas que expresa y prácticamente se ejercen en todo el país
En Hidalgo, en Puebla, en Guanajuato, en el Estado de México, en Guerrero y ahora en la ciudad capital, sectores ligados al conservadurismo, al huachicoleo y a la narcopolítica, han montado provocaciones que por fortuna no han pasado a mayores. Pero no le calienten tanto los tompiates al tigre. Todo tiene un límite, un día la guardia nacional, el ejército o la policía federal van a responder a las agresiones y entonces, alguien va a tener que pagar las consecuencias de esta tragedia. Las protestas de las mujeres en la CDMX el día 16 de agosto llegaron a un punto que no puede ignorarse y menos dejarse en la impunidad. Los ciudadanos exigimos que la justicia sea pareja, tanto para quienes han sido víctimas del mal trato, de los feminicidios, de la violencia social, como para los que pagamos impuestos para que el mobiliario urbano, los servicios, monumentos y edificios públicos no sean víctimas de la ira de muchachitas enloquecidas y vacías de sentido cultural
Igualmente exigimos que no haya impunidad para ninguno de aquellos que apedrearon a personas que resguardaban edificios públicos, que cuidaban monumentos. Que se castigue a los que golpearon a adultos mayores, a los que lanzaron gas y diamantina a diestra y siniestra, a los que golpearon a periodistas, a quienes rompieron vidrios en las estaciones del metro, a los que pintarrajearon edificios y metro buses, a los que dejaron el monumento de la Independencia como un cochinero. ¡Hay fotos y hay videos! Exigimos, también, que las protestas de cualquier sector, justas o no, se sigan garantizando por parte de la autoridad. Que el derecho a la manifestación pública y a la libre expresión de las ideas, sigan siendo ejercidas en las plazas públicas, en las calles o en cualquier lugar y circunstancia. Lo que no debe permitirse más es la impunidad y el vandalismo, así sean ejercidos por jovencitas y malandrines que les sobra odio y les falta cerebro para entender lo que estamos cambiando en el país   
  

miércoles, 14 de agosto de 2019


¿Qué es lo que pasa en Morena?

Por JESÚS SOSA CASTRO

En los últimos meses algo anda mal en Morena. Habemos muchos que no le encontramos la cuadratura al círculo, nos quejamos, con razón, de que el pueblo y el partido que llevaron a la presidencia de la República a López Obrador, de pronto perdieron la brújula. Entraron en estado catatónico, a la paralización política, a la inacción. ¿Qué es lo que está pasando en las entrañas de estas fuerzas otrora pujantes y ahora desorganizadas y pasivas? ¿En qué momento se apagó el motor que apoyaba el proyecto de la 4T y que ahora marcha sin su participación y a contracorriente de la reacción ñoña del PAN, de la COPARMEX y del resto de la chiquillada quejumbrosa y pedestre?
Seguramente son muchas las razones que inciden en este hecho. Aceptarlo sin protestar implicaría poner a salvo a los dirigentes de Morena que no percibieron el grado de responsabilidades que se adquirían y la sabiduría que había que proyectar para darle dirección y cuerpo a todo un proyecto de cambio que estaba recogido en las propuestas que se hicieron en campaña. Los dirigentes se fueron por lo fácil. Se ocuparon de administrar el triunfo, gastar los recursos económicos sin ton ni son, fortalecer a los grupos de poder, dedicarse a lo electoral, abandonaron la construcción orgánica del partido y, de paso, dejaron solo al presidente en su lucha contra los ultrosos de la derecha recalcitrante y de la izquierda autollamada radical que se oponen al cambio de régimen
La formación política de la mayoría de los actuales dirigentes no les permite vislumbrar el profundo contenido social que implica la cuarta transformación. Si uno entra en contacto con los funcionarios del gobierno federal y de las demás instancias gubernamentales, descubre uno, con pasmo, que no entienden nada de lo que significa el cambio en el que se supone estamos trabajando. Su conducta política, sus prácticas de gobierno y su relación con los ciudadanos son la expresión más acabada de la cultura priista que buscamos acabar. Este tipo de dirigentes y funcionarios, elementos importantes para sacar adelante la 4T, son la retranca principal que explica lo que hoy tiene pasmada la actividad política de Morena y de importantes sectores que votaron por el cambio verdadero
La cultura política que Nuccio Ordine califica como lo útil de lo inútil, los políticos de Morena lo han entendido y aplicado en forma contraria al espíritu del concepto. No le han asignado mayor importancia a la cultura, a la formación ideológica, a la educación, porque según ellos, no aportan beneficios materiales. No les importa el pueblo que por años ha vivido la inmoral aculturación que nos ha impuesto el priismo y el imperio norteamericano.  Los líderes que padecemos los ha corroído el poder y el dinero. No quieren soltar el control, urden las trampas, manejan el dinero como negociantes. Por eso pasa lo que pasa cuando se trata de elegir a los nuevos dirigentes. No ponen por delante la honestidad, la transparencia, la democracia, la cultura, la formación política; recurren, eso sí, a las triquiñuelas y a la desinformación, elementos que juegan a favor del estatus quo y de la inmovilidad
Para nuestros dirigentes el SABER no es una ciencia productiva. Hacen todo lo posible para mantenernos al margen de la información, de la veracidad, del conocimiento, del teje y maneje de la política. Se han publicado varias versiones de los Estatutos, modificado normas internas y se han nombrado comisiones adhoc para impedir que los miembros del partido podamos conducirnos con ética y en base a principios. La militancia desaprueba las prácticas políticas de sus dirigentes y exige que los cambios en los órganos de dirección no sólo sean democráticos, abiertos y transparentes, sino que sean el reflejo de una política que vaya de la mano con los nuevos tiempos en los cuales, ya no se valen las trampas, los golpes bajos, el arribismo, la clientela electoral y la mediocridad
Las bases insisten en rechazar la perversidad y las trampas que desde el CEN y desde grupos de poder, se están abriendo paso para inhabilitar a millones de afiliados en sus derecho políticos y partidistas. Transparencia, unidad arriba y abajo apoyando el proyecto de gobierno y una política al servicio del pueblo, son ahora lo urgente y necesario. No a los grupos de poder, del caciquismo y de los oportunistas que se quieren adueñar del partido. Esperamos que en el proceso y en el Congreso, haya la suficiente sabiduría para recuperar lo que nos llevó a ser miembros de Morena. Queremos que se acabe la corrosión y la corrupción en el quehacer partidista. ¡Sería de sabios entender el sentido de la transformación por la que estamos trabajando!   
  

   

miércoles, 7 de agosto de 2019


Una radiografía necesaria

Por JESÚS SOSA CASTRO

Todo indica que a partir de la 2ª quincena de septiembre se abrirá, oficialmente, el período en el que los miembros de Morena, estaremos en condiciones de expresar nuestra desaprobación sobre el papel de su dirección y presentar las propuestas que pongan al partido en la ruta de luchar por las causas más nobles del pueblo.  Lo que hoy se padece, por decir lo menos, es una enorme carencia de iniciativas políticas, de liderazgo, de organización. El CEN no muestra capacidad para confrontar la insidia, la calumnia y la desestabilización que vienen cultivando la ultraderecha, los izquierdosos orales y periodistas chayoteros que fueron destetados por el gobierno de López Obrador
Se afirma que el partido se ocupó en ganar las elecciones del 2018 y que por eso descuidó su consolidación y su vida orgánica. Qué falta de visión política por parte de los dirigentes, no supieron darle cauce al entusiasmo y a la vitalidad de construir un partido dispuesto a conquistar el gobierno, instalar la democracia participativa y transformar la vida del pueblo. La ceguera política y la falta de perspicacia se sobrepusieron a la inteligencia. Hoy tenemos un partido de papel, desorganizado y lleno de oportunistas, políticos inútiles y jefes de tribus que ya les anda por asaltar la dirección
Las causas de fondo que están prohijando la reactivación de la militancia tienen que ver con estos problemas. El foro nacional que se hizo el tres de agosto más los que vienen en camino, están poniendo en el centro del debate recuperar el partido y convertirlo en el defensor incuestionable del Nuevo Proyecto de Nación. Para lograr estos propósitos se necesita cambiar la ineficiente Dirección. Vemos que tres de los que ya andan en campaña, amarrando lealtades y apoyos cupuleros, no son representativos del cambio que requiere el momento que vive la nación. Son en el mejor de los casos, burócratas que se han formado en los nidos del poder, ajenos a los sentimientos y necesidades de las bases, al trabajo, a la construcción, a las actividades y organización del partido
Lo que hoy le pasa a Morena y lo que le puede pasar mañana si llega a la Dirección cualquiera de estos tres, es lo contrario de lo que programáticamente significa la cuarta transformación. El origen y las conductas de tres de los que quieren gobernarlo son defensores del viejo estatus quo, críticos pedestres de gobiernos progresistas, políticos blanqueados por falta de sol que no conocen ni el país ni el partido y menos tienen opinión propia respecto de los problemas de la población. De los cuatro que hasta ahora quieren, sólo una persona ha roto con las prácticas clientelares y con la actitud despreciativa hacia los que hacemos el trabajo desde abajo construyendo Morena
Al lado de los tres hay una persona que a juicio de muchos puede ser quien encabece al CEN del partido. Tiene en su haber años trabajando por la libertad y la democracia sindical y política, mientras sus competidores estaban en las filas del PRI sometidos a los intereses y juegos del sistema. Conozco a esa persona y sé de su trayectoria. Valentín Campa, Evaristo Pérez Arreola y yo trabajamos con ella para fortalecer la lucha por la democracia en los sindicatos, por el respeto al derecho de huelga y en contra del charrismo obrero patronal. Esto se dio hace más de treinta años cuando esta persona era dirigente del entonces Frente Auténtico del Trabajo, FAT.
Que se sepa, nada ha tenido que ver con el priismo, con las triquiñuelas, con el charrismo político. Su historia es bastante distinta a la de los otros suspirantes. Lo curioso es que sus críticos no hablen de su trabajo, de su historia personal, de las ligas de la familia con el mundo de los obreros, con la lucha en defensa de los derechos laborales y en contra del sindicalismo blanco. Como miles de miembros de Morena ya tengo mi preferencia y se por quién votaré si es que puedo hacerlo. Porque el modus operandi que ha regido hasta ahora en los congresos y reuniones del partido no ha sido democrático. Lo que ha prevalecido han sido las imposiciones, las tómbolas, la agachonería. ¡Por eso estamos como estamos!
Lo que miles y miles venimos impulsando es la recuperación de un partido para ponerlo al servicio de la gente. Ya estamos hasta la madre de que nos sigan viendo la cara. Vamos por un partido democrático, incluyente y luchador. Ojalá los militantes no se vuelvan a equivocar apoyando a los ineptos, a los incondicionales, a los pájaros nalgones que no atan ni desatan. Confiamos en que el Consejo Nacional imponga su autoridad y sus decisiones, de lo contrario seguirá el charrismo político, el compadrazgo y la abyección


  

miércoles, 31 de julio de 2019


Entre zopilotes y pájaros de cuenta

Por JESÚS SOSA CASTRO

“Yo puedo poner en común con los otros mis conocimientos sin empobrecerme. Puedo enseñar a un alumno la teoría de la relatividad o leer junto a él una página de Montaigne dando vida al milagro de un proceso virtuoso en el que se enriquece, al mismo tiempo, quien  da y quien recibe” Sin embargo, resulta “doloroso ver a los seres humanos ignorar la creciente desertización que ahoga el espíritu porque hay muchos quienes se entregan, exclusivamente, a acumular dinero y poder” Estas y otras frases vienen en el libro de Nuccio Ordine en cuyo contenido se registra, también, la discusión entre Sócrates y Agatón sobre la importancia de la sabiduría. “Estaría bien, dicen, que el saber fuera de tal naturaleza, que al ponernos en contacto unos con otros, este fluyera del más lleno al más vacío de nosotros” (1)
Esta larga cita la tomo para dar cuerpo a mi opinión sobre lo que hoy se vive en Morena. Nadie de los que se ocupan de dirigir el partido ha estado en condiciones de transmitir, de enseñar, de cultivar sabiduría al pueblo, a sus dirigidos, o más propiamente, a los constructores reales de la organización. Mas bien los que accedieron o fueron llevados al poder, van en pos del dinero, de esa grave enfermedad que los degrada y los envilece. El ejercicio de la política es otra cosa. Es servicio, humildad y cultura. Es lo que Kakuso Okakura llama “el momento preciso en el que la especie humana se eleva por encima de la de los animales” (2) La política requiere de un liderazgo culto, competente, preparado ideológica y políticamente. Sensible a los acontecimientos, ligado al humanismo, a las luchas sociales y dispuesto a la transformación del país
Estos requerimientos no han estado presentes en la dirigencia de Morena, ni en los presuntos candidatos a la nueva dirección. La actual ha sido incapaz de organizar, desarrollar y potenciar su fuerza y la que le dio su voto el 1º de julio del año pasado. Los que quieren ser, muestran las mismas debilidades. Son ajenos al ánimo y al trabajo de miles de mujeres y hombres que impulsamos desde abajo el nuevo proyecto de nación. Los dirigentes no son capaces de promover cultura, de echar a andar al partido. No les gusta la experiencia, la crítica, el debate. No luchan contra las políticas y prácticas que los señores del sistema inoculan en la conciencia de la gente. La mayoría de los que hoy están en la dirección y en los equipos de trabajo son los incondicionales, los que dicen sí a todo, los que hacen la tarea para que los “jefes” sigan en el poder
La crisis orgánica, ideológica y política que hoy vive Morena, es lamentable. La dirigencia es un mazacote de políticos perdidos en la vacuidad. No tienen las cualidades para dirigir un partido como el que quiso y quiere la gente. La Organización está mostrando un rostro que se mueve entre lo caricaturesco y la inconsecuencia política. El espectáculo que está dando en Baja California con Jaime Bonilla a la cabeza es verdaderamente patético. Los actuales dirigentes solo ensucian el significado de la cuarta transformación.
Hoy no hay nada nuevo bajo el sol. Los zopilotes ya andan oteando el horizonte para ver cómo se hacen de la presa. Estos pájaros de cuenta están enredados en pequeñas batallas en las que solo asoma la lucha por el poder, la intriga y el mal quehacer de la política. No dicen nada porque no entienden nada. ¡Son políticos de gabinete! Aplican la máxima de que en boca cerrada no entran moscas. Piensan que la base sigue adormecida, desencantada y que todo lo dejará pasar. ¡Se equivocan!
Si el pueblo ha despertado para tomar en sus manos las decisiones principales para que se atiendan sus viejas demandas y ha pasado a ser el actor principal en este proceso de transformación social, las bases del partido están organizando una rebelión interna para quitarse las tutelas de los caciques de siempre. Ya no quieren ser juguetes o clientelas de nadie, se preparan para burlar las decisiones arbitrarias de los grupos de poder. Tres de los cuatro que ya andan zopiloteando sin comprometerse a resolver la crisis que vive el partido se la pasan dando conferencias de prensa desde sus guetos, no les interesa hablar con la militancia, se atienen a poner en juego sus contactos, sus relaciones con la nomenclatura. El cambio que requiere nuestra organización va más allá de banalidades y de pleitos.  Los tiempos exigen dirigentes que hagan política, que sean electos por las bases, cultos y ligados a las luchas sociales. La participación de los militantes debe estar presente en los procesos organizativos y en el Congreso. Allí pondremos en juego la democracia y decidiremos el futuro de un partido que exige la nación
(1) Nuccio Ordine, La utilidad de lo inútil, Manifiesto, Editorial Acantilado, Barcelona 2013
(2) El libro del Té de Kakuso Okakura 1906, Ediciones Coyoacán

   




miércoles, 24 de julio de 2019


Los difíciles retos de la izquierda marxista

Por JESÚS SOSA CASTRO

Decía un gran estratega militar y político chino que “quienes no dispongan de planes, preparativos adecuados y de condiciones suficientes para la lucha, inevitablemente serán derrotados” Esta fue la cuarta conclusión a la que llegó Sun Tzu cuando describía “los Secretos del éxito” en uno de los capítulos de su libro. “Cuando observo los acontecimientos basándome en estos cálculos -añadía- sé por anticipado quién ganará y quién perderá” (*) De este teórico de la guerra y la política no se sabe mucho, no hay datos de quién fue, dónde estudió, quiénes fueron sus maestros, ¡nada! Se especula que otro personaje usó ese nombre. Sin embargo, sus apuntes no solo sirvieron a la obra de Maquiavelo, a los planes militares de Napoleón, también ayudaron a modelar las ideas políticas de Mao Tze Tung. El pensamiento de este estratega contribuyó para que el líder comunista chino alcanzara el triunfo contra el Kuomintang encabezado por Chiang Kai Shek en 1949
Se especula, incluso, que, si este hombre existió, no le importó que no perdurara su nombre sino su obra. Por eso su libro El arte de la guerra, ha sobrevivido 2 519 años, si tomamos en cuenta que algunos de sus biógrafos afirman que fue escrito por Sun Tzu 5 siglos antes de Cristo. Las ideas que se contienen en este material, lo confieso, me cuestionaron respecto de un universo de acciones políticas que muchos compañeros y yo hemos venido poniendo en práctica con la idea de cambiar las cosas en nuestro país. En estos ejercicios se pusieron esfuerzos, ideas y tácticas que hasta ahora no nos han dado resultado. Participamos en los movimientos de masas, organizamos a obreros y campesinos, algunos participamos en movimientos armados, en las contiendas electorales, pero como izquierda revolucionaria, seguimos en la marginalidad
Nadie puede poner en duda que, en estos procesos, los que nos decimos marxistas hemos puesto el alma y el corazón. Muchos murieron defendiendo sus ideas y sus proyectos, algunos fueron llevados a la cárcel, a otros los mataron o los desaparecieron. La mayoría de estos luchadores abrevamos -unos más otros menos- en los clásicos del marxismo. Engels, Marx, Lenin, Rosa Luxemburgo y la experiencia y ejemplos que aportaron los revolucionarios de Francia, de Alemania, de Rusia, de China, de Cuba y de otros países, fueron nuestros referentes. Experiencias y resultados hay muchos. ¿Por qué, entonces, los revolucionarios mexicanos no hemos podido hacer que nuestras ideas sean seguidas y apoyadas por las masas, o por lo menos por los obreros, los campesinos y los demás sectores de asalariados? ¿No estaría bien hacer un análisis del porqué de esta situación?
Tomo nota de que en la actualidad se desarrolla en el país un importante debate sobre estas cuestiones. Habemos personas y grupos que queremos para el país, para su gente, otro modo de vida. Aspiro como ciudadano a que no tenga que trabajar para alguien que se apropia de parte de mi trabajo, que me explota, me subyuga y me quita o limita mis derechos y libertades. Como yo, habemos millones que queremos cambiar este estado de cosas. Pero entonces ¿por qué si hay tantos explotados y oprimidos por el capital y existimos personas y grupos que decimos saber el cómo resolver estos problemas, no hemos sido capaces de ir más allá de un proyecto democrático como el que encabeza el actual gobierno federal? ¿Qué es lo que nos está pasando?
Acabar con el sistema capitalista no es sólo una cuestión teórica, de ideas brillantes. Es la conjunción de la teoría y de la práctica, del análisis de la realidad nacional, de saber -como señala Sun Tzu- “de parte de quién está la mayoría del pueblo, quién tiene la influencia moral, quién elige a los dirigentes mejor entrenados y conocedores de la situación, qué bando cuenta con las mejores condiciones para la lucha, quién tiene mayor capacidad para modificar los planes, tomar en cuenta las circunstancias, planificar la victoria, en fin….  Sólo quienes saben dar estos pasos lograrán las condiciones para triunfar”
¿La izquierda revolucionaria ha reflexionado sobre estas cuestiones? Sostengo que no.  En lo interno, vive una perniciosa confrontación. Si quiere encabezar la lucha por el derrocamiento de la burguesía y enrumbar su trabajo y sus ideas hacia el logro de algo superior a lo que hasta ahora han experimentado un conjunto de países, pueblos y líderes, está obligada a reexaminar su estrategia, sus prácticas y sus ideas. No se trata de olvidarse del marxismo como sesgadamente afirman algunos ideólogos, se trata de tomar en cuenta las experiencias, los resultados, los descalabros y los éxitos, todo lo que la vida ha puesto frente a nuestros ojos. Ojalá un análisis sobre estas cuestiones nos convierta en lo que queremos ser. Lo que es urgente es salir de la marginalidad política y entrar en contacto con las luchas del pueblo
(*) Sun Tzu, El arte de la guerra, Editorial Océano