lunes, 6 de abril de 2015

La invención permanente de lo nuevo
Por JESUS SOSA CASTRO
En el México de nuestros días se han sembrado miles de opiniones que intentan diagnosticar lo que pasa en el país. Políticos, científicos sociales y escribanos al servicio del poder, diariamente le recetan a la sociedad salidas que no han probado su efectividad. México sigue peor cada día y su autollamada “clase dirigente” va de tumbo en tumbo sin saber siquiera hacia dónde se dirige
Vivimos una situación compleja con una crisis social de grandes proporciones. La economía no crece, el desempleo se acrecienta, la irritación de la sociedad se desborda y los políticos no entienden o no saben qué hacer con un país que se niega a caer en el despeñadero. Hay mucha ignorancia sobre el quehacer gubernamental, incapacidad para resolver los problemas, una manía desatada por vivir del presupuesto y una corrupción galopante que da pena ajena. Esa “clase política” ha corrompido todo, al grado de que en lugar de cultivar una moralidad pública e impulsar el desarrollo del país, camina en un círculo vicioso del que no atina a salir. No produce ideas ni proyectos a favor del pueblo.  Y lo nuevo que permanentemente elabora la oposición, lo ignora o lo mira con desdén
Muchos hablamos de que urgen cambios como condición para reorientar el desarrollo de México. Ya no es suficiente hablar de que las cosas andan mal. Necesitamos elaborar proyectos que nos provean del conocimiento y de la práctica para transformar la cosa pública. Hay que estimular lo que la sociedad hace para participar en la lucha por un cambio verdadero. Tenemos que trabajar para desplazar a esa mafia que ha dado muestras sobradas de su incapacidad para gobernar y que mantiene a los mexicanos en una permanente crisis económica y social
Ya no se puede ocultar el creciente descontento de un sector que plantea ir más allá de la lucha por reformar a las instituciones. Reclama con razón, encontrar nuevas prácticas políticas que unan esfuerzos y agrupen todas las demandas. El gran movimiento que está participando en las plazas y en las calles, está pergeñando sus proyectos políticos y elaborando sus estrategias, y aunque le falta organización, llama ya a una insurrección social con miras a terminar con el actual estado de cosas. Rechaza lo viejo pero aún no ha construido los puentes para llegar a una nueva situación
 Es innegable, sin embargo, que serán estos sectores los que al lado de Morena, contribuirán a lograr el cambio verdadero. Juntos debemos construir el basamento ideológico, organizativo y político que le dé dirección y rumbo a nuestras protestas. Aún cuando MORENA cuenta con un Proyecto Nuevo de Nación, la inmensa mayoría de sus militantes y amplios sectores de la población,  aún no lo conocen a fondo. En esto tenemos que trabajar todos. Los otros partidos caminan sin rumbo, a tontas y a locas. Si la crisis que estamos viviendo es producto de la ceguera y decrepitud de los políticos, la lucha de la mayoría de la sociedad debe reivindicar el derecho a vivir con justicia, equidad y democracia. Para eso, tenemos que apostarle al potencial transformador de las mujeres y los hombres para que manejen sus propios asuntos y ayudarlos a entender la urgencia de quitarle el poder a las mafias que mal gobiernan el país
¿Pueden los movimientos sociales que hoy están en las calles y plazas, convertirse en instrumentos de una transformación revolucionaria? Yo estoy convencido que sí a condición de que no andemos moviéndonos sólo alrededor de las luchas electorales. Es necesario ir por el cambio verdadero que necesita la sociedad. Hasta ahora, lo que está determinando la acción de las masas inconformes, es la lucha por sus reivindicaciones económicas y laborales. Otros se mueven alrededor del trabajo electoral, incluida Morena. Los partidos del sistema han metido esta lucha en un calendario inamovible, forzoso y obligatorio porque de esta manera entretienen las luchas revolucionarias y convierten las elecciones en un desfogue de las inconformidades coyunturales de los ciudadanos 
Los que trabajamos en Morena desde las colonias y pueblos, creemos en la necesidad de ir construyendo otro tipo de cambios. Hay que darle poder a la gente para que acreciente su influencia, se organice de manera autónoma, apoye las demandas de los trabajadores y construya sus propios liderazgos. De no ser así, los que hoy mayoritariamente están al frente de Morena no serán garantía para hacer los cambios que requiere la nación. Tenemos que ser los ciudadanos los que desde abajo y desde dentro, reconquistemos el derecho y la capacidad para generar alternativas y empoderar las decisiones de la gente
El ejercicio de la democracia directa y el respeto a nuestras normas, son hoy el mejor antídoto contra las políticas oligárquicas que padecemos y el mejor instrumento para combatir el oportunismo y la autocomplacencia de muchos de nuestros dirigentes. Proclamar esta esperanza que habita en el seno del pueblo, no significa anunciar el fin de la historia. Apoyamos estas ideas porque vemos que bajo el salvaje y belicoso imperio de los tiempos actuales, la invención permanente de lo nuevo ha llegado. ¡Estudiar estas cosas, es preparamos para recibir las nuevas acciones  que se vienen!
@rasocas


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