La invención permanente de lo nuevo
Por JESUS SOSA CASTRO
En el México de nuestros días se han sembrado miles de
opiniones que intentan diagnosticar lo que pasa en el país. Políticos, científicos
sociales y escribanos al servicio del poder, diariamente le recetan a la
sociedad salidas que no han probado su efectividad. México sigue peor cada día
y su autollamada “clase dirigente” va de tumbo en tumbo sin saber siquiera
hacia dónde se dirige
Vivimos una situación compleja con una crisis social de
grandes proporciones. La economía no crece, el desempleo se acrecienta, la
irritación de la sociedad se desborda y los políticos no entienden o no saben
qué hacer con un país que se niega a caer en el despeñadero. Hay mucha
ignorancia sobre el quehacer gubernamental, incapacidad para resolver los
problemas, una manía desatada por vivir del presupuesto y una corrupción
galopante que da pena ajena. Esa “clase política” ha corrompido todo, al grado
de que en lugar de cultivar una moralidad pública e impulsar el desarrollo del
país, camina en un círculo vicioso del que no atina a salir. No produce ideas ni
proyectos a favor del pueblo. Y lo nuevo
que permanentemente elabora la oposición, lo ignora o lo mira con desdén
Muchos hablamos de que urgen cambios como condición para
reorientar el desarrollo de México. Ya no es suficiente hablar de que las cosas
andan mal. Necesitamos elaborar proyectos que nos provean del conocimiento y de
la práctica para transformar la cosa pública. Hay que estimular lo que la
sociedad hace para participar en la lucha por un cambio verdadero. Tenemos que
trabajar para desplazar a esa mafia que ha dado muestras sobradas de su
incapacidad para gobernar y que mantiene a los mexicanos en una permanente
crisis económica y social
Ya no se puede ocultar el creciente descontento de un sector que
plantea ir más allá de la lucha por reformar a las instituciones. Reclama con
razón, encontrar nuevas prácticas políticas que unan esfuerzos y agrupen todas las
demandas. El gran movimiento que está participando en las plazas y en las calles,
está pergeñando sus proyectos políticos y elaborando sus estrategias, y aunque
le falta organización, llama ya a una insurrección social con miras a terminar
con el actual estado de cosas. Rechaza lo viejo pero aún no ha construido los
puentes para llegar a una nueva situación
Es innegable, sin
embargo, que serán estos sectores los que al lado de Morena, contribuirán a
lograr el cambio verdadero. Juntos debemos construir el basamento ideológico, organizativo
y político que le dé dirección y rumbo a nuestras protestas. Aún cuando MORENA
cuenta con un Proyecto Nuevo de Nación, la inmensa mayoría de sus militantes y amplios
sectores de la población, aún no lo conocen
a fondo. En esto tenemos que trabajar todos. Los otros partidos caminan sin
rumbo, a tontas y a locas. Si la crisis que estamos viviendo es producto de la ceguera
y decrepitud de los políticos, la lucha de la mayoría de la sociedad debe reivindicar
el derecho a vivir con justicia, equidad y democracia. Para eso, tenemos que
apostarle al potencial transformador de las mujeres y los hombres para que
manejen sus propios asuntos y ayudarlos a entender la urgencia de quitarle el
poder a las mafias que mal gobiernan el país
¿Pueden los movimientos sociales que hoy están en las calles
y plazas, convertirse en instrumentos de una transformación revolucionaria? Yo
estoy convencido que sí a condición de que no andemos moviéndonos sólo alrededor de las luchas
electorales. Es necesario ir por el cambio verdadero que necesita la sociedad. Hasta
ahora, lo que está determinando la acción de las masas inconformes, es la lucha
por sus reivindicaciones económicas y laborales. Otros se mueven alrededor del
trabajo electoral, incluida Morena. Los partidos del sistema han metido esta
lucha en un calendario inamovible, forzoso y obligatorio porque de esta manera
entretienen las luchas revolucionarias y convierten las elecciones en un desfogue
de las inconformidades coyunturales de los ciudadanos
Los que trabajamos en Morena desde las colonias y pueblos,
creemos en la necesidad de ir construyendo otro tipo de cambios. Hay que darle
poder a la gente para que acreciente su influencia, se organice de manera
autónoma, apoye las demandas de los trabajadores y construya sus propios
liderazgos. De no ser así, los que hoy mayoritariamente están al frente de
Morena no serán garantía para hacer los cambios que requiere la nación. Tenemos
que ser los ciudadanos los que desde abajo y desde dentro, reconquistemos el
derecho y la capacidad para generar alternativas y empoderar las decisiones de
la gente
El ejercicio de la democracia directa y el respeto a nuestras
normas, son hoy el mejor antídoto contra las políticas oligárquicas que
padecemos y el mejor instrumento para combatir el oportunismo y la autocomplacencia
de muchos de nuestros dirigentes. Proclamar esta esperanza que habita en el
seno del pueblo, no significa anunciar el fin de la historia. Apoyamos estas
ideas porque vemos que bajo el salvaje y belicoso imperio de los tiempos
actuales, la invención permanente de lo nuevo ha llegado. ¡Estudiar estas
cosas, es preparamos para recibir las nuevas acciones que se vienen!
@rasocas
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