Ayotzinapa heroica no merece esta
enorme suma de agravios
Por JESÚS SOSA CASTRO
La desaparición forzada de 43
estudiantes de Ayotzinapa por parte del Estado, es una suma de agravios a la
sociedad. Por décadas ha imperado la impunidad, el atropello a los derechos
humanos y una creciente violación a la constitución general de la República.
Como nunca, el crimen contra seis jóvenes en Iguala el 26 de septiembre y la
desaparición forzada de los estudiantes de ayotzinapa, ha pasado por alto la
“Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las
desapariciones forzadas “aprobada por la Asamblea General de la ONU el 20 de
diciembre del 2006.” Las recomendaciones de esta Convención firmada por el
gobierno mexicano, no ha sido, hasta el momento, aplicada como lo demanda la
población agraviada
El asunto de Ayotzinapa se ha convertido en un problema
nacional e internacional. La mayoría de los sectores que se han pronunciado en
contra de esta agresión de lesa humanidad contra los estudiantes, no ha podido
ser acallada con la aprehensión del Presidente Municipal de Iguala, José Luis
Abarca ni con la renuncia de Ángel Aguirre Rivero. La cabeza de estos narco funcionarios,
o la de Osorio Chong o la de Murillo Karam, no significan nada respecto de la
tragedia de la desaparición forzada de 43 estudiantes. El movimiento popular,
nacional e internacional lo sabe bien y ha dejado atrás las demandas de las
renuncias menores que son una trampa para silenciar el movimiento, y ha pasado
a exigir la renuncia inmediata de Enrique Peña Nieto y de su gobierno priista,
responsables por antonomasia de lo que pasa en el país
Aparte de la trascendencia que
tiene la defensa de los derechos humanos de los jóvenes desaparecidos por el
Estado, de la amplitud que ha alcanzado la lucha a nivel nacional e internacional,
el movimiento hoy tiene dos importantes componentes que conviene registrar. El
primero tiene que ver con el despertar de miles y miles de jóvenes, la mayoría
estudiantes, que han entendido que la represión y la quita de los derechos
fundamentales que tienen que ver con el estudio, el trabajo y su futuro, representan,
fundamentalmente, los intereses de los millones de jóvenes que en las
universidades, las empresas y el Estado han sido marginados como estudiantes,
en las fuentes de trabajo y en el futuro al que tienen derecho. La suma de estas
fuerzas estudiantiles y juveniles en apoyo a que aparezcan con vida los 43
normalistas, es la expresión elemental de un despertar de la conciencia que ya
le hacía falta a las luchas de este país
El siguiente logro importante del
movimiento, es que ha dejado de lado temporalmente las luchas reivindicativo-sectoriales
para incorporarse al torrente de fuerzas que le están dando carácter político a
lo que el gobierno quiso apagar en los basureros de Iguala. La demanda de que renuncie
Peña Nieto y todo su gabinete, es una demanda revolucionaria que tiene por
objeto limpiar el régimen político y eliminar del Estado todas las alimañas que
han sumido en un hoyo el país y entregado al extranjero las riquezas nacionales.
Resultado de ese desfase entre pueblo y gobierno, Peña Nieto se dispone a utilizar
la fuerza pública con la misma pueril idea de acabar con las legítimas demandas de un pueblo que
lleva soportando las mismas políticas rapaces y criminales
Las grandes y sistemáticas
acciones de la gente, tenemos que cuidarlas. La cabeza de la provocación se
empieza a mostrar con los mismos patrones de provocación y barbarie a los que están acostumbrados los
priistas. Los incendios en Chilpancingo, la quema del Metrobús en CU, de la
puerta mariana y la entrada de judiciales a agredir estudiantes en la UNAM, son
formas que el gobierno está ensayando para criminalizar la protesta social
pacifica y montar una provocación de grandes dimensiones que justifiquen el uso
de la fuerza pública y puedan acabar con el movimiento
Llamamos al Presidente y a su equipo de
gobierno para que se conduzcan con sensatez. Es verdad que el horno no está
para bollos. Pero no será la fuerza ni la represión las que contribuyan a
encontrar la paz en el país ni a resolver los graves problemas que aquejan a la
nación. El gobierno de Peña Nieto no calculó la profundidad que iba alcanzar el
movimiento por la aparición de los 43 muchachos desaparecidos por el Estado.
Hoy en todo el mundo resuena la demanda de que aparezcan vivos los normalistas.
La sociedad exige una solución rápida y
justa ¡Que parezcan con vida los 43 muchachos desaparecidos” ¡Que cese la
represión en contra del movimiento popular! ¡Que se pare la criminalización de
la protesta Social! Y que se de libertad a todos los procesos políticos
Para nosotros, los militantes del
Colectivo de Reflexión en la Acción-Rumbo Proletario, lo obligado hoy es
favorecer y cuidar el sostenimiento de esa energía movilizada que ha propiciado
el movimiento. Su fortalecimiento y su crecimiento deben propiciar la
ampliación de su mayor despliegue. Tenemos que evitar cualquier medida que le
corte las alas y le empobrezca sus aspiraciones. Hoy lo más radical no es quemar
puertas y medios de transporte, ni golpear a policías cachuchones. Hoy todo mundo debe volcarse en brigadas para conseguir la
mayor articulación en un movimiento único, nacional que enarbole la única
bandera que los asesinados y desaparecidos reclaman: La lucha por la auténtica
libertad para todos los mexicanos
¡Viva el Movimiento de los
normalistas de Ayotzinapa! ¡Abajo
Enrique Peña Nieto y todo su mal gobierno!
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