viernes, 21 de noviembre de 2014

Ayotzinapa heroica no merece esta enorme suma de agravios
Por JESÚS SOSA CASTRO
La desaparición forzada de 43 estudiantes de Ayotzinapa por parte del Estado, es una suma de agravios a la sociedad. Por décadas ha imperado la impunidad, el atropello a los derechos humanos y una creciente violación a la constitución general de la República. Como nunca, el crimen contra seis jóvenes en Iguala el 26 de septiembre y la desaparición forzada de los estudiantes de ayotzinapa, ha pasado por alto la “Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas “aprobada por la Asamblea General de la ONU el 20 de diciembre del 2006.” Las recomendaciones de esta Convención firmada por el gobierno mexicano, no ha sido, hasta el momento, aplicada como lo demanda la población agraviada
El asunto de  Ayotzinapa se ha convertido en un problema nacional e internacional. La mayoría de los sectores que se han pronunciado en contra de esta agresión de lesa humanidad contra los estudiantes, no ha podido ser acallada con la aprehensión del Presidente Municipal de Iguala, José Luis Abarca ni con la renuncia de Ángel Aguirre Rivero. La cabeza de estos narco funcionarios, o la de Osorio Chong o la de Murillo Karam, no significan nada respecto de la tragedia de la desaparición forzada de 43 estudiantes. El movimiento popular, nacional e internacional lo sabe bien y ha dejado atrás las demandas de las renuncias menores que son una trampa para silenciar el movimiento, y ha pasado a exigir la renuncia inmediata de Enrique Peña Nieto y de su gobierno priista, responsables por antonomasia de lo que pasa en el país
Aparte de la trascendencia que tiene la defensa de los derechos humanos de los jóvenes desaparecidos por el Estado, de la amplitud que ha alcanzado la lucha a nivel nacional e internacional, el movimiento hoy tiene dos importantes componentes que conviene registrar. El primero tiene que ver con el despertar de miles y miles de jóvenes, la mayoría estudiantes, que han entendido que la represión y la quita de los derechos fundamentales que tienen que ver con el estudio, el trabajo y su futuro, representan, fundamentalmente, los intereses de los millones de jóvenes que en las universidades, las empresas y el Estado han sido marginados como estudiantes, en las fuentes de trabajo y en el futuro al que tienen derecho. La suma de estas fuerzas estudiantiles y juveniles en apoyo a que aparezcan con vida los 43 normalistas, es la expresión elemental de un despertar de la conciencia que ya le hacía falta a las luchas de este país
El siguiente logro importante del movimiento, es que ha dejado de lado temporalmente las luchas reivindicativo-sectoriales para incorporarse al torrente de fuerzas que le están dando carácter político a lo que el gobierno quiso apagar en los basureros de Iguala. La demanda de que renuncie Peña Nieto y todo su gabinete, es una demanda revolucionaria que tiene por objeto limpiar el régimen político y eliminar del Estado todas las alimañas que han sumido en un hoyo el país y entregado al extranjero las riquezas nacionales. Resultado de ese desfase entre pueblo y gobierno, Peña Nieto se dispone a utilizar la fuerza pública con la misma pueril idea de acabar  con las legítimas demandas de un pueblo que lleva soportando las mismas políticas rapaces y criminales
Las grandes y sistemáticas acciones de la gente, tenemos que cuidarlas. La cabeza de la provocación se empieza a mostrar con los mismos patrones de provocación y  barbarie a los que están acostumbrados los priistas. Los incendios en Chilpancingo, la quema del Metrobús en CU, de la puerta mariana y la entrada de judiciales a agredir estudiantes en la UNAM, son formas que el gobierno está ensayando para criminalizar la protesta social pacifica y montar una provocación de grandes dimensiones que justifiquen el uso de la fuerza pública y puedan acabar con el movimiento
 Llamamos al Presidente y a su equipo de gobierno para que se conduzcan con sensatez. Es verdad que el horno no está para bollos. Pero no será la fuerza ni la represión las que contribuyan a encontrar la paz en el país ni a resolver los graves problemas que aquejan a la nación. El gobierno de Peña Nieto no calculó la profundidad que iba alcanzar el movimiento por la aparición de los 43 muchachos desaparecidos por el Estado. Hoy en todo el mundo resuena la demanda de que aparezcan vivos los normalistas.  La sociedad exige una solución rápida y justa ¡Que parezcan con vida los 43 muchachos desaparecidos” ¡Que cese la represión en contra del movimiento popular! ¡Que se pare la criminalización de la protesta Social! Y que se de libertad a todos los procesos políticos
Para nosotros, los militantes del Colectivo de Reflexión en la Acción-Rumbo Proletario, lo obligado hoy es favorecer y cuidar el sostenimiento de esa energía movilizada que ha propiciado el movimiento. Su fortalecimiento y su crecimiento deben propiciar la ampliación de su mayor despliegue. Tenemos que evitar cualquier medida que le corte las alas y le empobrezca sus  aspiraciones. Hoy lo más radical no es quemar puertas y medios de transporte, ni golpear a policías cachuchones. Hoy todo mundo debe volcarse en brigadas para conseguir la mayor articulación en un movimiento único, nacional que enarbole la única bandera que los asesinados y desaparecidos reclaman: La lucha por la auténtica libertad para todos los mexicanos
¡Viva el Movimiento de los normalistas de Ayotzinapa! ¡Abajo Enrique Peña Nieto y todo su mal gobierno!



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