Que no haya ilusos para que no haya
desilusionados (*)
Por JESÚS SOSA CASTRO
Tomo esta frase de Manuel
Gómez Morín, un panista de los que ya no existen ahora. Originalmente la leí en
un artículo que publicó en abril del 2013 el cuasi fascista Federico Doring.
Julio Hernández López la utilizó en su columna Astillero del jueves 13 de
noviembre y yo la retomo para expresar mis coincidencias con él. ¿Qué puede
ocurrir en el país, de seguir las cosas como van? La mafia con Peña Nieto a la cabeza le ha
vendido a la gente la ilusión de que el PRI volvió al poder porque este partido
sí sabe gobernar, tiene la experiencia y funcionarios con oficio político para
sacar al país del hoyo en que lo habían dejado los del PAN
Pero ocurre que a casi
dos años del gobierno peñista, esos sectores que votaron por el PRI de pronto
se les cayó la ilusión. El país está hundido en todos sentidos. Esos sectores
desilusionados de los que hablaba con perspicacia Gómez Morín y que con gran agudeza
vuelve a poner sobre la mesa Julio Hernández López, perciben con nitidez lo que
sus acciones están representando. Observan que hay “sectores tradicionalmente
alejados de las contiendas políticas… que ya se han descubierto así mismas, que
están exigiendo justicia y castigo a los corruptos… que las cosas van muy mal y
que hay que hacer algo para cambiarlas”
Algunos adversarios del
PRI que han criticado su vuelta al poder federal han llegado a culpar de la
desgracia generalizada que hoy se vive, a los “indiferentes” a los que
“vendieron” sus votos. “Eso quisieron, eso tienen” les dicen. Pero la realidad -señala
Julio- muestra lo contrario. Hay amplios sectores populares en pie de lucha, que
con matices, convergen en la convicción de que estamos al borde del abismo y
que hay que hacer algo para rescatar el país, aún cuando se tengan diferencias
en los métodos y en las acciones
“La ironía del momento
es que esa súbita movilización social y ese exteriorizado deseo de “hacer” algo
o “mucho” para que México mejore, no tiene cauces políticos o partidistas. Pues
justamente el hartazgo masivo proviene del entendimiento de que la nación ha
sido consumida y está hoy en grave riesgo a causa de las acciones e inacciones
de los partícipes del tinglado político y electoral, entre los que se
encuentran, en primer lugar, los partidos y las autoridades” Hoy, “Si no se
encuentran formas aceptables de dirección, plurales, razonadas, de organización,
los resultados pueden ser efímeros”
Pongo el acento en estas
frases porque el desbarajuste y la violencia que hay en el país han desatado
una repulsa y grandes movilizaciones de amplios sectores que permanecían hasta
hace poco completamente adormecidos y que sus acciones no encuentran aún
salidas a su justa indignación. Y aunque es verdad que ya va para dos meses de
permanentes movilizaciones de masas a nivel nacional e internacional, éstas pueden
desembocar en la nada si no encontramos juntos las formas de encausar, organizar
y articular con profundidad y largo plazo, a todas esas fuerzas que hoy
muestran rechazo a las políticas y acciones del gobierno. La lucha decidida del
pueblo, merece alcanzar un nivel de organización que impida el regreso de las
políticas depredadoras y criminales de la oligarquía
Solo una articulación
de largo aliento puede darle continuidad y contenido a las actuales revueltas cívico-populares.
Los ejemplos movilizadores internacionales que se han dado en Egipto, Túnez,
Argelia, Yemen y Jordania, terminaron con regímenes autoritarios pero no
lograron imponer su hegemonía. Los resultados volvieron a sentar en el poder a
burocracias antipopulares y golpistas y la sociedad volvió a ser víctima del
autoritarismo militar. Las ilusiones de cambio terminaron en desilusiones. La
demagogia de las nuevas élites gobernantes y el desgaste que sufren las fuerzas
democráticas, dificultan hoy los procesos de cambio
En México podemos caer
en esa situación si no encontramos “formas aceptables, plurales, razonadas, de
organización” “El florecimiento de una pálida primavera mexicana puede quedar
en un retroceso si los brotes críticos se marchitan con rapidez y son devueltos
a los maceteros áridos y amargos del pasado reciente” como ha sucedido en otras
regiones del mundo. Ojalá alguna de las fuerzas políticas existentes en el país
asuma con inteligencia el reto de encausar las luchas del pueblo. Porque hasta
hoy y por lo que se ve, no hay mucho de donde cortar
Nadie de los que lleven
en su seno las viejas prácticas políticas y a su alrededor estén los mismos
pájaros de cuenta que las han desacreditado, tendrá la autoridad y la fuerza moral
para llevar a buen puerto los cambios que millones de mexicanos quieren para el
país. Yo espero que Morena, única fuerza con esas posibilidades, pueda entender
este momento histórico y se coloque a la altura de lo que las circunstancias exigen.
Los nubarrones que hoy padecemos,
indican que las cosas están mal y que a la vista, no hay motivos para suponer que
podrán darse soluciones inteligentes y eficaces si siguen los mafiosos
dirigiendo el país. Necesitamos un cambio, pero, ¡YA!
(*) Frase de Manuel
Gómez Morín tomada por Julio Hernández López en Astillero
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