Conciencia crítica o cautiverio
espiritual
Por JESÚS SOSA CASTRO
En 1996 el
Fondo de cultura económica publicó un interesante libro del psicoanalista alemán Erich Fromm. Fue un
crítico severo de los Manuscritos económicos y filosóficos de Carlos
Marx y de la Sociedad occidental. Vivió en Nueva York y en
Cuernavaca. En su libro ¿Tener o ser? indicaba
detalladamente de qué manera deben transformarse las estructuras mentales,
los valores espirituales, religiosos y socioeconómicos de los seres humanos. En
este texto la tesis principal que desarrolló fue la de pasar de la ambición
del TENER, a la exaltación del SER
Como teórico y polemista, le preocupaba
que sus críticos interpretaran de manera incorrecta su posición sobre los pasos
hacia el SER. Afirmaba Fromm que esta tesis no lleva a nadie a buscar la salvación
en la conciencia, para arribar a una nueva
colectividad, ¡NO! La búsqueda del SER, afirmaba, tiene una clara conexión con
el TENER, es decir, debe tomar en cuenta
las condiciones económicas, políticas y culturales de la sociedad
Me interesó este planteamiento porque en
Morena y en nuestro equipo de trabajo, hablamos mucho de que para llegar a lo
que plantea Fromm, es necesario desarrollar la conciencia crítica como
condición sinequanon para poder alcanzar este cambio. Salir del cautiverio
espiritual y moral, es inaplazable para que la especie humana se eleve por
encima del temor, de la ignorancia y del aislamiento que nos acosa. Buscamos la
formación de un concepto nuevo sobre el hombre, que surgirá, sin duda, de un
universo concebido mediante una nueva visión de la realidad
Sostengo que una parte muy importante del
fracaso de la izquierda en México ha sido su incapacidad para pensar y desarrollar
nuevas ideas que le impidan llegar a caminos de esterilidad política, a la
apatía moral y a la inercia intelectual. Esta precariedad, la ha llevado a
crear dinosaurios insensibles que ya no sirven a este mundo en permanente
evolución. La sociedad ya no puede confiar en un humanismo secularizado que no
ha sabido estar a la altura de la historia, sino en una nueva visión que tenga
como columna vertebral el conocimiento científico, el estudio de la realidad
nacional y la autocrítica
Tengo claro que el trabajo de despertar la
conciencia social es una tarea muy compleja. Pero lograr que la incultura
política desaparezca y se convierta en una cultura para el cambio, es requisito
necesario para iniciar una transformación en nuestro pensamiento. Por eso es indispensable una conversión que
haga posible acercarnos a los supuestos básicos que señalan que la soberanía del
saber, sólo se corresponde con el esplendor de la conciencia moral y con los
avances de la ciencia
El mundo por el que muchos trabajamos está
modelado a partir del conocimiento, de la crítica y de la autocrítica.
Aseguramos que los grandes cambios siempre son precedidos por una revaloración
y un vigoroso reajuste intelectual. Con Mesarovic y Pestel considero que los
cambios económicos y sociales que andamos buscando solo serán posibles si ocurren
modificaciones fundamentales en los valores y en las actitudes del hombre, si hay
una transmutación en el actual modelo económico y se superan el atraso político
y la cultura enajenantes. “Una nueva sociedad es alcanzable sólo si en el
proceso de su desarrollo también se forma un nuevo ser humano, si ocurre un
cambio fundamental en la estructura mental y en el carácter del hombre
contemporáneo”
Haber redescubierto este libro después de
casi veinte años, es una de las razones de mi complacencia. No sólo porque lo
saqué del cementerio de los libros
olvidados como dice en La sombra del Viento, Carlos Ruiz Zafón, sino porque sus
tesis me dieron la pauta para dimensionar mi propio pensamiento y sacarlo a
airear para seguirlo enriqueciendo. En cambio, el fingimiento demagógico del
que hacen gala los gobernantes y políticos mafiosos, es una actuación que
intenta explicar la catástrofe que ya tenemos encima
Los
gobernantes y los gobernados anestesian sus conciencias y su voluntad de
sobrevivir, aparentando que conocen y que avanzan en la ruta correcta. ¡Nada
más falso! El país se está hundiendo y la gente ya despierta y se organiza.
Sólo falta que los intelectuales aporten sus luces, y juntos, el pensamiento y
la acción, emprendamos la lucha por el cambio, donde la avaricia y la estupidez
no sean más las que nos gobiernen. Marx nos enseñó que el “lujo es un defecto,
tanto como la pobreza” Por eso nuestra meta debe consistir en SER mucho y no en
TENER mucho. ¡Esta es la esencia que atribuimos al hombre nuevo por el que
andamos bregando!
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