miércoles, 14 de enero de 2015

Conciencia crítica o cautiverio espiritual
Por JESÚS SOSA CASTRO
En 1996 el Fondo de cultura económica publicó un interesante libro del psicoanalista alemán Erich Fromm. Fue un crítico severo de los Manuscritos económicos y filosóficos de Carlos Marx y de la Sociedad occidental. Vivió en Nueva York y en Cuernavaca. En su libro ¿Tener o ser? indicaba detalladamente de qué manera deben transformarse las estructuras mentales, los valores espirituales, religiosos y socioeconómicos de los seres humanos. En este texto la tesis principal que desarrolló fue la de pasar de la ambición del  TENER, a la exaltación del SER
Como teórico y polemista, le preocupaba que sus críticos interpretaran de manera incorrecta su posición sobre los pasos hacia el SER. Afirmaba Fromm que esta tesis no lleva a nadie a buscar la salvación en la conciencia, para arribar a una  nueva colectividad, ¡NO! La búsqueda del SER, afirmaba, tiene una clara conexión con el TENER, es decir, debe tomar en cuenta  las condiciones económicas, políticas y culturales de la sociedad
Me interesó este planteamiento porque en Morena y en nuestro equipo de trabajo, hablamos mucho de que para llegar a lo que plantea Fromm, es necesario desarrollar la conciencia crítica como condición sinequanon para poder alcanzar este cambio. Salir del cautiverio espiritual y moral, es inaplazable para que la especie humana se eleve por encima del temor, de la ignorancia y del aislamiento que nos acosa. Buscamos la formación de un concepto nuevo sobre el hombre, que surgirá, sin duda, de un universo concebido mediante una nueva visión de la realidad
Sostengo que una parte muy importante del fracaso de la izquierda en México ha sido su incapacidad para pensar y desarrollar nuevas ideas que le impidan llegar a caminos de esterilidad política, a la apatía moral y a la inercia intelectual. Esta precariedad, la ha llevado a crear dinosaurios insensibles que ya no sirven a este mundo en permanente evolución. La sociedad ya no puede confiar en un humanismo secularizado que no ha sabido estar a la altura de la historia, sino en una nueva visión que tenga como columna vertebral el conocimiento científico, el estudio de la realidad nacional y la autocrítica
Tengo claro que el trabajo de despertar la conciencia social es una tarea muy compleja. Pero lograr que la incultura política desaparezca y se convierta en una cultura para el cambio, es requisito necesario para iniciar una transformación en nuestro pensamiento.  Por eso es indispensable una conversión que haga posible acercarnos a los supuestos básicos que señalan que la soberanía del saber, sólo se corresponde con el esplendor de la conciencia moral y con los avances de la ciencia
El mundo por el que muchos trabajamos está modelado a partir del conocimiento, de la crítica y de la autocrítica. Aseguramos que los grandes cambios siempre son precedidos por una revaloración y un vigoroso reajuste intelectual. Con Mesarovic y Pestel considero que los cambios económicos y sociales que andamos buscando solo serán posibles si ocurren modificaciones fundamentales en los valores y en las actitudes del hombre, si hay una transmutación en el actual modelo económico y se superan el atraso político y la cultura enajenantes. “Una nueva sociedad es alcanzable sólo si en el proceso de su desarrollo también se forma un nuevo ser humano, si ocurre un cambio fundamental en la estructura mental y en el carácter del hombre contemporáneo”
Haber redescubierto este libro después de casi veinte años, es una de las razones de mi complacencia. No sólo porque lo saqué del cementerio de los libros olvidados como dice en La sombra del Viento, Carlos Ruiz Zafón, sino porque sus tesis me dieron la pauta para dimensionar mi propio pensamiento y sacarlo a airear para seguirlo enriqueciendo. En cambio, el fingimiento demagógico del que hacen gala los gobernantes y políticos mafiosos, es una actuación que intenta explicar la catástrofe que ya tenemos encima
Los gobernantes y los gobernados anestesian sus conciencias y su voluntad de sobrevivir, aparentando que conocen y que avanzan en la ruta correcta. ¡Nada más falso! El país se está hundiendo y la gente ya despierta y se organiza. Sólo falta que los intelectuales aporten sus luces, y juntos, el pensamiento y la acción, emprendamos la lucha por el cambio, donde la avaricia y la estupidez no sean más las que nos gobiernen. Marx nos enseñó que el “lujo es un defecto, tanto como la pobreza” Por eso nuestra meta debe consistir en SER mucho y no en TENER mucho. ¡Esta es la esencia que atribuimos al hombre nuevo por el que andamos bregando!


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