Aduladores, lacayos y bufones
Por JESÚS SOSA CASTRO
Desempolvando mis
viejos libros me encontré con uno de Erasmo de Rotterdam, un agustino del siglo
XV. Como escritor, fue incómodo para la iglesia porque decía de ella que estaba
llena de barbarie y de ignorancia. Señalaba que “lo institucional de nada sirve
si el hombre no hace uso de su propia conciencia y de su libertad” Su vasta
obra postulaba básicamente críticas a esta institución religiosa, pero en El
elogio de la locura quiso deshebrar el trasfondo bufonesco de las clases
sociales y airear con franqueza el significado de la risa y la locura que se da
en el comportamiento del hombre
Se burló mordazmente de
la sociedad de su época poniendo en juego una sátira ingeniosa para exhibir en
toda su profundidad su estulticia y su estupidez. Esto que él calificaba con tanta vehemencia, arrugaba
los entrecejos de los poderosos y
producía sonrisas estúpidas. Consecuencia natural de la adulación, la demencia
y la pereza mental. Se burlaba de los leguleyos, de los mediocres y de la
vanidad. Cuando estaba leyendo estas cuestiones, pensé que sería interesante
escribir algo sobre la autollamada “clase política mexicana” toda vez que el
retrato que en su época hacía Don Erasmo, es un símil perfecto de lo que pasa
con los mediocres aduladores de este sufrido país
Muchos mexicanos tenemos
ideales que han sido, siempre, la materia de nuestro paso por el PCM, PSUM, PMS,
PRD y MORENA. Buscamos que estos
partidos, tuvieran compromisos con la gente, prácticas democráticas y
dirigentes a la altura de las circunstancias. Quisimos que todas nuestras actividades
políticas, ideológicas y organizativas, respondieran a la necesidad de contar
con una organización que fuera realmente la esperanza de México. En eso anduvimos
y en eso andamos, pero…..
Me temo que como yo,
millones de ciudadanos nos sentimos defraudados. Lo que pasa en el país y en las
fuerzas políticas es, por decir lo menos, una locura. La complejidad de la vida
nacional está en manos de un montón de corruptos, de aduladores, bufones, y lacayos. ¿Cómo
resolver los graves problemas que enfrenta el país con este tipo de semovientes?
¿Puede México caminar hacia un futuro promisorio con un presidente analfabeto,
corrupto y rodeado de lo peorcito que ha parido el país? ¿Y hacia dónde vamos
cuando la SCJN, el TEPJF, el INE y los gobernantes estatales y municipales son
una bola de chapulines buenos para maldita la cosa? ¿Qué nos espera cuando en el Congreso de la
Unión la inmensa mayoría de Diputados y
Senadores son sirvientes del poder que no le sirven al pueblo sino a las mafias?
Yo estoy convencido que
para derrotar este régimen político se requiere de mucha organización y de una
conciencia despierta. Pero hay que empezar por las prácticas antidemocráticas, autoritarias
y verticales de los partidos en los que se milita, acabar con la militancia
centralista y jerárquica, casi siempre reducida a una estructura de mando. El
adversario es múltiple y complejo y por lo tanto, no hay una sola solución sino
varias soluciones. No hay un solo camino para derrotarlo sino varios caminos. Y
los sujetos, capaces de batirlo, son también diversos. Por eso, nuestra lucha
no requiere de una militancia controlada sino de una militancia colectiva. Antonio
Negri, comunista heterodoxo italiano, ha dicho que la lucha y la organización
no dependen de una disciplina tipo militar o partidista tradicional. Se
requiere una disciplina fundada en la pertenencia efectiva al partido y al
pueblo y en una afectiva relación entre los militantes
La autodeterminación le
da a nuestro trabajo una enorme creatividad. Pone en juego toda su iniciativa y
su experiencia. Quien actúa bajo este principio, adquiere la capacidad de convertir
las decisiones libremente tomadas y construidas, en propuestas, en proyectos,
en planes y en guías para la acción. La horizontalidad que los militantes
reclamamos, es el desarrollo de una construcción colectiva, revolucionaria, sin
exclusiones ni decisiones cupulares
Es vedad que la
capacidad política no se hereda, nadie nace siendo enseñado. Pero la capacidad
se finca en una aportación propia, edificada desde la experiencia personal.
Cada quien es creador y virtuoso en su ramo y en su espacio. La capacidad es
diversa, dinámica y proyectista y se forja, se construye y se alimenta de la
aportación y experiencia de todos. ¡No espera que las decisiones le vengan de
arriba! Es verdad, también, que existen las diferencias históricas, de génesis
cultural, de oportunidades formativas. Cada quien tiene su cuna, su barrio y su
territorio de formación humana
Por eso para entender
la grandeza del trabajo revolucionario y la nobleza de aquellos que entregan su
vida a la lucha por la revolución, se requiere algo más que saber doblar el
espinazo y decir sí a los señores del poder. Hay que poner en juego lo
que decía Don Erasmo de Rotterdam: “Lo institucional de nada sirve, si el
hombre no hace uso de su conciencia y de su libertad” Depender de las burocracias políticas es como
depender de los capataces. Hoy más que nunca hay que aprender de la
inteligencia, no de la estupidez, como bien dice, el gran Pepe Mujica
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